El 3 de septiembre de 1812 se recuerda la Batalla de Las Piedras. La vanguardia del ejército realista al mando del General Pío Tristán ataca a la retaguardia del ejército independentista del General Manuel Belgrano, en retirada hacia la ciudad de Tucumán. Luego de una lucha dura e intensa los patriotas quedan victoriosos.
Belgrano se había hecho cargo del Ejército del Norte en retirada en la posta de Yatasto el 26 de marzo de 1812. Ante el avance realista la situación se volvió muy crítica y a mediados de julio supo que las avanzadas realistas llegaban a La Quiaca y decidido a no dejar en manos del enemigo nada que le pudiese ser útil, organizó durante agosto el llamado Éxodo Jujeño, ordenando a la población civil replegarse junto con el ejército y quemar todo lo que quedase detrás, para entorpecer el avance enemigo.
La retaguardia del ejército, comandada por el Mayor General Eustoquio Díaz Vélez había partido el 21 de agosto de Humahuaca y el 23 abandonó San Salvador de Jujuy con la población civil. Desde allí marcharía cubriendo con sus guerrillas el Camino de Las Postas hacia Campo santo y luego por Cabeza de Buey hacia San José de Metán. Las fuerzas realistas con 500 hombres al mando de los coroneles Llanos y Agustín Huici, ocuparon seguidamente San Salvador de Jujuy y el 1 de septiembre la Ciudad de Salta. Asediaban permanentemente a la retaguardia, la que tenía órdenes de no comprometer un combate. Sin embargo, fueron alcanzados y se trabó un intenso tiroteo por ambos bandos. Reforzados los patriotas, pusieron en fuga la tropa realista.
Parte de Batalla del General Manuel Belgrano:
“Ayer (3 de septiembre de 1812) a las dos de la tarde, cargó el enemigo, en número de seiscientos hombres, con tanta furia sobre mi retaguardia, que se mezcló con ella y llegó al frente de mi posición al sud del Río de las Piedras casi a un tiempo; en consecuencia, hice lugar la artillería que se hallaba al mando del barón de Holmberg y mandé que, por el costado derecho, saliesen Don Carlos Forest, capitán del N° 1, con la parte de la División de Cazadores que tengo a su cargo; Don Miguel Aráoz, comandante 2° del N° 6, por el costado izquierdo con cien hombres de Pardos y Morenos, y la Caballería, al mando del Mayor General D. Eustoquio Diaz Velez, con su segundo, el Teniente Coronel D. Juan Ramón Balcarce, por el centro; avanzaron todos con intrepidez, Jefes, Oficials y Tropa, y la victoria coronó sus nobles y generosos esfuerzos poniendo en fuga vergonzosa al enemigo, quien dejó en el campo de batalla dos oficiales y cincuenta y ocho soldados muertos, y ciento cincuenta fusiles y cuarenta soldados que se hicieron prisioneros, no habiendo tenido, de nuestra parte más que seis heridos, entre los cuales el digno Don Miguel Aráoz, y muertos gloriosamente el Capitán Don Manuel Mendoza, un sargento de Húsares y un soldado.
El coronel Huici que se había adelantado hasta la localidad de Trancas, cayó prisionero y fue de inmediato trasladado a San Miguel de Tucumán. Este pequeño combate sirvió para levantar la moral de las tropas. Continuó Belgrano sin embargo su retirada hacia el río Blanco y luego hacia el río Pasaje o río Juramento.
Belgrano se había hecho cargo del Ejército del Norte en retirada en la posta de Yatasto el 26 de marzo de 1812. Ante el avance realista la situación se volvió muy crítica y a mediados de julio supo que las avanzadas realistas llegaban a La Quiaca y decidido a no dejar en manos del enemigo nada que le pudiese ser útil, organizó durante agosto el llamado Éxodo Jujeño, ordenando a la población civil replegarse junto con el ejército y quemar todo lo que quedase detrás, para entorpecer el avance enemigo.
La retaguardia del ejército, comandada por el Mayor General Eustoquio Díaz Vélez había partido el 21 de agosto de Humahuaca y el 23 abandonó San Salvador de Jujuy con la población civil. Desde allí marcharía cubriendo con sus guerrillas el Camino de Las Postas hacia Campo santo y luego por Cabeza de Buey hacia San José de Metán. Las fuerzas realistas con 500 hombres al mando de los coroneles Llanos y Agustín Huici, ocuparon seguidamente San Salvador de Jujuy y el 1 de septiembre la Ciudad de Salta. Asediaban permanentemente a la retaguardia, la que tenía órdenes de no comprometer un combate. Sin embargo, fueron alcanzados y se trabó un intenso tiroteo por ambos bandos. Reforzados los patriotas, pusieron en fuga la tropa realista.
Parte de Batalla del General Manuel Belgrano:
“Ayer (3 de septiembre de 1812) a las dos de la tarde, cargó el enemigo, en número de seiscientos hombres, con tanta furia sobre mi retaguardia, que se mezcló con ella y llegó al frente de mi posición al sud del Río de las Piedras casi a un tiempo; en consecuencia, hice lugar la artillería que se hallaba al mando del barón de Holmberg y mandé que, por el costado derecho, saliesen Don Carlos Forest, capitán del N° 1, con la parte de la División de Cazadores que tengo a su cargo; Don Miguel Aráoz, comandante 2° del N° 6, por el costado izquierdo con cien hombres de Pardos y Morenos, y la Caballería, al mando del Mayor General D. Eustoquio Diaz Velez, con su segundo, el Teniente Coronel D. Juan Ramón Balcarce, por el centro; avanzaron todos con intrepidez, Jefes, Oficials y Tropa, y la victoria coronó sus nobles y generosos esfuerzos poniendo en fuga vergonzosa al enemigo, quien dejó en el campo de batalla dos oficiales y cincuenta y ocho soldados muertos, y ciento cincuenta fusiles y cuarenta soldados que se hicieron prisioneros, no habiendo tenido, de nuestra parte más que seis heridos, entre los cuales el digno Don Miguel Aráoz, y muertos gloriosamente el Capitán Don Manuel Mendoza, un sargento de Húsares y un soldado.
El coronel Huici que se había adelantado hasta la localidad de Trancas, cayó prisionero y fue de inmediato trasladado a San Miguel de Tucumán. Este pequeño combate sirvió para levantar la moral de las tropas. Continuó Belgrano sin embargo su retirada hacia el río Blanco y luego hacia el río Pasaje o río Juramento.
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