martes, 31 de julio de 2018

DÍA DEL ARMA DE INGENIEROS

Los orígenes del arma se remontan a 1813, año en que, a pedido del entonces coronel José de San Martín, el Gobierno aprobó la creación de la compañía. A partir de 1964, se dispuso que se celebrase el aniversario del arma el 31 de julio, fecha en que se conmemora la muerte de su santo patrono, San Ignacio de Loyola.
El Arma de Ingenieros tiene sus orígenes hacia fines de septiembre de 1813, cuando el Coronel San Martín, ante la necesidad de contar con una "Compañía de Zapadores", propuso al gobierno "Destinar 50 hombres al mando de dos Oficiales con la finalidad de servir en clase de Zapadores".
El gobierno aprobó la creación de esa compañía y el 8 de septiembre nombra como Jefe de la misma al entonces Teniente Coronel Eduardo Holmberg.
Durante ese mes fueron destinados como Oficiales el Capitán Martí de Jeaume, el Teniente de la Hoyuela y el Subteniente Durán.
Estos Oficiales junto a cien soldados formaron la Primer Compañía de Zapadores, la cual fue organizada, equipada e instruida como verdaderos soldados.
El Arma de Ingenieros ha acompañado al Ejército y a la Nación, en todos y cada uno de los momentos que forjaron nuestra Patria, ya sea en el Campo de Batalla como en el quehacer diario, apoyando a la comunidad, mediante la construcción de caminos, puentes, vías férreas e infinidad de obras que se realizaron gracias al esfuerzo y abnegación de cada uno de los integrantes del Arma, desde su nacimiento.
El Arma se ha ido modernizando dejando de lado sus antiguos "útiles de zapa" hasta contar, en la actualidad, con equipos más modernos y de alto rendimiento, que le permiten combatir en primera línea y brindar apoyo a las tropas que se encuentran en la propia retaguardia.
Los Ingenieros Audaces Guerreros mantienen el espíritu que dio vida a esta gloriosa y abnegada Arma que por más de 180 años ha brindado su apoyo al resto de las armas para el mejor cumplimiento de la misión.
La capacidad de trabajo, el coraje y el ingenio que caracterizan a los integrantes del Arma, contribuyen a que el resto de las fuerzas exprese "Sigan al Zapador"
En el conflicto bélico con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por las Islas Malvinas, el Ejército Argentino empeñó varias Unidades de distintos puntos del país, entre ellas, cuatro del Arma de Ingenieros.
La compañía de Ingenieros de Combate 601, formada con efectivos de la Escuela de Ingenieros con asiento – en aquel entonces – en la Guarnición Militar de Campo de Mayo; la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10, de Pablo Podestá (Buenos Aires); la Compañía de Ingenieros 9, de Colonia Sarmiento (Chubut) y dos Secciones de la Compañía de Ingenieros 3, de Monte Caseros (Corrientes), arribaron a las Islas formando parte de las Fuerzas que las defendieron.
Las dos primeras se acantonaron en puerto Argentino, la tercera de ellas fue agregada al Regimiento de Infantería 8 en la zona de Bahía Fox y las dos Secciones restantes en Puerto Howard, formando parte del Regimiento de Infantería 5.
Durante las operaciones en Malvinas las citadas tropas de Ingenieros desarrollaron las siguientes actividades:
- Construcción de obstáculos, obras de fortificación y refuerzos en los distintos frentes.
- Instalación de obstáculos minados.
- Construcción de posiciones para piezas de artillería y directores de tiro.
- Mejoramiento de los caminos.
- Refugios y pozos de zorro en las posiciones.
- Transporte de material y munición.
- Construcción de polvorines enterrados.
- Voladura de puentes y un sin fin de tareas afines del Arma.
Grandes limitaciones, producto de la falta de medios, condiciones climáticas adversas y poco tiempo disponible para poder satisfacer los numerosos requerimientos de la Fuerza, no fueron impedimentos suficientes para que el Zapador, con el espíritu y capacidad de trabajo que lo caracteriza, sorteara los obstáculos y pudiera cumplir con la misión.
Pero no solamente desarrolló ese tipo de actividades técnicas, sino que combatió a la par del infante en todos los frentes, destacándose entre otros hechos bélicos, un contraataque efectuado por la Primera Sección de la Compañía de Ingenieros 9, el 11 de junio a las 22,30 horas en Monte Longdon, que hizo replegar a las Fuerzas Británicas superiores, impidiendo tomar ese punto estratégico.
Mas allá de la mera narración de los hechos, existieron numerosos acontecimientos plagados de heroísmo, solidaridad y camaradería.
Hubo coraje, estoicismo, espíritu de sacrificio; desinterés personal y amor por la Patria.

Fuente: www. ejercito.mil.ar

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lunes, 30 de julio de 2018

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE LAGUNA VERÁ

El 30 de julio de 1868 se produce un combate cuerpo a cuerpo entre tropas argentinas y paraguayas en Laguna Vera, Paraguay. Las fuerzas paraguayas fueron aniquiladas.
Frente a Humaitá, el río forma una gran península baja y anegadiza, cortada por la Laguna Verá, que desde poca distancia del río se extiende hasta cerca del arroyo Timbó.
El punto de desembarco de los evacuados estaba al norte de Humaita, en la llamada Isla Poí, siendo en realidad una lengua de tierra montuosa que se interna en Laguna Verá. La primera disposición de Martínez fue cruzar al otro lado de la laguna a mujeres, niños y enfermos, en embarcaciones y a través de un canal abierto ex profeso. En principio no hubo dificultades, pero advertido el movimiento por los aliados, el general Rivas, con elementos que disponía más 14 batallones de infantería y 2 batería de artillería que le envió Caxias, mandó extender un cerco infranqueable frente a los paraguayos, contando además con una escuadrilla de botes y canoas, cuatro e ellos artillados en la proa, haciendo imposible el paso hacia Timbó.
Acosados por el hambre y el continuo bombardeo aliado, que en una semana arrojó 10.000 bombas, la situación de los paraguayos no podía ser peor. Ni bien oscurecía, los paraguayos avanzaban embarcados, y a poco andar se topaban con las canoas aliadas, produciéndose desesperados combates en las sombras de la noche, amaneciendo el día la laguna teñida de sangre. La última tentativa tuvo lugar el 30 de julio, en que unas 400 personas, entre ellas mujeres y niños, intentaron abrirse paso a través del cerco infranqueable. Las canoas quedaron llenas de muertos, y los aliados no pudieron soportar el espanto de la escena:
“Al traer las canoas al puerto –le escribe Gelly y Obes a Mitre- fue cuando todos quedaron espantados de lo que veían pues que al remover los cuerpos, para saber si había heridos, se encontraron con varias mujeres muertas, que venían con camiseta de soldado, y con éstas varias criaturas, también muertas”.
El mismo Obes dice que, con motivo del combate, fue a verlo a Rivas y “lo encontré todavía afectado por el espantoso cuadro que había presenciado”
Quedaban aún en Isla-Poi, 1.800 paraguayos permanentemente bombardeados y diezmados por el hambre, muriendo algunos de inanición ante el agotamiento completo de provisiones.
Conmovido por la situación, envía Rivas parlamentarios en tres oportunidades con proposiciones de capitulación, que son sucesivamente rechazadas por Martínez. Intervienen inclusive religiosos, que portando una cruz llegaron hasta los sitiados, hasta que finalmente Martínez acepta conferenciar con la condición de que los paraguayos no sean incorporados al ejército aliado y obligados a pelear contra su Patria, como había sucedido en el transcurso de la guerra. No solo a esto accedió Rivas, sino que además prometió que los jefes y oficiales conservarían sus espadas.
Según el parte de Rivas, cayeron en su poder 4 jefes, 95 oficiales, 300 heridos y enfermos, y 900 soldados.
Pocos días después, el general Bernardino Caballero recibe la órden de evacuar Timbó, trasladando a Monte Lindo la artillería, y pasando de aquí a incorporarse al ejército, detrás del Tebicuary.
Fuente: Juan E. O’Leary – Historia de la guerra de la Triple Alianza.

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domingo, 29 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL TENIENTE CORONEL TEODORO MARTINEZ

Nació en Buenos Aires en 1810, siendo sus padres José Domingo Martínez y Magdalena Acuña. Ingresó en la carrera de las armas en abril de 1821, en clase de soldado de la 1ª compañía del Batallón Fijo de esta ciudad. Meses después obtuvo su pase como distinguido en el Regimiento de Húsares de Lamadrid. Incorporado al Regimiento de Blandengues que mandaba el coronel Mariano Ibarrola, hizo la campaña de 1824 contra los bárbaros, a las órdenes del general Martín Rodríguez, en la que llegaron hasta la Sierra de la Ventana. En 1825, bajo el mando del mismo jefe, coronel Ibarrola, asistió a varios encuentros contra los indios; el 3 de febrero, en los Campos de Belseru; en abril, en las Lagunas de Gómez, a inmediaciones de Navarro; y en las Lagunas del Saladillo.
En marzo de 1826 se hallaba con su regimiento de guarnición en Lobos, y en junio del mismo año, al reorganizarse el Ejército Nacional con motivo de la guerra que sosteníamos con el Brasil, el Regimiento de Blandengues pasó a denominarse Nº 6 de Caballería. Se halló en varias operaciones contra los salvajes en las zonas de Lobos y Monte, y de marzo a agosto de 1828 poblaron “Laguna Blanca”. Por despachos del 16 de febrero de 1827 fue ascendido a porta-estandarte.
El 25 de octubre de 1828 fue dado de alta como agregado en la P. M. del Regimiento 2 de Caballería, en el campamento de Cerro Largo; cuerpo con al cual regresó a Buenos Aires el 1º de enero de 1829, formando parte de la 2ª División del Ejército a órdenes del general José María Paz.
Con este último partió el 18 de marzo del mismo año en dirección a la provincia de Córdoba, asistiendo con el 2 de Caballería al combate de San Roque, el 22 de abril; a la batalla de La Tablada, el 22-23 de junio del mismo año; y se encontró en la famosa sublevación de La Sierra, el 7 de noviembre, encabezada por el capitán Faustino Velazco, produciéndose en la madrugada del 13 del mismo mes la contra-revolución acaudillada por el sargento Gaetán, que puso en fuga a Velazco y a siete u ocho oficiales complicados en el movimiento.
Martínez, que alcanzó el grado de teniente 1º en las filas del general Paz, el 1º de febrero de 1831 fue dado de alta como agregado con aquella jerarquía, en la P. M. del Departamento General del Norte, a órdenes del coronel Angel Pacheco, con asiento en la Guardia del Salto. El 12 de mayo del mismo año se incorporó al escuadrón de línea del Regimiento Nº 4 de Milicias de Campaña, agregado a la 1ª compañía de carabineros.
Estuvo destacado en Pergamino y Rojas hasta el 1º de diciembre de 1831, en que pasó al Fuerte Federación (Junín), donde el 17 de este último mes le acordaron los despachos de teniente 1º efectivo.
Alternó su servicio en los fuertes de Rojas y Federación en el año 1832, y en marzo del año siguiente marchó en el ejército expedicionario que a las órdenes de Rosas hizo la campaña al Río Colorado, pasando por Salinas Chicas en el mes de junio, y llegando a Choele-Choel, a fines de este mismo mes, donde acamparon hasta el de noviembre. En diciembre estaban de regreso en Napostá, pasando el teniente 1º Martínez con el 4º de Milicias de Campaña al Fuerte Federación en el mes de marzo de 1834. El 2 de agosto de este último año ascendió a capitán graduado.
En setiembre de 1835 tomó parte en una expedición contra los salvajes en dirección a la Laguna Melincué, regresando a fines de noviembre, al Fuerte Federación. En abril de 1836 volvió a salir a campaña, llegando a Laguna de Galván, en mayo; y a la de los Gatos, en junio; regresando a su acantonamiento. El 21 de setiembre del mismo año fue promovido a ayudante mayor.
Se halló en una acción en Mar Chiquita, a las órdenes del comandante Corvalán, y en varios otros encuentros en que estuvo su escuadrón; obteniendo despachos de capitán de la 1ª Compañía de carabineros del Regimiento 4º de Campaña, el 31 de enero de 1839.
Participó en la campaña contra los revolucionarios del Sur de la provincia de Buenos Aires en el curso del último año citado, y también con motivo de la invasión del “Ejército Libertador”, en agosto de 1840. Incorporado al ejército de Oribe, asistió a la batalla del Quebracho Herrado, el 28 de noviembre de este último año; así como también a las operaciones que tuvieron lugar en el de 1841, encontrándose en la batalla del Monte Grande o Famaillá, el 19 de setiembre del mismo. Permaneció enfermo en Córdoba de enero a abril de 1842.
En diciembre de 1845 pasó a la P. M. del Departamento Norte, con asiento en Luján y en el mes siguiente pasó como ayudante del general en jefe del Ejército del Centro, general Pacheco, cuyo comando estaba en la villa de Luján. Permaneció en este cargo hasta 1851, en que hallándose en el Rincón de Cabrera, donde pasó a recibirse del mando de una fuerza, obtuvo el empleo de sargento mayor. Asistió a la batalla de Caseros bajo las órdenes del coronel Julián Sosa. Teodoro Martínez expresa en una manifestación de servicios, que tomó parte en todas las guerras que sostuvo el país desde 1840 al 52.
Por Orden Superior del 28 de setiembre de 1853 fue dado de alta en la P. M. A. con anterioridad al 1º de julio del mismo año. Sirvió en el ejército que se formó en 1854, después de la batalla del Tala, a las órdenes del general Manuel Hornos. El 7 de marzo de 1855 pasó a la P. M. I., figurando en la cual, el 14 de mayo del mismo año se dispuso pasarse a ponerse a las órdenes del jefe del Regimiento Nº 8 de Guardias Nacionales de Caballería, coronel Jacinto González. “para que se encargue del cuidado de las invernadas de caballos del Estado que existen en ese punto, debiendo revistar en los disponibles”. Tal invernada estaba situada en Navarro.
El 26 de noviembre de 1855 se dispuso pasase a prestar servicios en el “Ejército de operaciones de fronteras”. En enero de 1856 revista en la P. M. D. y el 14 de junio del mismo año en la Inactiva.
El 1º de noviembre de 1858 fue dado de alta en comisión en el Ejército del Sud, con el oficial de Comisaría Manuel Rojas. Desde febrero de 1859 figura “en campaña con el Comandante General de Armas”. El 27 de abril del mismo año formó parte de la vanguardia al mando del general Hornos. Asistió a la batalla de Cepeda, como comandante del 1er. escuadrón del Regimiento 8 de Milicias.
En enero de 1860 figura en Buenos Aires, pasando en el mismo mes del año siguiente a la P. M. D. Desde el 1º de julio de 1861 revista “Con el Comisario del Ejército”, encontrándose en la batalla de Pavón. El 27 de enero de 1862 volvió a la P. M. D., habiendo actuado hasta el 15 del mismo mes como jefe del Convoy del Ejército.
Revistó en la Disponible los años siguientes y el 18 de mayo de 1864 ascendió a teniente coronel graduado. Con motivo del estallido de la guerra del Paraguay, el 1º de mayo de 1865 fue incorporado al “Piquete Escolta de la Comisaría de Guerra”. Permaneció en Concordia los meses de junio a setiembre de aquel año.
Asistió a la acción del Paso de la Patria; el combate del Estero Bellaco; a la sangrienta batalla de Tuyutí; a las acciones de Yataytí-Corá, Boquerón y Suce y al asalto de Curupaytí; actuando en todas estas operaciones en calidad de comandante del convoy de la Comisaría de Guerra del Ejército.
El 23 de octubre de 1867 recibió la efectividad de teniente coronel, habiendo obtenido en abril del mismo año un mes para bajar a Buenos Aires. Por el mal estado de su salud, el 24 de febrero de 1868 bajó a esta capital.
Continuó asistiéndose de la dolencia adquirida en aquella cruenta campaña, sufriendo una operación en el Hospital Militar de esta ciudad por indicación del Dr. Lucilo del Castillo, de cuyas resultas falleció el 28 de julio de 1871.
Casado en primeras nupcias con Dionisia Estigue, habiendo fallecido ésta contrajo segundo matrimonio en Buenos Aires, el 3 de mayo de 1865, con Magdalena Acuña, porteña, hija de Gregorio Acuña y Josefa Núñez, ambos de esta Capital; la que falleció en ésta, el 23 de julio de 1904, a la edad de 78 años. El 1º de diciembre de 1898 le fue entregada la medalla de oro a que fue acreedor su extinto esposo por la guerra del Paraguay. También recibió los cordones de Tuyutí y el escudo de Curupaytí, del mismo metal.
Fuentes: Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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sábado, 28 de julio de 2018

DÍA DE LA GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA

Saludamos a nuestros camaradas de la Gendarmería en el día en que se conmemora la fecha de creación de su institución.

La Gendarmeria
Durante la presidencia del Dr. Roberto M Ortiz, Gendarmería Nacional Argentina fue creada el 28 de julio del año 1938 por el Congreso Nacional, debido a una verdadera necesidad pública, destinada a consolidar el Límite Internacional, garantizar la seguridad de colonos y pobladores en regiones alejadas del país. Comenzando a asentarse en los "territorios nacionales" como resguardo fronterizo.
Las particularidades del territorio donde debía cumplir la misión y el carácter de ésta, determinaron que la Fuerza naciera como un Cuerpo con organización, formación militar y férrea disciplina, circunstancia que a la fecha se mantiene.
Esa es la génesis de su creación y el espíritu que los legisladores imprimieron en el proyecto que luego fue promulgado como Ley Nº 12.367: “contribuir decididamente a mantener la identidad nacional en áreas limítrofes, a preservar el territorio nacional y la intangibilidad del límite internacional”.
Su personal fue sujeto a un régimen disciplinario castrense, con estructura, capacitación, doctrina militar y formación jurídica que le permitiera cumplir funciones policiales en tiempo de paz y en tiempo de guerra integrar el componente terrestre militar: Caso concreto, fue su participación en la Guerra de Malvinas en el año 1982.
La institución se encuentra enmarcada dentro de la Ley Orgánica Nº. 19.349 que regula su organización, misión, funciones, jurisdicción y competencias, como el régimen legal de su personal.

La Gendarmería Nacional es una Fuerza de Seguridad, de naturaleza Militar con características de Fuerza Intermedia, que cumple su misión y sus funciones en el marco de la Seguridad Interior, Defensa Nacional y apoyo a la Política Exterior.
Por fuerza intermedia entendemos una organización con estado militar con capacidades para disuadir y responder amenazas, crisis, contingencias e incidentes en los ámbitos de la Seguridad Interior y de la Defensa Nacional, generando aptitudes para su empeño en operaciones de Apoyo a la Política Exterior de la Nación.
Depende del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, integrando el Sistema de Seguridad Interior previsto en la Ley Nº 24.059 e integra el Sistema de Defensa Nacional conforme a lo normado en la Ley Nº 23.554.

SU MISIÓN:
En el ámbito de la Seguridad Interior: Satifacer las necesidades del Estado Nacional, en materia de Policía de Seguridad y Judicial en el Fuero Federal y Policía de Prvención y Represión de infracciones a leyes y decretos especiales.
En el ámbito de la Defensa Nacional: Ejecutar el control y vigilancia de fronteras, la custodia de objetivos estratégicos, y cumplimir otras funciones emergentes de la Ley de Defensa Nacional.
En el ámbito de la Política Exterior de la Nación: Participar en misiones de paz y Seguridad de las Naciones Unidas y custodiar personas y bienes del Estado Nacional en el exterior (Decreto 1184/97).

SU FUNCION:
En aspectos inherentes a la Seguridad Interior, Policía de Seguridad en el fuero federal y policía administrativa, permitiéndole desarrollar actividades en campos tales como narcotráfico, terrorismo, crimen organizado, alteraciones al orden público, seguridad vial, migraciones y aduana, protección ambiental, y sanidad vegetal y animal.
En el ámbito de Defensa Nacional, tiene como responsabilidad el control y vigilancia de fronteras, custodia de objetivos estratégicos y en tiempo de guerra: integrar el componente militar terrestre.
Y su participación en la Política Exterior de la Nación, desarrolla actividades: en misiones de paz y seguridad de Naciones Unidas, seguridad de embajadas, despliegue enlaces, cooperación transfronteriza, y participación en el ámbito del MERCOSUR.

En la imagen: Miembros de la Gendarmería Nacional durante el conflicto de las Islas Malvinas.

Información e Inscripción: www.gendarmeria.gov.ar

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viernes, 27 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA ENTREVISTA DE GUAYAQUIL

El 27 de julio de 1822 concluye la entrevista de Guayaquil entre San Martin y Bolivar. El primero expone su plan: Lo Realistas disponen de alrededor de 18.000 hombres en el territorio Peruano y Altoperuano; esas fuerzas se encuentran dispersas en fracciones de las cuales la mayor no supera los 5.000 hombres, es verdad; pero también lo es que pueden reunirse y causar serios problemas estratégicos a los Patriotas.
Para ello, San Martin cuenta con enviar una expedición de unos 4.000 hombres que desembarcarían en Arica, posesionándose de Arequipa, marchando hacia el Cuzco tras haber roto el centro del dispositivo estratégico realista; otra fracción deberá aferrar a las fuerzas realistas acantonadas en Huanacayo; por fin, otras fuerzas debían aferrar a las tropas realistas que a las órdenes de Olañeta podían amenazar el flanco sur de la principal expedición.
Pero los efectivos de San Martin son insuficientes: dispone apenas de 3.000 hombres en Lima y cree poder recibir 1.000 más de chile y unos 500 de la argentina; en consecuencia, para que este plan pueda realizarse es necesaria la cooperación masiva de las fuerzas de Bolivar; esto es lo que San Martín viene a requerirle.
Pero Bolivar solo acepta poner 1.400 hombres para la empresa; y aun así, estas fuerzas no estarían libremente disponibles para San Martin, sino que estarán sujetas a instrucciones especiales que se les impartirían. San Martin tiene pues dos opciones: aceptar esta proposición y salir a campaña, es decir, intentar realizar su plan prácticamente solo; o bien dejar la escena, poniendo sus propias fuerzas a disposición de Bolivar, para que este termine la guerra. La primera variante es difícil pero realizable: conspira en su contra la dificultad inherente a las operaciones que se realizan bajo dualidad de mando; pero tiene en su favor el secreto y la celeridad que San Martín podrá imprimir a las operaciones. La segunda variante requiere una abnegación a toda prueba, un desinterés personal y una insensibilidad a la gloria que no parece razonable exigir al hombre que ha capturado la ciudad virreinal de Lima y ha tenido en sus manos el estandarte de Pizarro, pero tiene en su favor la posibilidad de que, bajo el único mando de Bolivar, las operaciones concluyan más rápidamente en razón de una mayor cooperación del Libertador del Norte.
Esta es la variante que San Martin, en el pináculo de su grandeza militar y humana, elegirá: se equivocaba sin embargo el Libertador, pues la celebridad que con su renunciamiento deseaba imprimir a las operaciones no sería alcanzada. Bolivar no prestaría la cooperación esperada y el plan Sanmartiniano seria emprendido con 6 meses de retraso y efectivos insuficientes, es decir, en condiciones exactamente opuestas a las que San Martin había deseado para esta vasta combinación estratégica, peligrosa en su ejecución pero que bien conducida habría llevado a resultados aniquiladores.
Siguió una cena en la que Bolívar hizo el siguiente brindis: "Brindo señores por los dos hombres más grandes de la América del Sur, el General San Martín y yo". Al mismo San Martín contestó: "Brindo por la pronta terminación de la guerra, por la organización de las nuevas repúblicas del continente americano y por la salud del libertador de Colombia".
Esa misma noche de San Martín se embarcó de regreso al Perú.

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jueves, 26 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL REGIMIENTO DE INFANTERÍA Nº 12

Por decreto fechado el 26 de julio de 1815, el Director Provisional del Estado José Rondeau, aprobó la creación del Regimiento de Infantería 12, a constituirse en base a 700 aguerridos patriotas cochabambinos, al mando del Coronel Juan Antonio Alvarez de Arenales.
Formó en el ejército auxiliar del Perú, a órdenes del Grl Rondeau, asistiendo a los combates de asalto y toma de Cochabamba, Vilhuma y a la batalla de Sipe Sipe.Participó con las fuerzas que hicieron la campaña del año 1818 sobre Santa Fe, a órdenes del Grl Juan Bautista Bustos. Producida la perturbación nacional que hizo crisis en el año 1820; sublevado el Ejército Auxiliar del Perú, el 12 de Línea quedó en Córdoba a órdenes del Grl Bustos, hasta que fue a engrosar los nuevos cuerpos que se crearon.
El Numero 12 de Línea no revistó en el Ejército Argentino durante los gobiernos de Rivadavia, Rosas, Urquiza y Derqui. Por decreto del vicepresidente en ejercicio del Poder Ejecutivo, el Dr Marcos Paz, de fecha24 de agosto de 1865, fue reorganizado el Numero 12 de Infantería, y fue nombrado jefe el Mayor Ayala. Formó en el ejército aliado, que a órdenes del Grl Bartolomé Mitre hizo la campaña del Paraguay.
En noviembre ocupó Villanueva y, sucesivamente, Ensenada (febrero 1866); Paso de la Patria (mayo 1866), Tuyutí (24 de mayo de 1866), formando la 8ª Brigada de la 4ª División del 2º Cuerpo Ejército, a órdenes del Grl Emilio Mitre. El 22 de setiembre asistió al asalto de la trinchera de Curupaytí, formando en la cuarta columna de ataque, sobre la derecha del dispositivo de batalla. El parte de guerra es elocuente en sus guarismos: de 77 heridos y 55 muertos del Regimiento 12.
En mayo de 1867 fue destinado con otras fuerzas a Rosario de Santa Fe; pasó a Villanueva en abril, a Fraile Tuerto en junio y en agosto regresó al campamento del ejército aliado, en Tuyucué. Al mando del Tcnl Lucio Mansilla (octubre 1867) y del My Eduardo Racedo (diciembre), formó en las que, a órdenes del Comisionado Nacional General Emilio Mitre, fueron destinadas a sofocar la revolución del Grl Nicanor Cáceres, en la provincia de Corrientes.
En setiembre de 1868 ocupó Goya, Curuzú Cuatiá en noviembre, y restablecido el orden en corrientes pasó a Villa Toná en enero de 1869. Efectuó la expedición contra los indios ranqueles, cubriendo Río Cuarto, Sarmiento y Fuerte Sarmiento desde febrero de 1869 hasta mediados del año siguiente. Al mando del Tcnl Eduardo Racedo (junio de 1870), el Numero 12 se incorporó al Ejército Nacional destinado a sofocar la revolución que encabezó el Grl Ricardo López Jordán, en la provincia de Entre Ríos.
Terminada esta campaña fue destinado a guarnecer "Tres de Febrero" en marzo de 1871; en julio de 1872 marchó a Río Cuarto y permaneció hasta abril de 1873, en que por resolución superior pasó a ser el Nro 10 de Infantería.
Por decreto del Presidente Avellaneda, de fecha 9 de agosto de 1878, fue reorganizado como el Numero 12 de Infantería de Línea, nombrándose jefe del mismo al Tcnl Rufino Ortega.
En 1879, en la campaña del Río Negro, el 12 de Línea formó parte de la 4ª División al mando del Teniente Coronel Napoleón Uriburu.
En 1882, formando parte de la Iª Brigada, al mando del Grl Villegas, hizo la campaña de los Andes, a órdenes de su jefe, el Coronel Rufino Ortega.
Por decreto del 31 de enero de 1909, la 4ª Compañía de este Batallón pasó a ser plantel del Nro 17 de Infantería de Línea, resolviéndose que la misma del Nro 12 se reorganizara en razón de las circunstancias. Por decreto del Presidente Figueroa Alcorta del 6 de diciembre de 1909, se dispuso que desde el 1 de enero de 1910, el jefe del batallón de línea revistara como jefe de regimiento y jefe del 1er Batallón del Nro 12, y el 14 de abril de 1910 dispuso la formación del 2do Batallón del Nro 12.
El 31 de mayo fue disuelto el 2do batallón y regresa a Paraná. Durante los años 1975 a 1978 participó, en el marco de la Guerra contra la Subversión, en el Operativo Independencia en la provincia de Tucumán, operando también en la ciudad de Rosario.
En agosto de 1978, como consecuencia del diferendo limítrofe con Chile, el regimiento es alistado y movilizado, ocupando la zona de responsabilidad en el Departamento Guer-Aike (Santa Cruz), con la denominación de "Regimiento Motorizado Reforzado 242".
En febrero de 1979, la unidad regresa a su asiento de paz en la ciudad de Mercedes (Corrientes). En el año 1982, el regimiento es alistado y movilizado por el conflicto con el Reino Unido de Gran Bretaña, en donde se constituye en el núcleo de la Fuerza de Tarea "Mercedes", integrada además por una Compañía del RIMec 25 y la Ba "A" del GA Aerot 4.
Entre el 27 y el 29 de mayo se libra la más importante acción de las desarrolladas durante la guerra, el combate de Darwin y Goose Green, oportunidad en el cual el Regimiento 12 enfrentó a efectivos del Regimiento Paracaidísta 2 Británico. Como saldo de estos enfrentamientos la Unidad sufre un total de: 35 muertos y 56 heridos.
El My Keeble Segundo Jefe del Regimiento Paracadísta pondera la resistencia y ofrece al Regimiento 12 una rendición de honores militares, siendo la única Unidad del Ejército Argentino a la cual se dispensa tal distinción.
En el mes de abril de 1992 y en cumplimiento de la Orden Especial Nro 05/92 del Jefe del Estado Mayor General Del Ejército, la Unidad comienza su traslado desde la ciudad de Mercedes, hasta su nuevo asiento en la ciudad de Toay (La Pampa), donde actualmente comparte el cuartel con el Regimiento de Infanteria Mecanizado 6 "Grl Viamonte" dependiendo orgánicamente de la Br Mec X "Tte Grl Levalle", finalizado el traslado comienza el proceso de mecanización en marzo de 1993.

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miércoles, 25 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA ADOPCIÓN DE LA BANDERA NACIONAL ARGENTINA

El 25 de julio de 1816 el Congreso General reunido en Tucumán sanciona el uso de la bandera celeste y blanca como bandera nacional argentina.
La bandera fue adoptada oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 25 de julio de 1816por el Congreso General Constituyente de San Miguel de Tucuman. Es el mismo Congreso que había proclamado el 9 de julio del mismo año la Independencia Argentina. En dicho Congreso participaron diputados que representaron a Tarija y otras zonas al norte de Argentina, actual Bolivia. En esa sesión se confirmó el uso de la bandera creada por Manuel Belgrano como la única bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta bandera es la que la República Argentina recibió en herencia.
La primera bandera argentina constaba de un cuadro celeste cosido a un cuadro blanco de igual tamaño (las medidas son imprecisas, pues estas banderas eran elaboradas por militares en servicio en circunstancias a veces adversas que no permitían tomar tanto tiempo en la elaboración de un distintivo). Se cambió paulatinamente al diseño de fajas horizontales debido a que en ocasiones las banderas eran de tamaños desproporcionados y debían izarse de formas distintas. La bandera menor citada está dividida en tres franjas horizontales de igual tamaño, de color celeste la superior e inferior, color blanco la central y un sol en la mitad de la franja blanca.

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martes, 24 de julio de 2018

ESTOICISMO

Uno de los medios mas eficaces de destrucción empleado por los praguayos en su lucha con el ejército aliado y, por cierto, con funesta eficacia, fueron los cohetes a la Congreve. Cada choetazo significaba una brecha abierta en las filas, un montón de muertos y heridos, que perecen en medio del mayor dolor.
En la batalla de Yatayty-Corá cayó uno de esos proyectiles en el centro de los cuadros formados por la infantería argentina. El terror se apoderó aún de los mas serenos: apartáronse todos velozmente, esperando el instante en que, estallando el cohete, esparciera en derredor desolación y la muerte.
Entonces sucedió algo verdaderamente grandioso: el mayor don Fernando Echegaray aproximose rápido y sereno al lugar donde el proyectil mortífero rodaba vertiginoso; separó de un fuerte empellón al abanderado Uriarte, mientras que sujetando con mano fuerte la vara del cohete fatal, arriesgando la vida para salvar la de sus camaradas, corrió a lanzarle lejos… pero no tuvo tiempo. Antes de soltarlo estalló, y una nube de fuego y humo rodeó el cuerpo del heróico abnegado que permaneció aun un instante  en pie para desplomarse en brazos del teniente Solier, que presuroso acudió en su auxilio.
El mayor Echegaray, como muchos otros héroes, no tuvo última palabra: tuvo último heroísmo, que ha dejado su nombre escrito indeleblemente en las páginas refulgentes de la Historia.
Fuente: Compilación de Anécdotas Militares, Subteniente Juan Carlos Cordoni, Bs. As. 1936.

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lunes, 23 de julio de 2018

ANIVERSARIO DEL COMIENZO DE LA RECONQUISTA DE BUENOS AIRES

El día 23 de julio de 1806, sale de la ciudad de Montevideo Santiago de Liniers y Bremond al frente de una columna para dar inicio a la Reconquista de la ciudad de Buenos Aires. La fuerza integrada por unos 600 hombres, se dirigió por tierra hasta la Colonia del Sacramento, para intentar desde allí el cruce del Río de la Plata, patrullado por buques ingleses en protección del gobierno británico establecido en Buenos Aires.

En la imagen: Santiago Liniers y Bermond
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jueves, 5 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA ISLA MARTIN GARCIA

El día 6 de julio de 1813 se produce el desembarco en la Isla de Martín García.
El Río de la Plata era de muy difícil navegación por los extensos bancos de arena que lo reducían al cabotaje de escaso calado o forzaban el uso de los pocos canales naturales existentes, sujetos por otra parte a las variaciones productos de la sedimentación y de los vientos cambiantes. La Isla Martín García controla el canal oeste, llamado Martín García o Buenos Aires, que por su relativa profundidad era paso obligado para cualquier nave que con un calado tan escaso como de 2 o 3 metros quisiera acceder a los ríos interiores, sea al Paraná por sus brazos de las Palmas o del Guazú o al Uruguay, cerrado por el oeste por el extenso banco de las Palmas o Playa Honda.
En una audaz operación de desembarco, un destacamento de 18 soldados al mando del Teniente de Dragones de la Patria –los Dragones eran soldados de infantería montada- José Caparroz, atacan la guarnición española de la isla de unos 70 hombres, quienes huyen ante la acometida patriota. Todas las municiones encontradas en las fortificaciones de la isla fueron embarcadas y conducidas como botín de guerra a Buenos Aires.
En la imagen: Regimiento de Dragones de Buenos Aires. Capitan Segundo.

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miércoles, 4 de julio de 2018

ANIVERSARIO DEL RECHAZO DE INTIMACIÓN DE RENDICIÓN DE BUENOS AIRES

El día 4 de julio de 1807 se produce el avance de fuerzas británicas en la ciudad de Buenos Aires. Las mismas logran ocupar varias calles y zonas de la ciudad. El General Whitelocke intima nuevamente la rendición a las fuerzas que defendían la ciudad, comandadas por el Brigadier General Santiago de Liniers y Bremond y por Don Martín de Alzaga, quienes rechazan nuevamente la intimación.
El General Sir John Whitelocke, comandante de las tropas inglesas desembarcadas en la ensenada de Barragán, desde su puesto de comando instalado en la quinta del comerciante norteamericano Guillermo Pio White, intimó rendición a Buenos Aires por segunda vez. El Brigadier Santiago de Liniers, repuesto tras la derrota sufrida en el combate de Miserere y a cargo ahora de la defensa de la plaza, la rechazó diciendo: “...mientras tenga municiones y exista el mismo espíritu que anima a toda esta guarnición y vecindario, jamás admitiré propuesta alguna de entregar el puesto que me está confiado, muy persuadido de que me sobran medios para resistir a todos los esfuerzos que V.E. haga para vencerme. Los derechos de la humanidad que reclama V.E., cualquiera que sea la definición de esta contienda, me parece que serán más bien vulnerados por V.E. que es el agresor, que por mí, que no pienso más que en cumplir con lo que me prescribe mi honor y el justo derecho de represalia.”
Fuente: Ejercito Argentino.

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martes, 3 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE APÓSTOLES

En junio de 1817, Andrés Guazurary había establecido su Cuartel General en el pueblo de Apóstoles, meses antes saqueado y destruido por la invasión portuguesa y brasileña dirigida por el comandante Francisco das Chagas Santos. Andrés Guazurarí, conocido por su pueblo como Andresito, comenzó la organización de las fuerzas misioneras con la finalidad de contrarrestar las invasiones de los portugueses. La concentración de las fuerzas misioneras en Apóstoles exacerbó los ánimos del comandante portugués Francisco das Chagas Santos, quien decidió organizar una nueva invasión a Misiones con el objetivo de atacar a los misioneros que se hallaban concentrados en Apóstoles.

A fines del mes de junio del año 1817 una fuerza portuguesa compuesta por 800 hombres pertenecientes al Regimiento de Dragones de Río Pardo y a la Infantería de Santa Catalina, comandados por el Brigadier Francisco das Chagas Santos, el Mayor José María da Gama, el Capitán Alexandre José de Campos y el Alférez Antonio de Souza Coutinho, cruzaron el río Uruguay y se dirigieron hacia Apóstoles. Eran en su mayoría soldados veteranos, gran parte de ellos se habían formado en las guerras napoleónicas de Europa. Ante el avance decidido de los portugueses los gauchos que habitaban las chacras y estancias se fueron replegando junto a sus familias hacia la guarnición de Apóstoles, uniéndose a los guaraníes.
Composición de las Tropas Misioneras
Las tropas de Andresito estaban compuestas por los sobrevivientes de las matanzas realizadas por los portugueses en San Carlos, San José, Concepción, Santo Tomé, La Cruz, Mártires, San Javier, Apóstoles y otras tantas reducciones de Misiones, durante los meses de enero y febrero de 1817. Eran el mismo pueblo, integrado por indios guaraníes y criollos habitantes de la campaña adyacente a los pueblos.
La Batalla
Al amanecer del día 2 de julio el enemigo se presentó en formación de batalla en las afueras del pueblo, hacia el Este, sobre la margen izquierda del arroyo Cuñamanó, dispuesto a iniciar el ataque. Los misioneros decidieron salir a enfrentarlos enarbolando una bandera roja. El enfrentamiento se produjo a media legua del pueblo. Los gauchos y guaraníes fueron rechazados al no lograr quebrar la línea de artillería de los portugueses y se replegaron hacia el pueblo, fortificándose en los patios de talleres, residencia y en el templo. Entonces los portugueses, a media mañana, comenzaron el asedio del pueblo. Dice textualmente el parte de batalla redactado por el Brigadier Das Chagas Santos:
“El escuadrón de la izquierda rompió el fuego tomando los costados del cementerio y la huerta. El de la derecha ganó al galope el portón del segundo patio y por el centro atacó nuestra infantería, que luego tomó la bandera encarnada siendo muerto su portador y atacando a los gauchos, huyeron éstos para la plaza y acosados por nuestra fusilería corrieron por el patio del colegio, cuyo portón cerraron guarneciéndose adentro con sus tiradores; así como por las ventanas de la iglesia de donde nos habían iniciado fuego. Al mismo tiempo, los milicianos de la derecha habían forzado el portón del segundo patio debajo del fuego de los gauchos, que precipitadamente corrieron para el primer patio, en que hubo mucho fuego de ambas partes.”
Mientras la batalla se desarrollaba, una torrencial lluvia se abatía sobre el pueblo, lo que tornaba más confusa e indecisa la situación. La batalla llegó a una resolución a las 3 de la tarde, momento en que entró en escena el Comandante Andrés Guazurary al frente de un cuerpo de caballería compuesto por doscientos hombres. Llegaba al galope desde el vecino pueblo de San José con este importante auxilio. Das Chagas intentó detenerlo y mandó al capitán de granaderos José María da Gama junto a 120 hombres para que rechazara a Guazurary a las afueras del pueblo. Los doscientos lanceros guaraníes de Andresito arrollaron en su marcha a la columna portuguesa del capitán da Gama y cayeron violentamente sobre los portugueses que atacaban al pueblo. El combate, en medio de la lluvia y el barro, se volvió terrible. Las cargas de los fusiles estallaron y los choques del acero de las lanzas, los facones y los sables, se mezclaron con sapucays (típico grito de coraje o de alegría originado en la cultura guaraní) de coraje y gritos de dolor. Los lusobrasileños comenzaron a perder terreno, hasta que el mismo brigadier das Chagas fue herido en el hombro derecho. Entonces comenzó la retirada de los invasores, y la implacable persecución de los gauchos y guaraníes misioneros se convirtió en un azote para los portugueses y brasileños hasta que lograron repasar el río Uruguay.
Consecuencias
Al anochecer de aquel 2 de julio la Batalla de Apóstoles concluía con una victoria rotunda de las fuerzas del comandante Andrés Guazurary y sus lugartenientes y subordinados como: Pantaleón Sotelo, Nicolas Alipi, Nicolás Cristaldo, Francisco Javier Sití, Blas Basualdo y el apostaleño Caqpitán Matías Abucú. 
La Batalla de Apóstoles no constituyó un hecho aislado. Es un episodio crucial que llena de gloria a las campañas militares del comandante Andresito, desarrolladas en el transcurso de los años 1815 y 1819. Forma junto a la Batallas de Candelaria, San Carlos, Saladas, Lomas de Caa Catí, San José, la pura expresión de la lucha desatada por el pueblo misionero contra la dominación extranjera y la defensa de los principios de la Libertad y la autonomía. Las bajas de las tropas al mando de Andrés Guazurary se calculan en 84 misioneros gauchos y guaraníes.
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lunes, 2 de julio de 2018

ANIVERSARIO DE LA HEROICA DEFENSA DE BUENOS AIRES

En la noche del día 2 de julio de 1807, al conocerse las noticias de la derrota de Santiago de Liniers en Miserere, el alcalde de Buenos Aires, don Martín de Álzaga, se hizo cargo de la defensa, para lo cual ordenó concentrar la artillería en las bocacalles de la ciudad formando un reducto central, con el fuerte y la plaza. Se hicieron barricadas y trincheras con tercios de yerba en las arterias que daban a la plaza, colocando en ellas los cañones que se mandaron traer de las baterías preparadas en la ribera de la ciudad. Se establecieron también una línea de cantones avanzados. Este plan obedecía al presentado el 20 de abril del mismo año por el teniente coronel ingeniero Doblas y que había sido rechazado por Liniers, que prefería una batalla a campo abierto.
Fuente: Ejercito.
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domingo, 1 de julio de 2018

ENTRE VALIENTES

En lo más empeñado de la batalla de Boquerón, una de las mas sangrientas de la campaña del Paraguay, en los precisos momentos en que el bravo Ivanowsky, con una mano destrozada, arengaba a sus milicianos del Batallón Mendoza- San Luis, y caía al frente de sus soldados, Giuffra, del Batallón Córdoba, y cuando la victoria permanecia indecisa, sin inclinarse a ninguno de los dos campos, el coronel Mateo Martinez, cuyo admirable valor  ha hecho de él un soldado legendario, trató de remediar la crítica situación de su cuerpo por medio de uno de esos actos de heroísmo, que siempre tienen la virtud de caldear el alma del soldado argentino.
Acercose al abanderado y le pidió la enseña del regimiento para iniciar una última y decisiva carga, pero el joven oficial, consciente de su deber, le contestó firme y sereno:
- Iré donde vaya la bandera, y mi mayor gloria será mancharla con mi sangre. ¿Dónde quiere que la clave?
- Allí- le contestó Martinez, señalando con la punta de la espada el parapeto de la trinchera que le cerraba el paso.
El sublime niño cumplió la orden, seguido de todo el batallón que, con la fuerza de un torrente, se lanzó como un solo hombre por el camino que le trazara el sagrado símbolo de la Patria.
Fuente: Compilación de Anécdotas Militares, Subteniente Juan Carlos Cordoni, Bs. As. 1936.