El día 15 de julio
de 1789 nace en la ciudad de Montevideo el Brigadier General Enrique
Martínez, 1789. Se incorporó al ejército como cadete en el Regimiento de
Dragones de Buenos Aires, combatiendo en las Invasiones Inglesas. Apoyó
la emancipación americana iniciada en Mayo de 1810. Hizo la campaña de
Chile desde 1817 hasta 1820, concurriendo a las batallas de Potrerillos,
Guardia Vieja, Chacabuco, Curapaligüe, Gavilán, Talcahuano, Cancha
Rayada y Maipo. Participó en la campaña al Perú, tomando parte en la
toma de Lima y del Callao entre otras acciones. Vuelto a Buenos Aires,
debió emigrar durante el gobierno de Rosas, estableciéndose en el
Uruguay. Falleció el 30 de septiembre de 1870.
Ingresó en el
Regimiento de Dragones en 1801, durante la guerra contra Portugal y
participó en la lucha contra las Invasiones Inglesas.
En 1810 era Capitán
del Regimiento de Patricios de Buenos Aires y participó en la gestación
de la Revolución de Mayo. Prestó servicios en el sitio de la ciudad de
Montevideo, que estaba en manos de los realistas. Combatió en la Batalla
del Cerrito.
Se unió al Ejército
de los Andes en el regimiento dirigido por Manuel Etanislao Soler, para
después asumir el mando de un regimiento y ser ascendido al grado de
coronel. Hizo la campaña del General José de San Martín a Chile y obtuvo
la victoria en el Combate de Guardia Vieja. A órdenes del General Juan
Gregorio de Las Heras luchó en las batallas de Chacabuco, Curapaligüe,
Gavilán, Talcahuano, Cancha Rayada y Maipú.
Al comenzar el año
1820, con el Ejército listo para comenzar la campaña de liberación de
Perú, San Martín recibió la noticia de la caída del Directorio de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Por ello reunió a sus oficiales
en Rancagua, donde les presentó su renuncia como comandante y les pidió
que le nombraran un reemplazante. Martínez encabezó la negativa,
argumentando que el mando de San Martín le había sido otorgado por el
pueblo, lo que fue confirmado por todos los oficiales en el acta de
Rancagua. Legitimado de ese modo tan extraño, San Martín comenzó casi
inmediatamente la Campaña del Perú.
Luchó en el asalto
al Callao y en la defensa de Lima. En 1822 fue Gobernador de la
provincia de Trujillo, y poco después ascendió al grado de General.
Quedó al mando del
Ejército de Lima cuando el General Rudecindo Alvarado dirigió la campaña
"de Puertos intermedios". Debido a que privilegió a los oficiales en el
pago de sueldos cuando los soldados llevaban meses sin cobrar, se
produjo la sublevación de la guarnición del Callao, que entregó esa
plaza a los realistas y obligó a evacuar Lima. Estuvo a punto de ser
asesinado por los rebeldes. Por esa rebelión se perdió Lima y el Callao
fue la última plaza realista en caer en América continental.
Renunció al
ejército y llevó a Buenos Aires los restos del Ejército de los Andes. En
su camino, publicó en Santiago de Chile una justificación de su
actuación frente a la sublevación del Callao.
En julio de 1827,
el Gobernador Manuel Dorrego lo nombró su ministro de guerra. Poco
después, durante la Guerra del Brasil, pasó al ejército de la Banda
Oriental, después de la campaña de Ituzaingó, y realizó una campaña en
el norte de ese territorio. Sitió posteriormente Montevideo, pero no
consiguió tomar la ciudad.
El 1 de diciembre
de 1828 fue el segundo jefe del General Juan Galo Lavalle, durante la
revolución que derrocó a Dorrego, y logró la rendición de los ministros
Tomás Guido y Juan Ramón Balcarce. El Gobernador Lavalle, lo nombró
inspector de armas de la provincia. Al poco tiempo se pasó a la
oposición y Lavalle lo desterró a Montevideo en febrero, aunque le
permitió regresar en julio. Estuvo a punto de perecer en el naufragio de
la goleta que lo llevaba de vuelta a Buenos Aires.
A la caída de
Lavalle, apoyó al nuevo Gobernador Juan José Viamonte. Acompañó a Juan
Ramón Balcarce como jefe de estado mayor en la campaña de Córdoba,
contra el General José María Paz y su Liga Unitaria del Interior.
Cuando Balcarce fue
nombrado Gobernador, en 1832, lo nombró su Ministro de Guerra y Marina.
Se enfrentó al sector dirigido por Juan Manuel de Rosas y, con la
alianza de algunos Unitarios, intentó formar un partido Federal
independiente. Sus principales aliados eran los Generales Tomás de
Iriarte y Manuel Olazábal.
Negó toda ayuda a
la campaña de Rosas al Desierto y convenció a Balcarce de unirse a su
proyecto. Participaron en las elecciones legislativas con una lista
federal sin los amigos de Rosas, y vencieron a la lista de éstos con la
ayuda de la presión de los regimientos leales. Curiosamente, el primer
candidato en ambas listas era el mismo Rosas.
Pero Rosas no
abandonó su proyecto y logró hacer toda la campaña que había planeado.
Eso les dio fuerza a sus partidarios, que se enzarzaron en una lucha
periodística contra el gobierno. La justicia enjuició a varios diarios
opositores, entre ellos uno llamado "El Restaurador de las Leyes",
título honorífico que usaba Rosas. Las protestas por los nombres
confundidos precipitó el inicio de la Revolución de los Restauradores.
El gobierno decidió resistir, pero los jefes militares se pasaron al
bando contrario y sitiaron la ciudad.
Finalmente, Balcarce renunció el 3 de noviembre de 1833. Martínez se exilió en Entre Ríos y poco después en Uruguay.
Vivió alejado de la
política por un tiempo y apoyó al gobierno legal de Manuel oribe, pero
después entró en los planes de los emigrados unitarios y se unió a las
fuerzas rebeldes de Fructuoso Rivera. Participó a su lado en las
batallas de Carpintería y Palmar y, tras la renuncia de Oribe, fue
ministro de guerra de Rivera.
Luchó como jefe de
la reserva de Rivera en la victoria de Cagancha sobre Pascual Echagüe, y
más tarde participó de la defensa de la ciudad de Montevideo durante la
Guerra Grande. En 1847 fue nombrado ministro de guerra del último
gobierno de Rivera, y fue arrestado cuando el jefe “Colorado” fue
expulsado.
Apoyó la elección
de Venancio Flores en 1852 como Presidente del Uruguay, y éste lo volvió
a nombrar ministro de guerra. Regresó a Buenos Aires, y en 1857 el
Gobernador Valentín Alsina lo nombró Inspector General del Ejército.
Pasó a retiro poco antes de la Batalla de Pavón.
En su vejez
escribió sus Memorias, y colaboró con Bartolomé Mitre en su Historia de
San Martín. Su hijo, el General Julián Martinez, fue Ministro de Guerra
en 1866, pero murió antes que su padre. Murió en noviembre de 1870 en
una estancia de la provincia de Córdoba.
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