La faz militar en la vida de Julio Argentino Roca es la que lo acompaña
en forma más permanente desde sus primeros años hasta su muerte. Su
niñez, en el Tucumán natal, transcurre junto a un padre militar que
sufre las peripecias de la agitada vida Argentina de la primera mitad
del siglo diecinueve. Fueron sus padres, el coronel José Segundo Roca y
Tejerina, nacido el 1 de junio de 1800 y Agustina Paz Mariño de Roca,
nacida en 1809, ambos nacidos en la provincia de Tucumán. Tuvieron ocho
hijos, cinco de ellos sirvieron en el ejército.
El coronel Roca integró el Ejercito del Norte, participó con el ejercito
de San Martín en la Expedición Libertadora al Perú y más tarde en la
expedición al Ecuador bajo las órdenes del Mariscal Sucre participó de
las siguientes batallas: Pasco el 6 de diciembre de 1820, Jauja el 3 de
marzo de 1821, Pichincha el 24 de mayo de 1822, Zepita el 25 de agosto
de 1823 y Junín el 6 de agosto de 1824. Su actuación en las guerras de
la independencia lo hizo merecedor de varias medallas. Combatió contra
las fuerzas de Brasil en calidad de edecán del general Lucio V.
Mansilla.
Posteriormente participó en diversos conflictos en las Provincias Unidas
del Río de la Plata. En 1865 partió a la guerra del Paraguay con sus
hijos Ataliva (1839-1912) Celedonio (1840- Las Palmas 1868) Julio
Argentino (1843-1914) Rudecindo (1850-1903), y Marcos (¿?- Paso de la
Patria 1866).
José Segundo Roca muere en Las Ensenaditas, cerca del Paso de la Patria,
el 8 de marzo de 1866. Fue el único oficial argentino que participó en
tres guerras. Dos meses más tarde fallecen en Tuyutí y en Paso de la
Patria sus hijos Celedonio y Marcos, respectivamente.
El 17 de julio de 1843 nace en San Miguel de Tucumán Alejo Julio
Argentino Roca, según se consigna en la partida de bautismo que se
conserva en la iglesia matriz. Julio, nacido en la propiedad de sus
padres El Vizcacheral, era el tercero de ocho hijos; siete eran varones y
cinco de ellos sirvieron en el ejército. Primitivamente se sostuvo que
había nacido en la localidad de Monteros, en una propiedad de su familia
materna.
Su madre, Agustina Paz de Roca en una carta dirigida a su padre que en
ese momento se encontraba en campaña, le escribe que el hijo que esperan
se llamará: “Julio por ser el mes glorioso y Argentino porque confío en
que sea como su padre un fiel servidor de la patria.”
Los sucesos de la Confederación y la situación interna de la provincia
de Buenos Aires llevaron a ésta a armarse en previsión de un ataque por
parte de la primera.
La Legislatura autorizó al P. E. por ley del 6 de mayo de 1859 a repeler
con las armas toda agresión. El choque se produjo en la Cañada de
Cepeda, el 23 de octubre de 1859, donde quedaron derrotadas las tropas
al mando de Mitre. Urquiza el frente de la Confederación, avanzó hasta
San José de Flores y propuso un entendimiento. Se firmó así el Pacto de
Unión, 11 de noviembre de 1859.
Buenos Aires se integraba a la Confederación. Los eficaces oficios del
ministro de Guerra del Paraguay general Francisco Solano López fue
decisivas en estas circunstancias.
En el Colegio del Uruguay, fundado por Urquiza, realizó los estudios
regulares Julio A. Roca y además se matriculó en las clases de
instrucción militar que se dictaban allí bajo la dirección del coronel
Nicolás Martínez Jonte. En 1858, sin abandonar sus estudios, ingresa al
ejército de la Confederación, como alférez de artillería recibiendo su
bautismo de fuego en la batalla de Cepeda en 1859.
Desde Tucumán, el coronel José Segundo Roca escribe al general Justo
José Urquiza para felicitarlo por el triunfo en Cepeda: “Me es muy
satisfactorio que mi querido hijo Julio Argentino haya acompañado a V.E.
en su gloriosa campaña de integridad nacional y me será tanto más que
en el bautismo de fuego haya correspondido al patriótico nombre que
lleva”.
Tras su actuación en la batalla de Cepeda, un decreto subscripto por
Urquiza lo asciende a teniente segundo a los dieciséis años. Revista en
el Palacio de San José y en Concepción del Uruguay en 1858 y 1859.
Urquiza había completado su período siendo reemplazado por Derqui. Tras
la batalla de Cepeda la paz entre Buenos Aires y el resto de las
provincias no seguiría por mucho tiempo.
Las diferencias políticas entre Buenos Aires y el interior desembocará
en la batalla de Pavón el de 17 septiembre de 1861. Las fuerzas de la
Confederación son derrotadas por el ejército de Buenos Aires, al mando
de Bartolomé Mitre. Se disuelve la Confederación y se unifica la Nación.
Roca participa en la batalla de Pavón como teniente de artillería. Es el
último en retirarse del combate junto con el capitán Juan Solá,
salvando los cañones de la batería. Por su actuación destacada es
ascendido a teniente primero a los dieciocho años.
Roca pasa al Estado Mayor del 1er. Cuerpo del Ejército Nacional en
Buenos Aires, cuyo jefe era su tío materno, el coronel Marcos Paz.
Acompaña a su tío en su misión como interventor para ganar la adhesión
de los caudillos del interior a la causa mitrista. Recorre Córdoba,
Catamarca, San Luis y La Rioja, regresando en junio.
Bartolomé Mitre asume como presidente de la Argentina; el coronel Paz es
su vicepresidente. Su presidencia se vio marcada por la guerra del
Paraguay.
Tras ser dado de alta en la Comandancia del 1er. Cuerpo del Ejército,
Roca recibe órdenes de incorporarse al Batallón 6º de Infantería de
Línea, que forma parte del ejército comandado por el general Wenceslao
Paunero, en lucha contra el caudillo Ángel Peñaloza, “El Chacho”.
Participa en las batallas de Lomas Blancas (La Rioja) y en Las Playas
(Córdoba). Debido a su destacada actuación en la batalla de Las Playas
es ascendido a capitán.
En 9 de mayo de 1865, con la excusa de la incursión paraguaya a
Corrientes, el presidente Mitre, con autorización del Congreso le
declara formalmente la guerra al Paraguay. Se forma la Triple Alianza
entre Argentina, Brasil y Uruguay. Se le ordena a Roca partir a
Corrientes para participar de los combates.
En el momento de la invasión aliada, los paraguayos contaban,
aproximadamente, con una fuerza compuesta de 20.000 a 25.000 hombres en
Paso de la Patria, a quienes se les sumaban alrededor de 2.000 hombres
en Itapuá y Tebicuary, más otros núcleos en lugares fortificados.
Además, Paraguay disponía de importantes fortificaciones y numerosa
artillería.
Las fuerzas aliadas disponían de casi 60.000 hombres, de los cuales
25.000 eran argentinos, 33.000, brasileños y 2.800, uruguayos. La
artillería contaba con 90 piezas. Además, debía contarse con el II
Cuerpo brasileño, formado por 15.000 hombres, que en dicho momento se
encontraba en marcha hacia el teatro de operaciones.
Roca al iniciarse en 1865, la guerra de la Triple Alianza revista en
Rincón de Soto y en la costa de Payubre. En el mes de septiembre
participa en el combate y conquista de Uruguayana (Imperio del Brasil),
en poder de las fuerzas paraguayas, haciéndose merecedor de una medalla.
Un mes después interviene en el combate de Yatay, cerca de Paso de los
Libres (Corrientes). Cae enfermo y debe volver a Buenos Aires, donde
revista durante los siguientes tres meses.
El padre de Roca, coronel José Segundo Roca, al mando de la 4ta División
del 1º Cuerpo del Ejercito en el campamento de Las Ensenaditas sobre el
Paso de la Patria, Corrientes, muere en combate el 8 de marzo de 1866, a
los 66 años de edad. El batallón Salta, al que pertenecía Julio Roca,
le rindió las últimas honras. Meses más tarde caerían dos de sus
hermanos: Celedonio, en el ataque a Las Palmas, y Marcos, en el Paso de
la Patria. Celedonio prestó servicios en el 6to del Regimiento de
Infantería de Línea a las órdenes de los generales Arredondo y Luís
María Campos. Su valor quedó demostrado en la batalla de San Ignacio y
otros combates. Murió en octubre de 1868, a los 28 años de edad, en Las
Palmas cuando actuaba con el grado de capitán.
El 24 de mayo de 1866 año se lleva a cabo la batalla de Tuyutí, la más
cruenta desarrollada en América del Sur. El valor de Roca llama la
atención de sus superiores, por lo que es ascendido a sargento mayor por
el general Gelly y Obes, ministro de Guerra y Marina, y se lo nombra
segundo jefe.
El ejercito paraguayo, con 22.000 hombres, divididos en cuatro columnas,
atacaron por sorpresa el campamento aliado de Tuyutí, donde se
encontraban los 33.000 hombres de los aliados. Después de cinco horas de
lucha, los paraguayos fueron derrotados, sufriendo importantes
pérdidas: 6.000 muertos, 7.000 heridos y 370 prisioneros. Los aliados
contaron 4.000 bajas (3.000 brasileños, 800 argentinos y 300 uruguayos).
El 22 de septiembre de 1866 el sargento mayor Roca se encuentra al
frente del batallón Salta en el ataque a Curupaytí. Su unidad es
prácticamente aniquilada por los cañones paraguayos.
La batalla se inició con el bombardeo de las posiciones paraguayas por
la escuadra brasileña. Este bombardeo duró cuatro horas. Sin embargo, el
asalto no tuvo resultados, pues al producirse el ataque terrestre,
hallaron intactas a dichas posiciones paraguayas, quienes las diezmaron
por el fuego de infantería y artillería. Las tropas aliadas debieron,
entonces, retirarse, después de sufrir enormes pérdidas. El Ejército
Argentino tuvo 2.050 bajas entre muertos, heridos y dispersos (40% de
los efectivos empeñados), y los brasileños 1.950 (20%). Las bajas
paraguayas sumaron 92 hombres.
Roca le salva la vida al futuro almirante Daniel Solier, al sacarlo
herido fuera del campo de batalla en su caballo, junto con la bandera en
hilachas recogida de la trinchera, cerca del cadáver de su primo Marcos
Paz (h.). El general Mitre le confiere el honor de llevar el parte de
este feroz combate a Marcos Paz, a cargo del Poder Ejecutivo Roca no
vuelve al frente ya que el gobierno necesita jefes militares para
combatir a los rebeldes del interior.
Durante la presidencia de Sarmiento, se firmó el protocolo que puso fin
al conflicto bélico. Sin embargo, los problemas, no terminaron allí,
quedaban pendientes las cuestiones de límites.
La Argentina ocupó provisionalmente Villa Occidental en el Chaco; Brasil
la Isla del Cerrito. Por el tratado de paz definitivo Paraguay aceptaba
los límites Argentinos hasta el río Pilcomayo; al norte de éste el
territorio chaqueño sería sometido a arbitraje del presidente de los
Estados Unidos.
Las islas del Cerrito y Apipé pasaban a la Argentina y la de Yacyretá al
Paraguay. El 12 de noviembre de 1878 el presidente norteamericano Hayes
dio su fallo arbitral otorgando todo el territorio en litigio al
Paraguay.
En 1867 Roca formaba parte de las fuerzas nacionales al mando del
general Wenceslao Paunero, con la misión de reducir las montoneras a
cargo del coronel Juan de Dios Videla, Carlos Juan Rodríguez y otros,
que azotaban las regiones del Norte y Cuyo. Roca asistió a la batalla de
San Ignacio el 1º de abril de 1867. La vanguardia, bajo las órdenes del
coronel Arredondo, se dirigía desde Villa Mercedes, San Luís, a esa
ciudad, por entonces en manos rebeldes, y acampó en río Quinto, en el
Paso de San Ignacio, al sudeste de San Luís.
El coronel Arredondo, con 1.600 veteranos del Paraguay, fue atacado, por
las fuerzas irregulares del general Juan Sáa que contaba con 3.500
hombres y 8 cañones. Arredondo los dispersó y derrotó completamente. A
los veinticuatro años, Roca, es designado mayor efectivo y nombrado 2º
jefe del Batallón 7º de Infantería de Línea que se hallaba en San Juan.
Entre septiembre y marzo de 1868, forma parte de la guarnición en la
provincia de La Rioja.
Encontrándose Roca en Córdoba es ascendido nuevamente a teniente coronel
y se desempeña como segundo jefe del 6º de Infantería de Línea.
Posteriormente pasa a Tucumán como jefe del batallón 7° de Infantería de
Línea. Más tarde actúa en Córdoba, Melincué (antiguo fortín de Santa
Fe), Río Cuarto y, finalmente, Tucumán.
El 12 de octubre de 1868, Domingo F. Sarmiento jura como presidente de
la Nación y Adolfo Alsina como vicepresidente. Las revoluciones, pestes y
el peligro de guerra fueron una constante en su presidencia. Su obra
magna fue el fomento de la educación: al asumir se educaban treinta mil
niños, y al terminar su presidencia, cien mil.
En enero de 1869, al frente del batallón 7°, el teniente coronel Roca
marchó a Salta al mando del coronel Pedro Corvalán para combatir al
coronel Varela, caudillo de los montoneros levantados en armas contra la
Nación. Varela fue derrotado el 12 de enero en las Salinas o Pastos
Grandes por los milicianos de Salta. Roca da por cumplida su misión.
A los veintiséis años se lo nombra Jefe de la frontera de Orán, provincia de Salta, manteniendo el mando del 7º de Infantería.
El 11 de abril de 1970, el gobernador de Entre Ríos, Justo José de
Urquiza, es asesinado en el Palacio San José por partidarios de López
Jordán. Contaron con la colaboración de Nicomedes Coronel, mayordomo del
gobernador. Luego de Pavón, López Jordán se distanció de Urquiza. El
gobernador se había ganado el repudio de muchos federales debido a su
apoyo a la Guerra del Paraguay, su tibia acción política con los
gobiernos nacionales y, sobre todo, su acercamiento a Sarmiento en
febrero de 1870. El 14 de abril López Jordán asume como gobernador de
Entre Ríos. En consecuencia el presidente interviene militarmente la
provincia.
El 2 de septiembre, Roca es trasladado con su batallón a Córdoba, donde
permanece hasta noviembre. Luego marcha a Entre Ríos, donde se
desarrollaba la rebelión de López Jordán, quien procuraba segregar las
provincias del Litoral.
El 26 de enero de 1871, bajo el mando del teniente coronel Baibiene,
gobernador de Corrientes, Roca dirige las tropas nacionales que derrotan
en la batalla de Ñaembé (Corrientes) a López Jordán. Quien será
derrotado definitivamente recién en 1876. Esta batalla fue el primer
combate de Roca con repercusiones nacionales. Sarmiento lo asciende a
coronel, sobre el campo de batalla, y Roca empieza a ser reconocido.
El 27 de enero se declara la terrible epidemia de fiebre amarilla que
desata el caos en la ciudad de Buenos Aires, y provoca hasta el mes de
julio 13.614 muertos. La población de 190.000 habitantes queda reducida a
sólo 60.000 por las muertes y el éxodo.
El 1º de enero de 1872 el coronel Roca, quien cuenta con veintinueve
años, es designado jefe de la Línea Sur de fortines de Córdoba, con
asiento en la ciudad de Río Cuarto. En agosto de 1874 es designado
comandante en jefe de las fuerzas nacionales en Córdoba, formadas por
los batallones 7° y 12°. Reemplaza al general Arredondo, involucrado en
un movimiento político de oposición a la candidatura de Avellaneda. El
28 de septiembre Sarmiento lo nombra comandante general y jefe del
Ejército del Norte, con la misión de derrotar a Arredondo, quien había
sido su jefe en La Rioja. El 3 de octubre Arredondo entró en Córdoba,
pero debió regresar a Villa Mercedes por falta de apoyo en aquella
ciudad, y porque Roca avanzaba contra él desde Bell Ville, con más
fuerzas.
El 12 de octubre, Nicolás Avellaneda asume la presidencia, con Acosta
como vicepresidente. Sorteó revoluciones y amenazas de guerra externa,
continuando la labor iniciada por Sarmiento.
A fines de octubre Arredondo abandona Córdoba, con destino a Mendoza
pasando por San Luis. Fue seguido de cerca por Roca. Arredondo se
fortificó sólidamente en Santa Rosa y esperó a Roca que había aumentado
sus fuerzas y seguía avanzando.
El 7 de diciembre de 1874, en la segunda batalla de Santa Rosa. Roca y
Arredondo contaban cada uno, aproximadamente, con 4.500 hombres, aunque
el segundo había apreciado en más la fuerza del Coronel Roca. En la
noche del 6/7, mediante una maniobra brillante, Roca rodeó la posición
sin que fuese detectado por su enemigo y lo atacó por la retaguardia. La
acción que duró tres horas terminó con la derrota total de Arredondo
quien cayó prisionero y luego pudo escapar a Chile.
El 7 de diciembre de 1874, por su destacada actuación, Roca es ascendido
a coronel mayor recibiendo además los entorchados de general en el
campo de batalla por el presidente Avellaneda.
El 6 de julio de 1875, Roca es designado comandante en jefe de las
fronteras de Córdoba, San Luís y Mendoza, pero manteniendo su asiento en
Río Cuarto. Desde allí emite su opinión contraria al plan de Alsina
para conquistar el desierto.
En su libreta de apuntes, Roca, había escrito las siguientes
reflexiones: ¡Qué disparate la zanja de Alsina! Y Avellaneda lo deja
hacer. (…) Es lo que se le ocurre a un pueblo débil y en la infancia:
atajar con murallas a sus enemigos. (…)
Así pensaron los chinos, y no se libraron de ser conquistados por un
puñado de tártaros, insignificante, comparado con la población china.
(…)
Si no se ocupa la pampa, previa destrucción de los nidos de indios, es
inútil toda precaución y plan para impedir las invasiones. (…)
El proyecto del ministro Alsina era establecer una nueva línea de
frontera en la provincia de Buenos Aires, entre Bahía Blanca y el Sur de
Córdoba. El avance fue realizado por cinco columnas que llegaron a sus
objetivos: Italó, Trenque Lauquen, Guaminí y Pigüé. Propiciaba avanzar
paulatinamente sobre la frontera indígena mediante una línea de fortines
móviles cada cinco kilómetros y la excavación de una zanja profunda que
impidiera las invasiones y el arreo de los vacunos. Alsina estaba
convencido de que era posible un entendimiento con los indios si “se les
cumplen los tratados”.
Roca por su lado, proponía una estrategia ofensiva estableciendo una
frontera definitiva en los ríos Negro y Neuquén, sin dejar enemigos, e
ir ocupando el territorio. El objeto era debilitar y desmoralizar a las
indiadas, y facilitar, así, la gran campaña que se emprendería en 1879.
Mientras la zanja de Alsina cubría sólo la provincia de Buenos Aires, el
plan de Roca era nacional, porque amparaba y beneficiaba a toda la
República.
El 4 de enero de 1878 estando en Mendoza, Roca recibe un telegrama de
Avellaneda nombrándolo ministro de Guerra en reemplazo de A. Alsina,
fallecido el 29 de diciembre del año anterior. De regreso en Buenos
Aires, se instala en Belgrano, donde convalece de la fiebre tifoidea que
casi lo llevó al borde de la muerte. Presta juramento, recién el 26 de
marzo. El presidente Avellaneda y Roca diseñan una nueva política de
fronteras. Roca redacta un extenso mensaje y un proyecto de ley para que
el Poder Ejecutivo lo sometiese a consideración del Congreso Nacional.
El Congreso aprueba el 5 de octubre de 1878 la Ley 947 de la Expedición al Río Negro, que en su artículo primero señala que:
"…dispone el establecimiento de la línea de fronteras sobre la margen
izquierda de los ríos Negro y Neuquén, previo sometimiento o desalojo de
los indios bárbaros de la pampa, desde el Río Quinto y el Diamante
hasta los dos ríos antes mencionados."
Además, se crea la Gobernación de la Patagonia, con capital en Mercedes
de Patagones, hoy Viedma. Durante los siguientes seis meses, Roca ordena
operaciones parciales en toda la línea de frontera destinadas a
debilitar a los indios.
El ministro Roca comienza las operaciones definitivas de la Campaña del
Desierto el 16 de abril de 1879, partiendo en tren desde Buenos Aires
hacia Azul donde asumirá el mando. El ejército dividido en cinco
columnas contaba con efectivos bien equipados, constituidos por 6.000
soldados, de los cuales 820 eran indios amigos, equipados con 7.000
caballos, 1.390 mulas y 270 bueyes.
La primera división, a cargo del general Roca en su carácter de jefe del
Estado Mayor, partió de Azul hacia Carhué el 5 de mayo secundado por el
coronel Conrado Villegas, y desde allí hacia Choele Choel, lugar que le
sirvió de base para continuar su avance hacia el oeste, costeando el
río Negro.
La segunda división, al mando del coronel Nicolás Levalle, inició su
marcha en Carhué con destino al oeste, para llegar a Trarú Lauquén hoy
General Acha, provincia de La Pampa.
La tercera división, a cuyo frente estaba el coronel Eduardo Racedo,
partió de Villa Mercedes (San Luis), y debía reunirse con las fuerzas de
Levalle en la zona denominada Médano Colorado (provincia de La Pampa).
La expedición, dividida en dos columnas, despejó toda la región que
otrora ocuparon los ranqueles.
La cuarta división, a las órdenes del coronel Napoleón Uriburu, partió
desde San Rafael (Mendoza). Su destino final era la confluencia de los
ríos Limay y Neuquén. En penoso recorrido, asechado por los indios y las
inclemencias del tiempo en esa región precordillerana, pudo no
obstante, cumplir con los objetivos fijados, y dominar toda el área,
alejando el peligro de nuevas incursiones de los indios hacia el sur de
Mendoza, San Luis y Córdoba.
La quinta división, comandada por el coronel Hilario Lagos, inició su
marcha en Trenque Lauquén. En su avance hacia el centro de la actual
provincia de La Pampa, tomó contacto con la 2ª y 3ª división, y logró
dominar a las indiadas dispersas, que en algunos casos huían de las
otras fuerzas.
Un destacamento al mando del teniente coronel Godoy salió de Guaminí, para unirse a esta división en Ñainco.
El objetivo de la campaña era extender la frontera hasta la línea de los
ríos Negro y Neuquén, ocupar el territorio y evitar que quedaran
indiadas hostiles en la retaguardia.
De acuerdo con lo previsto, las columnas se pusieron en marcha en abril y
mayo de 1879, y las operaciones se desarrollaron, en líneas generales,
según lo ordenado. Ni las corazas ni las lanzas de madera enviadas por
el ministro Alsina fueron del gusto de los soldados, que consideraban
aquellas un estorbo inútil, y estas últimas ineficaces ante los largos y
flexibles coligües de los indios. Siempre dieron sus preferencias al
sable, hasta que se les proveyó del Remington, arma de fuego que aseguró
su superioridad ante los indígenas. La expedición fue planificada hasta
en los menores detalles. Se eliminó la artillería y se armó a la tropa
con fusiles.
Al frente de sus tropas, el general Roca llega a la margen septentrional
del río Negro, frente a la isla de Choele Choel, poniendo fin a la
primera etapa de la expedición el 24 de mayo de 1879, declarando
oficialmente establecida la línea de fronteras en el río Negro.
El presidente Avellaneda consideró cumplidos acabadamente los propósitos
de la expedición, la cual causó enormes bajas a los indígenas, rescató a
los cautivos y arrebató grandes cantidades de hacienda robadas. Puede
decirse que, con estas acciones, se comenzó la conquista del desierto.
Roca deja las tropas al mando del general Villegas y se embarca en
Carmen de Patagones para regresar a Buenos Aires. Al respecto Sarmiento
dirá:
Hemos asistido al término de la conquista cristiana de una de las más
extensas regiones aún despobladas de la América española… De esta obra
–debe decirse en honor de todos, del gobierno, del General [Roca] y del
Ejército– que ha sido rápida, completa y bien hecha.
A comienzos de octubre de 1879 Julio A. Roca renuncia como ministro de
Guerra y Marina para dedicase a la política y postulase como presidente
de la República. De allí en más Roca conoció la apoteosis política, que
lo llevó a ser proclamado dos veces presidente de la República, en
1880/1886 y en 1898/1904.
El 28 de septiembre de 1880 lo ascienden a brigadier general con acuerdo
del Senado; por disposición de la ley 1.254 se lo asciende a teniente
general el 3 de noviembre de 1882; el 5 de junio de 1888 es asignado
Comandante en jefe del Primer Cuerpo del Ejército.
Además fue Senador por la Capital 15 de mayo de 1888/1890; Ministro del
Interior el 9 de agosto de 1890; Senador por Tucumán el 12 de
mayo1892/1898; Comandante del 1er. Cuerpo del Ejército en la Revolución
de agosto de 1893; Presidente interino de la Nación el 12 de octubre de
1904.
El 12 de octubre de 1904 entregó el bastón presidencial a su sucesor, el
Dr. Manuel Quintana. Al dejar el gobierno, abandonó la vida pública y
se retiró a disfrutar de un descanso bien merecido, del que sólo fue
sacado en 1913, año en el cual el presidente Roque Sáenz Peña le
encomendó una misión diplomática al Brasil, que el general Roca
desempeñó con marcada habilidad y tacto exquisito, misión que anudó más
los lazos de amistad y comercio entre las dos grandes naciones de la
América del Sud.
Aquella misión diplomática fue el último acto público del gran argentino
y su viaje a Río de Janeiro, el postrero de su vida, pues falleció en
la ciudad de Buenos Aires, el 19 de octubre de 1914, siendo sus
funerales una profunda y elocuente exteriorización del intenso pesar que
causó su muerte entre el pueblo argentino, que perdió con él a uno de
sus más grandes hijos.
Su hijo homónimo, el Dr. Julio A. Roca, ocupó de 1932 a 1938 la vice-presidencia de la República Argentina.
El general Roca después de abandonar la segunda presidencia pasó a
“Lista de Oficiales Generales” hasta el 22 de julio de 1908, en que pasó
a situación de retiro por edad con un cómputo total de 65 años, 8 meses
y 11 días de servicios aprobados. El 28 de febrero de 1910 se le
concedieron dos años de licencia para trasladarse a Europa.
El 22 de agosto de 1872 contrajo matrimonio en Río Cuarto, provincia de
Córdoba, con Clara Funes, quien falleció en Buenos Aires, el 2 de mayo
de 1890.
Fuente: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / Julio Argentino
Roca – Iconografía Militar – Museo Roca – Inst. de Invest. Históricas –
Buenos Aires (2008) / Yaben, Jacinto R. – Biografías Argentinas y
Sudamericanas – Buenos Aires (1939).
http://www.fotolog.com/ejercitonacional