martes, 31 de agosto de 2010

BATALLON DE INFANTERIA NRO. 11


(Cazadores de los Andes)
Se formó sobre la base de los Auxiliares Argentinos, que en 1813 cruzó la cordillera para operar en auxilio de los patriotas Chilenos.
De regreso en Mendoza, y por decreto del 8 de noviembre de 1814, se estructuró el Batallón de Infantería de Linea Nro. 11, con seis compañías de 120 hombres cada una.
Fue su primer jefe el Teniente Coronel Juan Gregorio de Las Heras.
En enero de 1816 se lo eleva a la categoría de regimiento.
El Regimiento de Infantería Nro. 11 tuvo brillante actuación en la Campaña de los Andes, al Sur de Chile y en la expedición al Perú.
Usó el mismo uniforme que el Cuerpo de Cazadores de los Andes, unidad que se formó con la mitad de los efectivos de aquél.
Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.



lunes, 30 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL ROMÁN ANTONIO DEHEZA


El día 30 de agosto de 1872 fallece en Valparaíso, Chile, el General Román Antonio Deheza. Se lo denominó general de tres repúblicas. En todas las acciones de guerra en que le tocó actuar, asombró por su valor y temeridad.

Inició su carrera militar en 1810, conduciendo comunicaciones de la Junta de Buenos Aires al General Antonio González Balcarce, y combatió en las batallas de Cotagaita, Suipacha y Huaqui. Actuó a las órdenes del General Juan Gregorio de Las Heras destinado a reforzar el ejército chileno, que se defendía de los contingentes realistas enviados por el virrey del Abascal. Combatió en las batallas de Cucha Cucha y Membrillar.

Pasó a las fuerzas del general O'Higgins, a cuyas órdenes luchó en la derrota de Rancagua con el grado de capitán. Combatió en las batallas de Chacabuco, Curapaligüe, Gavilán, en el asalto a Talcahuano y en la gran victoria de Maipú.Estuvo en el sitio de la Fortaleza del Callao y participó en la defensa de la ciudad de Lima. De vuelta en el Plata, sirvió a las órdenes del General José M. Paz, quién le otorgó los despachos de Coronel Mayor. Emigró a Bolivia durante la dictadura de Rosas, regresando para incorporarse nuevamente a las órdenes de Paz en el ejército que este organizó contra Rosas en la Provincia de Corrientes.


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domingo, 29 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE CANDIDO LÓPEZ.


Cándido López nació en Buenos Aires el 29 de Agosto de 1840. Desarrolló una temprana carrera como pintor y fotógrafo retratista Estudió pintura con Cayetano Descalzi y Baltasar Verazzi.. Hacia 1860, en sociedad con Juan Soulá, recorrió la provincia de Buenos Aires realizando daguerrotipos.
En 1865, al estallar la guerra con el Paraguay, se incorpora como voluntario en el Batallón de Guardias Nacionales “San Nicolás”, recibiendo el grado de teniente 2º.
El 22 de Setiembre de 1866 forma parte de la 3º Columna de Asalto a Curupaytí; en el avance un casco de granada le despedaza la muñeca derecha. La convalecencia fue larga, pero educa su mano izquierda para seguir pintando. Durante la guerra había realizado numerosos croquis de batallas y campamentos.
Tiempo después utilizó este material para desarrollar su serie sobre la Guerra del Paraguay y pintados con la mano izquierda. Falleció en Buenos Aires el 31 de Diciembre de 1902.

"Regresé, y cuando estaba próximo a la zanja vi las cabezas de las columnas de la División Arredondo que ya iban a trasponer la zanja en cuestión. Me senté al pie de un tronco que había inmediato a ella y con un pañuelo empecé a vendarme la herida. Cuando las tropas de la 2da. División habían terminado su pasaje, vino hasta mí mi asistente, que se había enterado de mi herida. En ese momento yo siempre sentado, estaba mirando en dirección a la trinchera. El sacó un gran pañuelo a cuadros blancos y colorados y con él hacía sombra a mi herida. De pronto una granada estalló a nuestro lado y uno de sus cascos hirió mortalmente a mi estimado González, cuyo pañuelo cayó sobre mi herida. Este doloroso suceso me hizo pensar que debía buscar una posición menos expuesta a las balas del enemigo, y me introduje en la zanja, habiéndome en esta situación puesto el brazo en cabestrillo, sirviéndome para ello del pañuelo que me dejó mi asistente. Desde allí estuve observando largo rato la batalla, esto me sirvió para recuperar las fuerzas, pero mi herida era sumamente dolorosa. No sé qué tiempo estuve en esta posición, cuando de repente oí el toque de atención y retirada. Volví la vista de donde partía, y vi al general Mitre, siempre con su viejo trompa de órdenes en una actitud tal que me infundió las fuerzas que necesitaba así, por mis propios medios, poder trasladarme a mi campamento en Curuzú, a donde llegué ya tarde, encontrándome con el Dr. Lucilo del Castillo, quien con toda solicitud puso hilas y vendas."
(El Tribuno, San Nicolás, 29.Vlll.1940.)

Fuente: Julio Argentino Roca – Iconografía Militar, Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires (2006).

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sábado, 28 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL CONRADO EXCELSO VILLEGAS


Este gran General del Ejército Argentino, de cuna Uruguaya, nació en Tala, Departamento de Canelones en la República Oriental del Uruguay, el 3 de febrero de 1841. Fue bautizado el día 16 de ese mes como Blas Excelso del Corazón de Jesús, según acta de Bautismo. Su nombre, siempre fue Conrado Excelso. Sus padres, Octaviano Villegas (uruguayo) y María Lemus (brasileña), tuvieron seis hijos varones.
Conrado es llevado por su padre en 1846, a los 5 años de edad junto con otro de sus hermanos, llamado Miguel, a casa de su tío Cesáreo Villegas, en La Unión, ubicada en cercanías de Montevideo.
Estudia en el Colegio de La Unión y sus tíos Cesáreo y Felisa completaron su formación espiritual como si fueran sus padres. Al recibirse de bachiller, sus tíos lo colocan como empleado de comercio; trabajo que realiza hasta su llegada a Argentina.
Conrado se presentó ante las autoridades Militares argentinas entre el 15 y 19 de agosto de 1862. Es incorporado el día 21 como Clase de la 1º Compañía del 1º Escuadrón de Artillería, en Buenos Aires. Contaba con 21 años de edad. Tres meses después, el 28 de noviembre, es ascendido a Portaestandarte de su batallón. Al año siguiente, el 10 de noviembre de 1863, es ascendido a Teniente 2º de la Segunda Compañía; 2º Escuadrón de Artillería.
En mayo de 1864, presta servicios al mando de un piquete de Artillería en la Isla Martín García. Estará en esta isla hasta el mes de julio. El 4 de octubre de 1864 es ascendido a Teniente 1º.
Al año siguiente al desatarse la guerra con el Paraguay, Conrado se desempeñaba en el laboratorio de Mixtos del Arma de Artillería y es transferido a su batallón. El 25 de mayo de 1865 participó en la toma de Corrientes, apoyando con artillería la agrupación Paunero; por lo que es condecorado con la Medalla del Ejército Argentino en conmemoración a su loable acción.
Luego de estar destacado en varios campamentos, intervino el 17 de agosto de 1865 en el combate de Yatay, recibiendo una condecoración del Gobierno Uruguayo. El 18 de setiembre las fuerzas paraguayas se rinden en Uruguayana ante las fuerzas aliadas. Recibió Conrado la medalla otorgada al valor por el Gobierno de Brasil. Esta es la tercera condecoración que obtenía por su acción.
Prestó servicios, luego de este combate, en varias guarniciones de esa región. El 2 de mayo de 1866 participa en la acción de Estero Bellaco y el 24,del mismo mes, tomó parte en el combate de Tuyutí, siendo condecorado por el Gobierno Argentino, con la especial condecoración conocida como “los Cordones de Tuyutí”. También participó en los combates de Yataití-Corá, Boquerón, y Tuyutí. En su legajo personal no se menciona que haya actuado en la batalla de Curuzú, pues permaneció en retaguardia en Tuyutí.
La enfermedad que padecía Conrado hizo crisis. El 28 de febrero de 1867 se informa al Inspector General de Armas la licencia que concedía desde el 15 de ese mes al Teniente 1º Conrado Villegas y que lo autorizaba a “bajar” a Buenos Aires. Ya no volvería a combatir en esta guerra, razón por la cual no recibió el Escudo de Curupaity, ni la medalla de la finalización de Campaña concedida el 7 de noviembre de 1871.
Debido a su estado de salud los médicos lo hicieron quedar en Buenos Aires. Regresó el 22 de marzo de 1867 a la Guarnición Buenos Aires, pero a los dos meses solicitó el retiro del Ejército en Operaciones, “por enfermedad contraída en servicio”.
El 1º de setiembre estando en campamento general de Tuyú-Cué, le es concedida la baja por orden superior. El 23 de ese mes, a pesar de estar de baja, por sus antecedentes es ascendido al grado de Capitán.
Viajó al Uruguay, en febrero de 1868, alegando “razones de familia” pidiendo licencia para el traslado a ese punto. También solicita se le de la baja con “goce y uso de uniforme” en razón de sus años de servicios y la naturaleza de los mismos. Se excusa de no presentar la documentación correspondiente, por haberla perdido en la batalla de Yatay. El Comandante Joaquín Viejobueno, ratifica las afirmaciones de Conrado.
En el mes de mayo, el Ejército le concede la baja absoluta por “razones de salud” y la separación de servicio con “uso de uniforme”.
Al llegar el mes de noviembre de ese año, Conrado solicita ser reincorporado al Ejército por estar repuesto de la enfermedad. Es reincorporado y lo destinan a la Frontera Este y Sudeste de Córdoba; siendo destinado a la Plana Mayor y Detall de la Guarnición Río Cuarto, a las órdenes del Coronel Lucio V. Mansilla.
Cambió de Arma en abril de 1869 y es incorporado al Regimiento 2º de Caballería de Línea, prestando servicios en el fuerte Tunas (Cba.) hasta el mes de octubre. En noviembre pasó al Fortín Arredondo. El 2 de noviembre es ascendido a Jefe de Fortín con el grado de Sargento Mayor, otorgándole un aumento de sueldo. Cobraba $ 55 mensuales.
Al producirse la revuelta de López Jordán, el Regimiento 2º de Caballería se integró a la Segunda División y participó del combate de El Quebracho, el 17 de setiembre de 1870, donde Villegas fue herido de un sablazo en la cabeza y varios lanzazos por salvar las tropas a sus órdenes. Por las heridas que había recibido se agravó su estado en el mes de febrero de 1871 y se traslada en “uso de licencia” a Uruguay, para reponerse.
En marzo ya repuesto vuelve al país y es destinado a la Guarnición de San Nicolás de los Arroyos.
En abril regresa al Regimiento 2º de Caballería en la frontera, en el Fuerte General Lavalle Norte o Ancaló; (hoy partido de General Pinto en la Pcia. de Buenos Aires).-
El 5 de mayo de 1871, bajo las órdenes del Teniente Coronel Maldonado, Villegas a cargo de un Batallón del Regimiento 2º de Caballería, ataca a los “Ranqueles”, en las cercanías de la laguna “La Picaza”, en lo que fue el primer choque en que intervino contra los indígenas que serían sus tradicionales enemigos.
Continuó durante los meses de mayo a diciembre haciendo una intensa campaña de patrullaje y reconocimiento del desierto. En el mes de diciembre, Villegas vuelve a Buenos Aires para atenderse en el Hospital Militar.
En febrero de 1872, en el fuerte Gral. Lavalle Norte, Villegas salió en persecución de una partida de ranqueles que habían invadido el sur de Santa Fe. No los encontró y por las informaciones que recibió, los indígenas habían regresado al desierto. Ordenó regresar al fuerte, motivo que no agradó al Coronel Borges –Jefe del Fuerte- y Villegas es sancionado en forma “reservada”.
Conviviendo con sus soldados y participando por igual con ellos de sus éxitos y fatigas, obtuvo fama de muy bravo entre los bravos, “el Tigre Villegas” le decían sus soldados y “muy toro” los indígenas.
En reemplazo del Tte. Coronel Timote, Villegas es ascendido a Jefe del Regimiento 3 de Caballería, destacado en el Fuerte General Lavalle Norte, el 12 de febrero de 1873. Asumía así la Jefatura del que sería su orgullo y del cual dijo: “…con el 3 , basta para limpiar la pampa de indios…”.
En junio de 1873, López Jordán realizó otra levantamiento. Conrado Villegas traslada el Regimiento 3º de Caballería hacia Entre Ríos apoyando a las tropas nacionales. En “Las Juntas de Atencio”, Villegas con el regimiento a su mando atacó a las tropas jordanistas dispersándolas rápidamente. Para los primeros días del mes de diciembre, luego de haber permanecido en Paraná; Villegas y su tropa vuelven hacia Junín en la frontera del desierto.
En abril de 1874, Conrado es nombrado Jefe Interino de la Frontera Norte en reemplazo del Coronel Borges. En octubre, intervino en el combate de “La Verde”, en ocasión de la Revolución de Mitre, siendo su acción merecedora del ascenso al grado de Coronel, en el mismo campo de batalla por el Presidente Sarmiento y queda como Jefe de la División Norte de Buenos Aires, en diciembre de 1874. En este mes también, Conrado, había reunido en Junín una caballada de unos 6.000 animales, (formaban parte de confiscaciones, donaciones y rescates), de los que Conrado eligió 600, todos tordillos claros, para tenerlos de “caballo de pelea” en el Regimiento 3º. Así nacieron los famosos “Blancos” de Villegas.

En marzo de 1875, es nombrado el coronel Villegas Jefe de la Frontera Norte. Desde ese momento intervino en muchas acciones de guerra contra los indígenas. El 26 de enero de 1876, Villegas y su Regimiento combaten contra una coalición de indígenas de Namuncurá, Baigorrita, Pincén e indios chilenos y ranqueles que invadieron Tapalqué. Obtiene, con sus tropas, la felicitación del Presidente de la República por esa acción.
El ministro Alsina, en marzo de 1876, reúne en Olavarría a los Jefes de las fronteras de Buenos Aires, Villegas entre ellos, para el avance total de la Frontera. De acuerdo a las órdenes recibidas la División Norte al mando del coronel Villegas debía avanzar hacia Trenque Lauquen, quedando a elección de Villegas el fundar una población en Las Tunas, Trenque Lauquen, o en el área de Sanquilcó y Las Tunas. Para el 22 de marzo, Villegas inicia la marcha hacia el desierto, de acuerdo al Plan del Ministro Alsina, con el Regimiento 3º de Caballería, 2º de Infantería, los Guardias Nacionales de Junín y un piquete de Artillería.
El 26 de marzo levanta el Fortín Timote (hoy ciudad ) dejando 10 hombres de guarnición. Luego de algunos días de marcha, alcanzan los médanos que rodean la “Trenque Lauquen” el 12 de abril a las 17, 23 hs. y tomó posesión del territorio enarbolando la bandera patria y saludándola con una salva de 21 cañonazos.
En todo el trayecto desde el Fuerte Lavalle Norte hasta Trenque Lauquen, no se encontró la División Norte con ningún indígena asentado en el territorio recorrido. Ya estaban viviendo en el actual territorio de la Pcia. de La Pampa.
En el mes de junio, el día 10, en cercanías del actual pueblo de Fortín Olavarría, tuvo un encuentro con los indígenas, del que salió vivo por milagro: con diecisiete lanzazos en su espalda llegó abrazando el cogote de su caballo a la Comandancia.
En los primeros meses de su llegada, Villegas mostró otra faceta de la militar, el de colono y capataz, agregada a la de administrador. Trabajaba en todo y con todos, levantando ranchos, haciendo el adobe, sembrando alfalfa, verduras; preparando corrales, etc.. Al poco tiempo se cosechaban los primeros tomates de la región.
En abril de 1877, escribe un informe al Inspector General de Armas, Cnel. Luis María Campos, en el que describe la población y sus alrededores al final del primer año de ser levantada.
Organizó una Orden General, de 44 artículos reglamentando el servicio en los Fortines, que fue tenida por modelo.
Siendo la Frontera de la División Norte la más extensa de la Línea de Alsina, fue la única que terminó en su totalidad la traza de la famosa “zanja de Alsina”.
El 21 de enero de 1878, contrae enlace con Carmen Granada Blanco, su novia, siendo su madrina Carmen Blanco de Granada y padrino, don Carlos Casares, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Durante el mes de noviembre de este año, de acuerdo a las órdenes recibidas del nuevo Ministro de Guerra, Gral. Julio A. Roca; organizó un ataque a Pincén sobre el frente Trenque Lauquen-Yapenque-Lincachu-Luan Lauquen, en el que es tomado prisionero el cacique Pincén por el Mayor Rafael Solís.
Villegas informó a la superioridad sobre la captura de Pincén y de otros dos capitanejos, 17 indios de lanza, 54 de chusma, y del rescate de 12 cautivas y algunos cautivos hombres; murieron en la batida 5 indígenas. Solicita Villegas también, que Pincén quede en esta comandancia, por ser la manera más eficaz de que los indígenas se entreguen en paz. Comentó en su carta que Pincén le pedía ser su amigo y luchar juntos para sacar a los indígenas chilenos que habían invadido esta región desde hacía varios años.
A fines de noviembre, Villegas ordena al Mayor Sosa que con 100 hombres del Regimiento 3 de Caballería y un grupo de “indios amigos”, avance sobre Pueya-Picún-Lauquen, por lo que se consiguió tomar prisioneros a 2 capitanejos, 21 indios de lanza, 114 de chusma, 7 muertos, y se recobraron 120 caballos y yeguas y una punta de ovejas.
El 6 de diciembre de 1878, Villegas envía a Pincén a Buenos Aires, en calidad de detenido, debido a la insistencia del Gral. Roca
A finales de ese mes y como consecuencia del buen trato que Villegas le dio al cacique Pincén, se entregan prisioneros Nahuel Payún y Pichi Pincén con 7 capitanejos, 52 indios de lanza, 157 de chusma. Se rescataron a cuatro cautivos “huincas”.
Para el 9 de abril de 1879, la División Trenque Lauquen, denominada ahora Segunda División del Ejército Expedicionario, parte de Trenque Lauquen hacia Carhué para el continuar con el avance hacia el Río Negro, acatando las órdenes superiores del gobierno.
En Carhué, el Gral. Julio Roca informa a Villegas que quedan bajo su responsabilidad como Jefe de Regimiento 3º de Caballería y jefe de la 2º División del Ejército Expedicionario; agregándole el cargo de Jefe de Estado Mayor del Ejército Expedicionario.
El 9 de mayo, Conrado Villegas con sus hombres, a 30 km. a la vanguardia de las Fuerzas Expedicionarios, fueron el primer cuerpo que arribó a las costas del Río Colorado. El día 13 de mayo, alcanzan el Paso Alsina por donde se cruza el Río Colorado. El general Roca, a retaguardia de la División de Conrado, dispone una nueva organización del Ejercito Expedicionario, estableciendo que las fuerzas de Trenque Lauquen, Puán y Fuerte Argentino tomaran el nombre de Brigadas por su orden numérico, las que se ponían bajo las directas órdenes del Coronel Villegas.
El 22 de mayo, el Gral. Roca elige la Primera Brigada, comandada por Villegas, para acompañarlo en el cruce del Río Negro a la vanguardia de las fuerzas.
El 24 de mayo, la avanzada de la vanguardia, formada por 25 hombres a las órdenes del Teniente Coronel Fotheringham, divisa el Río Negro.
El día 2 de junio, el general Julio Roca con 100 hombres y una Banda de Infantería, continúa el avance hacia la confluencia del Río Neuquen con el Limay, a la cual alcanza el 11 de ese mes. Entretanto Villegas permaneció en el Campamento Choele Choel con el resto de las Fuerzas.
A fines de mes, el general Roca reorganiza las Fuerzas de la nueva frontera designando a Conrado Villegas Jefe de la 1º Brigada de Caballería formada por los Regimientos 1º y 3º de esa arma. Simultáneamente, otorgó a Villegas la Jefatura Militar de Río Negro y Neuquen.
El 9 de julio de 1879, ante los Regimientos 1º, 2º y 6º de Infantería y 1º,3º y 11º de Caballería y un Escuadrón de Artillería, funda el pueblo Nicolás Avellaneda, hoy Choele Choel.
Villegas se dedicó a recorrer el área sur del Río Colorado, desde Choique Mahuida a la Auca Mahuida.
Desde Choele Choel, escribe a varios caciques que recibían sueldos de gobernador chilenos, especialmente a Sayhueque, que era indígena argentino, explicándole las conveniencias de no oponerse al avance militar para evitar un trágico fin de las tribus.
Festeja el día de la patria, 25 de mayo de 1880, a orillas del Río Negro leyendo a las tropas una orden general sobre la necesidad de unirse todos los argentinos bajo la bandera de la Patria y sus Héroes.
Para el 14 de junio, de acuerdo a órdenes superiores, a bordo del Villarino zarpa de Carmen de Patagones hacia Buenos Aires con los integrantes de las tropas de la División Río Negro y Neuquen. Desembarca cuatro días después en San Fernando. Había sido llamado por la revolución de Carlos Tejedor, pero al llegar ya había sido sofocada por las tropas leales al gobierno.
El 9 de julio de 1880 el Senado de la Nación asciende a Conrado Villegas a Coronel Mayor.
Desde Choele Choel, en marzo de 1881, Villegas acompañado por fuerzas de la 3º Brigada, cruza el Río Negro y marcha hacia el Lago Nahuel Huapi. Llegaron el 10 de abril, y desde las márgenes del Lago Nahuel Huapi, revista las tropas de la 1º, 2º y 3º Brigada y lee una proclama en la que evoca a los Ejércitos Libertadores, previo izamiento de la bandera patria. El día 16, acampaban a orillas del lago, Villegas acompañado por Wintter y el Tte. Coronel Suárez, recorren en lancha el Nahuel Huapi, en lo que fue la primera vez que una embarcación de bandera Argentina surcaba el Lago.
El 15 de junio llegaba a la ciudad de Patagones a bordo del barco “Río Negro” siendo recibido con gran júbilo por la población ante el éxito de la campaña al gran Lago.
Entre los años 1881 y 1882 efectuó varios viajes a Buenos Aires. En marzo de 1882, el Presidente Roca, organiza la Segunda División del Ejército con los cuerpos de ocupación del Río Negro y Neuquen bajo el comando de Conrado Villegas.
En julio de 1882, Villegas en Patagones realiza un nuevo plan para perfeccionar la ocupación de 1881, la que sería denominada: Campaña de los Andes al Sud de la Patagonia.
El 3 de noviembre de 1882 es ascendido a General. En Choele Choel, da instrucciones a los jefes de las tres Brigadas para iniciar las operaciones de acuerdo al nuevo plan. Así, el 22 de ese mes, parte la 1º Brigada al mando del General Villegas hacia el Limay y el Neuquen. Llegan a Ñorquín el 6 de diciembre. Desde este sitio, Villegas parte hacia el campamento de la 3º Brigada en las nacientes del Río Aluminé. Luego parte hacia el campamento de la 2º Brigada. Desde Nahuel Huapi, felicita a la 3º Brigada por el triunfo en el combate de Apulé.
El 20 de marzo de 1883 emite una orden general a los Jefes de las Brigadas con disposiciones para consolidar la ocupación lograda en esa campaña.
En Junio, ya su cuerpo está totalmente débil, Villegas llegó a Patagones para asistir su salud. El Presidente Roca ordena que sea trasladado urgente a Buenos Aires a bordo del “Villarino”; fue recibido en el Puerto de la Boca, en Buenos Aires por una gran multitud que lo vivaba, y lo acompañó hasta el Círculo Militar.
Es tratado, en su domicilio de los Altos de Parissé, por el cirujano Mayor del Ejército en 0ctibre de 1883. Por razones de salud no volverá ya más al frente. En el mes de febrero de 1884, pareció haber mejorado su salud, y viaja al Uruguay para estar junto a familiares y amigos. Se agravó su estado y tuvo que interrumpir su estadía en aquel país.
El Presidente Roca se ocupó personalmente de hacer todo lo posible para salvar la vida de Conrado. Le concedieron licencia para trasladarse a Europa, en abril de 1884, con el objeto de curarse la enfermedad contraída en servicio. Viajó acompañado por su esposa y un asistente, el Tte. 1º Laurentino Vigil. La licencia acordaba retención y goce de su cargo de Jefe de la Segunda División. Se embarcaron rumbo a Burdeos el día 22 de abril. En Montevideo no pudo bajar a tierra por el estado de salud.
Se agravó su estado de salud y debieron hospitalizarlo en Pernambuco hasta el 14 de junio. Se mejoró y continuó el viaje hacia Francia. Llegó a Burdeos el 6 de julio.
En París se alojó en el Gran Hotel de Malta, Rue Richelieu Nº 63, el 18 de julio. El Ministro argentino, Mariano Balcarce se ocupó personalmente de Conrado, por ser un ilustre paciente y el mismo trato recibió de la colectividad argentina en esa ciudad.
Es atendido por un grupo de especialistas junto al profesor Brocca . Todos volcaron todos sus esfuerzos y los últimos adelantes científicos para mejorar la salud de Conrado, pero fue en vano. A los médicos franceses les asombró que hubiera podido sobrevivir a las 54 heridas de arma blanca que reconocieron en su cuerpo.
El 26 de agosto de 1884, a las tres de la mañana, moría Conrado Villegas a la edad de 43 años. El diagnóstico fue “”coeur de bouef”: hipertrofia del corazón por excesos de esfuerzos.
El 30 de mayo de 1885, llegaron los restos del General Conrado E. Villegas a Buenos Aires, siendo depositados en el Panteón Militar del cementerio del Oeste. En julio de 1909, los restos de Villegas son trasladados al Cementerio Norte y depositados en la bóveda del Tte. Gral. Nicolás Levalle.
El 25 de agosto de 1945, los restos del fundador llegan a Trenque Lauquen en medio del fervor de toda la ciudad. En el atrio de la Iglesia Ntra. Sra. de los Dolores reposan en un mausoleo los restos de Conrado E. Villegas y su esposa Carmen Granada.

Fuentes: Cabeza Miró, Patricia – General Conrado Excelso Villegas – Nuestro Fundador / www revisionistas.com.ar / Mayo, José F. – Un Titán del Desierto – – Año 2003 – Ed.: HCD Pcia. de Bs. As. Derechos de Autor Expte. Nº 552553

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viernes, 27 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL CORONEL ANGEL ECHAVARRÍA


Nació en Buenos Aires, el 2 de agosto de 1840, siendo sus padres, José Santos Echavarría y Petrona Dodero. Ingresó en clase de cabo distinguido en el Batallón “Guardias de la Ley”, el 18 de diciembre de 1861, de cuyo cuerpo era jefe el coronel Desiderio Sosa, en la provincia de Corrientes; el cual sirvió de plantel para la formación del 7º de Línea, continuando Echavarría en aquel batallón hasta el 3 de abril de 1864. Había ascendido a porta-estandarte, el 12 de agosto de 1862 y a subteniente de compañía, el 1º de julio de 1863.
El 3 de abril de 1864 se embarcaron para Rojas, provincia de Buenos Aires; habiendo llegado al Rosario de Santa Fe, permanecieron allí más de 15 días, llegando a su destino el día 23 del mismo mes y año. Desde el 1º de enero del año anterior Echavarría servía en el cuerpo que había tomado la denominación del 7º de Infantería, el que fue disuelto en Rojas, refundiéndose 2 compañías en el 3º de Caballería; marchando otras dos a Melincué, sirviendo de plantel para la creación del 12º de Infantería. El 7º de Infantería fue mandado hasta entonces por el teniente coronel Carlos Lezica.
Con motivo de la disolución, el 1º de abril de 1864 pasó a la P. M. D y el 7 de octubre del mismo año fue propuesto para la compañía de cazadores del Batallón 1º de Línea (actual Regimiento de Infantería 1 “Patricios”), que mandaba el teniente coronel Manuel Roseti; pese a que fue concedido el día 10 y hecho efectivo el 9 de noviembre, en que marchó de Buenos Aires a incorporarse a aquel cuerpo, que se hallaba en el “9 de Julio”. De febrero a abril de 1865 permanecieron en el fortín “Hombres sin Miedo”. El 18 de noviembre del año anterior ascendió a teniente 2º.
El 20 de abril de 1865, con motivo del estallido de la guerra del Paraguay, marchó el 1º de Infantería a Buenos Aires, donde después de una permanencia de cinco días, siguió viaje para formar parte del Cuerpo de Ejército del general Paunero. Se halló en la toma de la ciudad de Corrientes, el 25 de mayo de aquel año, por lo que recibió la medalla de plata acordada por el Gobierno. Asistió a la batalla de Yatay y a la toma de Uruguayana, por lo que fue acreedor a las condecoraciones concedidas por los gobiernos oriental y brasileño, respectivamente.
El 24 de setiembre de 1865 pasó al Estado Mayor del 1er Cuerpo de Ejército y en diciembre del mismo año pasó en comisión al Batallón “Catamarca”, cuerpo con el cual se halló en el Paso de la Patria, el 16 de abril de 1866; en la toma de Itapirú, al día siguiente en el combate del Estero Bellaco, el 2 de mayo; en el pasaje de ese mismo estero, el día 20; en la batalla de Tuyutí, el 24 del mismo mes y año, a las órdenes del coronel Maximiliano Matoso; mereciendo por este último hecho de armas el cordón de plata concedido por Ley del 5 de octubre de 1872.
El 7 de octubre de 1866 llegó a Buenos Aires gravemente enfermo, de un fuerte reumatismo, mandado por los cirujanos del hospital que funcionaba en Corrientes. Había ascendido a teniente 1º el 7 de enero de 1866, y capitán el 12 de setiembre del mismo.
Permaneció en cura hasta que el 14 de julio de 1867 solicitó pasar a una P. M. por las circunstancias de haber perdido a sus padres con diferencia de 24 horas, víctimas del cólera, razón por la cual por cuestiones de orden personal, tenía que quedarse en esta Capital; el 5 de agosto del mismo año pasó a la P. M. D., en virtud de la Superior Resolución del 31 de julio de 1867.
El 12 de enero de 1868 pasó al Ministerio de la Guerra, donde permaneció hasta el mismo día del año 1871, en que fue nombrado Jefe del Polvorín de Flores (ubicado en los terrenos que actualmente ocupa el Parque Chacabuco, en la ciudad de Buenos Aires), cargo que ejerció por espacio de largos años. Promovido a sargento mayor graduado el 19 de febrero de 1870, recibió la efectividad de este empleo, el 1º de marzo de 1873 y el 19 de setiembre de 1878, el grado de teniente coronel.
Desempeñando la jefatura del Polvorín de Flores por orden de su superior, tomó parte en las operaciones del 20 de junio de 1880, a las órdenes del general José Octavio Olascoaga, y en la batalla del día siguiente, en Puente Alsina y los Corrales, al mando del general Joaquín Viejobueno. Por su comportamiento en aquellas jornadas ascendió a teniente coronel efectivo, el 9 de julio de igual año.
Participó, igualmente, en las jornadas del 26, 27, 28 y 29 de julio de 1890; por cuya actuación fue promovido a coronel con fecha 27 de aquel mes y año.
El 2 de diciembre de 1890 dejó la jefatura del Polvorín de Flores y pasó a la “Lista de Oficiales Superiores”. En enero de 1894 fue nombrado Jefe del Polvorín de Maldonado, cargo que desempeñó hasta junio del año siguiente en que volvió a revistar en “Lista de Oficiales Superiores”. En febrero de 1899 fue nombrado Juez de Instrucción adscripto al Estado Mayor General. Desempeñando este puesto, el 10 de agosto de 1900 se ordenó el reconocimiento médico del causante, declarándolo la Comisión Médica, el 1º de setiembre, inútil para el servicio por estar afectado de “arterio-esclerosis”. El 4 de este último mes fue declarado en situación de retiro con 47 años, 1 mes y 2 días de servicios.
El coronel Angel Echavarría falleció en esta ciudad, el 26 de agosto de 1916, a las 6 de la mañana, de “miocarditis”. Estaba casado con Rosario Zumeta, natural de Corrientes, hija de Justo Zumeta y Dionisia Cano; matrimonio realizado en aquella ciudad el 10 de febrero de 1862.
Aparte de las condecoraciones mencionadas, recibió la medalla de oro por la conclusión de la guerra del Paraguay.
Su esposa falleció en Buenos Aires, el 15 de diciembre de 1923 a la edad de 83 años.

Fuentes: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / www. revisionistas.com.ar / Yaben, jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1938).

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jueves, 26 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL CORONEL EVERGISTO DE VERGARA


Nació en Córdoba el 24 de octubre de 1834. Fueron sus padres, el teniente coronel Marcos de Vergara, guerrero de la Independencia, natural de Mendoza, y Josefa Larguía, cordobesa. Se incorporó como portaestandarte a la División del coronel Ramón Bustos, el 7 de enero de 1852, incorporada a las fuerzas con las cuales Juan Manuel de Rosas iba a hacer frente al Ejército Aliado que había penetrado en la provincia de Buenos Aires, a las órdenes de Urquiza. se halló en el choque de la vanguardia de Rosas, en los campos de Merlo, conocidos por “La Choza”, en enero de aquel año; y en la batalla de Caseros cayó prisionero de los aliados. En un informe del precitado coronel Bustos, extendido en Buenos Aires el 8 de enero de 1854, dice que Vergara se desempeñó “con capacidad, valor y mucha contracción” en el curso de esta campaña.

El 1º de marzo de 1852 fue destinado al Fuerte Federación (actual ciudad de Junín), bajo las órdenes de coronel Juan Esteban Rodríguez, guerrero de la Independencia, donde permaneció hasta el mes de noviembre del mismo año, en que por orden superior bajó a la Capital. En aquel punto se halló en el rechazo del ataque que llevaron los indios invasores, recibiendo Vergara un hachazo de machete en la sien derecha. Al ser destinado al Fuerte Federación, fue promovido a teniente 2º con fecha 1º de marzo de 1852, y el 1º de julio de igual año, era teniente 1º.

Establecido el sitio de Buenos Aires por las fuerzas de los coroneles Hilario Lagos y Cayetano Laprida, Vergara fue incorporado el 1º de enero de 1853 al Regimiento de “Extramuros”, en calidad de ayudante del jefe de este cuerpo, coronel Felipe López. Se halló a las órdenes de éste en la salida que hicieron los sitiados hasta Almagro, el 21 de enero de aquel año. Se encontró en numerosas guerrillas y encuentros con los sitiadores, entre ellos dos ataques y en la toma de Barracas, a las órdenes del general Manuel Hornos, donde recibió una herida de sable bajo el ojo derecho. Asistió a un combate en la recoleta, donde recibió dos heridas de sable: una en el carrillo izquierdo y la otra en el labio inferior: de este hachazo perdió un diente.

Formó parte de la 3ª Guerrilla de la Columna de Observación, que en julio del 53, a la conclusión del sitio, marchó hasta San Nicolás de los Arroyos a las órdenes del general Manuel Hornos. El 1º de noviembre de 1853 fue destinado a la P. M. A.

El 1º de marzo de 1854 fue dado de alta en el Regimiento “Dragones de la Frontera”, destacado en el Fuerte Independencia (hoy Tandil), cuerpo con el cual marchó en el mes de noviembre, a las órdenes del general Hornos, contra los invasores mandados por el Gral. Jerónimo Costa, asistiendo al combate de “El Tala”, el día 8 de aquel mes y año, en el cual fueron completamente derrotados los invasores. Vergara, por su comportamiento, fue ascendido a ayudante mayor el 14 de noviembre de 1854.

A su regreso de esta campaña, Vergara pasó a servir de ayudante del coronel Orqueda, Jefe del Regimiento “Dragones de Tandil”. El 24 de enero de 1855 pasó al cuerpo de “Coraceros de la Guardia”, de donde fue destinado el 13 de marzo del mismo año al Regimiento 2º de Infantería de Guardias Nacionales, en Buenos Aires. Finalmente el 1º de octubre de 1855 fue dado de alta en el 2º Escuadrón del Regimiento “Húsares del Plata”, destacado en San Benito, Navarro, Santa Catalina y Fuerte Azul, concurriendo en 1856, a las órdenes del Gral. Hornos, al combate de Chapaleofú o de Los Huesos y a la acción de Tapalqué, contra los indios invasores. En octubre de 1857 fue destacado con su Regimiento de Húsares a Tandil, donde formó parte de la División “Bahía Blanca”, a las órdenes del general Paunero, que operó hasta “Salinas Grandes”, asistiendo a los combates contra los salvajes, en Cristiano Muerto y Pigüé. También hizo una parte de esta campaña a las órdenes del coronel Julio de Vedia. El Regimiento de “Húsares del Plata” se hallaba bajo el comando del coronel Pedro C. Díaz, y por sus méritos en aquella campaña, Vergara fue promovido a capitán el 24 de noviembre de 1857, dándosele el comando de la 1ª Compañía del 2º Escuadrón del mencionado Regimiento.

Terminadas aquellas operaciones el capitán Vergara pasó a revistar en la P. M. I. el 1º de enero de 1859 hasta el 1º de junio de igual año, en que se incorporó al ejército de operaciones contra la Confederación, en calidad de ayudante de campo del Gral. Bartolomé Mitre, comandante en jefe del mismo. En la batalla de Cepeda, librada el 23 de octubre de aquel año, el ayudante Vergara tuvo la desgracia de que los enemigos le mataran el caballo que montaba, sufriendo el jinete una grave contusión siendo salvado de caer en poder de sus enemigos por los capitanes Espeche y Alberú, que lo condujeron a San Nicolás. Cayó herido en esta acción, al lado del Gral. Mitre.

Se embarcó en aquella ciudad, a bordo del “Guardia Nacional”, asistiendo al combate naval sostenido contra la escuadra de la Confederación mandada por el coronel Mariano Cordero. Terminada la campaña a raíz del Tratado del 11 de noviembre, Vergara volvió a la P. M. I. el 1º de Diciembre de 1859. Destinado a la Disponible (P. M. D.), el 30 de mayo de 1860, volvió a la Inactividad el 1º de marzo del año siguiente, hasta el 9 de junio, fecha en que se incorporó al cuartel general del ejército de Buenos Aires, en Rojas, en calidad de ayudante de campo de Mitre, en cuyo carácter asistió a la batalla de Pavón, el 17 de setiembre, en la que desempeñó numerosas comisiones ordenadas por el General en Jefe. Revistó en la P. M. I. el 1º de enero de 1862, como sargento mayor graduado, ascenso que le había sido conferido el 1º de diciembre del año anterior. Pasó a la P. M. D. el 1º de marzo de 1862 y el 5 de junio de este mismo año fue enviado a hacerse cargo del Regimiento 9 de Guardias Nacionales de Campaña, en Monte, donde la tropa se había sublevado, matando a su Jefe, el sargento mayor Tomás Vila. En este destino permaneció Vergara mucho tiempo y en él movilizó 500 hombres de Guardias Nacionales para la guerra del Paraguay. Con motivo del estallido de esta última, el 27 de julio de 1865, fue dado de alta en el Cuartel General del Ejército Aliado, en calidad de ayudante del presidente Mitre, asistiendo a las siguientes acciones de guerra: Paso de la Patria, el 16 de abril de 1866; sorpresa de Estero Bellaco, el 2 de mayo; batalla de Tuyutí, el 24 de este mismo mes y año; combate de Yataytí-Corá, el 11 y 12 de julio; y el asalto de Curupaytí, el 22 de setiembre de 1866.
Por los méritos contraídos en esta campaña, recibió la efectividad de sargento mayor el 25 de febrero 1867.

De regreso de los esteros paraguayos, el 1º de agosto de este último año pasó a la P. M. P., a las órdenes del gobierno de la provincia de Buenos Aires, volviendo a su anterior destino en Monte, a cargo de la Guardia Nacional, donde permaneció hasta que la nueva organización dada a la guardia nacional, impidió que un jefe de las fuerzas de línea estuviera encargado de agrupamientos de aquélla.

El 1º de febrero de 1871 fue destinado a la P. M. A., sirviendo a las órdenes del gobierno de Buenos Aires, hasta el 1º de setiembre del mismo año, en que pasó a la P. M. D., en la que permaneció largos años. Con motivo de los sucesos revolucionarios de 1880, el 9 de junio de este año fue dado de baja. Reincorporado el 17 de enero de 1883, en la P. M. P., el 11 de octubre del mismo año fue destinado a la P. M. D. con antigüedad del 1º de agosto; donde revistó hasta el 1º de enero de 1885, en que fue incorporado al Estado Mayor de Reserva P. M. A., el 17 de enero de 1888 hasta el 27 de noviembre de este mismo año, en que fue dado de alta en la Plana Mayor de la 2ª Brigada de la 1ra División del 2º Cuerpo de Ejército, de guarnición en la Capital. En este puesto ascendió a teniente coronel el 7 de febrero de 1890. En la revolución de julio de este año, actuó en el Parque contra Juárez Celman.

El 18 de enero de 1892 pasó a revistar a la P. M. A. y el 22 de abril de 1895, en la “Lista de Guerreros del Paraguay”, siendo promovido a coronel el 24 de agosto de este último año, fecha en que pasó a la “Lista de Oficiales Superiores”. En esta situación de revista obtuvo su retiro militar el 20 de junio de 1899, con 51 años, 5 meses y 25 días de servicios aprobados.

Falleció en Buenos Aires el 26 de agosto de 1911 a las 9 p.m. de “hemorragia cerebral”, en su casa, Yerbal 2447 (barrio de Flores). Ostentó los cordones de Tuyutí y el escudo de Curupaytí.

El coronel Vergara era poseedor de un establecimiento de campo en el partido de Lobos.

En un informe del Gral. Mitre, de fecha 19 de mayo de 1890, se lee: “…. y debo decir, en honor de la verdad y la justicia, que en medio del fuego, era a la par de mis mejores ayudantes de campo, un oficial a quien podía confiársele la transmisión de una orden con peligro de la vida, como lo ejercitó algunas veces, transmitiendo también noticias oportunas respecto de los movimientos del campo de batalla que pasaban fuera de mi inmediata vista”.

El coronel Evergisto Vergara se casó en primeras nupcias con Manuela Cascallares y habiendo enviudado, contrajo segundo matrimonio en Buenos Aires, el 15 de diciembre de 1871 con Mercedes Chavez, de 22 años, porteña, hija de Juan Antonio Chavez y de Josefa Barcala, argentinos. Habiendo fallecido su segunda esposa, se casó por tercera vez en Montevideo, el 16 de enero de 1894 con Tomasa Tiscornia, nacida en aquella ciudad el 13 de mayo de 1865; hija de Manuel Cristóbal Tiscornia (italiano) y de Tomasa Gareta (oriental); la que le sobrevivió.

Fuentes: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / www. revisionistas.com.ar / Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).

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miércoles, 25 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DEL EXODO JUJUEÑO


La derrota de Huaqui echó por tierra las esperanzas norteñas de un fácil triunfo por el norte. Los hombres salvados del desastre son recibidos por Pueyrredón en Jujuy y bajan lentamente hasta Salta. En Yatasto los encuentra Belgrano, el nuevo jefe, quien recibe los 800 hombres, reliquia del Ejército del Norte, sin armas, desmoralizados, incapaces al parecer de luchar, otra vez, contra los hombres de Goyeneche.
“La deserción es escandalosa –escribe al gobierno- y lo peor es que no bastan los remedios para convencerla, pues ni la muerte misma la evita: esto me hace afirmar más y más en mi concepto de que no se conoce en parte alguna el interés de la patria, y que sólo se ha de sostener por fuerza interior y exteriormente”.
La tarea que debe realizar es agotadora: reorganizar los cuadros, disciplinar los soldados, abastecer el ejército, dar ánimos a la población, crear, solo, en un puesto donde la improvisación puede ser fatal para todos, un ejército armónico, disciplinado, apto para luchar contra los aguerridos regimientos que comandan los españoles. Se vuelve, entonces, ordenancista al extremo. Su rigor, su inflexibilidad, su intolerancia para cualquier falta del servicio, le enajenan la popularidad entre la mayoría, pero salvan a todos y con ello a la Patria.
El general convoca a todos los ciudadanos entre 16 y 35 años y forma un cuerpo de caballería -los “Patriotas Decididos”-, que pone a las órdenes de Díaz Vélez. Dentro de las rígidas normas que establece en su ejército, se forman hombres que ilustrarán las armas argentinas: Manuel Dorrego, José María Paz, Gregorio Aráoz de Lamadrid, Cornelio Zelaya, Lorenzo Lugones. Son jóvenes entusiastas en cuyas almas arde la llama inextinguible de un patriotismo exaltado.
Goyeneche permanece, mientras tanto, detenido en el Norte por la insurrección cochabambina. Hasta Jujuy se dirige, entonces, Belgrano y en la vieja ciudad celebra, en 1812, el 25 de mayo. Por segunda vez presenta al pueblo y a los soldados la bandera de su creación, que es bendecida al término del tedéum por el deán de la Iglesia Matriz don Juan Ignacio de Gorriti.
Nuevamente el gobierno lo reprende por su actitud; Belgrano dolorido, responde en una nota: “La bandera la he recogido y la desharé…”. Otras preocupaciones se suman: el estado sanitario de las tropas es deficiente, el paludismo hace estragos, los efectivos del ejército no aumentan en la cantidad que las circunstancias requieren, y Goyeneche, libre ya su retaguardia, se dispone a entrar en territorio argentino por la puerta grande de Humahuaca.
En agosto de 1812 se produce la invasión del ejército español, compuesto de 3.000 hombres, a las órdenes del general Pío Tristán, primo de Goyeneche y como él, natural de Arequipa. El 23 de agosto de 1812, dispuesta ya la retirada, lanza Belgrano su famosa proclama a los pueblos del norte: “Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, os he hablado con verdad… Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres . . . “.
Quienes no cumplan la orden serán fusilados, y sus haciendas y muebles quemados. Las clases populares se pliegan al éxodo sin necesidad de compulsión. No ocurre lo mismo con la clase principal. Algunos consiguen esconderse en espera de Tristán; otros deciden obedecer a Belgrano e irse con los bienes que pueden salvar, para lo cual Belgrano les facilita carretas.
Finalmente todo Jujuy responde heroicamente al llamado patriótico. Y como en los viejos éxodos de la historia, todo un pueblo marcha con sus soldados – hijos de su seno – guiados por quien, sabedor de que esa es su hora de gloria, va sereno, hacia el campo de las Carreras, donde el drama ha de resolverse luego de treinta días de incertidumbre y duelo. La gente debía llevarse todo lo que podía ser transportado en carretas, mulas y en caballos. Y así lo hizo. Los pobladores siguieron a Belgrano cargando muebles, enseres y arreando el ganado en tropel.
Los voluntarios de Díaz Vélez, que habían ido a Humahuaca a vigilar la entrada de Tristán y volvieron con la noticia de la inminente invasión, ellos serán los encargados de cuidar la retaguardia.
El repliegue debe hacerse precipitadamente por la proximidad del enemigo. En cinco jornadas se cubren 250 kilómetros (Recuérdese que para la misma época Napoleón aconsejaba que sus ejércitos no marchen más de diez kilómetros por día). Suponiendo que, al encontrar Jujuy abandonado, Tristán se dirigirá a Salta, Belgrano ordena hacer alto recién en las márgenes del río Pasaje, adonde llega en la madrugada del 29 de agosto.
Cuando el ejército español llegó a las inmediaciones, encontró campo raso. Las llamas habían devorado las cosechas y en las calles de la ciudad ardían aquellos objetos que no pudieron ser transportados. Todo era desolación y desierto. El éxodo llegó hasta Tucumán, donde Belgrano decidió hacer pie firme.
El 3 de septiembre el ejército patriota se halla sobre el río de Las Piedras, cuando los Decididos son atacados por la vanguardia realista, produciéndose una escaramuza. El cuerpo patriota se reúne con el grueso y Belgrano, que espera una oportunidad favorable, despliega al ejército en la margen del río haciendo abrir el fuego de la artillería para despejar el frente. Los patriotas persiguen a los españoles, tomando quince o veinte prisioneros y matando otros tantos. Una partida de paisanos al mando del capitán Esteban Figueroa logra apresar al jefe enemigo, coronel Huici, al portaestandarte Negreiros y a un capellán. Son las cuatro de la tarde y la victoriosa partida inicia una marcha forzada con sus prisioneros, huyendo del resto de los adversarios. A las doce de la noche están ya en Tucumán, donde se encuentra el grueso del ejército.


Fuentes: Asociación Gaucha Jujeña – San Salvador de Jujuy / www. revisionistas.com.ar / Pandra, Alejandro – Agenda de Reflexión / Salta – Portal informativo / Turone, Gabriel O. – El Exodo Jujeño – Buenos Aires (2007).


martes, 24 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL BATALLÓN DE ARSENALES 601 "ESTEBAN DE LÚCA"


El Batallón de Arsenales 601 fue creado el 23 de Agosto de 1885 bajo el nombre de Arsenal de Guerra, estando su emplazamiento delimitado por las calles Pozos, Sarandí, Garay y Brasil; siendo su primer Jefe el Coronel Domingo Viejobueno. Su creación fue uno de los acontecimientos más importantes de la época, contando con avanzados adelantos técnicos, más de 800 operarios, talleres de carpintería, mecánica, fragua, fundición, talabartería, cartucheria, armería y artillería.
El 17 de noviembre de 1897 debido a una reestructuración de los Arsenales del Ejército pasa a llamarse Arsenal Principal de Guerra y en el año 1917, bajo la presidencia del Dr. Hipólito Irigoyen es denominado Arsenal Principal de Guerra "Sargento Mayor Esteban de Luca" en honor al Sargento Mayor de Artillería quien tuviera una destacada actuación en oportunidad de las invasiones inglesas y fuera Director de la Fábrica de Fusiles en el año 1816. En Diciembre de 1964 es trasladado a su actual asiento en la localidad de Boulogne Sur Mer; absorbiendo en 1994 la función de Abastecimiento, recibiendo el material del disuelto Batallón Deposito de Arsenales 601 "Sargento Mayor Esteban De Luca".Su actual misión es el abastecimiento para el apoyo general de efectos de arsenales (excepto Cl V, VVC, electrónica, aeronaves y equipos viales) y el mantenimiento de apoyo directo, 2do y 3er nivel a las unidades jurisdiccionales, desarrollándose en sus instalaciones el proyecto Gaucho, la planta de reconstrucción de neumáticos y la reparación integral de los vehículos de la línea Unimog 416.


lunes, 23 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL TENIENTE CORONEL ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE


El 23 de agosto de 1975, el grupo autodenominado ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo), abandono del cadáver del Teniente Coronel Larrabure, en un baldío, fue asesinado cobardemente luego de un año secuestrado en una "cárcel del pueblo" cavada debajo de una casa de la organización, un verdadero agujero. Había sido ahorcado con un cable, luego de ser torturado con golpes y corriente eléctrica, perdiendo cuarenta kilos de peso en ese año. Nuestro Homenaje a este Soldado de la Patria.

El Hecho.

En una misma noche, la del 11 de agosto de 1974, el Ejército Revolucionario del Pueblo asaltaba dos organismos militares. Uno de ellos era el Regimiento de Infantería Aerotransportado nº 17, de Catamarca, donde la actuación de la guardia y de la policía provincial impidieron el copamiento, con el resultado de dos terroristas muertos y uno herido. A su vez, dos policías también quedaron con impacto de bala.En el otro hecho, perpetrado contra la Fábrica Militar de Villa María, el resultado fue muy distinto. Allí, cinco kilómetros afuera del radio urbano, la acción de setenta guerrilleros fuertemente armados logró vulnerar las defensas del perímetro castrense, gracias a la complicidad de un soldado conscripto, apellidado Pettigiani.

El ataque se inició aproximadamente a las 10 de la noche del sábado, cuando por el tiempo invernal la mayoría de la población vecina ya estaba recluída en sus hogares. A esa hora, quince subversivos coparon el motel “Pasatiempo”, ubicado a unas nueve cuadras de la planta militar. Varias parejas guerrilleras, llegadas con anterioridad, ya habían ocupado habitaciones del establecimiento, que en pocos minutos se convirtieron en cuartel general del operativo. Entre los treinta ocupantes armados, una decena vistió con prontitud uniformes militares, mientras que con otro grupo, alejado del lugar, se mantenían conversaciones radiales.

La llegada casual del automóvil de una pareja, que al ver la oscuridad del edificio supuso que estaba cerrado y optó por regresar hacia Villa María, desbarató en parte los preparativos. Asustados, algunos de los guerrilleros que actuaban en el exterior como “campanas” comenzaron a disparar sin resultado contra el automóvil, gracias a lo cual se puso en movimiento un operativo policial en la zona.Varios grupos de guerrilleros se lanzaron en consecuencia al ataque contra la Fábrica Militar, mientras frente al motel era muerto por los terroristas el cabo Marcelino Cuello. La policía provincial tuvo, igualmente, cuatro heridos.

La acción del soldado Pettigiani, que junto con otros dos había formado una célula en la Fábrica, permitió que la guardia de los portones de entrada fuera reducida por la acción traicionera desde el recinto. A la vez, en el perímetro castrense, donde se alojaban los oficiales superiores con sus familias –entre ellos Argentino del Valle Larrabure, su esposa, los dos hijos del matrimonio y el pequeño incorporado meses atrás al grupo-, se estaba desarrollando una reunión de amigos.

En el instante de abrirse el portón de acceso, y pese a que continuaba el enfrentamiento en el motel, los guerrilleros que penetraron sumaban más de sesenta.

Divididos en grupos que conocían perfectamente la distribución de los hombres a esa hora, así como la ubicación de los materiales, los guerrilleros intentaron secuestrar al Teniente Coronel Osvaldo Jorge Guardone, que se hallaba en su casa. El militar, que segundos antes había percibido movimientos extraños, organizó rápidamente su defensa, entregándole un arma a cada integrante de su familia que sabía manejarla, así cayó muerto uno de los asaltantes que había irrumpido en su vivienda; los restantes componentes del grupo se dieron a la fuga.

A todo el personal que estaba en la reunión, entre los que se contaban el Mayor Argentino del Valle Larrabure y el Capitán Roberto A. García, se le ordenó que se tiraran al piso, el Mayor Larrabure rápidamente se identificó como la persona de más alta jerarquía militar de la fiesta y pidió tranquilidad y que no se les hiciera daño a ninguna de las personas allí congregadas. Los dos militares fueron tomados de rehenes. Cuando fueron llevados hacia un automóvil, el Capitán García intentó fugarse; fue acribillado por la espalda y mal herido, junto al Mayor Larrabure, fueron subidos al vehículo con el que se dieron a la fuga. A la mañana siguiente el Capitán García, gravemente herido, dándolo por muerto, fue abandonado. Larrabure, en cambio, golpeado brutalmente, comenzaba su largo peregrinar hacia su calvario.



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domingo, 22 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DEL PRIMER IZAMIENTO DE LA BANDERA ARGENTINA EN BUENOS AIRES


El 22 de agosto de 1812 se produce el primer izamiento de la bandera Argentina en la ciudad de Buenos Aires. Fue en la torre de la iglesia de San Nicolás, donde hoy se alza el Obelisco, construcción simbólica de la ciudad.

El Obelisco es un símbolo de Buenos Aires y Monumento Histórico Nacional, inaugurado el 23 de mayo de 1936. La estructura de 67 metros de alto fue realizada para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires. En su emplazamiento actual estaba la iglesia San Nicolás, y no fue casualidad, ya que en su torre flameó por primera vez en la ciudad la Bandera Nacional, el 22 de agosto de 1812.
Fue proyectado por el arquitecto Alberto Prebisch y construido por la empresa Siemens Bauunion, en 31 días (un tiempo récord) por 157 obreros, en su mayoría de origen europeo, debiendo salvar las dificultades que significaban en ese momento los túneles de subterráneo, mediante la construcción de bóvedas en su fundamento. Pese a que fue resistido por los porteños e incluso se pensó en demolerlo en 1939, hoy el Obelisco es símbolo porteño, un punto de encuentros y festejos.
En la imagen: El Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín formado durante la inauguración del Obelisco el 23 de mayo de 1936.

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sábado, 21 de agosto de 2010

DÍA DEL SERVICIO HISTÓRICO DEL EJÉRCITO


Fue creado el 20 de agosto de 1813 con el nombre de Registro Marcial, pero su desarrollo se concretó efectivamente a partir de la creación de la Dirección de Estudios Históricos del Ejército de la Secretaría de Guerra, en 1961.
En 1982, se le dio el nombre de Servicio Histórico del Ejército y, en el año 2000, recibió el nombre de Dirección de Asuntos Históricos del Ejército.

Misión:
Asesorar en todos los aspectos relacionados con el estudio y difusión de la Cultura Histórica Militar del Ejército.

Funciones:
La investigación, en forma amplia, integral y metodológica de los hechos históricos relacionados con el Ejército, que le sean requeridos y/o que surjan como de interés de la Fuerza.
El ordenamiento, clasificación y conservación de los documentos considerados históricos.
La racionalización y codificación de la documentación existente.
La redacción y actualización de la Historia del Ejército, a orden.
El relevamiento de objetos de carácter histórico, artístico y cultural con que cuenta la Fuerza.
Informes del Servicio Histórico: serviciohistoricoejercito@hotmail.com

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viernes, 20 de agosto de 2010

DISTRIBUCIÓN DE ELEMENTOS ESCOLARES PARA ESCUELAS RURALES


En virtud del convenio marco de cooperación entre el Ministerio de Educación de la Nación y el Ejército Argentino, se realizó la distribución de equipamientos para centros educativos de zonas rurales del país.La iniciativa tiene por objeto que todos los niños de nivel Inicial y Secundario de escuelas rurales puedan acceder a tecnología multimedia, material didáctico y mobiliario. El Comando de la Brigada Monte XII, de la provincia de Misiones, a través de su Compañía de Comunicaciones, entregó televisores 29¨, muebles, bibliotecas, equipos de música, estabilizadores térmicos, juegos teca e impresoras en las escuelas rurales Nro 583 de Puerto Esperanza, Nro 414 de Puerto Iguazú, Nro 393 y Nro 366 de la localidad de Libertad. Asimismo, se asignarán notebooks para los alumnos de las escuelas técnicas de las ciudades de Posadas y Candelaria.Por su parte, la Base de Apoyo Logístico “Curuzú Cuatiá”, de la provincia de Corrientes, distribuye material educativo a 125 escuelas rurales de los departamentos Capital, San Cosme, Itatí, San Luis del Palmar, Berón de Astrada, General Paz, San Miguel e Ituzaingó. Se entregan bibliotecas, mesas y sillas para PC, mesas para impresoras, muebles para TV, reproductores/grabadores de DVD, equipos de audio, TV color, computadoras e impresoras, estabilizadores de tensión y materiales varios. Tanto la Brigada como la Base de Apoyo Logístico ponen a disposición sus medios a fin de garantizar que el equipamiento llegue a destino en perfectas condiciones.
Fuente: Diario Soldados Digital

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jueves, 19 de agosto de 2010

BATALLON DE INFANTERIA NRO. 10


Desde el punto de vista orgánico, el 1º de abril de 1814 se creó como Regimiento, aunque tuvo vida efímera.
Como unidad táctica del arma, con la designación del batallón, emana del decreto del 9 de agosto del mismo año, fundado sobre la base de tres compañías de Zapadores, dos de Pardos agregada al Nro. 2 y la misma clase existente en Santa Fe.
La unidad fue puesta a órdenes del Coronel Eduardo Holmberg, pasando a guarnecer la plaza de Montevideo.
En 1815 se incorporó al Ejército del Norte.
Producido el motín de Arequito, se disolvió.
Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.



miércoles, 18 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE YATAY


El día 17 de agosto de 1865 tiene lugar la Batalla de Yatay, Guerra del Paraguay, 1865. El ejército aliado, formado por fuerzas argentinas, uruguayas y brasileñas al mando del General Venancio Flores, derrota a fuerzas paraguayas en los campos de Yatay, Provincia de Corrientes. La batalla fue sangrienta y reñida, terminando con graves pérdidas para los paraguayos.

La Guerra del Paraguay puede dividirse en cinco campañas: la de Matto Grosso, la del Uruguay, la de Humaitá, la de Pikysyry y la de las Cordilleras. En la campaña de Matto Grosso los paraguayos se apoderaron de la fortaleza de Coimbra, Alburquerque, Corumbá, Miranda y Dorados. La segunda tuvo por objetivo el Uruguay, hacia donde se dirigieron dos columnas del ejército paraguayo, por Corrientes y Río Grande, para expulsar a los brasileños y sostener la soberanía de ese país. El objetivo de la tercera -para los aliados- era la toma de la plaza fuerte que fue el centro de la resistencia paraguaya. La cuarta se llama así porque se desarrolló sobre la línea fortificada del arroyo Pikysyry, segundo centro de la resistencia del Paraguay. La quinta fue la que se llevó a cabo después de la batalla de las Lomas Valentinas, al otro lado de las Cordilleras, hasta Cerro Corá.
Al iniciarse la segunda campaña, abandonó Francisco Solano López la capital, para ir a ponerse al frente de sus ejércitos. Dejaba así la Asunción para siempre. Nunca más entraría en ella, no permitiéndole los azares de una guerra a muerte ni siquiera volver a contemplarla a la distancia.
En realidad, en aquel momento -8 de junio de 1865- empezaba su agonía, que era la de su patria, como él condenada a una muerte cruel e irremediable. Antes de partir dirigió al pueblo una proclama, en el que daba a entender que iba resuelto a abandonar “el seno de la Patria”, para incorporarse “a sus compañeros de armas en campaña”.

Cuartel general en Humaitá
Pero llegó a Humaitá y cambió de opinión, bajo la influencia de insinuantes cortesanos, como el obispo Palacios, que acabaron por convencerle de que no debía imponerse ese inútil sacrificio, teniendo a su lado tantos hombres capaces que podían muy bien reemplazarle… Instaló, pues, allí su cuartel general, estableciendo una activa comunicación telegráfica con la ciudad de Corrientes, donde José Berges ejercía su representación.
El general Wenceslao Robles había reunido, entretanto, 30.000 hombres de las tres armas y estaba en condiciones de marchar, sin dificultad alguna, arrollando los pequeños obstáculos que encontrase en su camino. En aquellos momentos aún no se había establecido el campamento general de los aliados en Concordia, ni éstos disponían de tropas capaces de contrarrestar la acción del Paraguay. Ningún paraguayo dudaba del éxito de la empresa confiada a Robles, experimentado militar, que había dado tantas pruebas de sus aptitudes de brillante organizador. Pero los hechos desvanecieron bien pronto tan optimistas esperanzas.
Al frente de aquella poderosa columna, Robles se sintió inferior a su cometido, no atinando a obrar con la resolución y la pericia que le imponían las circunstancias. Perdió su tiempo con fútiles pretextos, avanzando con lentitud extrema, distraído por pequeñas guerrillas sin importancia. Así perdió la oportunidad única que se le brindaba, dando todas las ventajas a los oponentes. Finalmente, entró en tratos con los aliados, pagando con su vida los graves errores cometidos.
Lo reemplazó el general Francisco Isidoro Resquín, quien hizo contramarchar a su ejército, regresando con él a territorio paraguayo. El fracaso de la expedición de Robles determinó el fracaso de la expedición de Estigarribia. Este, al frente de 12.000 hombres, invadió el Estado de Río Grande del Sud, siguiendo la línea del Uruguay, para ir a encontrarse con la otra columna expedicionaria en la frontera de la República Oriental.
La llegada oportuna de Robles debió impedir la formación del ejército aliado que salió a batirle permitiéndole someter holgadamente a los brasileños. Pero no sucedió así. Robles no llegó nunca a la frontera oriental, no pasando más allá de los límites de Corrientes. Gracias a esto, Mitre pudo organizar el ejército hasta encontrarse en situación de batir a los paraguayos.
Realmente Estigarribia debió retroceder al ver que había fracasado el plan convenido. Pero lo empujaron adelante, los numerosos jefes orientales que lo acompañaban, los cuales le aseguraban que, al llegar a la frontera de su país, contaría con el franco apoyo de todos los compatriotas uruguayos.
Las acciones
Entrar en Uruguayana fue para él entrar en una ratonera. Pronto fue allí rodeado por el ya poderoso ejército aliado, teniendo que sucumbir, vencido por el hambre y por la muerte. Una parte de su ejército, que marchaba por la orilla derecha del río Uruguay, a las órdenes del mayor Pedro Duarte, sucumbió también, aplastado por fuerzas muy superiores.
En efecto, el 17 de agosto de 1865 libraron batalla 3.500 paraguayos, de caballería e infantería, con 11.000 aliados de las tres armas, a las órdenes del general Venancio Flores.
Pese a la abrumadora superioridad enemiga, Estigarribia rechazaba con ironía la propuesta de rendirse a los “libertadores de su patria”. “Si VV.EE. (decía a los jefes aliados) se muestran tan celosos por dar libertad al pueblo paraguayo, ¿por qué no empiezan por dar libertad a los infelices negros del Brasil, que componen la mayor parte de la población, y gimen en el más duro y espantoso cautiverio para enriquecer y estar en la ociosidad a algunos de cientos de grandes del Imperio?”.
Derrota paraguaya
Luego de la derrota de los paraguayos, Flores declaró: “Los paraguayos son peores que salvajes para la pelea, prefieren morir antes que rendirse…”.
La mayor parte de los prisioneros fueron pasados a cuchillo (se calcula que eran alrededor de 1.400) y los soldados sobrevivientes fueron alistados en los batallones del ejército aliado, obligándoseles así a ir contra su patria. Decía Flores: "Los batallones orientales han sufrido en Yatay una gran baja, y estoy resuelto a reemplazarla con los prisioneros paraguayos, dándole una parte al general Paunero para aumentar sus batallones, que están pequeños algunos". Mientras tanto el vicepresidente argentino Dr. Marcos Paz agrega:
“El general Flores ha adoptado por sistema incorporar a sus filas a todos los prisioneros, y después de recargar sus batallones con ellos ha organizado uno nuevo de 500 plazas con puros paraguayos”.
El gran publicista oriental, Carlos María Ramírez protestó en 1868, contra la repetición sistemática del mismo hecho: “Los prisioneros de guerra –decía- han sido repartidos entre los cuerpos de línea y, bajo la bandera y con el uniforme de los aliados, compelidos a volver sus armas contra los defensores de su patria". ¡Jamás el siglo XIX ha presenciado un ultraje mayor al derecho de gentes, a la humanidad, a la civilización!.
En la Quinta Sección, chacra el Ombucito, existe un monolito que evoca la Batalla de Yatay. Este sitio fue declarado Lugar Histórico el 4 de febrero de 1942, por la Ley 12665, según consta en "Monumentos y Lugares Históricos" de Hernán Gómez. Allí serpentea un arroyo, entre arbustos y pajonales, que se vuelca en el río Uruguay. Este paisaje está adornado con elegantes palmeras Yatay (Yatay significa Palmera en guaraní). Ellas dieron su nombre al arroyo y al lugar. El topónimo dio el nombre a la batalla.

En la imagen: Soldados paraguayos heridos, prisioneros de la batalla de Yatay (detalle)- Cándido López

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martes, 17 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL LIBERTADOR GENERAL JOSE FRANSISCO DE SAN MARTÍN


El Ejército rinde homenaje al Padre de la Patria en un nuevo aniversario de su paso a la inmortalidad.

Nació el 25 de febrero de 1778 en el pueblo de Yapeyú, situado a orillas del río Uruguay. Su padre, don Juan de San Martín, había nacido en España y se desempeñaba como teniente gobernador del departamento. Su madre, doña Gregoria Matorras. Se trasladó a España junto con sus padres en el año 1786 donde ingresó al Seminario de Nobles de Madrid. En 1789 comienza su carrera militar en el regimiento de Murcia.
En 1785, regresó a España con su familia y en el año 1789, ingresó como cadete en el Regimiento de Murcia. Su bautismo de fuego fue en el sitio de Orán, en el año 1791, y en 1793 ascendió a subteniente. Finalizada la guerra con Francia en 1795, y siendo esta aliada de España, tomó parte en la batalla que se libró en el cabo de San Vicente contra los ingleses.
Entre 1808 y 1812, ingresó en una sociedad masónica que existía en Cádiz y que defendía ideas de carácter constitucional y liberal. Por tomar parte, el 16 de mayo de 1811, en la batalla de Albuera, fue ascendido a comandante agregado, culminando así su carrera militar en España.
Pasó a América, en enero de 1812, en la fragata «George Canning», que partió desde Londres, llegando a Buenos Aires el 9 de marzo para luchar por la independencia de Sudamérica. A los pocos días de su arribo, le fue reconocido el grado de teniente coronel y el Triunvirato le encomendó la creación de un escuadrón, que luego fue el célebre regimiento de Granaderos a Caballo. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón.
Además, se ocupó de organizar una sociedad secreta que se denominó la Logia de Lautaro —este era el nombre de un caudillo araucano que defendió la libertad de su pueblo a los comienzos de la conquista española—. La sociedad estaba formada como las logias masónicas de Cádiz y de Londres, similar a la que en Venezuela tenía como miembros a Miranda, Bolívar y Andrés Bello. Su objetivo era: "trabajar con sistema y plan en la independencia de la América y su felicidad"
El 8 de octubre de 1812 estalló la revolución capitaneada por San Martín, Alvear, Monteagudo y otros conspiradores en contra del Gobierno; esta revolución hizo posible la asamblea de 1813, repetición en muchas conclusiones de las Cortes de Cádiz, aunque aún no se declaró la independencia, ya que no era deseada por muchos ciudadanos.
El Triunvirato ordena al coronel San Martín que protegiese las costas del Paraná del desembarco realista. Los granaderos siguieron el avance de la flota enemiga que constaba de 11 naves y unos trescientos soldados. Las naves pasaron el pueblo de Rosario y fondearon frente al Monasterio de San Carlos, en San Lorenzo, aguas arriba. Los españoles bajaron a tierra, subieron las altas barrancas y se encontraron con los pacíficos frailes. Cuando despuntaba el sol del día 3 de febrero, las lanchas de la expedición realista tocaban tierra y subían el barranco en dos columnas dispuestos al combate. San Martín dividió a los granaderos también en dos columnas que, cuando sonó el clarín, cargaron desde cada lado del convento. En la primera carga, el caballo de San Martín fue derribado trabando una pierna del Coronel. El granadero Baigorria traspasa con una lanza a un soldado español que intentaba herir a San Martín. El soldado Juan Bautista Cabral echó pie a tierra y levantó el caballo permitiendo a su jefe incorporarse, entonces fue herido de muerte.
San Martín, a fines de 1813, ya con el grado de coronel de Caballería, sustituyó al general Belgrano en el mando del Ejército auxiliar, nombrándole, el director del Estado, gobernador intendente de la provincia argentina de Cuyo.
San Martín influyó para que los diputados del Congreso de Tucumán declararan la independencia de las provincias unidas de América del Sur -aún no la actual Argentina- , pues su idea era formar unos Estados unidos de toda América Latina.
El 1 de agosto de 1816 fue nombrado general en jefe del Ejército, y el 11 de febrero de 1817 se realizó una de las batallas más extraordinarias de la Historia, entre los independentistas y el Ejército español, siendo derrotado este en la cuesta de Chacabuco y entrando San Martín en Santiago (Chile). De aquí se partió para la conquista del Perú donde el 5 de abril de 1818 obtuvo la victoria de la batalla de Maipú, pasó decisivo para la independencia. San Martín comprendió que, para llegar a la liberación total, debía entablar contactos con Simón Bolívar, realizándose una entrevista en Guayaquil el 26 de julio de 1822. Se intentó el acuerdo de unir los dos Ejércitos para terminar cuanto antes con los españoles, pero Bolívar dijo que nada podía hacer sin la aprobación del Congreso del cual dependía.
San Martín se retiró
de este tipo de vida en agosto de ese mismo año, debido a una promesa hecha un año antes. Regresó a Chile, más tarde a Mendoza, luego vino a España, para instalarse en Bruselas finalmente.
Pasó estrecheces económicas, ya que la pensión que le habían asignado en Perú no le llegaba con regularidad. San Martín tenía ideas monárquicas constitucionales que se volvieron republicanas al final de su vida. Fue contrario a la concepción estatal del dictador Rosas, que predicaba el caudillismo y la federación. Por hallarse este en la presidencia, siempe rehusó un nombramiento político y regresar a su tierra; sin embargo, mantenía correspondencia cordial con él.
El 3 de agosto de 1823 muere su esposa, Remedios de Escalada. Parte entonces para Buenos Aires donde se encarga de su hijita Mercedes. El 4 de diciembre llega a la ciudad y permanece hasta el 10 de febrero de 1824 cuando se embarca hacia Francia. Allí se ocupa de la educación de Mercedes donde escribe para ella las Máximas para su hija que son un resumen de su filosofía de vida. En 1829 regresa a Buenos Aires pero encuentra un clima hostil y permanece en Montevideo.
En el año 1848 se trasladó a vivir a Boulogne-sur-Mer, hoy consulado de la Argentina; allí murió repentinamente, falleció el 17 de agosto de 1850 en la localidad de Boulogne-sur-Mer a la edad de 72 años siendo trasladado su cadáver a Buenos Aires, donde reposa en un mausoleo en la catedral.

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sábado, 14 de agosto de 2010

MATE EN UN ALTO DE MARCHA


Las marchas a pie o a caballo eran agotadoras tanto para el personal como para el ganado. Las condiciones atmosféricas adversas actuaban como efectos multiplicadores y hacían indispensable realizar altos de marcha periódicos. En ellos, se aprovechaba para echar pie a tierra, tras la clásica orden heredada de las costumbres del hombre de campo: "Acaricien y desmonten". Era el momento en que el ganado y personal aflojaban las tensiones y los músculos y se aprovechaba para hacer las rondas de mate.
Fotografía tomada por la revista Caras y Caretas en 1927.

Fuente: Soldados 1848-1927 de Editorial Soldados.

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viernes, 13 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA FORTALEZA DE PERBEBUY


El día 12 de agosto de 1869 se produce la batalla para la conquista de la fortaleza de Peribebuy en la Guerra del Paraguay. Fuerzas argentinas al mando del General Luis M. Campos iniciaron el asalto, conquistando la plaza junto con tropas brasileñas. Esta acción se rememora en la marcha Capibary.

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jueves, 12 de agosto de 2010

DIA DE LA RECONQUISTA DE BUENOS AIRES


En el marco histórico de la primera invasión inglesa, se conmemora aquel día de 1806 en que Liniers, al mando de un grupo de criollos y españoles, atacó con éxito al ejército inglés invasor y reconquistó la ciudad de Buenos Aires.

"Por las calles que conducen a la plaza Mayor, avanzan en tropel las fuerzas de la reconquista, envueltas en el humo de las explosiones y el retumbar de los disparos. Liniers, instalado con sus lugartenientes en el atrio de la iglesia de la Merced, ha perdido el control de las operaciones: sus soldados, mezclados con el pueblo que pelea a mano desnuda, no escuchan ya las voces de los oficiales, y se lanzan en un solo impulso a aniquilar al enemigo. Un diluvio de fuego se desata sobre las posiciones británicas en la plaza. Allí, al pie del arco central de la Recova, está Beresford, con su espada desenvainada, rodeado de los infantes escoceses del regimiento 71. Esta es la última resistencia.
Las descargas incesantes abren sangrientos claros en las filas británicas. El jefe inglés comprende que ya no es posible continuar la lucha, pues sus tropas serán aniquiladas hasta el último hombre. Ordena entonces la retirada hacia el fuerte. Allí, momentos más tarde, iza la bandera de parlamento.
Volcándose como un torrente en la plaza, las tropas y el pueblo llegan hasta los fosos de la fortaleza, dispuestos a continuar la lucha y exterminar a cuchillo a los británicos. En esas circunstancias, una vez más Hilarión de la Quintana es enviado por Liniers a negociar la rendición. Esta deberá ser sin condiciones. La muchedumbre, terriblemente enardecida, es a duras penas contenida. Se exige a gritos que Beresford arroje la espada. Un capitán británico lanza entonces la suya, en un intento por calmar a la multitud. Pero eso no conforma a la gente y Beresford debe aceptar, aun antes de que sus soldados hayan depuesto las armas, que una bandera española sea enarbolada sobre la cima del baluarte.
Liniers está ahora a pocos metros de la entrada de la fortaleza, aguardando la salida de su rival vencido. Beresford, acompañado por Quintana y otros oficiales, marcha hacia Liniers a través de la multitud que le abre paso. El encuentro es breve. Los dos jefes se abrazan y cambian muy pocas palabras. Liniers, después de felicitar a Beresford por su valiente resistencia, le comunica que sus tropas deberán abandonar el fuerte y depositar sus armas al pie de la galería del Cabildo. Las fuerzas españolas rendirán, como corresponde, los honores de la guerra.
A las 3 de la tarde del 12 de agosto de 1806, el famoso regimiento 71 desfila por última vez en la plaza Mayor de Buenos Aires. Con sus banderas desplegadas los británicos marchan entre dos filas de soldados españoles que presentan armas, hasta el Cabildo, y allí arrojan sus fusiles al pie del jefe vencedor."

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miércoles, 11 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DEL BAUTISMO DE FUEGO DEL REGIMIENTO DE INFANTERIA 17


El Regimiento recibe su bautismo de fuego el día 12 de agosto de 1974, cuando debió rechazar un intento de copamiento por parte de 70 delincuentes terroristas Lo hizo con la valentía propia de la Infantería y con la eficacia y contundencia de una tropa caracterizada por su instruccion y valor.
Por la actuación que le cupo a la Unidad que tuvo su cuota de sangre al perder la vida del Cabo Eduardo Barrionuevo, el Comandante en Jefe del Ejército condecoró la Bandera de Guerra de la Unidad con medalla de oro, la que testimonia el triunfo en su prueba de fuego, y el comienzo de su historia de guerra.
En 1982, la Unidad estuvo representada en Malvinas por el Sargento Primero Carlos Villegas, el Sargento Francisco Cardozo y diez Soldados.

Fotografía tomada a soldados argentinos combatiendo en el monte Tucumano.

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martes, 10 de agosto de 2010

DIA DE LA FUERZA AEREA ARGENTINA


El 10 de agosto de 1912 es creada la Escuela de Aviación Militar por la acción entusiasta de Jorge Newbery, oficial naval y pionero de la aviación argentina. La Escuela funcionó en sus primeros tiempos en el campo de aviación de El Palomar, cercano al Colegio Militar de la Nación. Sus primeros aviones fueron Bleriot, Farman, Caudron y Bristol. En 1937, la Escuela fue trasladada a Córdoba. En 1944, con la autonomía orgánica de la Fuerza Aérea, se inició el desarrollo de la aviación como fuerza autónoma.
Saludamos a los camaradas de esta fuerza hermana y les deseamos que Dios los acompañe y bendiga en su día.

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lunes, 9 de agosto de 2010

REGIMIENTO DE INFANTERIA DE MONTAÑA 10 "Tte Grl EDUARDO RACEDO"


A iniciativa del General José Rondeau, el día 9 de Agosto de 1814 se creó esta Unidad., por el decreto del Director Gervasio A. Posadas, con la denominación de Batallón de Infantería Nro 10 y a cargo del Coronel Eduardo Holmberg.
Pocos días después, el 17 de agosto, se le ordenó pasar a Montevideo, pero hallándose aún en una total desnudez por falta de vestuario, se diferió la partida hasta concluirse los uniformes, pero dada la urgencia de la situación exigió prontamente la partida a su destino. A propuesta del mismo Coronel Holmberg, se aceptó que el personal del batallón vistiera: "Morrión o gorra de suela con chapa blanca y el número del cuerpo. Corbatín de suela; casaquilla azul con vueltas y cuello verde, vivo colorado, cabo blanco. Pantalón azul de paño y blanco de brin, botines negros y blancos".
Su primera actuación fue en la Banda Oriental, formando parte del ejército que comandaba el Coronel Soler. En marzo de 1815 regresó a guarnecer Buenos Aires, haciéndose cargo el Coronel Díaz Vélez y el Teniente Coronel Silvestre Alvarez, sucesivamente. En febrero de 1816 marchó a incorporarse al ejército del Alto Perú, guarneciéndose en la ciudad de San Miguel de Tucumán.
Se vio envuelto en las convulsiones del año 1820 y, como consecuencia de la sublevación de Arequito, fue disuelto por estar comprometido en dicha acción.
Al comenzar el año 1862, el gobierno de Buenos Aires lo reorganizó, siendo su jefe el Coronel Abella, ocupando sucesivamente las guarniciones de Rosario, Rojas y Fuerte Junín. Iniciada la guerra contra el Paraguay, el número 10 fue refundido en el 4 de Infantería, de brillante actuación en esta campaña. En 1873, el Regimiento 12 de Infantería pasó a denominarse: "Regimiento 10 de Infantería de Línea", siendo nombrado titular de la Unidad al que fuera después Teniente General Racedo, y como segundo jefe el después General Fotheringam. Guarneció la frontera en Río Cuarto, Santa Catalina y Rosario. Formó parte del ejercito de operaciones al mando del General Conesa, que combatió las tropas de López Jordán en la batalla de Don Gonzalo. En Febrero de 1874 regresó a Río Cuarto y se incorporó a las tropas que constituyeron el ejército del norte, al mando del Coronel ROCA, sofocando la revolución de Arredondo, e intervino en la batalla de Santa Rosa el 7 de diciembre de 1874.
En mayo de 1879, bajo las órdenes del Teniente Coronel Sócrates Anaya, pasó a engrosar la tercera división de las fuerzas expedicionarias al Río Negro, al mando del General Roca.
En 1879 regresó a Río Cuarto y al año siguiente se organizó como Regimiento 10 de Infantería de Línea, integrando las fuerzas sitiadoras de Buenos Aires. En julio de 1882 guarneció la población de Victoria(La Pampa) y en 1883, como fuerza de la 3ª División, combatió contra los indios entre los ríos Salado y Colorado, pero constituyendo el II Batallón del Regimiento 3 de Infantería.
En 1887 se restituyó al cuerpo su antiguo número, asumiendo la jefatura de la unidad el Teniente Coronel Bernal. En 1890, encontrándose con asiento en Buenos Aires, fue disuelto por estar envuelto en los sucesos del parque de artillería durante los días 26, 27 y 28 de julio. Bajo la presidencia de Pellegrini, se constituyó nuevamente por decreto del 2 de junio de 1891, asumiendo el mando el Teniente Coronel Toscano. En 1896 se concentró en Curú Malot y son formados sus Batallones por conscriptos de al primera clase que se incorpora para realizar el servicio militar obligatorio.
Durante sus 153 años de vida, a tenido las siguientes denominaciones:
Batallón de Infantería 10
Batallón de Infantería de Línea 10
Regimiento de Infantería de Línea 10
Regimiento de Infantería Montada 10
Regimiento 10 de Infantería Motorizada
Regimiento 10 de Infantería de Montaña
Ier Batallón del Regimiento 10 de infantería de Montaña.
Regimiento de Infantería de Montaña 10 (actual denominación), con asiento en los cuarteles de Covunco Centro (Neuquén), que ocupa desde su construcción en el año 1937.
Desde su usina hidroeléctrica de Hidrocovunco, proveyó durante mucho tiempo la energía necesaria para que floreciera la ciudad de Zapala y abasteció a las localidades de Mariano Moreno y Covunco Centro.
Como custodio del orden constitucional, en julio de 1972 la unidad fue movilizada a Grl Roca para reprimir los disturbios producidos en la misma.
Ese mismo año el Regimiento recibió la visita del Sr Presidente de la Nación, Tte Grl D Alejandro Agustín Lanusse, en coincidencia con el 35ª aniversario de su asentamiento en la Patagonia.
Durante los enfrentamientos internos, al RIM 10 le cupó la responsabilidad de participar enviando elementos de combate a la provincia de Buenos Aires, logrando una destacada actuación.
Por resolución inserta en Boletín Público de Ejercito Nro 4092, de fecha 4 de agosto de 1976, designan al RIM 10 con el nombre de uno de sus más insignes jefes:
el "Teniente General D Eduardo Racedo".
En 1978 con motivo del conflicto limítrofe con la República de Chile, la Unidad fue movilizada a la zona de Paso Icalma donde permaneció durante más de un mes.
En 1980, el Comandante en Jefe del Ejército ordena otorgar al Regimiento, el diploma de honor y la bandera histórica, al mismo tiempo que autoriza a su personal a usar el escudo de honor "Por su participación en las divisiones expedicionarias contra los indios de los territorios del sur de la República en la campaña de octubre de 1878 a mayo de 1881".
Cuando se produce la guerra contra el Reino de Gran Bretaña, el Regimiento recibe la orden de permanecer alistado con sus medios y personal para su futuro empleo.
Algunos de sus integrantes fueron convocados para formar parte de otras Unidades que participaron en combate, como el Tte Ernesto Emilio Espinoza, quien lo hizo como integrante de la Ca Cdo(s) 602.
Su heroica muerte, que le valió la condecoración "La Nación Argentina al Heróico Valor en Combate", se produjo durante el combate de Top Malo House.
En 1988 cuando se produjeron los problemas institucionales que derivaron en el levantamiento de la Escuela de Infantería y Villa Martelli, al RIM 10 le tocó participar en la recuperación del RIM 21 de Las Lajas. Tras una acción disuasiva por parte del RIM 10, se obtuvo la rendición de los cuadros amotinados, sin entrar en combate.

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