El día 3 de octubre de 1812 se produce el combate de Las Piedras, entre la vanguardia del ejército realista comandado por el General Pío Tristán y la retaguardia del ejército independentista del General Manuel Belgrano, ambos desplazándose desde Jujuy hacia Tucumán, se produce el choque en la margen Sur del Río de las Piedras, creciendo rápidamente su intensidad. El combate terminó con una total derrota realista.
La retaguardia había partido el 21 de agosto de Humahuaca y el 23 se encontraba en los arrabales de la ciudad de Jujuy. Desde allí marcharía cubriendo con sus guerrillas el "camino de Las Postas" hacia Campo Santo y luego por Cabeza del Buey enfilarían hacia Metán. Las tropas realistas al mando de los coroneles Llanos y Huici, asediaban permanentemente a la retaguardia, la que tenía ordenes de no comprometer un combate. Sin embargo, fueron alcanzados y se trabó un intenso tiroteo por ambos bandos. Reforzados los realistas pusieron en fuga la tropa patriota.
El Gral. Belgrano recibió la noticia el 3 de septiembre e inmediatamente hizo formar en batalla, con la colaboración de dos pequeñas piezas de artillería y contraatacó con dos columnas de infanterías a ordenes de los capitanes Carlos Forest y Miguel Aráoz; al centro formó la caballería al mando del Capitán Gregorio Aráoz de La Madrid; la reserva estaba a cargo de los Jefes Díaz Vélez y Juan Ramón Balcarce. Tras un breve pero intenso tiroteo los realistas huyeron tomándoseles 25 prisioneros, quedando 20 muertos en el campo. Este pequeño combate se conoce como "Combate de Las Piedras" y sirvió para levantar la moral de las tropas. El Coronel Huici que se había adelantado hasta la localidad de Trancas, cayó prisionero y fue de inmediato trasladado a Tucumán.
Allí comenzaba a operarse el milagro. Un ejercito que volvía a sentir el orgullo de combatir bajo el mando de un jefe despojado de soberbia y conciente del sacrificio que la Revolución significaba para el pueblo. En el parte enviado a Buenos Aires se magnificaba el combate, sin ánimo de vanagloria, tan solo para infundir optimismo y recrear esperanzas.
La idea de resistir iba tomando forma, pero la situación objetiva era extremadamente comprometida. Una nueva derrota, más allá de exponerlo al General a una grave sanción, dejaría las provincias del noroeste en manos enemigas, y ello, ponía en riesgo cierto al territorio. En comunicación al Gobierno le advertía:
"Vuestra Excelencia debe persuadirse que cuanto más nos alejemos más difícil ha de ser recuperar lo perdido, y también más trabajoso para contener la tropa sosteniendo la retirada con honor y no exponernos a una total dispersión y pérdida de esto que se llama ejército, pues debe saber cuanto cuesta y debe costar hacer una retirada con gente bisoña en la mayor parte hostilizada por el enemigo por dos días de diferencia".
Mientras esto sucedía, ordenó abandonar el "Camino de Las Postas" para dirigirse por el "Camino de las Carretas" hacia Santiago del Estero y Córdoba. De esta forma seguía en cumplimiento de lo ordenado.
Tras consultar con sus oficiales y evaluar las posibilidades, el Gral. Belgrano le ordenó al Cnel. Juan Ramón Balcarce adelantarse hasta la ciudad de San Miguel de Tucumán y proceder a organizar su defensa. Todos estaban dispuestos a defender la posición hasta las últimas consecuencias. De proseguir la marcha la deserción, el desánimo y la insubordinación hubieran cundido. Por ello el Gral. Belgrano había enviado despachos a Buenos Aires considerando tal posibilidad, recibiendo las contestaciones siempre del mismo tenor, continuar con la retirada.
Fuente: Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina - Bartolomé Mitre. Ediciones Estrada. Tomo II.
En la Imagen: La medalla. Pieza de plata con la cual, según la tradición, se premió al Ejército del Norte por el combate de Las Piedras.
http://www.fotolog.com/ejercitonacional
La retaguardia había partido el 21 de agosto de Humahuaca y el 23 se encontraba en los arrabales de la ciudad de Jujuy. Desde allí marcharía cubriendo con sus guerrillas el "camino de Las Postas" hacia Campo Santo y luego por Cabeza del Buey enfilarían hacia Metán. Las tropas realistas al mando de los coroneles Llanos y Huici, asediaban permanentemente a la retaguardia, la que tenía ordenes de no comprometer un combate. Sin embargo, fueron alcanzados y se trabó un intenso tiroteo por ambos bandos. Reforzados los realistas pusieron en fuga la tropa patriota.
El Gral. Belgrano recibió la noticia el 3 de septiembre e inmediatamente hizo formar en batalla, con la colaboración de dos pequeñas piezas de artillería y contraatacó con dos columnas de infanterías a ordenes de los capitanes Carlos Forest y Miguel Aráoz; al centro formó la caballería al mando del Capitán Gregorio Aráoz de La Madrid; la reserva estaba a cargo de los Jefes Díaz Vélez y Juan Ramón Balcarce. Tras un breve pero intenso tiroteo los realistas huyeron tomándoseles 25 prisioneros, quedando 20 muertos en el campo. Este pequeño combate se conoce como "Combate de Las Piedras" y sirvió para levantar la moral de las tropas. El Coronel Huici que se había adelantado hasta la localidad de Trancas, cayó prisionero y fue de inmediato trasladado a Tucumán.
Allí comenzaba a operarse el milagro. Un ejercito que volvía a sentir el orgullo de combatir bajo el mando de un jefe despojado de soberbia y conciente del sacrificio que la Revolución significaba para el pueblo. En el parte enviado a Buenos Aires se magnificaba el combate, sin ánimo de vanagloria, tan solo para infundir optimismo y recrear esperanzas.
La idea de resistir iba tomando forma, pero la situación objetiva era extremadamente comprometida. Una nueva derrota, más allá de exponerlo al General a una grave sanción, dejaría las provincias del noroeste en manos enemigas, y ello, ponía en riesgo cierto al territorio. En comunicación al Gobierno le advertía:
"Vuestra Excelencia debe persuadirse que cuanto más nos alejemos más difícil ha de ser recuperar lo perdido, y también más trabajoso para contener la tropa sosteniendo la retirada con honor y no exponernos a una total dispersión y pérdida de esto que se llama ejército, pues debe saber cuanto cuesta y debe costar hacer una retirada con gente bisoña en la mayor parte hostilizada por el enemigo por dos días de diferencia".
Mientras esto sucedía, ordenó abandonar el "Camino de Las Postas" para dirigirse por el "Camino de las Carretas" hacia Santiago del Estero y Córdoba. De esta forma seguía en cumplimiento de lo ordenado.
Tras consultar con sus oficiales y evaluar las posibilidades, el Gral. Belgrano le ordenó al Cnel. Juan Ramón Balcarce adelantarse hasta la ciudad de San Miguel de Tucumán y proceder a organizar su defensa. Todos estaban dispuestos a defender la posición hasta las últimas consecuencias. De proseguir la marcha la deserción, el desánimo y la insubordinación hubieran cundido. Por ello el Gral. Belgrano había enviado despachos a Buenos Aires considerando tal posibilidad, recibiendo las contestaciones siempre del mismo tenor, continuar con la retirada.
Fuente: Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina - Bartolomé Mitre. Ediciones Estrada. Tomo II.
En la Imagen: La medalla. Pieza de plata con la cual, según la tradición, se premió al Ejército del Norte por el combate de Las Piedras.
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