En mayo de 1813 las fuerzas patriotas no habían podido avanzar de Jujuy. El 12 de este mes el general Belgrano explicaba al Gobierno que se hallaban desprovistas de armamento, vestuario y cabalgaduras; la infantería “casi sin calzados”. Agregaba: “Apenas se halla aquí el Nº 1 para custodiar el gran armamento que tenemos, el parque y la maestranza, y los hospitales de sangre y enfermedades”.
Superando dificultades, en setiembre los 3.600 hombres que componían el Ejército patrio se movieron hacia la llanura de Vilcapugio, entre Potosí y Cochabamba. El 1º de Octubre allí chocaron con el Ejército Real del Perú, mandado por el general Joaquín de la Pezuela.
Nuevamente Belgrano logró vencer en el centro y en la derecha; mientras en el costado izquierdo se combatía con gran ardimiento. En sus memorias el entonces capitán José María Paz indica: “Nuestra ala derecha y la mayor parte del centro habían triunfado del enemigo que tenían al frente, poniéndolo en completa derrota y tomándole su artillería. El mismo Pezuela dando por perdida la batalla, había fugado hasta Condo-Condo, de donde lo hicieron volver las noticias que le llevaron de su ala derecha”. ¿Qué sucedía allí? Una carta del capitán José María Somalo escrita tres días después explicó: “El señor General tuvo ganada la acción, pues logró con el Nº 6, Cazadores y Pardos, destrozar al enemigo, pero la reserva de éste cargó sobre el Nº 8 y a éste fue a auxiliarlo el Nº 1, que no desplegó bien: de aquí resultó la confusión, con lo que se retiraron a un cerro los nuestros”.
En efecto: el batallón 8 –de nueva creación-, compuesto en su mayor parte por reclutas, se desordenó ante el empuje realista; y al acudir en su apoyo el Regimiento 1 para restablecer el combate, quedó envuelto en su dispersión: vaciló y comenzó a replegarse.
La derecha y el centro acompañaron este movimiento: un funesto toque de “retirada” –que nunca pudo establecerse de dónde partió- hizo que la infantería y la caballería triunfantes retrocedieran, mientras Belgrano intentaba reunir a los dispersos agitando la bandera desde una pequeña elevación. Fueron inútiles sus esfuerzos y se pronunció la derrota, aunque Pezuela no la aprovechó pues no hubo persecución.La ya citada carta de Somalo refiere: “Según mi cálculo a pesar de lo que hemos padecido no hay cuidado”, “ha sido mucha la dispersión del enemigo”. Pudo salvarse la mitad de la artillería, y el Ejército se retiró a Potosí. Aquí Belgrano procedió a reorganizarlo.
Una revista de sus fuerzas, efectuada en Macha el 30 de octubre, daba un total disponible de 1.883 hombres. Según la misma formaban el Regimiento 1, 10 capitanes, 8 tenientes y 15 subtenientes, 21 sargentos y 34 cabos, 14 tambores y 325 soldados, haciendo un total de 394 efectivos. Similar el Nº 6 con 346 hombres, la escolta 354, y Pardos 196. En la caballería, 211 Dragones y 219 Cazadores. La compañía de Socaba contaba 76 miembros.
Fuente: De Marco, Miguel A. y Ruiz Moreno, Isidoro J. - Patricios de Buenos Aires
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