Corría el año de 1806, cuando después de dominar la colonia del Cabo, en Sudáfrica, el comodoro Sir Home Popham, dando muestras de una increíble audacia, decidió atacar el Río de la Plata. Las tropas terrestres, a las órdenes del brigadier Beresford, pensaron que invadir Buenos Aires sería una campaña rápida y fácil. No se imaginaron el coraje de nuestros hombres. El 25 de junio de 1806, unos 1.600 ingleses desembarcaron en Quilmes y, tras combatir con la milicia que dirigía Pedro Arce, ocuparon las barrancas de Quilmes.El virrey Sobremonte sin tomar ninguna medida defensiva adecuada, se retiró a Córdoba con el pretexto de reunir fuerzas y reconquistar la capital. El día 27 los ingleses cruzaron el Riachuelo y vencieron la última resistencia de los milicianos en el paso de Barracas que llevaba directamente a Buenos Aires. En la tarde las tropas invasoras entraron en la ciudad. Beresford se estableció en el Fuerte y asumió el cargo de gobernador. Sus primeras medidas de gobierno apuntaron a ganar el agrado de la población: aseguró la libertad de cultos, la protección de la propiedad privada y la libertad de comercio.
Mientras tanto, en la campaña, un rico hacendado y hombre de acción, Juan Martín de Pueyrredón, rápidamente organizó y equipó a su costo a 700 hombres entre milicianos y vecinos. Lamentablemente estas improvisadas fuerzas fueron vencidas en el combate de Perdriel tras un breve encuentro. Santiago de Liniers, militar sagaz y astuto, decidió concentrar la acción en Montevideo y emprender desde allí la Reconquista.Con la colaboración de la población montevideana formó un ejército de 1.300 hombres que, luego de cruzar el Río de la Plata, desembarcó en el Tigre el 10 de agosto, avanzando luego hasta los Corrales de Miserere, donde estableció su campamento. Desde allí, exigió la rendición de Beresford. Ante la negativa inglesa, avanzó con su ejército, tomó el Retiro y obligó a los invasores a retroceder hacia la Plaza Mayor. El 12 de agosto las fuerzas de la Reconquista iniciaron el ataque decisivo. Beresford y sus hombres, refugiados en el Fuerte, se rindieron.En las puertas del Cabildo el brigadier inglés depuso formalmente las armas. Un Cabildo Abierto reunido el 14 de agosto, resolvió comunicar el triunfo a la corona española y organizar cuerpos de milicias para defender a Buenos Aires de una nueva invasión. Se otorgó el mando militar a Liniers y el poder político a la Audiencia. Se decidió enrolar y armar a los vecinos para preparar la defensa de la ciudad ante la certeza de que Inglaterra enviaría refuerzos para vengar la derrota. Para ello, se invitó a la población a sumarse espontáneamente a las milicias. La gente respondió con entusiasmo y Buenos Aires se transformó en un inmenso campo de entrenamiento militar.
Prácticamente no había casa en Buenos Aires en donde no viviera un miliciano. Hacia octubre de 1806, las milicias ya contaban con alrededor de 8.500 hombres, de los cuales sólo 3.000 eran españoles.Juan Martín de Pueyrredón tuvo a su cargo la organización de las fuerzas de caballería, formándose un cuerpo de tres escuadrones de húsares, que estuvieron un bajo su mando y los restantes, bajo las órdenes de dos colaboradores suyos, Núñez y Vivas. Los españoles integraron otros cuerpos, agrupados bajo según el lugar de origen de sus integrantes: Gallegos, Andaluces, Catalanes, Vizcaínos, Cántabros y Montañeses, entre otros. La Historia nos cuenta que al año siguiente, la segunda intentona del león británico de conquistar estas tierras terminó en una total derrota. Los improvisados y bisoños cuerpos integrados por tropas criollas y peninsulares, batieron aguerridamente a las veteranas tropas inglesas. Si bien finalizadas las invasiones inglesas y producidos los episodios de mayo de 1810, este cuerpo tuvo una vida efímera, puede decirse que de sus filas salieron los primeros cuadros del Arma de Caballería, muchos de los cuales pasarían a integrar otros cuerpos del Arma, durante las Guerras de la Independencia.Este es el origen del actual Regimiento 10 de Caballería de Tanques, que recibe el nombre de quien fuera su organizador, Don Juan Martín de Pueyrredón. La Historia nos relata que fue recreado en 1827, para intervenir en la Guerra contra el Imperio del Brasil, participó luego en las luchas por la organización nacional y en las primeras campañas llevadas a cabo contra el indio, guarneciendo todos los rincones de las fronteras interiores.Ya hacia fines del siglo XIX y principios del siguiente, sufrió por diversas causas, una serie de disoluciones y reorganizaciones, registrándose la última de ellas en 1917, en que integra definitivamente las unidades de Caballería de la Fuerza, hasta nuestros días. Actualmente, asentado en la localidad de Azul, en la Provincia de Buenos Aires y equipado con el más moderno material blindado que posee nuestro ejército (VC Tan de la familia TAM), constituye uno de los más formidables arietes de las fuerzas blindadas que lo componen, conservando al mismo tiempo las tradiciones y glorias del cuerpo que fuera su primitivo origen y llevando orgullosamente el nombre de quien fuera su insigne fundador: el Brigadier General D Juan Martín de Pueyrredón.
Fuente: wwwsoldadosdigital.com
Mientras tanto, en la campaña, un rico hacendado y hombre de acción, Juan Martín de Pueyrredón, rápidamente organizó y equipó a su costo a 700 hombres entre milicianos y vecinos. Lamentablemente estas improvisadas fuerzas fueron vencidas en el combate de Perdriel tras un breve encuentro. Santiago de Liniers, militar sagaz y astuto, decidió concentrar la acción en Montevideo y emprender desde allí la Reconquista.Con la colaboración de la población montevideana formó un ejército de 1.300 hombres que, luego de cruzar el Río de la Plata, desembarcó en el Tigre el 10 de agosto, avanzando luego hasta los Corrales de Miserere, donde estableció su campamento. Desde allí, exigió la rendición de Beresford. Ante la negativa inglesa, avanzó con su ejército, tomó el Retiro y obligó a los invasores a retroceder hacia la Plaza Mayor. El 12 de agosto las fuerzas de la Reconquista iniciaron el ataque decisivo. Beresford y sus hombres, refugiados en el Fuerte, se rindieron.En las puertas del Cabildo el brigadier inglés depuso formalmente las armas. Un Cabildo Abierto reunido el 14 de agosto, resolvió comunicar el triunfo a la corona española y organizar cuerpos de milicias para defender a Buenos Aires de una nueva invasión. Se otorgó el mando militar a Liniers y el poder político a la Audiencia. Se decidió enrolar y armar a los vecinos para preparar la defensa de la ciudad ante la certeza de que Inglaterra enviaría refuerzos para vengar la derrota. Para ello, se invitó a la población a sumarse espontáneamente a las milicias. La gente respondió con entusiasmo y Buenos Aires se transformó en un inmenso campo de entrenamiento militar.
Prácticamente no había casa en Buenos Aires en donde no viviera un miliciano. Hacia octubre de 1806, las milicias ya contaban con alrededor de 8.500 hombres, de los cuales sólo 3.000 eran españoles.Juan Martín de Pueyrredón tuvo a su cargo la organización de las fuerzas de caballería, formándose un cuerpo de tres escuadrones de húsares, que estuvieron un bajo su mando y los restantes, bajo las órdenes de dos colaboradores suyos, Núñez y Vivas. Los españoles integraron otros cuerpos, agrupados bajo según el lugar de origen de sus integrantes: Gallegos, Andaluces, Catalanes, Vizcaínos, Cántabros y Montañeses, entre otros. La Historia nos cuenta que al año siguiente, la segunda intentona del león británico de conquistar estas tierras terminó en una total derrota. Los improvisados y bisoños cuerpos integrados por tropas criollas y peninsulares, batieron aguerridamente a las veteranas tropas inglesas. Si bien finalizadas las invasiones inglesas y producidos los episodios de mayo de 1810, este cuerpo tuvo una vida efímera, puede decirse que de sus filas salieron los primeros cuadros del Arma de Caballería, muchos de los cuales pasarían a integrar otros cuerpos del Arma, durante las Guerras de la Independencia.Este es el origen del actual Regimiento 10 de Caballería de Tanques, que recibe el nombre de quien fuera su organizador, Don Juan Martín de Pueyrredón. La Historia nos relata que fue recreado en 1827, para intervenir en la Guerra contra el Imperio del Brasil, participó luego en las luchas por la organización nacional y en las primeras campañas llevadas a cabo contra el indio, guarneciendo todos los rincones de las fronteras interiores.Ya hacia fines del siglo XIX y principios del siguiente, sufrió por diversas causas, una serie de disoluciones y reorganizaciones, registrándose la última de ellas en 1917, en que integra definitivamente las unidades de Caballería de la Fuerza, hasta nuestros días. Actualmente, asentado en la localidad de Azul, en la Provincia de Buenos Aires y equipado con el más moderno material blindado que posee nuestro ejército (VC Tan de la familia TAM), constituye uno de los más formidables arietes de las fuerzas blindadas que lo componen, conservando al mismo tiempo las tradiciones y glorias del cuerpo que fuera su primitivo origen y llevando orgullosamente el nombre de quien fuera su insigne fundador: el Brigadier General D Juan Martín de Pueyrredón.
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