sábado, 30 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE CHUNCHANGA

El 30 de diciembre de 1822 se produce una derrota realista en el Perú. El Capitán mendocino José Correa, a las órdenes del Coronel Carlos L. de Brandsen, hace una brillante carga de caballería en Chunchanga, derrotando a fuerzas realistas mucho más numerosas.
En la Imagen: Carga de Caballería.

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viernes, 29 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CAGANCHA

Luego de ser depuesto el general Manuel Oribe, Rosas ordena al ejército entrerriano al mando del general Pascual Echagüe que se interne en el Estado Oriental para enfrentar al general Fructuoso Rivera.  Desde mediados de octubre de 1839 sólo hubo entre ambos pequeñas escaramuzas.  Hasta principios de diciembre Echagüe estaba situado del otro lado del río Santa Lucía, y Rivera de este lado.  Pocos días después el primero acampó en San Jorge y el segundo en Santa Lucía Grande.  Echagüe en sus partes a Rosas le comunicaba que había provocado en vano a Rivera a una batalla, pero que éste la rehuía; y Rivera alegaba por su parte que no le convenía atacar a Echagüe en las posiciones que éste había escogido, porque la infantería de su adversario era superior en número a la suya, fuera de que quería dar tiempo a que el General Lavalle organizase sus elementos. Precisamente en nombre de esta última circunstancia, que Rivera alegaba sincera o especulativamente, Rosas le manifestó a Echagüe la necesidad que había de resolver cuanto antes la contienda en el Estado Oriental.  En vista de esto Echagüe levantó su campamento, y el 29 de diciembre marchó sobre Rivera, el cual se había atrincherado entre los arroyos de la Virgen y de San José, en los campos de Cagancha.
Rivera esperó a su enemigo con su línea tendida, en sus posiciones, colocando en el centro diez piezas de gruesa artillería al mando del coronel Pirán, y dos batallones de infantería al mando del coronel Lavandera; en la derecha e izquierda toda su caballería al mando superior de los generales Aguiar y Medina, e inmediato de los coroneles Nuñez y Flores, y que con la reserva que mandaba el general Martínez componían un total de unos cinco mil hombres.  Echagüe avanzó con igual número de fuerzas, aproximadamente, y en la misma formación de Rivera, con la diferencia de que escalonó su caballería de las alas derecha e izquierda, mandadas, la primera por el general Urquiza, y la última por el general Lavalleja, y colocando 4 piezas de artillería al mando del coronel Thorne, en medio de los batallones Rincón y Entrerriano, en el centro y a las órdenes del general Garzón.
El ala derecha de Echagüe fue la primera que se lanzó al combate; y lo verificó con tanta rapidez que, según lo afirma el coronel Pirán en una carta en la que da cuenta detallada de la batalla de Cagancha, “la vanguardia de Rivera tuvo que replegarse al galope atrás de su ala izquierda”.  El coronel Núñez pudo rehacerse en parte y aun contener las cargas que le llevó Urquiza; pero los federales consiguieron al fin flanquear por la izquierda al ejército oriental, y se introdujeron en la retaguardia de éste, dispersándole toda esa parte de la línea, y causándole gran número de bajas.  El mismo descalabro se produjo en la derecha de Rivera.  “El costado izquierdo del enemigo –dice el coronel Pirán en la referida carta- se precipitó poco después, pero no encontró resistencia, y trajo su carga hasta nuestra retaguardia, pues una de las causas de no encontrarla fue que nuestra reserva, compuesta de más de 600 hombres, disparó con el más miserable amago”.
En estas circunstancias avanzaron Garzón con su infantería y Thorne con sus cuatro piezas de cañón hasta colocarse a unas cien varas frente al costado izquierdo del centro de Rivera, desde donde empeñaron el verdadero combate con la artillería e infantería de este último.  Era indudable que la victoria pertenecía en este momento a Echagüe, pues que sus alas izquierda y derecha estaban victoriosas en efecto, y a retaguardia de la línea enemiga en dispersión.  Para asegurarla completamente no había sino arrojar una fuerte columna de caballería sobre la retaguardia de la artillería e infantería de Rivera que sufrían en esos momentos los fuegos de mosquetería y de cañón de Garzón y de Thorne.
El momento era decisivo, y el recurso era tan ventajoso que iba a dar la victoria al primero que lo usara.  “Hubo un espacio de tiempo –dice el coronel Pirán- que la distancia que mediaba de la artillería al parque, eras un enredo de jefes, oficiales, tropa y mujeres que se abrigaban en aquel recinto”.  Pero Echagüe cometió el error de comprometer todas sus fuerzas desde los primeros momentos de la batalla; y cuando le fue menester esa fuerte columna de caballería, ésta se encontraba fraccionada y a larga distancia, persiguiendo la caballería de Rivera.  Este pudo reunir una columna como de mil quinientos hombres; y como su artillería e infantería se conservaban en sus trincheras, a Echagüe no le fue posible restablecer el éxito de la batalla, y se vio obligado a ponerse fuera de tiro de su adversario, acampando como a legua y media del lugar de la batalla.  Rivera quedó dueño del campo, pero con su ejército destruido, pues Echagüe le hizo como mil quinientas bajas debido a la dispersión y a la persecución bien dirigida de Urquiza, Lavalleja y Gómez; y le tomó todo el parque y como quince mil caballos.  No era, pues, de extrañar que no le molestara a Echagüe.  A la mañana siguiente este último empezó a reunir sus dispersos, y mientras que Rivera se dirigía a Santa Lucía, él emprendió su retirada al Uruguay, pasando a Entre Ríos a pesar de los buques de la escuadra francesa que quisieron impedirlo.
La batalla de Cagancha fue festejada, sin embargo, en Corrientes y en el Estado Oriental como un triunfo de Rivera, y éste quiso aprovechar de las facilidades que le proporcionaba la retirada de Echagüe para hacerse el árbitro en los negocios de la guerra contra el gobierno argentino, extendiendo su preponderancia al litoral y muy principalmente a Corrientes con cuyo gobierno había abierto negociaciones al respecto, y donde campeaba la influencia del general Lavalle.  Las circunstancias y los hechos producidos de mancomún con sus aliados, favorecían su intriga.  Desde luego Rivera ofrecía aplicar a los objetos de la guerra los recursos y el apoyo que los franceses se obligaron a suministrar por el tratado Berón de Astrada, y que habían suministrado en efecto, con más los que él podía proporcionarse del Estado Oriental que estaba sometido a su imperio.  La “Comisión Argentina” de Montevideo era, por otra parte, la que había trabajado esa alianza con Corrientes sobre la base de que Rivera dirigiera en jefe la guerra.  Y el general Lavalle, siguiendo los consejos de sus amigos que fueron a buscarlo a su retiro de Mercedes, había entrado en un todo en este plan y le había escrito a Rivera poniéndose a sus órdenes con las fuerzas que reunió en Martín García.  Ni el gobernador Ferré podía negarse en justicia a la ratificación del tratado Berón de Astrada, que solicitaba Rivera para unir sus recursos a los que estaban comprometidos en Corrientes, ni la “Comisión Argentina”, ni el general Lavalle podían tampoco oponer una razón seria a las pretensiones de Rivera que ellos mismos habían fomentado, quizá con la idea de reducirlas después a cortos límites, pero sin pensar que Rivera había de sacrificarlo todo a su antigua aspiración de tener bajo su imperio todo el litoral, como lo sacrificó en efecto, desbaratando los cuantiosos recursos militares que se pusieron en sus manos.
Fuente: Saldías, Adolfo – Historia de la Confederación Argentina – Ed. El Ateneo – Buenos Aires (1951).

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jueves, 28 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL ATAQUE EN LA ANGOSTURA

El 28 de diciembre de 1868 se produce el Ataque en la Angostura, Guerra del Paraguay. El Coronel Donato Álvarez, jefe del Regimiento San Martín, hizo un ataque al frente de 70 de sus hombres contra la batería del ala derecha de la Angostura. Después de haber muerto a casi todos los artilleros paraguayos que servían a tres grandes cañones, al no poder transportarlos los clavaron para inutilizarlos.
En la Imagen: Soldado de Infantería Argentina con el uniforme utilizado en la Guerra del Paraguay.

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miércoles, 27 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITÁ-IBATÉ

El 27 de diciembre de 1868 se produce la batalla de Itá-Ibaté. El ejército aliado a las órdenes del General brasileño Duque de Caxias ataca a unos 2.000 paraguayos en Itá-Ibaté. Las fuerzas argentinas estaban comandadas por el General Juan A. Gelly y Obes. Estas fuerzas fueron las primeras en iniciar el asalto y ocupar la plaza, haciendo flamear la bandera celeste y blanca en las defensas. La resistencia paraguaya fue como siempre, dura y sin querer rendirse. El Mariscal López, presidente vitalicio y dictador del Paraguay, se escapó en dirección a Cerro León con unos 100 hombres. Después de esta batalla el poder de López comenzó su desmoronamiento.
A las 6 de la mañana del 27 de diciembre se reinició el bombardeo y se inició el asalto definitivo, esta vez llevado a cabo por las fuerzas argentinas que cruzaron el Pykysyry y arrollaron la primera línea de defensa lanzándose luego sobre las posiciones de Itá-Ybaté. El ataque era encabezado por el batallón Córdoba a cargo del Coronel Agustin Olmedo, seguido del batallón 1° de Santa Fe a cagro del Teniente Coronel Enrique Spika.
El fuego de los defensores causó numerosas bajas en las fuerzas atacantes, resultando herido el jefe de estado mayor del primer Cuerpo coronel Gordillo, especialmente en el batallón Buenos Aires, que a bayoneta calada se sumaba a la lucha.
Tropas de los batallones Córdoba al mando del capitán Máximo Ibáñez y del Santa Fe al mando del teniente Avellaneda quedaron por momentos aislados en vanguardia y fueron rodeados por fuerzas superiores. Formando en círculo resistieron el ataque hasta que los del Buenos Aires y el batallón Rosario consiguieron estabilizar el frente.
El ataque penetró finalmente las trincheras paraguayas, mientras que un ataque de la caballería conseguía envolver la posición y deshacer a un escuadrón paraguayo que opuso resistencia.
Las fuerzas del 4° de línea a cargo del Teniente Coronel Florencio Romero y del 5° a Cargo de Nicoás Levalle dejaron la línea y se lanzaron al ataque rompiendo la línea defensiva pero sólo para quedar aislados. Ante las órdenes del Coronel Luis Maria Campos para que retrocedieran, Levalle respondió "Coronel, el batallón 5° de línea no sabe dar media vuelta frente al enemigo!" y comenzó a retroceder al paso y al son del tambor dando frente a las fuerzas paraguayas y bajo el fuego a quemarropa de sus fusileros.
Cuando el avance en línea de la infantería argentina reforzada con algunas piezas de artillería ligera llegó a una cuadra del cuartel general, López se retiró con su estado mayor por el camino del Potrero Mármol a la vista de sus enemigos, sin que se desprendiera fuerza alguna para interceptarlo
Incluso autores brasileros consideran que la huida de López permitida "por excesiva prudencia de Caxias o por razones inconfesables del comando brasilero" fue "uno de los grandes, sino el mayor, misterio de la guerra"[]
Caballero permanecía en el campo con una pequeña fuerza de caballería. Viendo que el batallón 4° de línea argentino se dirigía al Potrero Mármol, lo emboscó. En el ataque el 4° sufrió numerosas bajas, incluyendo al coronel Florencio Romero que marchaba al frente de su unidad. Al ser herido, Romero se puso de pie, penetró en el cuadro de su batallón y tras decir a su segundo el mayor Fernández "Compañero, que me vengan a relevar", murió.
Caballero marchó entonces contra el batallón 5°, tras lo cual se replegó en desorden con escasos sobrevivientes. La caballería aliada persiguió débilmente hasta el arroyo Yukyry a los paraguayos que de replegaban a Cerro León.
El general Garmendia en su Campaña de Piky-syry afirma que "cuando el Mariscal tuvo conocimiento que los aliados habían penetrado a su recinto, abandonó como un pusilánime el campo sonde sus soldados se batían heroicamente y morían".
Tambien el Coronel inglés al servicio del Paraguay George Thompson afirmaría que al retirarse López había incumplido la promesa que había hecho repetidas veces a sus tropas de permanecer y vencer o de perecer con ellos en aquel lugar.
Tras Lomas Valentinas, "El ejército paraguayo quedó liquidado; al mariscal López lo rodeaban apenas cien sobrevivientes (de 9000 soldados que habían luchado contra 25000 brasileños). Pero este puñado quedó dueño de la situación y las fuerzas brasileñas se sintieron alcanzadas por una colosal derrota". Según el historiador paraguayo Juan E. O`Leary "En esta batalla debió terminar la guerra. Un regimiento de caballería hubiera bastado para rodear a aquellos curiosos vencedores. Pero si no teníamos más que noventa hombres sanos, aún nos quedaba una fuerza moral tan grande que ante el sólo recuerdo de lo que habíamos sido, el enemigo se sentía abrumado y miraba con terror esas lomas pobladas de muertos".
López quien ya "No tenía soldados, no tenía proyectiles, no tenía que comer. Solo noventa fantasmas le rodeaban en la cumbre de la trágica colina, aguardando sus palabra para corre a la muerte" se retiró al interior y pronto logró reunir "dos mil combatientes de inválidos y niños a quienes hubo que poner barbas postizas para quitarles su aspecto infantil".
Por su parte, la Angostura, defendida por unos 740 combatientes y 16 cañones, pero que despues del 21 de diciembre había quedado cercada por tierra y agua y carecía ya de víveres y municiones, y había recibido numerosos heridos después del combate, se rindió el día 30 de diciembre tras una negociación con los aliados que prometieron respetar las vidas, jerarquías y honor de los vencidos. La campaña del Pykysyry había terminado.
En la Imagen: Batalla de Itá-Ibaté. La primera división Buenos Aires toma por la derecha los atrincheramientos de López. Dibujo de A Methfessel.

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martes, 26 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL COMBATE DEL SAUCE

El 26 de diciembre de 1875 se produce una Invasión de indios. Una partida de unos 300 indios intenta atacar por sorpresa al campamento Blanco Grande. Advertida su presencia se entabló un fuerte combate donde fueron derrotados. El Comandante Lorenzo Vinter los persiguió largo trecho y en el trayecto recibió el parte que la guarnición del fuerte Lavalle, de unos 150 hombres, se había sublevado y estaba cercada por unos 2.000 indios. Vinter de inmediato se dirigió al fuerte. Al llegar a el Sauce encontró a los indios y los batió persiguiéndolos por una 40 leguas.

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lunes, 25 de diciembre de 2017

NAVIDAD. NACIMIENTO DEL NIÑO JESÚS.

Esperamos que esta significativa fecha, en que conmemoramos la venida de nuestro Salvador Jesucristo al mundo, sea ocasión propicia para la reunión familiar, para el despertar espiritual y para la unión entre hermanos.
¡Muy Feliz Navidad Para todos!
 
Mensaje del Capellán Mayor del Ejército para esta Navidad:

Estimados amigos:
En estos días comienza a resonar la palabra del evangelio: “Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” (Lc 2,11). Y, como todos los años, la Navidad nos convoca a liberarnos de las ataduras terrestres y de la idolatría de nosotros mismos. Ella es un acontecimiento espiritual, una apertura a un llamado en el Pesebre de nuestro corazón y que implica una donación de nuestra existencia a Dios que está entre nosotros.
Ese acto de donación, de entrega de amor a Dios que nos amó primero, lleva consigo la aceptación y el programa de nuestro futuro, la renovación de la vocación personal que, para hacerla realidad, implica una conversión radical. Conversión interior para que allí nazca el Señor y, en esa humildad, Él haga su obra con nosotros como personas individuales y como comunidad humana.
Siguiendo el ejemplo del amado Papa Francisco, en nuestro tiempo, la pobreza del pesebre del corazón cobra un valor fundamental como condición para que la relación con nuestro Creador y Salvador sea absolutamente pura, íntegra y exclusiva. Y, de ese modo, en cada rincón de la Argentina donde haya un Soldado de nuestro Ejército en su puesto de servicio luzca la fe viva en quien nos da la Vida: Cristo, El Señor.
 

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domingo, 24 de diciembre de 2017

EL RELOJ DEL GENERAL LAVALLE

El general Lavalle mereció ese hermoso mote, que le pusieron sus propios adversarios en el sitio de Talcahuano, por su barba rojiza y por la actividad y eficacia que puso de manifiesto en esa ocasión, contra las patrullas españolas que se atrevían a salir de la plaza.Siendo sargento mayor se encontraba en el Perú, sirviendo a las ordenes del General Alvarez de Arenales, en la llamada Expedición a la Sierra.En esa época, como era uno de los pocos oficiales que no tenía reloj, resolvió valerse de una inocente estratagema para hacer creer que también poseía uno. Con es emotivo ató en el extremo de una cadena que usaba a la vista, una bala de fusil que guardó en su bolsillo.Cuando sus camaradas le descubrieron la treta se lo comentaron al héroe de la Florida, para que le hiciera una broma.En una ocasión, en que éste estaba próximo a Lavalle, le preguntó muy seriamente por la hora. El futuro León de Río Bamba sacó la bala de fusil y presentándosela a Arenales le dijo:- Mi General, con esto puedo saber la hora; pero esté usted seguro, mi General, que el Mayor Lavalle siempre llegará a la hora cuando de defender la Patria se trata.Emocionado el vencedor de Pasco por la varonil respuesta de su subordinado, le dio un fuerte apretón de manos y cuando regresaron a Lima, le obsequió un hermoso reloj.
Fuente: Anecdotario Historico Militar de Silveyra

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sábado, 23 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL CORONEL LORENZO BARCALA

El día 23 de diciembre de 1795 nace el Coronel Lorenzo Barcala. Hijo de esclavos africanos, fue liberto por el decreto dado por la Asamblea General Constituyente de 1813 y tomó el apellido del escribano Cristóbal Barcala. Su vida militar fue intensa; terminó su vida trágicamente, fusilado el 01-08-1835 en la Plaza Mayor de la ciudad de Mendoza.
Hijo de esclavos, fue también esclavo en su niñez. Fue liberado por orden del Gobernador de Cuyo, General José de San Martín, pero por causas desconocidas no se incorporó al Ejército de los Andes. Inició su carrera militar en 1818 como soldado del Regimiento de Pardos.
En 1820 participó en los desórdenes de la llamada Anarquia del Año XX, que tuvo uno de sus epicentros en Cuyo. Formó parte del Ejército del General Bruno Moron, que combatió contra el General chileno José Miguel Carrera, y tras la muerte de Morón, luchó en la batalla de Punta del Médano a órdenes de José Albino Gutierrez.
En 1824 participó en una revolución contra el Gobernador Gutiérrez; tras fracasar en el intento, huyó a San Juan. De regreso a Mendoza, secundó al Coronel Juan Galo de Lavalle en la segunda revolución contra Gutiérrez, cuya victoria lo identificó definitivamente como personaje central del partido unitario local. Poco después participó, a órdenes de José Felix Aldao, en la represión de la revolución "eclesiástica" sanjuanina y la reposición en el Gobierno de Salvador María del Carril.
En 1826 se unió al Ejército que luchó en la Guerra del Brasil, a órdenes del coronel Ramón Bernabé Estomba. Participó en el fracasado ataque a Punta del Este y fue tomado prisionero. Estuvo varios meses en una cárcel en Río de Janeiro con la permanente amenaza de ser vendido como esclavo, hasta que recuperó la libertad en un cambio de prisioneros.
Se unió a la campaña del General José María Paz contra los federales del interior en 1829, y a sus órdenes peleó en la batalla de San Roque. El vencedor le encargó organizar un batallón de infantes negros, libertos: una libertad muy cara, que se pagaba con muchos años de servicio en el ejército. Fue muy querido por los negros, especialmente porque los defendía de los desprecios y atropellos de los blancos. Al frente de ese batallón peleó en las batallas de La Tablada, tras la cual fue ascendido al grado de Teniente Coronel, y en Oncativo.
Después de esta última victoria fue ascendido a Coronel, y enviado como segundo jefe del ejército de ocupación de Mendoza, que iba al mando de José Videla Castillo. Éste fue nombrado Gobernador, y Barcala quedó como jefe de vanguardia. Participó en la Batalla de Rodeo de Chacón como jefe de un ala de caballería contra las fuerzas de Facundo Quiroga, que los venció con relativa fácilidad.
Protegió a su jefe Videla Castillo en su retirada hacia el norte, donde se unieron a las fuerzas del General Lamadrid, nuevo jefe del ejército de la Liga Unitaria. A órdenes de éste combatió en la definitiva derrota que fue la Batalla de la Ciudadela. Después de la batalla, Facundo Quiroga fusiló algunos oficiales, pero decidió indultar a Barcala — que daba su muerte por segura — y lo nombró su jefe de estado mayor.
Cuando Quiroga se retiró de las actividades militares, instalándose en San Juan, Barcala se radicó allí. No quiso volver a Mendoza, ya que Aldao había jurado matarlo; incluso intentó convencer a Quiroga de que lo hiciera fusilar.
Participó de la campaña al desierto de 1833 bajo el mando del General José Ruiz Huidobro, y combatió contra los Ranqueles de Yanquetruz en el Combate de las Acollaradas.
Muerto Quiroga en 1835, sus lugartenientes comenzaron a disputarse su herencia y se produjo una serie de conflictos entre Aldao, de Mendoza, Martín Yanzón, Gobernador de San Juan, y Tomás Brizuela, de La Rioja. Más independiente y poderoso que éstos, el tucumano Alejandro Heredia pronto dominó todo el noroeste. El intrigante ministro de Yanzón, Domingo de Oro intentó librarse de Aldao por medio de una conspiración que dirigió Barcala desde San Juan. La conjura fue descubierta y sus jefes mendocinos arrestados y ejecutados, entre ellos el coronel José Ignacio Correa de Saá.
Pasado el peligro, Aldao —que no era el gobernador sino el jefe del ejército— exigió la extradición de Barcala y Oro, que estaba comprometido en el asunto, decidió salvar su vida entregando a Barcala. Tras un juicio que duró un mes, Barcala fue condenado a muerte y fusilado en Mendoza el 1 de agosto de 1835.
Su hijo Celestino Barcalá peleó contra los federales en la década de 1860 y fue fusilado por Felipe Varela poco antes de su derrota en la batalla de Pozo de Vargas.

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viernes, 22 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL DR. FRANCISCO JAVIER MUÑIZ

El día 21 de diciembre de 1795, nace en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el Doctor Francisco J. Muñiz. Médico, político, naturalista y filántropo. Actuó durante las Invasiones Inglesas en la defensa de Buenos Aires, siendo herido. Residió en la villa de Luján y se dedicó a la geología además del ejercicio de la medicina, escribiendo numerosos trabajos de investigación. Durante el año 1835, atendió al parto de uno de los hijos del General José M. Paz, prisionero en Luján junto a su familia. Fue médico militar, concurriendo a la Batalla de Cepeda y a la acciones de la Guerra del Paraguay. Durante la epidemia de fiebre amarilla que azotó a la ciudad de Buenos Aires, asistió a enfermos atacados por esa enfermedad, contagiándose la misma y falleciendo el 7 de abril de 1871.
Al producirse las invasiones inglesas, con apenas 12 años de edad, se enroló en el Batallón de Andaluces como cadete, combatiendo en la defensa de Buenos Aires en 1807, en la que resultó herido.
Estudió en el Instituto Médico Militar, fundado por el doctor Cosme Argerich para formar cirujanos para el Ejército. Se graduó de médico en 1822, cuando el Instituto ya formaba parte de la Universidad de Buenos Aires, creada el año anterior. Obtendría el doctorado en 1844.
Tras un corto tiempo en que figuró como cirujano militar en Carmen de Patagones, adonde parece que nunca viajó, desde enero de 1825 fue cirujano de la Guardia de Chascomús, donde organizó el primer hospital de campaña.
Cuando en 1826 estalla la Guerra del Brasil, fue nombrado médico y cirujano principal del Ejército, con el grado de teniente coronel. Tuvo a su cargo durante toda la campaña un importante servicio de hospitales y ambulancias, equipado con 32 carros cubiertos, y prestó especialmente servicios en la campaña que culminó en la Batalla de Ituzaingó.
En 1828 regresó a Luján y fue el Administrador de la vacuna antivariólica en todo el partido. La aplicó a gran número de los pobladores de su jurisdicción, y salvó la vida de centenares de personas. En ese entonces, la vacuna se transmitía de brazo en brazo.
Durante el segundo gobierno de Rosas fue nombrado médico de Policía, para vigilar la sanidad de la población y de sus animales - no existían los veterinarios - y controlar el ejercicio de la medicina y sancionar el curanderismo. En 1836 combatió una epidemia de escarlatina. En base a esa experiencia, en 1844 publicó en el periódico La Gaceta de Buenos Aires su "Descripción y curación de la fiebre escarlatina"; fue editado más tarde en un folleto de ochenta páginas. También produjo trabajos sobre vacunas, sobre cirugía y medicina legal.
En 1844, la ciudad de Buenos Aires quedó desprovista de la vacuna antivariólica, debido al bloqueo anglofrancés. El gobernador Rosas pidió alguna solución a Muñiz. Éste se trasladó a Buenos Aires con una hija de pocos meses recién vacunada, con cuya linfa pudieron ser inoculadas varias personas, con lo que se pudo restablecer el circuito de vacunaciones en la ciudad.
Estando en Chascomús, en 1825, se dedicó a la observación de la naturaleza, investigando la flora y fauna locales. Siguiendo la experiencia de un sacerdote del siglo anterior, que había recogido restos de fauna extinta en las barrancas del río Luján, hizo extensas excavaciones en el mismo río.
En 1825 recogió restos de un gliptodonte; pero, por falta de experiencia, no publicó el hallazgo. Años después, Alcide d’Orbigny volvió a encontrar restos de este mamífero extinto, y fue considerado su descubridor.
Cuando en 1828 volvió a Luján, Muñiz era ya un experto naturalista, y siguió sus investigaciones paleontológicas en su tiempo libre, extrayendo de las barrancas del río una extraordinaria serie de fósiles. Por sus propios medios, Muñiz exhumó restos de varias especies animales extinguidas, unas ya conocidas y otras descubiertas por primera vez; las reconstruyó y estudió con cuidado, comenzando así esta ciencia en el país. Entre sus hallazgos figuran mastodontes, megaterios, gliptodontes, caballos y tigres fósiles. Sus trabajos sobre Paleontología Argentina fueron compilados por Domingo Faustino Sarmiento en 1885.
En 1833 el naturalista británico Charles Darwin pasó por Luján en su viaje a través del territorio argentino; y, aunque Muñiz residía en Luján, no se conocieron personalmente. Sin embargo, más tarde, Darwin le envió desde Gran Bretaña un cuestionario sobre la variedad bovina llamada “Vaca ñata”, relativamente frecuente en el territorio ocupado por los indígenas pampas, y poco frecuente entre los gauchos, según había observado en su viaje a la Argentina. En base a sus muy detalladas respuestas, estableció un vínculo epistolar importante con el científico inglés. Tan es así, que sus respuestas fueron utilizadas en la segunda edición del libro El Viaje, y en el Origen de las especies de 1859.
En 1841 le regaló su colección paleontológica al Gobernador Rosas: once cajones acompañados por una nómina de los fósiles (Florentino Ameghino diría más tarde que no se las regaló, que en realidad el gobernador lo obligó a donarlas). Rosas no las valoró en su significado, y se las obsequió al almirante francés Dupotet. Muñiz siguió trabajando y reunió una colección de fósiles más grande aún, que donó en 1857 al museo de Buenos Aires.
En 1844 logró su descubrimiento en paleontología más importante: el Tigre fósil, al que denominó Muñifelis bonaerensis y hoy es conocido como Smilodon bonaerensis. Aunque este hallazgo fue publicado en el diario La Gaceta Mercantil pasó inadvertido, al igual que su trabajo de 1848 sobre el ñandú.
En 1847 terminó su obra Apuntes topográficos del centro de la provincia de Buenos Aires. La obra es una reseña topográfica, pero también analizaba la composición del suelo y de la geología. En su aspecto humano, estudiaba la incidencia del clima, la alimentación y el trabajo sobre las características físicas y psíquicas de los habitantes, y sobre sus enfermedades más frecuentes.
A fines de ese año decidió regresar definitivamente a Buenos Aires tras veinte años de trabajo en Luján. Fue el médico personal de Rosas, a quien trataba por una afección prostática, y fue nombrado conjuez del Tribunal de Medicina. En la Batalla de Caseros figuró como asistente del cirujano jefe del ejército rosista, doctor Claudio Mamerto Cuenca, y se encargó del envío del material médico necesario para la asistencia de los heridos.
En 1853 fue electo diputado del Estado de Buenos Aires, por la sección de la campaña que comprendía Luján; y, al año siguiente, senador provincial. Desde 1858 hasta 1862, fue presidente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Prestó servicios militares como cirujano del ejército de Buenos Aires en la Batalla de Cepeda, y también fue cirujano jefe de los campamentos argentinos en la Guerra del Paraguay.
Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871, fue uno de los médicos voluntarios para ayudar a las víctimas, pero terminó por ser él mismo una de ellas. Murió en abril de 1871 en Buenos Aires, víctima de la misma.
Sus restos descansan en el Cementerio de La Recoleta. Su familia hizo levantar uno de los más bellos monumentos que encargaron al escultor italiano, Ettore Ximénez, quien hiciera el mausoleo del general Belgrano inaugurado en 1903. Ximenez volcó toda su maestría la creación del monumento que rinde homenaje al Dr. Francisco Muñiz.

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jueves, 21 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE COIHUECO

El día 22 de diciembre de 1873 se produce el Combate en Coihueco. Una columna de unos 35 soldados del Regimiento Guías de Mendoza de la guarnición de San Rafael, al mando del Capitán Saturnino Torres, persiguiendo a un grupo de indios se encontró con una indiada de unos 500 individuos. Los soldados formaron cuadro y fueron cargados por los indios, iniciándose un largo y feroz combate, que les costó unas 70 bajas a los indios y un muerto y cuatro heridos a los soldados. Lograron sostener el cuadro hasta que los salvajes se fueron, luego de 5 horas de lucha. El gobierno premió luego esta resistencia heroica con pagas adicionales.
 
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miércoles, 20 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA ESCUELA DE SUBOFICIALES DE LOS SERVICIOS PARA APOYO DE COMBATE "GRL. LEMOS"

La Escuela de Suboficiales del Ejército fue creada el 13 de diciembre de 2002, como resultado de la reestructuración de la Fuerza en ese año, habiéndose fusionado la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral y la Escuela de Suboficiales para Apoyo de Combate General Lemos, tradicionales Institutos de formación de los Suboficiales del Cuerpo de Comando y Profesionales del Ejército Argentino, en un nuevo Instituto que mantiene el nombre del héroe del Combate de San Lorenzo, el Sargento Juan Bautista Cabral.
La Escuela de Suboficiales "General Lemos", tuvo sus orígenes en 1939, cuando se creó el 20 de diciembre, "El Centro de Instrucción de los Cuerpos Auxiliares del Ejército".
Cabe destacar que la creación de este Centro de Instrucción es el origen de una Escuela cuyo objetivo era la preparación de oficiales de Administración, Sanidad, Veterinaria y Justicia, y el perfeccionamiento en lo militar y técnico de los oficiales de los Cuerpos Auxiliares para la conducción de sus respectivos Servicios, en los Comandos Superiores y reparticiones, tanto en la paz como en la guerra.
En el año 1952 pasa a denominarse Escuela del Cuerpo Profesional "General Lemos", y sus objetivos de formación se ampliaban a oficios como enfermero, preparador de farmacia, enfermero de ganado, herrador y cocinero.
El 21 de diciembre de 1964, basados en un criterio de unificación tanto en lo curricular y académico como en lo militar; una resolución superior, decide fusionar la "Escuela General Lemos" y la "Escuela de Mecánica del Ejército "Teniente Coronel Fray Luis Beltrán"”, decisión que demandó el traslado de esta última a Campo de Mayo. Dicho Instituto pasó a llamarse "Escuela Logística General Lemos".
En 1991 la Escuela Militar de los Servicios para Apoyo de Combate "General Lemos", pasa a denominarse Escuela de Suboficiales de los Servicios para Apoyo de Combate "General Lemos", egresando de la misma suboficiales del Cuerpo Profesional femenino y masculino.
En razón de que en el año 1998 determinados Servicios del Cuerpo Profesional pasaron a considerarse Especialidades de Cuerpo Comando, se modifica nuevamente su denominación pasando a llamarse Escuela de Suboficiales "General Lemos".
La Escuela de Suboficiales "Sargento Cabral", tuvo sus orígenes en el reclutamiento de suboficiales llamado de Clases hasta 1916. La primera Escuela de Clases llamada de Cabos y Sargentos de Artillería fue fundada en 1881, siendo su creación definitiva el 04 de abril de 1908.
El edificio que ocupó fue el Cuartel Nro. 9 en Campo de Mayo. La instrucción impartida era de tipo teórico- práctico y tenía una duración de cinco meses.
En 1916 pasa a denominarse Escuela de Suboficiales.
En marzo de 1933 pasa a llamarse, Escuela de Suboficiales "Sargento Cabral", en homenaje a ese arquetipo de soldado que supo ser fiel a su juramento de entregar su vida en el cumplimiento del deber, ejemplo supremo de desprendimiento, coraje y nobleza.
Durante los años 1947 a 1950 dejó de funcionar.
En 1950 se le asigna un nuevo cuartel dentro de Campo de Mayo donde funciona en la actualidad la Escuela de las Armas.
Desde 1908 hasta 2003 la reglamentación sufrió varias modificaciones. El primer reglamento a grandes rasgos establecía que la Escuela tendría tres grados: primer grado, ingresarían todos aquellos que aspirasen al grado de Cabo de las Armas cuya duración era de un año y a segundo y tercer grado concurrían aquellos cabos y sargentos respectivamente con no menos de tres meses de servicio en las filas y propuestos por sus Comandantes de compañía, batería y escuadrón.
Posteriormente y después de algunas modificaciones a los cursantes que egresaban no sólo se le otorgaba el grado de Cabo Primero de las armas, sino que también el título de Instructor Auxiliar con orientación docente, y titulo secundario equivalente al Bachillerato Nacional.
En la actualidad se dictan cursos de dos años, y una vez finalizados los mismos, los Aspirantes egresan como Cabos de las Armas con el título de Bachiller Nacional, y Cabos de las Especialidades y Servicios, con capacitación especializada.
Fuente: www. esesc.ejercito.mil.ar

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martes, 19 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DEL COMBATE DEL CAMPICHUELO

El 19 de diciembre de 1810 se produce un enfrentamiento durante la Campaña del Paraguay. El General Manuel Belgrano, caído el armisticio con los paraguayos, cruza el Río Paraná por el Paso de la Candelaria. Inmediatamente una pequeña fuerza mandada por el Ayudante Manuel Artigas ataca y derrota a fuerzas paraguayas atrincheradas en el Paso del Campichuelo.
La Junta de Buenos Aires determinó mandar una expedición a la Intendencia del Paraguay en atención a que se creía que allí había un gran partido por la revolución, que estaba oprimido por el gobernador realista Bernardo de Velasco y Huidobro. El 24 de septiembre de 1810 se le dieron instrucciones al abogado Manuel Belgrano para que iniciara las operaciones militares sobre el Paraguay. Luego de improvisar un pequeño ejército con tropas de Buenos Aires, Blandengues y milicianos de los pueblos por donde pasó, Belgrano se situó en el pueblo Misionero de Santa María de la Candelaria
Debido a que los realistas paraguayos habían retirado o destruido las embarcaciones del río Paraná, las fuerzas al mando de Belgrano debieron cruzarlo con balsas, botes y canoas construidas al efecto, llevando gran parte de las cargas en odres de cuero. El cruce se realizó el 19 de diciembre de 1810 a partir de la antigua capital misionera Candelaria. Belgrano cruzó al frente de una reducida fuerza: 800 hombres, mitad de caballería e infantería, con 6 cañones de pequeño calibre. A su frente se hallaban las avanzadas paraguayas realistas de 500 hombres al mando de Pablo Thompson.
Luego de avisar a los comandantes paraguayos de que serían atacados, Belgrano formó el ejército en la tarde del día 18, los arengó y los hizo desfilar hacia el puerto para que fueran observados por la guardia avanzada realista. Luego hizo subir algunas compañías a las balsas para probarlas y al anochecer envió de nuevo los soldados a los cuarteles, cuando los paraguayos de la orilla opuesta no podían verlos, haciéndoles creer que la invasión se estaba desarrollando.
Cerca de las 11 de la noche el baqueano Antonio Martínez y 10 voluntarios de los granaderos cruzaron el río para sorprender la guardia paraguaya, lo cual lograron retornando con 2 prisioneros, y dejando la impresión de que comenzaba el desembarco. Belgrano ordenó a las 2 de la madrugada del 19 de diciembre el embarque y salida de las tropas.
“Al salir el sol mandé al mayor general en el bote y fué con un ayudante y otros oficiales, á que reuniese la gente y presentase la acción; al mismo tiempo salió mi ayudante don Manuel Artigas, capitán del regimiento de América, con cinco soldados en el bote de cuero y el subteniente de patricios don Gerónimo Elguera, con dos soldados de su compañía, en una canoita paraguaya, por no haber cabido en las balsas. El bote de cuero emprendió la marcha y la corriente lo arrastró hasta el remanso de nuestro frente: insistió el bravo Artigas y fué á desembarcar en el mismo lugar que Elguera, es decir como á la salida del bosque por el Campichuelo. No estaba aun la gente reunida y solo habia unos pocos con el mayor general y sus ayudantes, entonces el valiente Artigas se empeñaba en ir atacar á los paraguayos; tuvo sus palabras con el mayor general y al fin llevado de su denuedo, seguido de don Manuel Espínola el menor, de quien hablaré en su lugar, de Elguera y de los siete hombres que habian ido en bote de cuero y canoa paraguaya, avanzó basta los cañones de los paraguayos, que después de habernos hecho siete tiros, sin causarnos el mas leve daño, corrieron vergonzosamente y abandonaron la artillería y una bandera, con algunas municiones.” Memorias del General Belgrano
El capitán de urbanos Domingo Soriano del Monje con sus 13 milicianos abandonó las tres piezas de artillería dejando despejada la costa.
Cerca del medio día Belgrano recibió aviso de que el pueblo misionero de Itapúa, distante cuatro leguas de Campichuelo, había sido abandonado precipitadamente por los milicianos paraguayos, por lo que envió al Mayor General José Machain con artillería a ocuparlo. Thompson con 40 milicianos abandonó canoas, un cañón y municiones, que fueron tomadas por Machaín sin lucha.
El día 20 cruzó Belgrano el río con el resto del ejército desde Candelaria a Itapúa, dejando una compañía de 100 hombres de Caballería de la Patria en Candelaria para custodiar las municiones. Por falta de caballos y ante el mal estado de la tropa, Belgrano se vio obligado a detenerse en la posición conquistada durante seis días, perdiendo así la posibilidad de perseguir a los realistas y aumentar su confusión.

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lunes, 18 de diciembre de 2017

65 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA BASE ESPERANZA

Un bastión de la soberanía nacional en la Antártida Argentina
En Punta Foca, entre las caletas Choza y Aguila de la bahía Esperanza, en la península Trinidad, sobre el estrecho antártico en la tierra de San Martín, de la Antártida Argentina, se levanta la estación científica Base Antártica Esperanza. Hasta la década de los ´90, se llamó Base de Ejército Esperanza y luego, tomó su actual nombre. Cumple seis décadas de su fundación.
El 17 de diciembre de 1952, hace 60 años, los capitanes Jorge Leal y Héctor Benavídez acompañados por los tenientes Carlos Bulacios y Domingo Crotti y los sargentos ayudantes Alberto Balegno y Pedro Ramos, pusieron los cimientos de la actual Base Antártica Esperanza. Hoy, ocupa 43 edificios en una superficie de 374.000 metros cuadrados de roca sólida y a unos 30 metros de la costa. En sus cercanías, un glaciar permite el aterrizaje de aviones. Durante el verano, aloja a más de mil turistas que la visitan anualmente y en invierno, está habitada por 80 personas. Cuenta con un laboratorio del Instituto Antártico Argentino y una estación meteorológica donde además, los científicos y técnicos realizan investigaciones de glaciología, biología marina y terrestre y sismología. La zona está caracterizada por fuertes vientos helados del noroeste y que en ocasiones, sobrepasan los 200 km/h. La temperatura media anual oscila en los -20ºC. La mínima absoluta es de -35ºC. De su influencia dependen 18 refugios; entre ellos, General Martín Miguel de Güemes, Cristo Redentor, Antonio Moro, Libertador General San Martín, San Roque, Florentino Ameghino, Sargento Cabral, General Pedernera, Abrazo de Maipú, Infantería Argentina, Independencia Argentina, Paso del Medio, Kurtzman, Islas Malvinas y Choza de los suecos.
El sueño de Pujato
El 13 de agosto de 1954, el entonces director del Instituto Antártico Argentino, general de división (R) Hernán Pujato, propuso instalar un caserío en Cabo Primavera para poblarlo con grupos familiares. Lo consideraba impostergable frente al interés demostrado por otras naciones por la Antártida. “Acerca de esos primeros pobladores que con su permanencia, con los hijos que vendrán y las posibles actividades que en ese medio podrán desarrollarse; harán por los derechos del país más que todo cuanto hasta hoy se ha hecho”, escribió. A fines de 1977, viajaron las primeras familias que invernaron en el año siguiente. En febrero de 1978 se produjo el bautismo de Miguel Ángel Palma, primer niño nacido en la Base el 7 de enero de ese año; el casamiento de dos miembros de la base y la imposición del nombre Fortín Sargento Cabral a esas viviendas e instalaciones. El sueño de Pujato estaba cumplido. “Ver a la Antártida ocupada por pueblos con hombres y mujeres para que las dos regiones extremas de la Patria estuvieran verdaderamente unidas”. Las instalaciones fueron ampliadas en 1979 y y donde se alojaron 10 familias y 16 niños; más tarde, ese número fue creciendo.
El 14 de junio de 1962 desde la base partió una expedición terrestre con trineos que el 24 de octubre, alcanzó la Base San Martín. El 28 de febrero de 1976, se inauguró la capilla San Francisco de Asís, donde el 16 de febrero de 1978 fue celebrado el primer casamiento religioso en la Antártida a cargo del padre Buenaventura de Filippis. En 1978, se creó la Escuela Provincial Nº 38 Julio Argentino Roca, perteneciente a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y que se convirtió en la más austral del mundo; además de una guardería infantil y un jardín de infantes. El 20 de octubre de 1979, fue instalada la radiodifusora LRA 36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel en la banda de 49 metros, en la frecuencia de 6030 kHz y dos oficinas; la Nº 2506 del Registro Civil y la otra, del Correo Argentino. Con el concurso de radioaficionados, donde intervinieron 130 enlaces radiales, el 20 de junio de 1980 se inauguró el Radio Club Argentino. También, se levantó un cenotafio que recuerda a los hombres del Ejército que murieron por la Antártida. En 1949, Arnoldo Serrano, Adolfo Molinero Calderón y Emilio Jaime integraban la Primera Expedición a Bahía Margarita para probar equipos que perdieron la vida en una tormenta; en 1957, Ever S. Rodríguez Argumedo; en 1962, Pedro Arcondo; en 1972, Oscar Kurzman; en 1977, Alejandro Merani, Mario García y Ricardo Segura; en 1980, Juan José Mariani y en 1987, Ernesto Lezcano.
Fuente: Lauro Noro, Diario Soldados Digital 2012.

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domingo, 17 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DE LA CREACION DEL REGIMIENTO DE INFANTERIA MECANIZADO 25

En 1943 se decreta la creación del Regimiento de Infantería 25 dependiente del Comando de la Agrupación Patagonia, siendo su primer asiento provisorio en la localidad de Las Heras, provincia de Santa Cruz. En diciembre de 1943 se fija como asiento del Regimento 25 la localidad de Puerto Deseado (provincia de Santa Cruz). Finalmente el 31 de agosto de 1944 se fija como asiento definitivo del Regimiento 25 la localidad de Sarmiento, provincia del Chubut, donde comparte la Guarnición Ejército Sarmiento con el Grupo de Artillería Blindado 9.
Por Superior Resolución Inserta en Boletín Militar Secreto Nro 1, de fecha 28 de septiembre de 1943, el Presidente de la Nación decreta la creación del Regimiento de Infantería 25 Motorizado Reforzado dependiente del Comando de la Agrupación Patagonia, siendo su primer asiento provisorio en la localidad de Las Heras provincia de Santa Cruz.
Con fecha 14 octubre de 1943 y por Superior Resolución Inserta en Boletín Militar Secreto Nro 2, se decreta que a partir del 15 de diciembre de 1943 se fija como asiento del Regimentó 25 la localidad de Puerto Deseado. Posteriormente con fecha 31 de agosto de 1944 se fija como asiento definitivo de la Unidad en la localidad de Colonia Sarmiento provincia del Chubut.
Dando cumplimiento a este decreto el 19 de marzo de 1945 se traslada el primer contingente por tierra, llegando a destino el 22 de marzo, el resto de la Unidad es traslada por mar llegando a Comodoro Rivadavia el 25 del mismo mes, y por tren hasta Sarmiento llegando en horas de la tarde del 26 de marzo 1945, finalizando así el traslado de la Unidad, y siendo su primer Jefe fue el Teniente Coronel DAVID LAVORI.
En el año 1965 pasa a denominarse Regimiento de Infantería 25. Desde entonces, muchos fueron los hechos memorables que jalonaron la historia de este Regimiento.
Participó en el Operativo Independencia en la provincia de Tucumán.
En 1982, año en que quedó grabado en la historia contemporánea nacional. El entonces Regimiento de Infantería 25, tuvo la responsabilidad y el honor de ser la primera Unidad del Ejército Argentino en pisar el añorado suelo malvinense, en el marco de la Operación "Virgen del Rosario".
Muestra de ello son las 5 condecoraciones que orgullosamente luce nuestra Bandera de Guerra.
* El Ejercito Argentino a la Campaña de Malvinas 1982.
* El Gobierno de la Provincia de Santa Fe a la Bandera que combatió en el Atlántico Sur.
* La Ciudad de Sarmiento a la primera Unidad del Ejército Argentino que recuperara las Islas Malvinas.
* Homenaje del Gobierno de la Provincia del Chubut a la primera Unidad que piso las Islas Malvinas.
* La Honorable Cámara de Diputados de la Nación al Regimiento de Infantería Mecanizado 25.
ACCIONES DEL REGIMIENTO DURANTE EL CONFLICTO CON EL REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA:
Los setenta y cuatro días de campaña no transcurrieron en vano, y al final de la misma, las bajas sufridas por la Unidad fueron una clara muestra del esfuerzo de la misma puesto en el cumplimiento de la misión.
Defensa de la altura 234
Esta misión fue encomendada al Subteniente Reyes, jefe de la Sección Apoyo de la Compañía "C", cuyo jefe era el Teniente 1ro Esteban.
Detectada la presencia naval enemiga en el Estrecho de San Carlos y su posterior desembarco, se inicia una tenaz defensa de la posición y posterior repliegue que se prolongaría por 24 días. Simultáneamente , el resto de la Subunidad también cumpliría con su misión de observación y posterior defensa de la posición, la que también, ante la manifiesta superioridad enemiga, realizó un repliegue de similares características al ejecutado por la Sección Apoyo, que finalizaría en Puerto Argentino.
Combate de Darwin
El 28 de mayo a las 06:00 hs inicia su ataque la 1/C/RI 25 "Bote", a cargo del Teniente Estévez, con la misión de aliviar la presión sobre la Compañía "A" del RI 12 y recomponer la primera línea. No solamente cumple la misión sino que pese a estar gravemente herido, regla el fuego de artillería e informa permanentemente de la situación que se vive. En esas circunstancias es herido nuevamente, pero esta vez ofrendando su vida.
El Cabo Mario Castro releva a su jefe haciéndose cargo de la radio hasta que es herido de muerte, siendo el Soldado Clase 62 Fabricio Carrascul, quién asume la responsabilidad, corriendo la misma suerte que sus heroicos jefes. La acción logra desorganizar al enemigo que interrumpe el ataque y comienza a replegarse, y en la que también pierden la vida los Soldados Clase 62 Zabala y Giraudo.
A las 10:30 hs se inicia un contraataque a cargo de la 2/C/RI 25, a cargo del Subteniente Gómez Centurión. Una patrulla adelantada observa a una compañía enemiga avanzando en dirección contraria lo que permite organizar una emboscada. Ante su desfavorable posición, el enemigo pide una capitulación, siendo el Jefe de Batallón, Teniente Coronel Jones, quién se adelanta con el fusil en alto. Ante la negativa del oficial argentino a las condiciones impuestas por aquél, se reinicia el combate siendo muerto en la acción el jefe inglés, perdiendo la vida heroicamente el Encargado de Sección Sargento Ismael García, y los soldados Austin y Allende. Horas después sería recuperado el Cabo Fernández, a través de las líneas enemigas. También pierden la vida en esta acción: Cabo Miguel Ángel Ávila; Cabo Héctor Rubén Oviedo; Soldado Ramón Ángel Cabrera; Soldado José Honorio Ortega.
Las pérdidas sufridas por el enemigo en esta operación fueron las siguientes:
12 Bajas de personal (muertos y heridos) Helicópteros Gazelle derribados.1 Helicóptero Sea King destruido en tierra.1Helicóptero Gazelle averiado.
El desigual combate y tres días de penoso repliegue, no serían motivo para doblegar la voluntad de nuestros hombres que horas después estarían dispuestos a cumplir una nueva misión en Goose Green.
Defensa de la posición "Virgen de las Victorias"
Esta misión primaria de la Unidad, se cumplió heroica y eficientemente, a lo largo de un mes y medio de combates, recibiendo fuego terrestre, aéreo y naval del enemigo.
Una patrulla de la Unidad destacada en Monte Low, al norte de la posición del aeropuerto, detecta el 1 de mayo la presencia de tres buques ingleses que se disponían a bombardear la pista. La novedad es transmitida al Comando de Puerto Argentino. A posteriori, las tres naves fueron atacadas por aviones de la Fuerza Aérea Argentina, en la única acción de ataque a buques enemigos visible desde la posición ocupada por la unidad.
La pista del aeropuerto permaneció operable durante los 74 días, no obstante las 130 Tn de explosivos arrojados por el enemigo.
Los héroes de esa desigual contienda fueron posteriormente condecorados por la fuerza y la Nación, según el siguiente detalle:
Personal fallecido
Medalla "La Nación Argentina al heróico valor en combate"
· Teniente Roberto Néstor Estévez
Medalla "La Nación Argentina la valor en combate"
· Sargento Sergio Ismael García
· Cabo Mario Rodolfo Castro
· Soldado Fabricio Edgard Carrascul
Medalla "La Nación Argentina al muerto en combate"
· Cabo Héctor Rubén Oviedo
· Cabo Miguel Angel Avila
· Soldado Horacio Lorenzo Giraudo
· Soldado Ramón Angel Cabrera
· Soldado Ricardo Andrés Austin
· Soldado José Honorio Ortega
· Soldado Arnaldo Enrique Zabala
· Soldado José Luis Allende
Por acciones en combate
Medalla "Cruz la Nación Argentina al heróico valor en combate"
· Subteniente Juan josé Gómez Centurión
Medalla "La Nación Argentina al valor en combate"
· Teniente 1ro Carlos Daniel Esteban
· Subteniente Oscar Roberto Reyes
· Cabo Hugo Omar Godoy
Medalla "Herido en combate"
· Cabo Emilio Gabriel Martín
· Soldado Miguel Angel Canyaso
· Soldado Roberto Blas Arguello
· Soldado Héctor Daniel Cepeda
· Soldado Carlos Alberto Moyano
· Soldado Víctor Hugo Inmenson
· Soldado Daniel Alejandro Ambrogio
· Soldado Santos Arce
· Soldado Eduardo Antonio Avila
· Soldado José Luis Bracamonte
· SoldadoRoger Javier Campagnoli
· Soldado Armando Raúl Orellana
· Soldado Sergio Daniel Rodríguez
· Soldado Orlando Javier Rufino
Medalla "Al mérito militar"
· Soldado Domingo Víctor Alamo
Medalla "Al esfuerzo y la abnegación"
· AOR Diego Leonardo Morano
· AOR Jorge Osvaldo Testoni
· Soldado Jorge Omar Ledesma
· Soldado Norberto René Aime
Otro hecho destacable por la Unidad en Malvinas está referida a que no se entregó la Bandera de Guerra al enemigo. Antes de la rendición, el JR ordenó cortar los soles y la moharra que fueron traídas al Regimiento entre la ropa de los soldados. El resto de la Bandera quedó enterrada cerca de las posiciones que el regimiento ocupara en el aeropuerto.
En un cofre se encuentran los soles y la moharra cortadas por el entonces Cabo Primero PATRICIO ALMIRON y guardadas en el interior de un douvet.
La Unidad cuenta con una Sala Histórica, la cual atesora recuerdos imborrables de aquella Gloriosa Gesta, la misma forma parte del circuito turístico de la Localidad.
Con a llegada de los VC M 113 en el año 1986, cambia a su actual denominación: Regimiento de Infantería Mecanizado 25.
Su permanente capacitación operacional la caracteriza como una de las Unidades capacitadas para responder, en forma inmediata y eficaz, a los requerimientos derivados del cumplimiento de la misión, dentro del marco de la Brigada Mecanizada IX.
Fotografía del monumento a sus 12 Héroes Caídos en Combate en las Islas Malvinas. En los combates de Darwin y Pradera del Ganso, 12 héroes de esta Unidad pasaron a la inmortalidad, destacándose ellos por su valor, abnegación y espíritu de sacrificio que fue mas allá del cumplimiento del sagrado deber militar.
Fuente: www.rimec25.ejercito.mil.ar

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sábado, 16 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DE LA CREACION DEL GRUPO DE ARTILLERIA DE DEFENSA ANTIAEREA 161

El 10 de octubre de 1941, por decreto del Presidente de la Nación Dr. Ramón Castillo, se creó el Grupo Antiaéreo Liviano 1, con asiento en la localidad de Villa Mercedes (San Luis). Con el transcurso del tiempo, en su evolución orgánica, se convirtió en lo que hoy es el Grupo de Artillería Antiaéreo 161.
En 1942 fue emplazado en la ciudad de San Luis, capital de la provincia. En numerosas oportunidades cambió de denominación y dependencia, pero nunca abandonó la provincia de San Luis.
En 1952, se lo denominó Grupo Antiaéreo Pesado y en 1956 Grupo Antiaéreo Liviano 2
En 1964, en el marco de la reestructuración del Ejército, se lo denominó Grupo de Artillería de Defensa Aérea 141, pasando a constituir lo que por entonces se denominaron las Formaciones del Comando del IIIer Cuerpo de Ejército.
En 1981, se le cambia su denominación por la de Grupo de Artillería de Defensa Aérea 161, al pasar a depender del por entonces recientemente creado IVto Cuerpo de Ejército.
En los años 1974 y 1975 la unidad participó en el "Operativo Independencia" que por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 261/ 75 del 07 de febrero de 1975, el Ejército Argentino desarrolló en los montes tucumanos, para erradicar las organizaciones subversivas que por entonces, pretendían imponer una zona liberada, destacando mensualmente personal con la finalidad de integrar los equipos de combate organizados para tal fin en la zona de operaciones.
Durante la movilización desarrollada por el Ejército Argentino en 1978 con motivo del conflicto limítrofe con Chile por el Canal de Beagle, se desplazó al sur del país, alistando sus bocas de fuego que no llegaron a entrar en combate, por una oportuna mediación papal que evitó el enfrentamiento armado con el país hermano, dirimiendo el conflicto en el campo diplomático.
En cumplimiento de una de las misiones subsidiarias del Ejército, a partir del año 1992, personal de oficiales y suboficiales de la Unidad participaron en operaciones militares de mantenimiento de la paz, bajo el mandato de Naciones Unidas, en Croacia y Chipre, recibiendo elogiosos conceptos por su actuación.
Por resolución del Jefe del Estado Mayor General del Ejército del 18 de febrero de 1999, el Grupo de Artillería de Defensa Aérea 161 pasa a denominarse Grupo de Artillería Antiaérea 161

Fuente: www.artilleria.ejercito.mil.ar

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viernes, 15 de diciembre de 2017

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SANSANA

Luego del pronunciamiento de mayo de 1810 se producen algunas acciones derivadas de él. El ejército patriota, que ha contribuido a afirmar al gobierno con el triunfo de Suipacha, se apresta a realizar nuevos avances en su campaña libertadora, peri su deficiente equipamiento, unido a la falta de verdadera experiencia guerrera, producen el desastre de Huaqui, el 20 de junio de 1811, golpe que causa en Buenos Aires tremenda consternación.

Decidido el gobierno a enfrentar la situación, el propio presidente de la Junta, Cornelio Saavedra, se dirige al Norte con un grupo de oficiales. Su propósito consiste en reorganizar las fuerzas dispersas, pero no llega a realizarlo, pues la Junta lo destituye, reemplazándolo con el coronel Juan Martín de Pueyrredón, que ha fugado de Potosí con los tesoros que se guardaban en la casa de Moneda. Manuel Dorrego integra el grupo de oficiales que marcha al Norte con Saavedra, y que, por las circunstancias apuntadas se encuentra luego a las órdenes de Pueyrredón.
A fines de 1811, Pueyrredón dispone que una fuerza, al mando del coronel Eustoquio Díaz Vélez, se adelante hacia el Alto Perú, con el objeto de tomar contacto con el enemigo, y también para ayudar de este modo a los cochabambinos, que luchan con heroico estoicismo, indiferentes al terror desatado contra ellos por los realistas.
Tan peligrosa se supone la empresa, que el batallón de infantería destinado a ella se subleva el día de su partida del cuartel general en Jujuy, dando origen a una severísima represión, que incluye el fusilamiento de los cabecillas. Dorrego solicita entonces un puesto en la columna, y Díaz Vélez lo designa ayudante suyo. Se asegura que el joven capitán, sin grado reconocido, se gana de inmediato la confianza y la estima de su jefe, quien le confía misiones delicadas.
Una vez que la fuerza patriota alcanza el puesto avanzado de Yavi, se adelanta hacia la provincia de Chichas, donde se halla la vanguardia realista. El general Goyeneche dispone entonces el envío de un cuerpo de 400 hombres, y ambas columnas quedan a la vista una de otra. Más los realistas consideran imprudente medirse con una fuerza superior en número, pese al refuerzo de 600 hombres que viene al mando del general peruano Francisco Picoaga. Contramarchan entonces, perseguidos por Díaz Vélez, pero es éste quien ahora comprende la inutilidad de un encuentro con esa fuerza que ya cuenta con 1.000 soldados. Díaz Vélez se ha reforzado con 200 hombres de caballería al mando de Güemes, y así comienza a replegarse, no sin librar algunas escaramuzas.
La columna patriota llega en su retroceso hasta Cangrejos, y acampa después en un lugar llamado Los Colorados, a la espera de las órdenes de Pueyrredón. Al siguiente día, 16 de diciembre, Díaz Vélez recibe un parte de la avanzada que está en Pumahuasi, por el que se le comunica que, en un pueblito situado a cuatro leguas de allí, Sansana, hacia al poniente de Yavi, hay una partida realista encargada de la custodia de una provisión de harina.
De inmediato dispone que un grupo salga en procura de ese alimento, del que tiene gran necesidad. Como se trata de una misión arriesgada, confía su mando a Dorrego, convencido de que la decisión y la inteligencia de su ayudante son una garantía de éxito para la empresa.
Es la primera vez que Dorrego se va a encontrar en el compromiso de una auténtica acción militar, pues hasta el momento su experiencia se reduce a los incidentes de Chile (motín de Figueroa) y a la dudosa preparación que recibe en el cuartel general del ejército del norte. Ahora tendrá oportunidad de ser empleada su capacidad de iniciativa y de mando, que parecen ser cualidades innatas en él.
El mismo día que recibe la información, Díaz Vélez destaca una partida de 40 hombres, en cuyo mando secundan a Dorrego los tenientes Luis García y Antonio Bazán. Las órdenes especifican que se debe caer sobre el enemigo por sorpresa y arrebatar la harina, todo ello operando con la mayor rapidez.
En la mañana del mismo día, Dorrego, con su pequeña fuerza, se aproxima a Sansana, encontrándose con que en unos ranchos de las afueras acampa la partida realista. Esta es atacada de inmediato, y procura entonces parapetarse en unos tapiales, a la espera del socorro que no dejarán sin duda de prestar otras partidas, atraídas por los disparos. Se combate valerosamente por ambos lados por espacio de una hora. Finalmente tras una carga decisiva de los patriotas, causante de la muerte del oficial español, aquéllos se encuentran en posesión del depósito buscado. Pero no es harina lo que allí se guarda, con lo que se desvanece la ilusión de saborear alguna sabrosa comida, sino los equipajes de los soldados y aún de varios oficiales realistas, además de 27 mulas y 19 fusiles. De estos últimos -dice Díaz Vélez- “seis se hicieron pedazos en el acto de acción”.
De todas maneras, no es un botín despreciable, y Dorrego dispone que se lo cargue. En ese mismo momento aparece por una altura próxima otra fuerza enemiga, esta vez más numerosa, pues consta de unos 150 hombres.
Obligado por esta situación francamente adversa, Dorrego resuelve replegarse dejando abandonado el botín, no sin antes prenderle fuego a los ranchos en que se hallaba el resto del equipaje que no había podido tomar la tropa, el que según el incremento que habrá tomado el fuego, cuando se retiraron se redujo todo a cenizas
El de Sansana puede ser considerado un triunfo de Dorrego, por las bajas que causa al enemigo, y por su maniobra al encontrarse con una fuerza superior, a la que se debía eludir todo trance.

Fuentes: Díaz Vélez, Eustoquio – Parte del combate redactado el 19 de diciembre, en Colorados (Depto. de Yavi) / Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / Sosa de Newton, Lily – Dorrego – Ed. Plus Ultra, Buenos Aires (1967).

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