En esta edición, relataremos la historia de la Unidad más antigua del Ejército, el Regimiento de Caballería 6 Escuela “BLANDENGUES”, cuyo extraño nombre tiene su origen en un antiguo verbo español: Blandear, que a su vez significa Blandir (un arma), en alusión a las lanzas, sables y a veces, carabinas y tercerolas, con las que precariamente se armaron los primitivos Blandengues. Su origen se remonta hacia el año 1724, en que a raíz de las frecuentes incursiones de los indios en la frontera de Santa Fe, el Cabildo comisionó a uno de sus miembros para que marchase a la Corte y expusiese la situación de la ciudad y su comarca, constantemente asediada por los malones y solicitase la asignación de doscientos hombres bien armados para su defensa.
El Rey Carlos III, accedió a la petición por Real Cédula del 26 de agosto de 1726, pero no pudo llevarse a la práctica por diversas circunstancias. No obstante, antes de la Real aprobación, el entonces Gobernador de Buenos Aires, D Bruno de Zabala, había ordenado por Orden del 31 de agosto de 1724, que en la ciudad de Santa Fe, se crearan dos compañías de a cincuenta hombres, fijando sus comandantes y los sueldos de sus integrantes. Se fundamentaba esta medida en la efectividad que habían demostrado varias pequeñas e inorgánicas unidades de milicias temporarias, denominadas “Partidarios de la Frontera”, en alusión a las “partidas” que efectuaban contra el indio para mantenerlo alejado de los primitivos asentamientos poblacionales. Así pues, creándose primero una de estas Compañías ese mismo año, continuó con una organización y disposiciones para su funcionamiento sin variantes hasta 1799, encontrándose sus 102 efectivos repartidos entre cinco cantones o fortines de la frontera.
El éxito en sus misiones, hizo pensar al Cabildo de Buenos Aires, que la creación de una compañía similar en su territorio, contribuiría a asegurar la vida y los bienes de los pobladores de la campaña, por lo que en 1751, solicitó al monarca la creación de dos o tres subunidades de esta clase, de a cincuenta hombres cada una. Para su sostenimiento, el Gobernador había creado unos arbitrios que no fueron aprobados por la Corte, la que a pesar de todo no oponía reparos a que fueran costeadas por los propios vecinos que vivieran alejados de la ciudad, en estancias o ranchos. Finalmente, el 7 de septiembre de 1760, el Rey aprobó la creación de tres Compañías para guarnecer los fuertes de El Salto, La Laguna brava y La Matanza. Estas tuvieron una precaria vida hasta que en 1799, el Virrey Vertíz, las reorganizó y les reglamentó su funcionamiento.
El ejemplo del denodado esfuerzo de estas tropas, cruzó a la Banda Oriental y así, el 7 de diciembre de 1796, el Virrey D Pedro de Melo, dispuso la creación del Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Montevideo, con igual organización, funciones, armamento y uniforme que sus predecesores. Nacidos estos cuerpos, como todo lo que perdura, de la necesidad y de la práctica, este cuerpo sui generis, era una tropa de caballería ligera, preparada, más que todo, para combatir a los indios y perseguir contrabandistas, trasuntando cierto parentesco con las tropas de miñones de Aragón y Vizcaya y las de Migueletes, de Cataluña y Valencia, primitivos antecesores de la Benemérita Guardia Civil, de la Madre Patria. De tal suerte, es de la misma forma, en que nuestra Gendarmería Nacional, reconoce en los primitivos cuerpos de Blandengues a sus antepasados históricos, fundamentalmente, por el tipo de funciones que tenían encomendadas, semejantes hoy en día, a las que tiene esta Fuerza de Seguridad y el mencionado Cuerpo español.
El tiempo fue discurriendo, mientras los Blandengues continuaban con su misión, sufriendo en el ínterin, sucesivas modificaciones a su orgánica, hasta que en el año 1826, las reformas del Ejército, impulsadas por el gobierno de Rivadavia, le cambiaron el nombre por el número “6”, a la Compañía de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires, disolviendo a la de Santa Fe. Este Regimiento así numerado, alcanzó el presente siglo y tras nuevos cambios en su orgánica, constituye hoy en día, con su asiento de paz en Concordia, provincia de Entre Ríos, el Regimiento Escuela del Arma de Caballería. Cabe reflexionar sobre un último aspecto, el de los nombres de las tres primitivas Compañías: La Valerosa, La Invencible y La Atrevida... Esta organización primitiva, simple reunión de vecinos voluntarios en su comienzo, con una disciplina militar muy deficiente a causa de la dispersión que el desempeño de sus funciones imponía, se vieron corregidas progresivamente por el empeño con que sus efectivos mantenían resguardadas las fronteras, a punto tal que por Real Orden del 3 de Julio de 1784, recibieron el raro privilegio de ser consideradas Tropas Veteranas, galardón que sólo ostentaban las tropas creadas por mandato del Rey y no las milicias locales, alejadas de la Metrópoli. Hoy en día, el RC Tan 6 “BLANDENGUES”, orgulloso de su tradición hispánica, de su antigüedad y del reconocimiento que en parte tan temprana de su historia, se le hiciera de sus hazañas, continúa trabajando como un moderno modelo del Arma, buscando que sus cuadros, tropas puedan perfeccionarse y ser cada vez más valerosos, invencibles y atrevidos.
Fuente: Soldados Digital
http://www.fotolog.com/ejercitonacional
El Rey Carlos III, accedió a la petición por Real Cédula del 26 de agosto de 1726, pero no pudo llevarse a la práctica por diversas circunstancias. No obstante, antes de la Real aprobación, el entonces Gobernador de Buenos Aires, D Bruno de Zabala, había ordenado por Orden del 31 de agosto de 1724, que en la ciudad de Santa Fe, se crearan dos compañías de a cincuenta hombres, fijando sus comandantes y los sueldos de sus integrantes. Se fundamentaba esta medida en la efectividad que habían demostrado varias pequeñas e inorgánicas unidades de milicias temporarias, denominadas “Partidarios de la Frontera”, en alusión a las “partidas” que efectuaban contra el indio para mantenerlo alejado de los primitivos asentamientos poblacionales. Así pues, creándose primero una de estas Compañías ese mismo año, continuó con una organización y disposiciones para su funcionamiento sin variantes hasta 1799, encontrándose sus 102 efectivos repartidos entre cinco cantones o fortines de la frontera.
El éxito en sus misiones, hizo pensar al Cabildo de Buenos Aires, que la creación de una compañía similar en su territorio, contribuiría a asegurar la vida y los bienes de los pobladores de la campaña, por lo que en 1751, solicitó al monarca la creación de dos o tres subunidades de esta clase, de a cincuenta hombres cada una. Para su sostenimiento, el Gobernador había creado unos arbitrios que no fueron aprobados por la Corte, la que a pesar de todo no oponía reparos a que fueran costeadas por los propios vecinos que vivieran alejados de la ciudad, en estancias o ranchos. Finalmente, el 7 de septiembre de 1760, el Rey aprobó la creación de tres Compañías para guarnecer los fuertes de El Salto, La Laguna brava y La Matanza. Estas tuvieron una precaria vida hasta que en 1799, el Virrey Vertíz, las reorganizó y les reglamentó su funcionamiento.
El ejemplo del denodado esfuerzo de estas tropas, cruzó a la Banda Oriental y así, el 7 de diciembre de 1796, el Virrey D Pedro de Melo, dispuso la creación del Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Montevideo, con igual organización, funciones, armamento y uniforme que sus predecesores. Nacidos estos cuerpos, como todo lo que perdura, de la necesidad y de la práctica, este cuerpo sui generis, era una tropa de caballería ligera, preparada, más que todo, para combatir a los indios y perseguir contrabandistas, trasuntando cierto parentesco con las tropas de miñones de Aragón y Vizcaya y las de Migueletes, de Cataluña y Valencia, primitivos antecesores de la Benemérita Guardia Civil, de la Madre Patria. De tal suerte, es de la misma forma, en que nuestra Gendarmería Nacional, reconoce en los primitivos cuerpos de Blandengues a sus antepasados históricos, fundamentalmente, por el tipo de funciones que tenían encomendadas, semejantes hoy en día, a las que tiene esta Fuerza de Seguridad y el mencionado Cuerpo español.
El tiempo fue discurriendo, mientras los Blandengues continuaban con su misión, sufriendo en el ínterin, sucesivas modificaciones a su orgánica, hasta que en el año 1826, las reformas del Ejército, impulsadas por el gobierno de Rivadavia, le cambiaron el nombre por el número “6”, a la Compañía de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires, disolviendo a la de Santa Fe. Este Regimiento así numerado, alcanzó el presente siglo y tras nuevos cambios en su orgánica, constituye hoy en día, con su asiento de paz en Concordia, provincia de Entre Ríos, el Regimiento Escuela del Arma de Caballería. Cabe reflexionar sobre un último aspecto, el de los nombres de las tres primitivas Compañías: La Valerosa, La Invencible y La Atrevida... Esta organización primitiva, simple reunión de vecinos voluntarios en su comienzo, con una disciplina militar muy deficiente a causa de la dispersión que el desempeño de sus funciones imponía, se vieron corregidas progresivamente por el empeño con que sus efectivos mantenían resguardadas las fronteras, a punto tal que por Real Orden del 3 de Julio de 1784, recibieron el raro privilegio de ser consideradas Tropas Veteranas, galardón que sólo ostentaban las tropas creadas por mandato del Rey y no las milicias locales, alejadas de la Metrópoli. Hoy en día, el RC Tan 6 “BLANDENGUES”, orgulloso de su tradición hispánica, de su antigüedad y del reconocimiento que en parte tan temprana de su historia, se le hiciera de sus hazañas, continúa trabajando como un moderno modelo del Arma, buscando que sus cuadros, tropas puedan perfeccionarse y ser cada vez más valerosos, invencibles y atrevidos.
Fuente: Soldados Digital
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