El día 20 de agosto de 1839 se produce el Combate de Tapalqué. Unos
1.200 indios salvajes atacan a las fuerzas del Coronel Nicolás Granada,
quién reaccionando con vigor consiguió no solo derrotarlos sino ponerlos
en fuga en el lugar donde hoy se levanta la localidad de Tapalqué, a
unos 270 Km. de Buenos Aires. En ese año se creó el partido a partir del
fortín Esperanza. Posteriormente, otro ataque de los salvajes lo
destruyó, siendo recreado en otro emplazamiento, por decreto del 2 de
marzo de 1855.
La indiada en su huída, alcanzó a tomar parte de la caballada que se
hallaba en un potrero cercano y algunas chinas e indios de la zona de
Tandil, que unos meses antes se habían instalado en Tapalqué, donde
vivían al amparo del Gobierno, quien le suministraba los víveres
necesarios y seguridad para su existencia. Los indios emprendieron
veloz huída y se alejaron del cantón perdiéndose de vista.
A las ocho de la mañana, las fuerzas nacionales que se pusieron en
movimiento, alcanzaron al enemigo a las dos leguas, cuando los indios
detenidos los estaban esperando para el enfrentamiento formando una sola
línea montados en sus animales, con el ganado de repuesto a sus
espaldas y dando el frente a las tropas.
Antes de lanzarse al ataque final, los soldados mudaron de caballos
por otros frescos y avanzaron en escalones de la siguiente manera:
Derecha: teniente coronel Ramón Bustos con parte del Batallón Escolta
de Gobierno, en total 84 hombres. Izquierda: Mayor graduado Florencio
Villanueva con parte del Regimiento Nº 3 de Caballería de campaña, en
total 120 hombres. Retaguardia: El resto de la tropa con una plaza de
artillería y los indios amigos ubicados en varias divisiones protegiendo
a las fuerzas nacionales.
Entreverados en la lucha, el ala derecha se introdujo a manera de
cuña, valientemente en el centro de la masa indígena, formada por 900
indios. El ala izquierda, mientras tanto sostenía con denuedo los
ataques de los guerrilleros. El combate cuerpo a cuerpo fue reñido y
dejó como saldo numerosos muertos y heridos. Llegado el momento
decisivo, el coronel Granada ordenó la ofensiva general. El enemigo
trató de resistir la carga, pero fatigado frente a las largas horas que
llevaban luchando (cerca de nueve) y ante el avance decidido de nuestras
fuerzas debieron iniciar la retirada, imposibilitado de rehacerse. A
media tarde la tropa e indios amigos comenzaron a perseguirlos y
lancearlos, produciéndoles una completa derrota. Los pocos que
alcanzaron a huir fueron acosados por espacio de 18 leguas hasta cerca
de las 20 horas en que comenzó a anochecer y a causa de la oscuridad
reinante se vieron obligados a regresar.
El resultado del encuentro fue un elevado número de muertos (entre
quienes se encontraban un hijo de Chocorí, otro de Painé y el capitanejo
André) y más de 150 heridos, de éstos muy grave el cacique Pichuin, que
milagrosamente había conseguido huir pero dejando abandonado en el
campo de lucha su caballo y otras prendas. Además se recuperaron
alrededor de 1.900 caballos y las chinas que se habían llevado como
rehenes. Se tomaron prisioneros a un capitán de indios chilenos y cinco
aborígenes.
Entre las fuerzas nacionales las bajas también fueron elevadas,
cayeron muertos el teniente graduado Vicente Ferrer y 18 individuos de
tropa; heridos el teniente coronel Ramón Bustos, los capitanes Lorenzo
Duarte y Patrocinio Ricabarren y 34 soldados. De los indios amigos,
cinco fueron muertos y hubo algunos heridos.
http://www.fotolog.com/ejercitonacional
https://www.facebook.com/EJERCITO.NACIONAL.ARG
No hay comentarios:
Publicar un comentario