Patrona y Generala del Ejército Argentino
En agradecimiento por la victoria obtenida en la batalla de Tucumán, Manuel Belgrano ofrendó su bastón de mando a la Virgen de la Merced, quien, desde entonces, es patrona y generala del Ejército Argentino.
GENERALA EN LAS LUCHAS POR LA INDEPENDENCIA
El Generalato de la Virgen en el Ejército del Norte.
Su fiesta, con Generala se siguió celebrando todos los años. Se sacaba la imagen de la Virgen de la Merced, en procesión religiosa y militar, se le presentaban armas, se le rendían los honores de su rasgo.
En los programas estaban los conciertos de las bandas de los regimientos que tocaban en el pórtico de la Merced, en Tucumán.
El 24 de septiembre era día de fiesta:
“Al salir el sol se harán salvas de veintiún titos… Se dará Misa al Ejército a las seis y media. El Padre Capellán que designe el Vicario del Ejército, dirá después de la Misa el favor… (recibido)… por intercesión de nuestra Generala, María Santísima de las Mercedes…”
Se ordena lo mismo para “los capellanes de los cuerpos acuartelados en la ciudad.
A media mañana se dispone la presencia del General con sus oficiales en la Iglesia para la Misa Cantada Solemne, con granaderos de guardia música y salvas de artillería…
Tal el tenor de las ordenanzas militares para la conmemoración anual de las Mercedes.
La Fiesta de la Merced de 1816. Un cambio de bandera.
Ya se había declarado la Independencia. BELGRANO organiza detalladamente la fiesta de su Generala en aquel año glorioso: 1816.
Dispone que los jefes y oficiales vayan con los abanderados del Regimiento 9, a su casa. Y llevan desde allí, “la bandera vieja y la nueva del ejército, que va a bendecirse; entrarán a las cuatro en la Iglesia”… Realizada la bendición, el mismo BELGRANO depositará la bandera nueva a los pies de Nuestra Generala, MARÍA SANTÍSIMA DE LAS MERCEDES”.
Las ordenanzas del acto son los más solemnes con procesión de la Virgen, Misa Cantada, Tedeum y honras a la bandera histórica
Proclama de BELGRANO en el cambio de bandera.
El 24 de septiembre de 1816, año de la Independencia, BELGRANO cambia la bandera de sus tropas y ofrece la ya usada, a la Virgen de las Mercedes en su templo de San Miguel de Tucumán.
La bandera ofrendada a la Generala, es la misma de las baterías del Rosario, la que hace bendecir luego en Jujuy, la jurada en el Río Juramento y la victoriosa de la Batalla de Salta.
Al final de los actos religiosos y militares, pronuncia su celebre proclama.
Dijo así el General:
SOLDADOS:
Una nueva bandera del Ejército
Os presento, para que, conociéndola
Sepáis que ella ha de ser
Vuestra guía y punto de reunión.
La que acabo de depositar a los pies
De nuestra Generala María Santísima
De las Mercedes,
Sirvió al mismo efecto, mientras
Tuve el honor de mandaros.
No la perdáis de vista, en ningún caso
Sea próspero o adverso:
Pues, donde Ella estuviere,
Allí me tendréis.
JURAD NO ABANDONARLA:
JURAD SOSTENERLA
PARA ARROLLAR A NUESTROS ENEMIGOS
Y ENTRAR TRIUNFANTES, ROMPIENDO LAS
CADENAS QUE CARGAN
SOBRE NUESTROS PUEBLOS HERMANOS.
La América y la Europa os miran:
Que vean el orden, la subordinación
Y disciplina que observáis,
Y al fin admiren vuestros trabajos,
Vuestra constancia, y vuestro heroísmo
Como lo desea vuestro General.
GENERAL MANUEL DEL CORAZÓN DE JESÚS BELGRANO.
Fuente: Gabriel Pautasso, Diario Pampero nº 93 Cordubensis
http://www.fotolog.com/ejercitonacional
En agradecimiento por la victoria obtenida en la batalla de Tucumán, Manuel Belgrano ofrendó su bastón de mando a la Virgen de la Merced, quien, desde entonces, es patrona y generala del Ejército Argentino.
GENERALA EN LAS LUCHAS POR LA INDEPENDENCIA
El Generalato de la Virgen en el Ejército del Norte.
Su fiesta, con Generala se siguió celebrando todos los años. Se sacaba la imagen de la Virgen de la Merced, en procesión religiosa y militar, se le presentaban armas, se le rendían los honores de su rasgo.
En los programas estaban los conciertos de las bandas de los regimientos que tocaban en el pórtico de la Merced, en Tucumán.
El 24 de septiembre era día de fiesta:
“Al salir el sol se harán salvas de veintiún titos… Se dará Misa al Ejército a las seis y media. El Padre Capellán que designe el Vicario del Ejército, dirá después de la Misa el favor… (recibido)… por intercesión de nuestra Generala, María Santísima de las Mercedes…”
Se ordena lo mismo para “los capellanes de los cuerpos acuartelados en la ciudad.
A media mañana se dispone la presencia del General con sus oficiales en la Iglesia para la Misa Cantada Solemne, con granaderos de guardia música y salvas de artillería…
Tal el tenor de las ordenanzas militares para la conmemoración anual de las Mercedes.
La Fiesta de la Merced de 1816. Un cambio de bandera.
Ya se había declarado la Independencia. BELGRANO organiza detalladamente la fiesta de su Generala en aquel año glorioso: 1816.
Dispone que los jefes y oficiales vayan con los abanderados del Regimiento 9, a su casa. Y llevan desde allí, “la bandera vieja y la nueva del ejército, que va a bendecirse; entrarán a las cuatro en la Iglesia”… Realizada la bendición, el mismo BELGRANO depositará la bandera nueva a los pies de Nuestra Generala, MARÍA SANTÍSIMA DE LAS MERCEDES”.
Las ordenanzas del acto son los más solemnes con procesión de la Virgen, Misa Cantada, Tedeum y honras a la bandera histórica
Proclama de BELGRANO en el cambio de bandera.
El 24 de septiembre de 1816, año de la Independencia, BELGRANO cambia la bandera de sus tropas y ofrece la ya usada, a la Virgen de las Mercedes en su templo de San Miguel de Tucumán.
La bandera ofrendada a la Generala, es la misma de las baterías del Rosario, la que hace bendecir luego en Jujuy, la jurada en el Río Juramento y la victoriosa de la Batalla de Salta.
Al final de los actos religiosos y militares, pronuncia su celebre proclama.
Dijo así el General:
SOLDADOS:
Una nueva bandera del Ejército
Os presento, para que, conociéndola
Sepáis que ella ha de ser
Vuestra guía y punto de reunión.
La que acabo de depositar a los pies
De nuestra Generala María Santísima
De las Mercedes,
Sirvió al mismo efecto, mientras
Tuve el honor de mandaros.
No la perdáis de vista, en ningún caso
Sea próspero o adverso:
Pues, donde Ella estuviere,
Allí me tendréis.
JURAD NO ABANDONARLA:
JURAD SOSTENERLA
PARA ARROLLAR A NUESTROS ENEMIGOS
Y ENTRAR TRIUNFANTES, ROMPIENDO LAS
CADENAS QUE CARGAN
SOBRE NUESTROS PUEBLOS HERMANOS.
La América y la Europa os miran:
Que vean el orden, la subordinación
Y disciplina que observáis,
Y al fin admiren vuestros trabajos,
Vuestra constancia, y vuestro heroísmo
Como lo desea vuestro General.
GENERAL MANUEL DEL CORAZÓN DE JESÚS BELGRANO.
Fuente: Gabriel Pautasso, Diario Pampero nº 93 Cordubensis
http://www.fotolog.com/ejercitonacional
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