lunes, 3 de diciembre de 2012

SERVICIO DE EDUCACIÓN A DISTANCIA DEL EJERCITO

El Servicio de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADEA) lleva 23 años brindando escolarización a jóvenes que, por motivos varios, encuentran dificultades para estar insertos en situaciones tradicionales de enseñanza.
“La ilustración y fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos”.
La frase pertenece a José de San Martín, y el Ejército Argentino no podría estar más de acuerdo. Así, el Servicio de Educación a Distancia que le pertenece, muestra la cita del libertador en su página web como una declaración de principios: abrir puertas de abundancia a través de la educación, superando todas las barreras para chicos que no pueden tener una regularidad presencial al colegio.
El Servicio cuenta con 725 alumnos y aproximadamente 30 docentes, además de una estructura como cualquier otro colegio: nivel inicial, primario y secundario. No faltan tampoco las instancias evaluativas -algunas de las cuales sí son presenciales-; las exigencias en contenidos ni, por supuesto, los egresos y títulos. Entonces, ¿en qué difiere de la educación presencial que ya conocemos bien? Solamente en la forma que tienen los chicos de acceder a la misma información y los mismos requerimientos académicos. Los alumnos cuentan con un campus virtual, material multimedia y foros para resolver dudas. Deben presentar trabajos prácticos, algunos grupales, y mantenerse en contacto permanente con sus tutores.
“Es importante entender que esto es un colegio. No es, por ejemplo, home-schooling o un sistema distinto”, explica la licenciada María Angélica Scarpelli, coordinadora académica del SEADEA, quien recibió a Soldados Digital con gran calidez para contarnos sobre el trabajo que realizan. En el escritorio de su oficina abundan fotos de caras sonrientes en primeros planos, con íconos culturales de fondo: las pirámides de Egipto, la Torre Eiffel, el hielo de la Antártida. Caras sonrientes, a destacar, muchas veces enarbolando banderas argentinas.
Hay chicos argentinos desligados de su tierra natal que no desean perder la continuidad escolar y quieren preservar también la identidad nacional en su concepción de mundo. Muchos de ellos son hijos de militares destinados en el exterior, para los cuales el servicio significa mantenerse enlazados con su Patria, a la cual están representando en la distancia. Es así que gracias a este sistema, obtienen una educación rica, adaptada a sus circunstancias, mientras crecen en todos los aspectos que acompañan un viaje, una traspolación de culturas, una reevaluación de estructuras propias. Mediante un régimen educativo versátil, a través de internet y contenidos multimedia, los chicos no pierden su escolarización ni su nexo con el lugar que les es cuna.
Ahora bien, el escritorio de la licenciada también muestra un conjunto inesperado de fotos que obligan a dirigir la atención y las preguntas hacia los alumnos que representan: bailarinas clásicas congeladas en equilibrios impecables, gimnastas profesionales pero de pocos años, concertistas de piano, seleccionados argentinos de hockey femenino, tenistas con remeras albicelestes, una nena alimentando un cordero.
Se podría fácilmente asumir que el servicio solamente se brinda a hijos de efectivos del Ejército viviendo en países lejanos o en el continente antártico. Pero lo cierto es que ha crecido tanto -y con resultados tan efectivos- que lo que en un principio sí tenía como objetivo principal a la comunidad militar, hoy en día, ya ampliadas sus fronteras,apunta a todo aquel interesado en un sistema educativo no exclusivamente presencial.
Esta ampliación acercó el servicio a deportistas y artistas jóvenes quienes, por la exigencia de sus rutinas, encuentran imposible asistir a un colegio como alumnos presenciales. Son muchas y reconocidas las personalidades que, por estos motivos, no pudieron terminar el secundario. Elegir continuar reproduciendo sus artes significaba para ellos no poder compatibilizar sus rutinas con una asistencia regular a un colegio tradicional.
Así, el gran objetivo del SEADEA es que los chicos que de otra manera no estarían escolarizados no pierdan su continuidad de formación académica. Esto no solamente sucede con artistas y deportistas, sino que también es el caso de aquellos con problemas de salud o en situación de ruralidad, donde las grandes distancias y la falta de escuelas rurales dificultan su inserción.
Hoy en día, el SEADEA alberga un sinfìn de personalidades que serán futuros profesionales deportivos o que ya están dando los primeros pasos en sus carreras como artistas. Existe un convenio educativo con la Asociación Argentina de Tenis, nexo que comenzó con Juan Martín del Potro, y que continúa hoy con una generación nueva de titanes. Las bailarinas más jóvenes del Colón, el seleccionado argentino de hóckey femenino, los chicos que viven en bases antárticas, los de Italia, Perú, la India, los de la ruralidad fueguina, los que están en giras o torneos de sus disciplinas, todos se encuentran enlazados. Es posible que incluso deban hacer trabajos prácticos juntos, a través del campus y los foros. Pueden leer de sus experiencias mutuas, ya que los chicos cuentan con un periódico virtual en el que muchos publican noticias del lugar en el que viven.
Cabe la pregunta, entonces, de cuáles son las distancias que se salvan a través de esta educación. No es solamente la distancia geográfica en la que se encuentran los alumnos, la exigencia profesional, la situación de exclusión de los sistemas tradicionales, lo que el SEADEA busca acompañar. Los chicos están en etapas de sus vidas en las que deben respetar la pluralidad, aprender a manejar la flexibilidad, generando auto-disciplina y rigor educativo. Para estar al día con su escolarización, les es menester acomodar sus ya complicados horarios para poder dedicarle al estudio el tiempo necesario. Muchos también están adaptándose a culturas completamente nuevas, a idiomas y cosmovisiones diferentes. Gran parte de los alumnos del SEADEA son chicos que maduran pronto, estando preparados para lidiar con situaciones con las que otros chicos, tal vez, no deberán enfrentarse hasta mucho más tarde.
“Están todos en la misma”, cuenta la licenciada mientras habla de cada foto y su historia. “Si no existiera un sistema así, es muy probable que esos chicos no hubieran permanecido en el sistema escolar”, agrega.
La continuidad académica no siempre se da con fluidez. También es distante la igualdad de oportunidades si los chicos viven lejos de las escuelas o no pueden presentarse con regularidad. No hay muchos espacios que tengan la combinación de eficiencia y versatilidad del SEADEA, además de una extensión tan grande a la sociedad civil. Por eso, para estos casos tan peculiares y siendo el interés principal mantener a los chicos escolarizados con eficiencia, mientras también crecen en las experiencias que están afrontando, el SEADEA aplica un altruismo educativo puro: si el chico no puede ir al colegio, el colegio irá al chico.
Fuente: Diario Soldados Digital 2012.


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