miércoles, 29 de febrero de 2012

PRIMERA EXPOSICIÓN DEL PLAN EMANCIPADOR PARA LA AMÉRICA DEL SUR


El 29 de febrero de 1816, el general don José de San Martín dirigió al supremo director del Estado, coronel don Ignacio Álvarez Thomas, una extensa nota en la que apuntaba la necesidad de encarar la invasión a Chile con una fuerza conveniente que no bajaría de 4.000 hombres, y le indicaba los elementos de guerra que necesitaba, el refuerzo de personal para completar los efectivos del ejército de operaciones y 60.000 pesos para hacer frente a los gastos que originaría la campaña, en su preparación y comienzo de ejecución. Este documento, es el primero en el cual San Martín define la expedición libertadora en sus generalidades y en sus pormenores técnicos y de todo orden.

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martes, 28 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL GRUPO DE ARTILLERIA BLINDADO 1 "CORONEL MARTINIANO CHILAVERT"


Por Superior Decreto del Poder Ejecutivo de fecha 28 de febrero de 1921 se crea el segundo Grupo de Artillería a Caballo. Con el correr del tiempo, en su evolución orgánica, se convertiría en el que hoy es el Grupo de Artillería Blindado 1.

En febrero de 1922, se encontraba ya organizado y con asiento de paz en la localidad de San Vicente, provincia de Córdoba, con material de cañones Krupp de 75 mm.

En los siguientes años la unidad recorrió varias guarniciones en diferentes provincias, tales como San Luis, Corrientes y Buenos Aires. Su denominación sufrió las siguientes modificaciones:

En el año 1943, pasó a llamarse “Regimiento 1 de Artillería a Caballo”, en 1948, “Regimiento 1 de Artillería Blindado”. Luego, en 1952, “Agrupación Blindada 3”. En 1954, “Grupo de Artillería Blindado”, y, en 1961, “Grupo de Artillería Blindado 1”.

En 1959 cambia su material por el obús 105 mm M2 A1 montado sobre la cureña del M7.

En noviembre de 1964, pasó a ocupar los cuarteles del "Regimiento 2 de Artillería Montado Reforzado", con asiento en la localidad de Azul, Provincia de Buenos Aires.

Entre los años 1970 y 1971 la unidad fue dotada de cañones 155 mm L33 F3 AMX y la línea de los vehículos de combate de acompañamiento similares.

En 1974 la Guarnición vive uno de sus momentos más críticos de su historia debido al intento de copamiento perpetrado por elementos subversivos, quienes el 19 de enero secuestraron al Jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, Teniente Coronel Jorge Roberto Ibarzábal, hasta su muerte, 10 meses después. En el mismo hecho, fueron asesinados el Coronel de Caballería Camilo Gay, Jefe del Regimiento de Caballería 10 y Jefe de Guarnición, junto a su señora esposa.
En 1975 se honra al Grupo de Artillería Blindado 1 con la imposición del nombre histórico de "Coronel Martiniano Chilavert".

En cumplimiento de una de las misiones subsidiarias del Ejército, a partir del año 1992, personal de oficiales y suboficiales de la Unidad participaron en operaciones militares de mantenimiento de la paz, bajo el mandato de Naciones Unidas, en Croacia y Chipre, recibiendo elogiosos conceptos por su actuación.

Fuente: /www.artilleria.ejercito.mil.ar


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lunes, 27 de febrero de 2012

200 AÑOS DEL PRIMER IZAMIENTO DEL PABELLÓN NACIONAL


"Aquí está la bandera idolatrada,
la enseña que Belgrano nos legó,
cuando triste la Patria esclavizada
con valor sus vínculos rompió

El día 27 de febrero de 1812 el General Manuel Belgrano hace enarbolar por primera vez la bandera argentina. Al inaugurar dos baterías de artillería cerca de Rosario, Provincia de Santa Fe, construidas para bloquear la navegación por el Río Paraná a la flota española con base en Montevideo, hace enarbolar una bandera “celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional” (que provenían de los colores Borbónicos de la casa de Fernando VII) y jurarla por las fuerzas allí presentes.

La primera vez que la bandera se izó en Buenos Aires fue el 23 de agosto de 1812, en la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, donde hoy se encuentra el Obelisco.
La Asamblea de 1813 promovió en secreto su uso, pero no produjo normas escritas al respecto. El Gobierno no deseaba insistir en ese momento con símbolos independentistas.

Tras la declaración de independencia el 9 de julio de 1816, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816; el Congreso le agregó el sol el 25 de febrero de 1818.

El 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, el entonces Presidente de la Nación, Roberto M. Ortiz, promulgó la ley 12361. Esta dispone que el 20 de junio es el Día de la Bandera y lo declara feriado nacional, como homenaje a Manuel Belgrano (Fallecido el 20 de junio de 1820).

La Bandera Argentina está compuesta por tres franjas horizontales de igual tamaño, la superior y la inferior de color azul celeste, y la central blanca; en el centro, un sol amarillo oro.
Las medidas de la Bandera Oficial son 1,40 m de largo por 0,90 m de alto (Es decir, una proporción 9/14).

Los argentinos llamamos simplemente celeste al tono claro de azul de nuestra bandera (en inglés, el adjetivo cerulean significa lo mismo, “color del cielo”). De modo que celeste y blanca es más frecuente que azul y blanca al referirnos a la bandera. Más allá de esta definición, se ha debatido desde siempre cuál sería el tono exacto de este celeste o azul claro.

Sobre las barrancas del Paraná, el pueblo rosarino se aglomeró para contemplar la formación de la división de las tropas porteñas y fue privilegiado espectador del momento en que el General Manuel Belgrano recorría la línea a caballo, saludaba con su espada, se detuvo y exclamó “Soldados de la patria: aquí hemos tenido la gloria de vestir la escarapela; allí – señalando la batería Independencia – nuestras armas aumentarán sus glorias; juremos vencer a nuestros enemigos, y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad.”Los soldados contestaron con un prolongado ¡viva! y dirigiéndose a un oficial que estaba a la cabeza de un piquete, le dijo: “Señor Capitán y tropa destinada por primera vez a la Batería Independencia, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer”. Eran las seis y media de la tarde. Con una salva, ambas baterías saludaron el ascenso de la bandera azul y blanca, reflejo del cielo de la patria.


Recordemos Siempre nuestro Juramento a la Patria, de seguir constantemente su Bandera y defenderla hasta perder la vida.

Ejercito Nacional.

Dibujo de Héctor Ruben Arenales Solís


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sábado, 25 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN


Rememoramos el nacimiento del Libertador de América, José Francisco de San Martín, acaecido el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, Corrientes.

El 25 de febrero de 1778, nacía el futuro Libertador de la América del Sud, en Yapeyú, actual provincia de Corrientes, donde su padre cumplía funciones como teniente gobernador al servicio de la corona española. En 1785, tras pasar 6 años en Buenos Aires, la familia regresa a España donde el joven San Martín inicia sus estudios militares, como cadete en el Regimiento de Infantería de Línea Nº 20 “Murcia”. En la campaña de África tiene su bautismo de fuego demostrando un inusual valor y aptitud para el mando en la batalla de Bailén. Formado en los ideales liberales de su tiempo, al tener conocimiento de los movimientos independentistas hispanoamericanos, decide volver a su tierra natal para ofrecer sus servicios. En marzo de 1812, a bordo de la fragata Gorge Canning, San Martín arriba a Buenos Aires en compañía de Carlos María de Alvear, de Matías Zapiola y de Martiniano Chilavert. Ofrece sus servicios al gobierno, el que lo incorpora al ejército de la revolución otorgándole el grado de teniente coronel de caballería y le encomienda la creación de un escuadrón de esa arma con las concepciones de la táctica moderna. Nace así el glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo, unidad que lo acompañaría durante la gesta de la libertad de Chile y el Perú, que marcan de brillantes jalones la vida del futuro Padre de la Patria.

La mejor manera de homenajear a Nuestro Prócer Máximo en el día de su onomástico es narrando una de tantas anécdotas que formaron parte de su vida, las cuales como veremos son dignos ejemplos a seguir.

Estando San Martín en Santiago de Chile, se presentó en un cuartel, y después de inspeccionar prolijamente todo, se fijó en una puerta cerrada y forrada con pieles de carnero con la lana para afuera, que la custodiaba un centinela cuyo nombre era Anselmo Tova.

Habiendo preguntado que era aquello y obtenido por respuesta: El laboratorio de mistos, sin preguntar más se dirigió allí, pero poniéndose el centinela por delante, le dijo: Alto ahí, Señor, así no se puede entrar.

El General San Martín le interrogó si le conocía, y el soldado le contestó: Si Señor, pero así no se puede entrar. Volvió el General para empujar la puerta y penetrar; el centinela entonces caló la bayoneta y le repitió la orden, gritando: "¡Cabo de guardia!, ¡El General quiere forzar el puesto!. En seguida fue el Cabo y le explicó al General que la consigna que tiene el centinela es de no dejar a nadie vestido de uniforme, por temor a un incendio. Si Vuestra Excelencia quiere entrar, le dijo, sírvase pasar por el cuarto y cambiar de traje.

Al terminar la visita y una vez entregada la guardia por este centinela, el general lo mando llamar para que se presentara a su despacho, y después de hablarle sobre la subordinación, la obediencia y el cumplimiento de sus deberes, concluyó regalándole una onza de oro.

En la imagen: José de San Martín con su uniforme de Cadete de Infantería de Murcia. Es la única imagen que existe de un San Martín joven y con uniforme militar Español.

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viernes, 24 de febrero de 2012

¿POR QUÉ SE COLOCAN BANDERAS A MEDIA ASTA EN SEÑAL DE LUTO?


Son muchos los países que expresan el luto oficial haciendo ondear sus banderas a media asta. ¿Cuál es el significado y origen de esta costumbre?

Para ello, la bandera no se iza hasta esa posición directamente, sino que se eleva por completo y luego se arría “a media asta”, para que pueda ondear a una distancia del tope equivalente al ancho de la bandera aproximadamente, lo cual no siempre es la mitad de la altura del mástil, aunque la expresión así parezca darlo a entender.

Esta distancia tiene una explicación: es para dejar sitio a una bandera imaginaria que ondeará por encima, la llamada “bandera invisible de la muerte”, una bandera ausente que es la que realmente indica el luto por los caídos.

En algunos países, y especialmente en contextos militares, una bandera a “media asta” debe bajarse exactamente el mismo ancho que tiene la bandera de abajo en su posición normal; y no una distancia menor, para que la “bandera de la muerte” pueda ser fielmente representada por encima.

Así se debe hacer si se quiere ser fiel al protocolo correcto. Sin embargo, con la implantación de grandes banderas en mástiles muy cortos en muchos edificios públicos, la práctica de la bandera “a media asta” se ha desvirtuado mucho, debido a la ignorancia y a la concepción común de que la bandera debe ser colocada en realidad a la mitad de la longitud del mástil.

En muchos de estos casos, sobre todo en banderas de ayuntamientos, los mástiles son inclinados y las banderas no se pueden volar a media asta en mástiles que pasan más de 45 ° de la vertical. En ese caso está aceptado que la bandera pueda ponerse a su tope superior, pero con un crespón negro que indique el luto, que puede ir tanto en el paño como en la punta del soporte.

Lo que no es correcto es hacer ambas cosas a la vez, es decir, izar una bandera a media asta y plantarle encima un crespón negro. Sin embargo, seguiremos viendo muchos ejemplos donde se mezcla todo y la bandera luce como un trapo colgante en un mástil inclinado, a media asta y con crespón negro, todo incluido.

Pero, aunque la forma de representación está clara, el origen de este método para expresar el luto no lo está tanto.

Algunas versiones apuntan a que proviene de las antiguas guerras navales, cuando las banderas se arriaban de su mástil para indicar la rendición. También lo hacían para honrar al enemigo los ingleses del siglo XVII, que en eso de reconocer a los adversarios valientes son únicos si han salido vencedores, pues ponían la bandera de sus navíos a media asta y lanzaban una salva de honor dedicada a los caídos, cuando pasaban por delante de los puertos que les había costado mucho conquistar.

Aunque la versión más mayoritariamente aceptada afirma que esta bandera simbólica “a media asta” recrea la antigua tradición greco-romana de la señalización de la muerte con una columna rota sobre la tumba de la persona, que significa que la vida del que allí yace ha sido segada antes de tiempo.

Este tipo de columnas “a media asta” sobre las tumbas significan el final de la vida, la tristeza; por lo general, una existencia truncada. Y también representa la eventual ruina o la descomposición de todos nosotros, de los pilares que nos sustentan.

Fuente: www. politicaydesarrollo.com.ar

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jueves, 23 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL COMANIVERSARIO DEL COMBATE DE CUCHA CUCHA


El 22 de febrero de 1814, las fuerzas argentinas que componían la División Auxiliar de Chile, a órdenes del coronel don Marcos Balcarce, libraron en suelo chileno el combate de Cucha Cucha. En la acción las fuerzas al mando del entonces sargento mayor don Juan Gregorio de Las Heras se enfrentaron contra un elevado número de soldados realistas distinguiéndose él mismo y uno de sus hombres según el parte del general don Juan Mackenna: “El siguiente rasgo de valor personal no debe sepultarse en olvido: un cabo del cuerpo de auxilia-res de Buenos Aires, Manuel Araya, viendo a un oficial enemigo que con suma intrepidez animaba a su tropa, marchó sobre él, matólo, y vuelve montado en su caballo a la formación”.

Luego de que Bernardo O’Higgins se hizo cargo de la jefatura del ejército independentista chileno, destinó a Mackenna con una pequeña división del ejército patriota chileno en febrero de 1814 para situarse cerca de Chillán, mientras él pensaba en intentar recuperar la línea del río Biobio estableciendo su cuartel general en en Concepción. Los auxiliares argentinos, acantonados en Quirhue al noroeste de Chillán, se integraron en la división de Mackenna y marcharon con éste hacia el río Membrillar. La división de Mackenna en el Membrillar se componía de 800 infantes, 100 dragones y 16 piezas de artillería, siendo nombrado el Coronel Marcos Balcarce (jefe de los auxiliares argentinos) como jefe del estado mayor. Los realistas controlaban Chillán y sus fuerzas móviles, compuestas de guerrillas y huasos leales a España, mantuvieron a Mackenna asediado en el Membrillar, en donde se había fortificado.

La situación de los patriotas de esta división empeoró por la escasez de víveres y Mackenna despachó destacamentos para proveerse de ganado. Supo también que Luis Urréjola estaba reuniendo tropas en su hacienda de Cucha Cucha para aumentar las fuerzas de su división que se hallaban en Caimaco, a tres leguas del campamento de Mackenna y al otro lado del río Itata, con el fin de atacarlo, por lo que decidió dirigirse a Cucha Cucha con un destacamento para batirlo y apoderarse del ganado de la hacienda. Esa hacienda se hallaba a tres leguas del campamento de Membrillar, en las cercanías del río Ñuble.

A la medianoche del 22 de febrero Mackenna partió de su campamento llevando como segundo al Coronel Andres Alcazar, con 300 fusileros, 40 dragones, 2 piezas de artilleria y varios oficiales de milicias, dejando a Balcarce al mando del campamento. Cuando después del amanecer del día 23 arribaron a la hacienda, la encontraron desierta, pues las fuerzas realistas habían cruzado el río Ñuble, por lo que Mackenna ordenó que dos piquetes saliesen un busca del ganado de la hacienda. Al observar esos movimientos desde la orilla opuesta del río, una fuerza de aproximadamente 150 realistas fue destacada para repasarlo y atacar a los piquetes de Mackenna, pero fue contenida por los soldados del teniente coronel Bueras haciendo que se dirigieran a unas alturas inmediatas desde donde se desprendían partidas de tiradores. Estas fuerzas fueron perseguidas por las tropas de Bueras y por los voluntarios al mando del alférez Allende, pero debido a que los realistas tenían caballos y los independentistas eran mayormente infantes, no pudieron alcanzarlas. Allende se alejó del resto de la división y quedó en retaguardia.

Luego de reunir ganado, Mackenna ordenó el regreso a su campamento, siendo atacada su retaguardia por una fuerza de más de medio millar de realistas, pudiendo solo auxiliarlos el piquete de caballería al mando de Bueras y 100 auxiliares argentinos al mando del Sargento Mayor Juan Gregorio de Las Heras, quienes protegían la retirada, pues el resto de las tropas se hallaba en avanzada retirada:

“Viendo á las diez del dia que el enemigo no atacaba ni que se le podia alcanzar por la bondad de sus caballos la división se puso en retirada para restituirse ál campo, lo que hizo sin novedad hasta la mitad del camino: quando el enemigo habiendo recibido fuerzas considerables de la división de Urrejola, (y creo también de Chillan, que solo dista de 4 á 5 leguas de Chuca,) intento cortar la guerrilla del Teniente Coronel Bueras; pero este con su acostumbrada intrepidez hizo frente por todas partes, hasta que auxiliado por las demás Tropas, en particular por el valeroso Sargento Mayor de Auxiliares de Buenos Aires D. Juan Gregorio de las Heras, quién con 100 hombres de su cuerpo, y bien sostenido por el Capitán Varga del mismo, avanzo en el mayor orden sobre el enemigo, y le obligo con perdida considerable a replegarse á una altura inmediata que dominaba la posición que ocupaba nuestra Tropa por cuyo motivo, y por haberse inutilizado las dos piezas de Artillería habiéndose roto el exe de la cureña de una, y quedado atascada la lanada en el ánima cónico de la otra determiné variar de posición y tomar una altura que franqueaba la del enemigo. La maniobra se hizo en el mayor orden; y desde el nuevo punto se desafiaba al enemigo que sinembargo de tener de 500 á 600 hombres solo trato de recoger sus muertos y heridos y retirarse; lo que verificó en orden no siéndonos a nosotros posible atacarlo por la falta de Caballería.”

Las Heras logró rechazar tres cargas de tres divisiones realistas, en la última impidió que la partida de Bueras fuera destrozada, cargando a bayoneta y haciendo retroceder a los atacantes hacia una altura, quedando en posesión del campo de batalla durante el tiempo suficiente para proteger la retirada de las tropas, tras lo cual se retiró sin ser molestada su fuerza hacia el campamento de Membrillar.

En su parte reservado al Gobierno argentino, de fecha 24 de febrero, Balcarce expresó:

En la acción de ayer en que debió perderse Chile por la vengonzosa fuga de sus tropas, hemos tenido oportunidad de salvarlo merced al arrojo y bravura de las nuestras.

En reconocimiento al valor demostrado en este combate el Gobierno argentino autorizó a Balcarce a diseñar un escudo de honor. Ese escudo era ovalado, orlado de palmas y de laurel y en el centro el lema:

“La Patria a los valerosos de Cuchacucha. Auxiliares en Chile. Año de 1814.”

Por los hechos de Cucha Cucha, el Gobierno de Chile decretó el ascenso de Balcarce al grado de brigadier general, mientras que el Gobierno de Buenos Aires lo elevó el 9 de septiembre de 1814 al recientemente creado rango de coronel mayor, siendo el primero que lo obtuvo.

Después de esta acción el grueso del ejército, con O'Higgins a la cabeza, acudió a reunirse con Mackenna y en su avance triunfó sobre los realistas en el Combate de El Quilo el 19 de marzo de 1814.

miércoles, 22 de febrero de 2012

DÍA DE LA ANTÁRTIDA


Celebramos el día de la reafirmación de nuestros derechos en el sector antártico y, a la vez, rendimos homenaje a todos aquellos que, con su sacrificio y esfuerzo, hicieron permanente la presencia del país en ese continente
El 22 de febrero, se conmemora el Día de la Antártida Argentina y se cumplen 105 años de la permanencia ininterrumpida de los argentinos en ese sector. A partir de 1904, con la inauguración de la lra Estación Meteorológica, flamea la Bandera Argentina en la isla Laurie del grupo de Islas Orcadas.
Desde el 21 de marzo de 1951, cuando el entonces Coronel Hernán Pujato fundó la Base Antártica "San Martín", el Ejército Argentino destaca personal en el Continente Antártico. Hoy en día, hombres y mujeres del Comando Antártico de Ejército están desplegados en las bases "Esperanza", "San Martín", "Belgrano 2", "Primavera" y "Jubany".
Esta nueva conmemoración encuentra a las dotaciones de la actual campaña antártica realizando, además de las habituales tareas de mantenimiento y apoyo logístico a la actividad científica, importantes obras de infraestructura, entre otras, la construcción de nuevos edificios para una escuela, casas habitación y un laboratorio.
También se llevan a cabo tareas relacionadas con el Proyecto Viento Hidrógeno (aplicación de tecnologías de energías alternativas), en el que participan la DIDEP, CITEFA, EST, INVAP, PEHPC (Planta Experimental de Hidrógeno de Pico Truncado) y el ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires).
Fuente: www.ejercito.mil.ar

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martes, 21 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA


A principios de enero de 1813 el ejército se pone en marcha hacia el norte. Ya para el 11 de febrero el grueso de las tropas había cruzado el río Pasaje. Allí decide Belgrano que las tropas presten el juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente que, con ; gran pompa, ha inaugurado sus sesiones en Buenos Aires el 31 de enero. Por tercera vez despliega la bandera celeste y blanca ante el ejército formado. "Éste será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los nuevos campeones de la patria", les dice. Y luego, personalmente, y en forma individual, toma juramento a los soldados. Sobre una margen del río se yergue un árbol eminente y frondoso. Cuando los ecos de la marcha de1 ejército se pierden a lo lejos, sobre el gigante vegetal, mudo testigo de la emocionante ceremonia, queda prendido en su tronco, una tablilla, grabada a punta de cuchillo, donde se lee Río del Juramento. En momentos en que el ejército comandado por el general Belgrano avanzaba hacia Salta con intención de vencer a las fuerzas españolas que bajo el mando del general Pío Tristán se encontraban a la sazón, acantonados en la ciudad de Salta; se encontró con un fuerte impedimento: la desmesurada fortificación que había realizado el general español del único paso de acceso a la ciudad, el portezuelo; lo que planteaba a su jefe una disyuntiva de hierro: entablar un combate en circunstancias desventajosísimas o desistir del propósito y retroceder. En tales circunstancias, el 17 de febrero de 1813, el capitán Apolinario Saravia, ayudante del Gral. Belgrano comenta el General Paz en sus memorias- "se ofreció para conducir al ejército y salvarlo, avisando al General que, como salteño y habitante de por allí, tenía conocimiento de una senda extraviada y así por nadie conocida que, pasando por el escabroso laberinto de las montañas, pues los cerros se suceden unos a espaldas de otros, y poblada de vegetación, conducía en su prolongación hacia el norte, por cosa de dos leguas entre el seno de los montes, hasta dar con una pequeña quebrada llamada de chachapoyas que desembocaba en la estanzuela de castañares, que estaba precisamente en el campo norte y lindero con la tablada de Salta, al opuesto lado de la sierra". El General Belgrano tras recorrer pormenorizadamente el itinerario propuesto dió órdenes de como proceder para que el ejército avancen por él. Esa noche, azotados por una lluvia espantosa, se inició la marcha de las fuerzas patriotas a través del fracturado terreno cubierto de espeso malezal, portando cincuenta carretas con pertrechos y doce piezas de artillería. La estrechez del camino y lo torrencial de la caída de las aguas por las laderas circundantes, agudizaban las dificultades que la quebrada presentaba de por si para semejante tránsito, más, la decisión, el fervor, el Ansia de libertad que todos y cada uno de los componentes de la fuerza llevaban en su corazón, los impulsaba para que la suma de dificultades no los arredraran en su empeño e hicieran que en el amanecer del día 18 arribaran a la finca de castañares donde permanecieron hasta las 11 de la mañana del día 19, cuando iniciaron su marcha a la chacras de Gallinato. El General Belgrano pernoctó el día 18 en una de las habitaciones de la casa de campo del Coronel Saravia, progenitor del capitán, su ayudante, que tan acertadamente había servido de guía. Haciendo uso eficaz del color tostado de su piel, este leal oficial a quien llamaban "Chocolate Saravia", ansioso por conocer la cantidad y calidad de las fuerzas de Tristán, tanto como las posiciones que ocupaban; vistiendo ropas similares a la de los aborígenes, arreando una recua de burros cargados de leñas marcha hacia la casa de sus padres sita en la calle Buenos Aires de la ciudad de Salta. Su disfraz le posibilitó cruzar frente al ejército realista y llegar a destino, donde entregó la carga de leña y regresar después a castañares para informar al General y posteriormente combatir junto a él. El ataque comenzó el día 19, a las 11 de la mañana, en la pampa de Castañares con el ataque a la posición realista por la retaguardia. Belgrano, seriamente enfermo, había preparado un carro para efectuar en él los desplazamientos, pero a último momento pudo reponerse y montó a caballo.

LA BATALLA.

A las nueve de la mañana del día 20 se desplazó el Ejército Nacional cubriendo todo el ancho de la planicie que en leve plano inclinado lleva a la ciudad. Marchaba compacto sobre el centro con la caballería e infantería, separada por sectores, reserva plegada y dos columnas de caballería en ambos flancos. Tristán lo esperaba fortaleciendo el lado izquierdo de su formación, pues el flanco derecho se apoyaba sobe el cerro San Bernardo, donde había distribuido una columna de tiradores que obstaculizaran las cargas sobre ese sector. Precisamente esta disposición posibilitó al español controlar los ataques porque además de prevalecer en el llano rechazaba los avances sobre el flanco derecho por la eficaz acción de los tiradores del cerro y porque el terreno dificultaba las operaciones de caballería. Al promediar el combate Belgrano cambió su táctica inapropiada. Movilizó la reserva, dotando de más efectivos de infantería y caballería y ordenó a Martín Dorrego, que había reemplazado al segundo jefe Díaz Vélez, gravemente herido, atacar vigorosamente ("... lléveselos por delante..."). Dispuso cargar simultáneamente con artillería y, luego de cruzar el campo, condujo él mismo la avanzada contra las barricadas del cerro. Al mediodía la situación varió. La furibunda carga de Dorrego arrasó el flanco izquierdo junto a las columnas de Zelaya, Pico, Forest y Superí (compartieron el honor de ser los primeros oficiales triunfantes de la ciudad) sostenían la persecución de las calles. En tanto el centro y el ala izquierda patriota fue quebrando inexorablemente la resistencia. Con la retirada cortada, los realistas vencidos retrocedieron desordenadamente quedando entrampados en el corral que circunda la ciudad, denominado Tagarete del Tineo, donde fueron diezmados por los criollos. El tramo final de la lucha se concentró alrededor de la Plaza Mayor, mientras el desbande y la persecución eran confusos y cruentos. La calma llegó cuando desde la iglesia de La Merced doblaron campanas por la patria anunciando la rendición incondicional del invasor. Queda acordado que al día siguiente los soldados realistas salgan de la ciudad con los honores de la guerra, a tambor batiente y con las banderas desplegadas, y que a las tres cuadras rindan las armas y entreguen los pertrechos de guerra, quedando obligados por juramento, desde el general hasta el último tambor, a no volver a tomar las armas contra la Provincias Unidas hasta los límites del Desaguadero. Belgrano devolverá todos los prisioneros, a cambio de igual actitud por parte de los realistas, quienes deberán entregar los prisioneros patriotas que tiene Goyeneche en el Alto Perú. Así desfilan 2.786 hombres. La caballería echa pie a tierra y rinde sus sables y carabinas; la artillería entrega sus cañones, carros y municiones. Belgrano dispensa al general Tristán de la humillación de entregarle personalmente la espada, y lo abraza ante todos los presentes. Tres banderas son los trofeos de esta victoria. Diecisiete jefes y oficiales fueron hechos prisioneros en el campo de batalla; hubo 481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos. En total, 3.398 hombres que componían el ejército de Tristán, sin escapar uno solo. Además, diez piezas de artillería, 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas y carabinas y todo el parque y la maestranza. Luego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813, el General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la fosa común de los 600 guerreros muertos de ambos lados. El Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con la leyenda cristiana ``A los Vencedores y Vencidos''. Las capitulaciones firmadas con Tristán, permitían a los realistas volver a sus casas, previo el juramento de no tomar nuevamente las armas contra las Provincias Unidas. Esta lenidad en las condiciones, desató, contra Belgrano, las críticas de los partidarios de una acción enérgica. "Siempre se divierten - le escribía a Chiclana: los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos... También son esos los que critican las determinaciones de los jefes. Por fortuna dan conmigo que me río de ellos, y hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria. . . ".La Asamblea Constituyente. con fecha 8 de marzo, dispuso premiar a Belgrano con 40.000 pesos y un sable con guarnición de oro por el brillante triunfo obtenido. Generosamente declinó el obsequio Manuel Belgrano. Y al hacerlo, comprometió para siempre la gratitud de Tarija, Jujuy, Tucumán y Salta, para quienes dispuso, con ese dinero, la creación de cuatro escuelas. "Que renunciar, es poseer".


Fuente: www. camdipsalta.gov.ar




domingo, 19 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGÓ

El 20 de febrero de1827 se produce la Batalla de Ituzaingó. El ejército argentino, bajo el mando del General Carlos M. de Alvear, derrotó al brasileño, conducido por el Marqués de Barbacena, en una jornada con un alto protagonismo para la caballería republicana. Los dos ejércitos se enfrentaron cerca del arroyo Ituzaingó, en la provincia brasileña de Río Grande del Sur. Las tropas derrotadas abandonaro su campamento y entre los bagajes se encontró la partitura de esta marcha, que considerada botín de guerra, fue nominada Ituzaingó e incorporada desde entonces al acervo musical argentino.

Siete días después del triunfo del General Juan Galo de Lavalle frente a las fuerzas del General Benito Manuel en la Batalla de Bacacay, y cuatro después del triunfo del General Lucio Norberto Mansilla en la Batalla del Ombú; que dispersó con 350 hombres a caballo y 1.800 efectivos de infantería a la caballería de Bento Manuel, elite de la tropa imperial. Carlos de Alvear atrajo al grueso de las fuerzas imperiales, mandadas por el marqués de Barbacena, a un enfrentamiento en la vera del río Santa María.

La acción fue una total sorpresa para las tropas brasileñas, que hasta el día anterior perseguían a las fuerzas conjuntas argentino-orientales. El Santa María separaba el territorio montañoso (donde las caballadas aliadas poco valor táctico tenían) de los terrenos más llanos con buenos pastizales al sur del río. El ejército aliado buscaba campos con forraje adecuado, mas la imposibilidad de vadear el río por estar crecido obligó a efectuar una contramarcha de veinte kilómetros en la noche previa a la batalla recorriendo un camino ascendente que permitía posicionar al ejército aliado en igualdad de condiciones con el oponente.

Como los brasileños estimaron erróneamente que los aliados habían cruzado el río en la tarde anterior su marcha fue descuidada y desprolija. Barbacena envió el grueso de su infantería en tres columnas a atacar el primer cuerpo del ejército aliado, comandado por Lavalleja, que estaba ubicado con la artillería en el centro del campo de batalla. Una vez próximos a éste, Alvear ordenó la carga de la caballería, hasta entonces oculta, sobre el flanco izquierdo de los brasileños. Posicionados sorpresivamente frente a un ejército bien formado y dispuesto para la batalla, los voluntarios que componían este flanco, al mando del Mariscal José de Abreu Mena Barreto, se desbandaron. El flanco derecho imperial se replegó también, cruzando el río por el vado, y dejando sólo a la columna central, entre los que se contaban 2.000 mercenarios experimentados de origen austíaco y prusiano, para resistir las sucesivas cargas dirigidas por el Teniente Coronel Federico Brandsen, ascendido póstumamente a Coronel, tras caer en batalla, el General Juan Galo de Lavalle y el General José Maria Paz, que fueron decisivas. Luego de intentar pasar la línea defensiva argentina durante 6 horas sin éxito, y siendo bombardeado por la artillería, el ejército imperial se retiró para no ser atacado por la infantería que todavía no había intervenido y para no ser rodeado

A pesar de la victoria los republicanos no tenían capacidad ni medios para hacer más. El ejército imperial sufrió 200 muertos, entre ellos el mariscal Abreu y 150 prisioneros. Las Provincias Unidas sufrieron 139 bajas de caballería y 9 de los Cazadores de Infantería. Entre los pertrechos abandonados por el Ejército Imperial se encontraba un cofre conteniendo una partitura entregada por el Emperador al Marqués de Barbacena para ser interpretada tras la primera victoria del Imperio del Brasil; el ejército aliado se apoderó de ella y bautizada comoMarcha de Ituzaingó se interpreta en conmemoración del hecho de armas cuando la bandera Argentina se traslada en actos oficiales. Es uno de los tres atributos que ostenta el Presidente de la República Argentina: bastón de mando, banda presidencial y marcha de Ituzaingó.

En Brasil el 4º Regimento Passo do Rosário (el nombre de la batalla en Brasil es Batalla del Passo do Rosário), localizado en Rosário do Sul, Rio Grande do Sul, es el mantenedor de las tradiciones de la batalla. Y la memoria de los soldados que han luchado también es mantenida en Brasilia, todos los años, tanto por el Regimento de Cavalarias de Guarda como por los Dragões da Independência.

Esta batalla importante que dio una victoria trascendental a las fuerzas de la República Argentina no terminó generando políticamente los resultados esperados. Los duros conflictos internos en la República Argentina y el mal manejo de los poderes públicos por parte del Presidente Rivadavia, no hicieron posible poder sacar mayor provecho a la victoria de Ituzaingo por parte de los argentinos

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sábado, 18 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA INAUGURACIÓN DEL PRIMER TEMPLO CATÓLICO EN LA ANTÁRTIDA


Se inaugura en la Base de Ejército “Esperanza” el Primer Templo Católico de toda la Antártida, la Capilla “San Francisco de Asís”, siendo el reverendo padre Buenaventura de Filipis (SJ) y el reverendo Padre Lionel Omar Mosse los únicos sacerdotes en realizar una Campaña Antártica de Invierno en esta base, durante los años 1978 y 1980 respectivamente.

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viernes, 17 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL COMBATE EN LA LAGUNA ALUMINE


El 17 de febrero de 1883 se produce un combate de tropas argentinas y chilenas. Una partida de exploración de la Segunda División del Ejército Argentino, compuesta por tres oficiales y treinta y tres soldados al mando del Sargento Mayor Juan G. Díaz, en las cercanía de la laguna Aluminé, Provincia de Río Negro, fue rodeada por unos cien a ciento cincuenta salvajes que amenazaban cargarlo (la patrulla estaba reducida a diez y nueve hombres por haberse enviado dos grupos en reconocimiento). En ese momento, en el flanco izquierdo argentino se presenta un infante chileno con bandera de parlamento, pero al ver que detrás de él venía una compañía de infantería ocultándose, Díaz manda abrir fuego. Los chilenos cargaron a la bayoneta, siendo batidos por los argentinos. El parte del combate indica que quedaron siete chilenos muertos en el campo y que los heridos fueron recogidos por los indios, poniéndolos a salvo. Se capturaron seis fusiles “Martini Henry”, de dotación en el Ejército de Chile. Este tipo de incidentes fueron con el tiempo, solucionados por vía diplomática.

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jueves, 16 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL COMBATE DEL RIO PUEBLO VIEJO

ANIVERSARIO DEL COMBATE DEL RIO PUEBLO VIEJO
El 14 de febrero de 1975 se libró el primer combate en los montes tucumanos entre efectivos del Ejército Argentino y del “Ejército Revolucionario del Pueblo” (ERP).
El hecho tuvo lugar en el contexto de la “Operación Independencia”, un conjunto de acciones militares y cívicas ordenadas por la entonces presidente de la Nación María Estela Martínez de Perón para “neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos”, tal el texto del Decreto firmado el 5 de febrero del mismo año.

Relato del Teniente Coronel ® Rodolfo Richter, donde cuenta como perdió la vida el Capitan Héctor Caceres.

Avanzábamos por un sendero angosto, en columna de a uno, bordeando el río. Los árboles no eran muy altos. No se veía más allá de cinco metros (…)
Después de recorrer un trecho muy corto, vi delante de mí, a unos diez metros, a un subversivo. Estaba parado en medio del camino. Llevaba uniforme, kepis y un arma en la mano (…)
Hubo un instante en que nos quedamos mirándonos. Su sorpresa debió ser exactamente igual a la mía. Yo llevaba el fusil con ambas manos, y pude tirar primero. El tipo se escapó, y allí cometí el gran error. En vez de quedarme donde estaba, me lancé a perseguirlo. Me dejé llevar por el impulso y por la inexperiencia. Tenía veintiséis años.
Empecé a correr tras él tirando, y supongo que debo haber pasado junto a un hombre de “seguridad” de ellos. Sentí un golpe en la espalda y caí de bruces. Alguien, que debía ser el mismo que me disparó, pasó corriendo a mi lado.
El suboficial (un cabo primero) también cayó herido. Le tiraron por la espalda, como a mí. Uno de ellos saltó para rematarlo, pero en el momento de disparar se le trabó el arma y se apartó unos pasos para ponerla en funcionamiento. El cabo 1º tomó el fusil con una sola mano, porque el otro hombro lo tenía inutilizado, y apuntó hacia donde estaba agachado el enemigo. Cuando vio que se levantaba, disparó. Le pegó el balazo justo en la frente (…)
Se produjo un pequeño silencio y después volvió a arreciar el tiroteo (…)
Quedé casi bocabajo, medio de costado, sin poder moverme. El fusil había caído a unos tres metros.
En ese momento, grité: ¡Cáceres, estoy herido!
Y… ¡mi teniente primero….! Nunca me lo hubiera imaginado. Cáceres saltó y se tiró cuerpo a tierra a mi lado. Me dí cuenta de que estaba arriesgando demasiado y le dije: Mi teniente primero, ¿qué hace? Me respondió tranquilamente: Quédate tranquilo, que ya te saco.
Oí varios disparos y cerré los ojos.
Le encajaron un balazo. Escuché un pequeño quejido y se quedó inmóvil. Había muerto.
Se produjo una pequeña pausa. Sólo entonces tomé plena conciencia de que estaba muy mal. Sentí de todo: miedo, angustia, bronca. Tenía un fuerte dolor en la espalda y no podía mover las piernas.
Cuando fui destinado a Tucumán tenía muy presente las imágenes de mis camaradas asesinados. Me acordaba de Paiva, un buen oficial instructor, al que mataron por la espalda cuando esperaba el colectivo (microbus).
Después de que me hirieron, sí noté que odiaba. Después me dí cuenta de que ese sentimiento me estaba destruyendo, haciéndome daño. El odio destruye primero a quien lo siente. No sé cómo, no recuerdo haber hecho un gran esfuerzo, pero me lo quité de encima.
No odio al tipo que me tiró. Tenía la obligación de hacerlo. No por su ideología política, sino porque si no, lo bajaba yo a él. Tal vez mi sentimiento sea distinto hacia el subversivo urbano que ponía bombas y cometía atrocidades. En Tucumán la cosa era más clara: o ellos o nosotros, cosa de hombres.
Teniente Coronel ® Rodolfo Richter
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miércoles, 15 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE OMBÚ


Dos días después de la sableada que había aplicado el Coronel Juan Galo de Lavalle a las fuerzas brasileñas comandadas por el General don Bentos Manoel Ribeiro, ante la persistencia del jefe paulista, el general Alvear encomendó al General Lucio Mansilla darle el escarmiento necesario. El encuentro se produjo en el arroyo Ombú.

El General Mansilla contaba con 800 hombres de caballería, en tanto que el general Ribeiro conducía 1.200 soldados. Tras una desordenada carga patriota que facilitó a la caballería enemiga formar un gran semicírculo que puso en peligro el ataque argentino, la rápida reacción del ayudante del General Mansilla, don Segundo Roca, al quitarle el clarín al trompa de órdenes el cual estaba dispuesto a tocar retirada, permitió que un Escuadrón del Regimiento 16 de Caballería, a órdenes del Coronel Olavarría, efectuara una carga con tal ímpetu que frenó la acción brasileña. Esto permitió rehacer la carga propia y provocó la detención del empuje brasileño. El ataque enemigo pronto se transformó en retirada y luego en desordenada fuga. En esta acción, los imperiales tuvieron 173 muertos y 46 heridos, las bajas propias fueron 54 muertos y 31 heridos.

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martes, 14 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL JURAMENTO DE OBEDIENCIA A LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE


Aprincipios de enero de 1813 el Ejército a órdenes del general Belgrano, acantonado en Tucumán luego del triunfo del 24 de septiembre del año anterior, se pone en marcha hacia el norte. Ya para el 11 de febrero el grueso del Ejército había cruzado el río Pasaje. En ese lugar, el 13 de febrero de 1813, decide Belgrano que las tropas presten el juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente que, con gran pompa, había inaugurado sus sesiones en Buenos Aires el 31 de enero. Por tercera vez despliega la bandera celeste y blanca ante el ejército formado. "Éste será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los nuevos campeones de la patria", les dice. Y luego, personalmente y en forma individual, toma juramento a los soldados. Sobre una margen del río se yergue un árbol eminente y frondoso. Cuando los ecos de la marcha de1 Ejército se pierden a lo lejos, sobre el gigante vegetal, mudo testigo de la emocionante ceremonia, queda prendido en su tronco una tablilla grabada a punta de cuchillo, donde se lee “Río del Juramento”.

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lunes, 13 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CHACABUCO


El 12 de febrero de 1817 se produce la Batalla de Chacabuco. Marcó un jalón decisivo en las guerras de la independencia de América del Sur. El 18 de Enero el Ejército de los Andes había iniciado su marcha desde Mendoza para el cruce de la Cordillera. Después de casi tres semanas, las avanzadas comenzaron combates con las fuerzas españolas, en territorio chileno. Los realistas concentraron sus fuerzas, al mando del General Maroto, en la cumbre de la cuesta de Chacabuco. Después de una intensa lucha fueron vencidas por las fuerzas, mayormente argentinas y chilenas, comandadas por el General José de San Martín.

LA BATALLA

Tras reunirse el 8 de febrero en el Campamento de Curimón las columnas que cruzaron los Andes por Los Patos con las que cruzaron por Uspallata, se resolvió atacar en la madrugada del día 12. Con el fin de emplear una táctica de pinzas por el frente y la retaguardia, se dividieron a las tropas disponibles en dos:

La división al mando de Miguel Estanislao Soler que debía atacar por el oeste, estaba compuesta por los batallones 1 y 11, las compañías de granaderos y volteadores de los batallones 7 y 8, el escuadrón escolta, el escuadrón 40 de granaderos y 2 piezas de artillería.
La división restante estaría al mando de Bernardo O Higgins y debía atacar por el este; estaba formada por el resto de los batallones 7 y 8, los tres escuadrones restantes de granaderos y 2 piezas de artillería.

Mientras Soler rodeaba a los realistas, O’Higgins avanzaba por Cuesta Vieja, en dos columnas, enfrentándose con los adelantados realistas hasta encontrarse frente a frente con el grueso del ejército realista, por lo que decidió avanzar hacia el cerro Los Halcones y desplegar allí sus fuerzas, al tiempo que despachaba un mensajero para informar de la situación al General San Martin.

Ante la situación adversa y al no recibir respuesta, a las 11:45 ordenó a la infantería cargar a la bayoneta, apoyada por la caballería del Coronel Jose Matias Zapiola. Los realistas vencidos en esa colina retrocedieron rodeando un paso donde la caballería española atacó a la chileno-argentina (que venía persiguiéndolos), pero la caballería patriota venció rápidamente, reagrupándose las fuerzas de O’Higgins en un paso marcado por dos colinas a los costados.
Desobedeciendo las órdenes de San Martin de no comprometer fuego, O’Higgins atacó dos veces a los realistas sin éxito, en la segunda vez sus fuerzas comenzaron a dispersarse, pero cuando San Martin llegó finalmente y encontró este panorama, ordenó a O’Higgins que reagrupara todos los hombres que pudiera, y atacara los 3 flancos del frente español situados en colinas. Librada aquella acción, la división de Soler arribó a las 13:30 consolidándose así una aplastante victoria a favor de los patriotas, al atacar los refuerzos la retaguardia española.
Luego de 10 horas de batalla, mientras los patriotas tuvieron 12 bajas y 120 heridos, los realistas sufrieron más de 600 bajas, la captura de 500 prisioneros, 1.000 fusiles, 5 piezas de artillería, 1 bandera y muchas municiones.


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domingo, 12 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE BACACAY


El 12 de febrero de 1827, una fuerte fuerza de exploración brasileña, compuesta de 1.200 hombres a órdenes del coronel Bentos Manoel Ribeiro se enfrentó a orillas del río Bacacay con el Regimiento Nº 4 de Caballería comandado por el coronel Juan Lavalle, fuerza de seguridad de las fuerzas republicanas. La caballería argentina cargó a las avanzadas de las fuerzas imperiales con el propio Lavalle al frente, sin tener en cuenta la inferioridad numérica. Un total de 120 argentinos se enfrentó a 400 brasileños, quienes al no poder resistir el empuje del ataque, pronto se pusieron en precipitada fuga atropellando al grueso en el movimiento. Lavalle con la caballada cansada no pudo efectuar una eficaz persecución. Los imperiales dejaron en el campo de batalla 30 muertos y varios heridos. El ejército nacional contó 5 muertos y algunos pocos heridos.

sábado, 11 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA RECONQUISTA DE COQUIMBO



En conocimiento de la acelerada concentración de fuerzas que intentaban llevar a cabo los realistas al darse cuenta de los planes del general en jefe del Ejército de los Andes, coronel mayor don José de San Martín, éste ordenó al capitán Luis Beltran que avanzara a marchas “muy forzadas”, incluso “a mata mulas” y que por lo menos le alcanzara los dos obuses y otros dos cañones de batalla; “la precisión – agregaba- no puede ser más urgente”. 300 Km al norte, en La Serena, capital de la provincia de Coquimbo, la columna que desde San Juan marchaba a órdenes del comandante Cabot ocupaba, el día 10 el valle de Sotaqui cerca de Valdivia. Toda la provincia se había sublevado en favor de la causa de los patriotas sudamericanos. En Salalá, la avanzada de Cabot a órdenes del capitán Cevallos batía en la Serena la guarnición realista de casi 100 hombres, provocándole 40 muertos, la huída hacia el sur del resto y la captura de 2 ca-ñones. El día 12, todo el norte de Chile quedaba reconquistado.

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jueves, 9 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL GENERAL JUAN JOSE VIAMONTE



El 9 de febrero de 1774, nació en Buenos Aires el general don Juan José Viamonte. A la edad de 12 años abrazó la carrera de las armas. Tras realizar estudios de matemática, fue promovido a oficial de artillería. Durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807, ofició como ayudante al lado de don Santiago de Liniers. Prestó su más decidido apoyo a la causa de la revolución de mayo de 1810, siendo parte de la expedición de auxilio al Alto Perú como jefe del Regimiento de Infantería 6, interviniendo en las acciones de Suipacha y Yuraicoragua y en la retirada tras la derrota de Desaguadero. En 1814 fue nombrado gobernador intendente de Entre Ríos, y ascendió al año siguiente al grado de general. Fue gobernador interino de Buenos Aires, cumplió en tres oportunidades con la responsabilidad de conducir los destinos de la provincia recibiendo por su administración la aprobación general de la opinión pública. En disidencia con el partido federal, renunció a su cargo y emigró a Montevideo donde falleció en 1843.
Era hijo de Jaime José Viamonte, fundador del fuerte de India Muerta y de la porteña Bárbara Xaviera González Cabezas. Inició la carrera militar a los doce años, siguiendo la carrera de su padre.
Luchó durante la primera Invasion Inglesa con el grado de teniente, y luego de su participación en la Segunda Invasión, destacándose en la defensa del Colegio San Carlos, fue ascendido a Capitán.
Participó del cabildo abierto del 22 de mayo, y luego de la Revolución de Mayo revolución se incorporó al Ejercito del Norte, participando en la batalla de Huaqui. Después de esa última batalla fue acusado de no involucrar a los 1.500 efectivos a su mando en el combate, ordenando hacer ejercicios militares a escasa distancia del campo de batalla. Esta acusación lo hizo pasar los años siguientes respondiendo en un largo juicio por la derrota, siendo absuelto y restituido en sus altos cargos en el ejército.
En noviembre de 1814, cuando ya se había iniciado la guerra contra José Artigas, fue nombrado Gobernador de Entre Rios. No pudo prestar ayuda alguna al Coronel Manuel Dorrego cuando éste fue derrotado en la batalla de Guayabos.
Al año siguiente participó en la revolución contra el Director Supremo Carlos Maria de Alvear, y poco después fue enviado a Santa Fe a controlar el avance del federalismo. Al día siguiente de su llegada murió el Gobernador Francisco Candioti, lo que le dio la oportunidad de hacer que la provincia volviera a depender de la de Buenos Aires. Pero al año siguiente fue expulsado por una sublevación encabezada por el Coronel Mariano Vera y el caudillo Etanislao López, que lo enviaron preso al campamento de Artigas.
En mayo de 1818 fue diputado al Congreso Nacional, pero al año siguiente fue nombrado General en jefe del ejército expedicionario de Santa Fe, en reemplazo de Juan Ramón Balcarce.
Pero Estanislao López inmovilizó al ejército dirigido desde Córdoba por Juan Bautista Bustos y encerró a Viamonte en Rosario, obligándolo a firmar el armisticio de Santo Tomé.Se exilió en Montevideo después de la Batalla de Cepeda, pero regresó a fin de año y en 1821 fue nombrado Gobernador sustituto de la Provincia de Buenos Aires por ausencia de Martín Rodriguez.
Fue diputado al Congreso General de 1824 y apoyó la constitución unitaria de 1826. Pero más tarde se unió al partido federal de Dorrego. Fue gobernador interino en 1829. En ese cargo no hizo casi nada más que asegurar el ascenso al poder de Rosas.
En 1833, cuando el Gobernador Balcarce fue derrocado por la llamada Revolución de los Restauradores, volvió a ser gobernador. Acusado (como su antecesor) de pertenecer al partido de los "lomos negros", enfrentado al de "federales netos" (es decir, partidarios de Rosas), la influencia del mismo Rosas lo obligó a renunciar en junio de 1834. Su renuncia no fue aceptada porque nadie quería hacerse cargo del gobierno. Finalmente, en octubre, el presidente de la Legislatura, Manuel Vicente Maza, fue obligado a reemplazarlo.
Se exilió en Montevideo en 1839, y falleció allí en 1843. Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.
Aunque todos sus hijos varones murieron sin descendencia, sus cinco hijas casaron con importantes figuras. Martiniana, casó con el próspero comerciante Marcelino Carranza, Bernabela con el también rico comerciante Francisco Genaro Molina, Albana casó con su primo Manuel Illa y Viamonte. Carmen, casó con Julio Sánchez, de quienes surgieron los Sánchez Viamonte y finalmente, Isabel casó con Sandalio Mansilla.


miércoles, 8 de febrero de 2012

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL SOLDADO ANTONIO RUIZ “FALUCHO”



El dia 7 de febrero de 1824 es fusilado en El Callao, Perú, el soldado Antonio Ruiz “Falucho”. La guarnición española se subleva e iza la bandera de España en el mástil de la fortaleza, donde estaba de centinela Ruiz, soldado negro del Regimiento Río de la Plata. Al negarse a rendir honores fue inmediatamente fusilado. Se dice que antes de caer gritó “¡Viva Buenos Aires!”
Aquella noche del mes de febrero de 1824, se sublevó la guarnición patriota del Callao, la cual estaba compuesta por los restos del Ejército de los Andes; que eran el regimiento Río de la Plata, los batallones 2º y 5º de Buenos Aires, y los artilleros de Chile.
Estos pobres soldados se sublevaban porque les debían cinco meses de paga, a lo que se agregó que el día anterior se habían abonado los sueldos de los jefes y oficiales, el deseo de regresar a la patria, ya sea Buenos Aires o Chile, y la repugnancia de tener que embarcarse hacia el norte para engrosar el ejército de Bolívar dio comienzo al motín. Fue encabezado por Dámaso Moyano y Francisco Oliva, ambos sargentos del Regimiento del Río de la Plata, la tropa se entregó a los excesos. Al ver la indisciplina reinante, el mulato Moyano, acepta la sugerencia de Oliva de consultar al coronel realista José María Casariego, que estaba prisionero y alojado allí, este vio el partido que podía sacar de la situación y aconsejó reemplazar a los jefes patriotas por los españoles.
Los peruanos no se decidían a pagar los sueldos atrasados, Casariego los convence de que se unan a las filas realistas donde serían recompensados, mientras que en las patriotas recibirían castigo. En medio de este desorden se desenlaza la admirable historia de Falucho. En esto vamos a seguir al relato de Mitre que él publicó por primera vez el 14 de mayo de 1857 en el periódico Los Debates.
La noche del 6 de febrero hacia guardia en el torreón del Rey Felipe el negro Falucho, que pertenecía al regimiento del Río de la Plata. Falucho, este su nombre de guerra era muy conocido por su valentía y por su patriotismo, era porteño y amaba a su ciudad. Como muchos en caso igual había sido envuelto en la sublevación, que hasta aquel entonces no tenía más carácter que un motín de cuartel. "Mientras que aquel oscuro -cuenta Mitre- centinela velaba en el alto torreón del castillo, donde se elevaba el asta-bandera, en que hacía pocas horas flameaba el pabellón argentino, Casariego decidía a los sublevados a enarbolar el estandarte español en la oscuridad de la noche, antes de que se arrepintiesen de su resolución". En ese momento se presentan ante el negro Falucho, los soldados con el estandarte español, contra el cual combatía desde hace 14 años. Falucho no lo podía creer, y sintiéndose totalmente humillado se arroja al suelo y llora amargamente. Los soldados con ordenes de subir el pabellón español, ordenaron a Falucho que presente el arma al pabellón del rey que se iba a enarbolar. Falucho contesta con melancolía recogiendo el fusil que había dejado caer " Yo no puedo hacer honores a la bandera contra la que he peleado siempre ", a esto le gritan "¡Revolucionario! ¡Revolucionario!".
Según Mitre, Falucho les contesta "¡Malo es ser revolucionario, pero peor es ser traidor! (...) y tomando su fusil por el cañón, lo hizo pedazos contra el asta-bandera, entregándose nuevamente al más acerbo dolor. Los ejecutores de la traición, apoderándose inmediatamente de Falucho le dicen que iba a morir y haciéndolo arrodillar en la muralla que daba frente al mar, cuatro tiradores le abocaron a quemarropa sus armas al pecho y a la cabeza. Aquel momento brilló el fuego de cuatro fusiles, se oyó su detonación; resonó un grito de ¡Viva Buenos Aires!, y luego entre una nube de humo se oyó el ruido sordo de un cuerpo que caía al suelo.