El General Gerónimo Espejo nació en Mendoza el 30 de septiembre de 1801, en el seno de una familia de cierta posición económica y social, lo que permitió se le diera una educación no muy común en los hogares de aquella época.
En 1815, al cumplir 14 años, nació en él, el deseo de incorporarse al Ejército Libertador, en presencia del Gobernador Intendente de Cuyo, Comandante en Jefe del Ejército de los Andes, solicita su incorporación a las filas, lo que se le deniega por razones de edad.
Al año siguiente insiste nuevamente y en esta oportunidad se hace lugar a su solicitud y el primero de noviembre de 1816 se inicia con el grado de Cadete de un regimiento de características análogas a las de los pontoneros e ingenieros de hoy.
El 5 de febrero del año 1817 con el grueso del Ejército de los Andes, jura la Bandera y como sus demás compañeros de causa, al levantarse el Campamento del Plumerillo el día 17 de enero se incorpora a la gloriosa gesta que va a afirmar la Libertad de Chile y conquistar la independencia del Perú.
Allende los Andes es soldado activo y está presente en Chacabuco en cuya acción de guerra mereció una distinción honorífica y una medalla al valor. Participó luego en la histórica campaña al sur de Chile, prestando servicios en el sitio de Talcahuano, y a su regreso debió sufrir las consecuencias del impresionante desastre de Cancha Rayada en la noche del 19 de marzo de 1818. Con los Regimientos a salvo bajo el mando del General Gregorio De Las Heras, en marcha hacia la Ciudad de Santiago de Chile como sus demás compañeros, fue este el momento en que la totalidad del ejército debió rendir el máximo esfuerzo y entonces obtuvo, el 5 de abril, la victoria de Maipú. En esta acción participó el joven oficial Gerónimo Espejo y se le acordó, a raíz de la misma, los despachos de Subteniente.
Durante el tiempo que media entre la Batalla de Maipú y el 20 de agosto de 1820, ocupa un puesto en el cuadro de Oficiales del Ejército expedicionario al Perú y luego integra la tropa que tiene por cometido asediar a la ciudad de Lima. En esta empresa le cabe el honor de formar parte del Destacamento de Granaderos a Caballo que, en nombre del libertador y del Ejército, ocupa la ciudad Virreinal en la tarde del 9 de julio de 1821.
En 1826, una vez más se alista para cumplir con su deber en vísperas de la guerra con el Brasil. En reconocimiento de su pericia y grado, el general en jefe del Ejército Argentino de operación en el Brasil, le confía el cargo de ayudante de campo y en este carácter está presente el 20 de febrero de 1827 en la Batalla de Ituzaingó.
Espejo alcanzó a salvar, después de los desastres de Rodeo de Chacón y de la Ciudadela, algunos baúles que contenían gran parte de la documentación y apuntes que él personalmente había tomado a todo lo largo de la Campaña del glorioso Ejército de los Andes. En esta oportunidad y aprovechando el tranquilo asilo en que vivía, consiguió poner en orden esa documentación y apuntes, que le sirvieron para redactar las más admirables crónicas que han llegado hasta nosotros: la pluma más clara y más fiel que indica el curso de los acontecimientos desde la partida desde Mendoza del Ejército de los Andes hasta la entrevista de Guayaquil.
Después de 1852 y en reconocimiento de sus méritos, Mendoza lo designa en el cargo de Diputado a la sala de representantes de su provincia natal y luego Senador Suplente al Congreso Legislativo Federal de la Confederación, funciones que desempeña entre los años 1854 y 1855.
Posteriormente ocupa cargos en la oficina de estadística de la Confederación; Oficial Mayor del Ministerio de Guerra y Marina del Gobierno Nacional en el año 1858 y finalmente se desempeña como Ayudante Mayor de Instrucción General del Ejército y como Subsecretario del Ministerio de Guerra y Marina en 1868.
Entre la obra escrita que se debe al General Gerónimo Espejo, puede citarse en primer lugar la colaboración que prestó en revistas y periódicos especializados en la publicación de trabajos de índole histórica. Escribió “Reflexiones sobre las causas del mal éxito de la expedición a intermedios”, “Apuntes históricos sobre la expedición libertadora al Perú. 1820 “Recuerdos históricos”, “San Martín y Bolívar” y “Entrevista de Guayaquil”.
Cargado de años y de mérito, el General Espejo se radica en Buenos Aires. En la Capital Federal contrae nupcias con su sobrina, Carolina Espejo, en el año 1884 poco tiempo después queda completamente invalido. Rinde su vida en la noche del 18 de febrero de 1889.
Años después se inició en Mendoza un movimiento a favor del traslado de los restos del General Espejo, que yacía en el cementerio de la recoleta. El 12 de febrero, en horas de la mañana y haciendo coincidir la fecha con el aniversario de la histórica batalla de Chacabuco, los restos fueron conducidos al Campo del Plumerillo.