jueves, 31 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL COMANDO ANTARTICO DE EJERCITO




El Ejército Argentino inició sus actividades en la Antártida en el año 1951. Lo hizo de manera inorgánica, bajo la conducción del Coronel Hernan Pujato en cumplimiento de lo ordenado por el Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón.
El 09 de junio de 1953 dada la especificidad del asunto, el Ministro de Ejército resolvió crear la Sección Antártica dependiente del Jefe de la División VI – Organización del Estado Mayor General del Ejército, en el Comando en Jefe del Ejército.
Ésta fue la primera organización antártica que tuvo como tarea específica coordinar y preparar los abastecimientos para los futuros relevos. Su primer Jefe fue el Teniente Coronel Emiliano Huerta. El 1 de enero de 1960, la Sección pasó a denominarse División Antártida cuya Jefatura ocupó el Teniente Coronel Jorge Edgar Leal hasta agosto de 1963. Ese mismo año, producto de los cambios introducidos en la doctrina de la Fuerza se creó el Departamento Antártida dependiente de la Jefatura III – Operaciones.
El Boletín Confidencial de Ejército Nro 740 del 26 de marzo de 1979, dispuso la transformación del Departamento Antártida en Comando Antártico de Ejército a partir del 31 de Mayo de ese año. Su primer Comandante fue el Coronel José María Toribio Vaca.
El Comando Antártico de Ejército es desde entonces una dependencia orgánica de la Jefatura III – Operaciones del Estado Mayor General del Ejercito a excepción de los años 1986 y 1987 cuando dependió del SUBJEMGE.

Como hitos trascendentes de su historia podemos señalar:
- Expedición Terrestre que unió las Bases “ESPERANZA” y “SAN MARTÍN” en el año 1962.
- Planeamiento y ejecución de la 1ra Expedición Terrestre al Polo Sur en el año 1965.
- Inauguración de la 1ra Capilla Católica “SAN FRANCISCO DE ASÍS”, en la Base “ESPERANZA”, en el año 1976.
- Invernada de las primeras familias en Base “ESPERANZA” en el año 1978.
- Creación de la Escuela Primaria “TENIENTE GENERAL JULIO ARGENTINO ROCA” en el año 1978.
- Establecimiento de la primera emisora de radio en el continente antártico en el año 1978.
- Nacimiento de ocho niños antárticos; y celebración de seis casamientos.
- Creación de la Escuela de Capacitación Antártica en el año 1995.
- Expedición de Rescate de la dotación de la Base “ORCADAS” en el año 1998.
- Planeamiento y ejecución de la 2da Expedición Terrestre al Polo Sur en el año 2000.
- Participación en la “Operación Cruz del Sur” en la asistencia al Buque Alemán “MAGDALENA OLDENDORFF” atrapado en los hielos antárticos en el invierno del año 2002.
- Expedición de rescate al personal de las Base “JUBANY” y “O’HIGGINS” en el año 2005.

A lo largo de la historia su bandera ha obtenido las siguientes distinciones:
- Palmas Sanmartinianas, del Instituto Nacional Sanmartiniano.
- Medalla de honor de la Provincia de TIERRA DEL FUEGO, ANTÁRTIDA E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR.

MISION:
Su Misión es la de “Planear, ejecutar y conducir las actividades antárticas del Ejército en el marco específico, conjunto y eventualmente combinado y asesorar a las máximas autoridades de la Fuerza en todos los aspectos relacionados con la problemática antártica.”

Respetando las normas políticas del Tratado Antártico y de protección del Medio Ambiente del Protocolo de MADRID, constituye el elemento que materializa la intensa contribución del Ejército Argentino a la presencia Argentina en la Antártida. Para ello mantiene activas en forma permanente las Bases “ESPERANZA”, “SAN MARTÍN” y “BELGRANO 2” y, durante el verano la Base “PRIMAVERA”. Desde 2006 aporta el personal para realizar el Apoyo Logístico y las tareas de buceo a la Base “JUBANY” en forma permanente.

Fuente: www.ejercito.mil.ar/antartico

En la Imagen: Base San Martín, Base Esperanza, Base Primavera, Base Belgrano 2 y Base Jubany con sus Escudos respectivos.

miércoles, 30 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL CORONEL PEDRO ANTONIO CERVIÑO

Nació el 6 de setiembre de 1757 en Santa María de Moimenta, jurisdicción de Baños, Concello de Campo Lameiro, Galicia, España. Fueron sus padres, Ignacio Cerviño y Leonor Núñez, quienes contrajeron matrimonio el 3 de diciembre de 1753, en Los Baños, Pontevedra, España. Pedro Antonio Cerviño tuvo su bautismo infantil el 27 Octubre 1757 en Los Baños, Pontevedra, España (Parroquia Santa María de Moimenta). Educado en la Academia Naval de Ferrol, vino al Río de la Plata en calidad de ingeniero de la Comisión demarcadora de límites con Portugal, enviada por el Rey para la ejecución del convenio celebrado el 11 de octubre de 1777. Es posible que Cerviño haya llegado a Buenos Aires conjuntamente con Félix de Azara, de quien era amigo personal y al que acompañó para secundarlo en la comisión demarcadora que se confió a aquel erudito para fijar los límites de la provincia del Paraguay.
Pedro Antonio Cerviño ha sido uno de los españoles que han prestado mayores servicios y de los que más se han distinguido en el Virreinato del Río de la Plata, habiendo sido no sólo un inteligente colaborador de Azara en sus trabajos oficiales de demarcación, sino también un excelente naturalista y geógrafo. El 28 de diciembre de 1781 fue designado Geógrafo de la línea divisoria, nombramiento que fue confirmado por resoluciones del 24 de mayo y del 10 de julio del año siguiente. El 3 de noviembre de 1783 era destinado como ingeniero de la 3ª partida de la línea divisoria. En aquella época penetró en el Chaco, hacia el naciente de Santiago del Estero, con Miguel Rubín de Célis, oficial de la Real Armada, para reconocer el hierro meteorítico, que ha sido objeto de investigaciones ulteriores. A él se debe el croquis de la expedición y los dibujos del legendario “Mesón de Fierro”, meteorito extraviado desde 1783, en las planicies del sudoeste chaqueño.
Félix de Azara dio por terminada su comisión en 1792, la que fue constantemente obstruida por la infidencia de los representantes portugueses. Cerviño regresó entonces a Buenos Aires, donde se estableció definitivamente y continuó prestando servicios de importancia. Espíritu liberal y progresista, fue uno de los más decididos partidarios en el seno del Consulado, de las ideas y planes económicos del joven secretario Dr. Manuel Belgrano. Con este motivo, Cerviño presentó a aquel Tribunal una extensa exposición en la que desenvolvía sus propias ideas, apoyando las de Belgrano y desacreditando el monopolio. Por esta razón, el Prior pidió que se mandase recoger y quemar el borrador, por contener, entre otras, la siguiente proposición herética: “Nuestras embarcaciones irán a los puertos del Norte. Los españoles harán sus compras en las mismas fábricas”. Martín de Alzaga respondió a Cerviño, rebatiendo sus puntos de vista.
Una de las primeras obras que ideó el Consulado fue la construcción del muelle de Buenos Aires y para llevarla a cabo, encargó a los matemáticos Cerviño y Gundin levantar un plano del puerto, haciendo sondear el río. Y con la aprobación del Virrey se había iniciado la ejecución de la obra en 1799, cuando llegó la desaprobación de la Corte y fue necesario interrumpirla.
Más tarde, cuando gracias a los esfuerzos de Belgrano, el Rey consentía en la creación de una Escuela de Náutica, la que fue instalada el 26 de noviembre de 1799, el ingeniero geógrafo Pedro Cerviño y el agrimensor Juan Alsina, obtenían las cátedras por oposición, siendo Azara uno de los examinadores. Allí enseñó matemáticas, geometría e hidrografía, junto con el salteño Francisco Gavino Arias (1732-1808).
Con motivo de la distribución de premios en aquella Escuela, el 13 de marzo de 1802, Belgrano pronunció un discurso, en el que se expresó así: “Don Pedro Antonio Cerviño, a quien todos conocemos, es acreedor a estos títulos. Las pruebas que ha dado en servicio del Monarca y del Estado en obsequio de los particulares y de cuantos han ocupado sus talentos justificarían mi proposición, pero no hablo a esos, no, ya sabéis su desinterés, su sabiduría y su aplicación manifestadas en esta academia. Cerviño llevado sólo del deseo de propagar sus ideas y de ser útil al Estado, se presenta gustoso a la palestra, obtiene la victoria como un valeroso atleta, da a conocer sus talentos e instrucción y los examinadores a pública voz lo proclaman primer Director; defiere este Consulado al justo voto, le confiere la plaza y le posesiona de ella bajo la condición predicha”.
Por orden del Virrey Avilés, levantó un plano general de Buenos Aires y practicó estudios topográficos en la Ensenada de Barragán, y al miso tiempo que se ocupaba de estos trabajos de carácter local, Cerviño seguía el movimiento intelectual del viejo mundo, siendo su casa el centro de reunión de los pocos hombres de labor literaria y científica con que contaba por entonces la capital del Virreinato. Fue también colaborador del “El Telégrafo Mercantil”, dirigido por el coronel Cabello y Mesa, así como también, de “El Semanario de Agricultura y Comercio”, dirigido por Hipólito Vieytes.
Durante las invasiones inglesas combatió valerosamente al frente del Tercio de Gallegos, en calidad de comandante, cuerpo que sumaba 510 hombres y del cual recibió la confirmación de su cargo de teniente coronel por Real Orden expedida en Sevilla el 13 de enero de 1809. Durante los agitados días de mayo de 1810, sus ideas fueron así formuladas: “Que se forme una junta de Gobierno de vecinos buenos y honrados a elección del Excelentísimo Cabildo, que a nombre del Rey Nuestro Señor Don Fernando Séptimo, atienda a la Gobernación y Defensa de estos Dominios, cuyo presidente, puede ser el Excelentísimo Señor Virrey, convocado a las ciudades interiores para que también sus vocales vengan”. Aparte de algunos adherentes civiles, el único voto de militar que obtuvo esta propuesta fue el del comandante Terrada.
Establecida la Junta, Cerviño fue uno de los pocos peninsulares que se puso a su servicio. Cuando en 1812 el gobierno creó la Academia de matemáticas, Cerviño fue nombrado su director. En 1814 levantó un plano topográfico de la ciudad, muy curioso, que se conserva en el museo de San Fernando, el que fue grabado en Londres, en 1817.
Este ilustrado español que tantos servicios prestó a nuestro país, falleció en Buenos Aires, el 30 de mayo de 1816, siendo sepultado su cadáver en el convento de San Francisco. Se había casado con María Bárbara de Barquín y Velasco Tagle Bracho el 9 abril 1802 en Buenos Aires, en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced.

Fuentes: Ayuntamiento de Campo Lameiro; A Lagoa. Praza da Provincia de Pontevedr www. revisionistas.com.ar / Genealogía de los Tagle – Personal Ancestral File / Turone, Oscar A. – Meteoritos – Historias caídas del cielo / Yaben, jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1938).


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martes, 29 de mayo de 2012

DIA DEL EJERCITO ARGENTINO

El 29 de mayo de 1810 se produce la creación del Ejército Argentino. Por un decreto dado por la Primera Junta de Gobierno, se organizan las primeras unidades del ejército sobre la estructura del ejército virreinal. A partir de ello se ha instituido en la fecha el Día del Ejército.

Entre las unidades creadas por la Primera Junta de Gobierno, estuvo el Regimiento 4 de Línea, formado sobre la base de las Milicias del Tercio de Cántabros Montañeses. Parte del regimiento participó en la Batalla de Suipacha. En 1812, integró el ejército que sitió a la ciudad de Montevideo, en poder de los realistas. El 31 de Diciembre de ese mismo año los 4 y 6 de Línea derrotaron en la Batalla del Cerrito a fuerzas realistas muy superiores que, bajo el mando del Mariscal Vigodet salieron de la plaza a intentar romper el sitio. En 1826, parte del Regimiento 4 se embarcó como infantería de marina en la escuadra argentina al mando del Almirante Guillermo Brown, que derrotó a la escuadra brasileña en las batallas de Los Pozos y de Juncal, ambas en el Río de la Plata, mientras otras partes del cuerpo guarnecían a la ciudad de Buenos Aires y a la isla de Martín García. En la Guerra del Paraguay el 4 de Línea se batió con determinación en las batallas de Yatay, Uruguayana, Tuyutí, Yatayty Corá, Curupayty y Lomas Valentinas hasta terminar su campaña con la ocupación de la ciudad de Asunción, capital del Paraguay. Hoy, el Regimiento de Infantería Mecanizada 4, de guarnición en Monte Caseros, provincia de Corrientes, ha servido de base para la organización en el año 2003, del DAC, Destacamento de Armas Combinadas "Duque de Caxias", adicionándose al Regimiento una sub-unidad por cada una de las otras cuatro armas del Ejército (Caballería, Artillería, Comunicaciones e Ingenieros).


"Por la patria el ejército argentino
legendarias hazañas realizó,
fue la ruta del sol su camino,
por los valles y cuestas luchó.

A los andes la gran cordillera,
"nuestro cóndor" sus hijos llevó,
y esa herencia de estirpe guerrera,
y en malvinas su temple mostró.

¡A la carga, los valientes,
esgrimiendo su pendón,
que nació con la patria independiente,
como emblema de redención.

Los titanes paladines,
con indómito valor,
de la patria marcaron los confines,
Al Perú, Chile y Ecuador!

Que retumbe en el cielo y en la tierra
el clarín en su épico llamar,
y resuene en la turba y en la piedra:
¡que en malvinas supimos luchar!

Nuestros héroes de todas las armas
con fervor es preciso invocar,
y empleando la fuerza del arma
sus ejemplos tratar de igualar."


En su día, saludamos a todos los integrantes de esta prestigiosa Fuerza y honramos la memoria de aquellos caídos en defensa de la Patria.

Sigamos homenajeando a aquellos que forjaron y forjan dia a dia Nuestra Patria.

EJERCITO NACIONAL.
"Nació con la Patria en Mayo de 1810”



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lunes, 28 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA HEROICA MUERTE DEL TENIENTE ROBERTO NESTOR ESTEVEZ



Nació en Misiones 24 Febrero de 1957 Ingresó al CMN 27 Feb 75 y egresó como Subt I en el año 1978. Participó como Teniente, en el desembarco del 02 de Abril de 1982 con el RI 25, siendo desplegado con la Ca I "C" del Regimiento en la localidad de Darwin.
Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar la Colinas de Boca House.
Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión. Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente.

- "Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía "A", del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino".
Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además, tratándose de Estévez, eran innecesarios.

-"Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen" así fue la rápida arenga de Estévez.

Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más hermosa orden que puede dar un Jefe: "Seguirme!". Pronto estarían inmersos en el combate.

- "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..." -diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses.

- Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.

- Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.

- Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería...- fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.

- "Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo" - gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo."

- "Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan". - el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la guerra, impartió con firmeza su primera orden.

- Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria! - gritó con alegría, Carrascul, al ver la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.

Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.

El teniente Estévez dejó a sus padres esta conmovedora carta:

"Querido papá:
Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡que misión! ¿ Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar la islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.
Lo único que a todos quiero pedirles es:

1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante,
3) Que recen por mi.

Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.

Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡O muerte! Roberto.


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domingo, 27 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA FUNDACIÓN SANIDAD DEL EJÉRCITO

La Fundación es una Institución cuya razón de ser es apoyar a las organizaciones de Sanidad del Ejército, mediante todas aquellas acciones previstas estatutariamente que permiten captar diversos recursos humanos; tecnológicos y financieros para obtener una mejora en la calidad del servicio de atención de la salud del personal del Ejército y sus familiares.

Dichas acciones posibilitan que:
Más y mejores profesionales médicos, técnicos y personal de enfermería desarrollen su labor en los Hospitales Militares y otros centros de salud donde se realiza la atención de los pacientes. 
Incorporar en nuestros centros de salud, el equipamiento necesario el cual, por la permanente evolución tecnológica, debe ser frecuentemente renovado o reemplazado. Al mismo tiempo posibilitamos que estos modernos equipos dispongan, en tiempo, de los insumos necesarios para su eficaz operación y la realización de su mantenimiento. 
Realizar obras de reparación y mantenimiento de infraesructura de los Hospitales Militares, colaborando en la recuperación de este valioso patrimonio. 
Propender a la permanente capacitación del personal de profesionales médicos, técnicos y personal de enfermería mediante estímulos, becas y premios para generar conocimientos y conductas que eleven el nivel de nuestros servicios de salud. 
Reconocer y estimular las acciones del personal de la Sanidad del Ejército que se destaquen por su sentido humanitario, por la búsqueda del conocimiento profesional y rasgos de calidad en atención de los pacientes.

La Fundación Sanidad del Ejército Argentino desarrolla su acción en numerosas ciudades de nuestro país:
En la Ciudad de Buenos Aires sede de la Fundación, desde la cual gestiona el apoyo al Hospital Militar Central, centro de salud de alta complejidad y al Hospital Militar de Campo de Mayo. 
Al mismo tiempo la Fundación, mediante sus delegaciones y representaciones del interior extiende su acción a los Hospitales Militares, Córdoba, Mendoza, Bahía Blanca, Río Gallegos, Comodoro Rivadavia, Paraná, Salta y Curuzú Cuatiá.
Nuestra labor se desarrolla principalmente mediante la elaboración de convenios para la prestación de distintos servicios de diagnóstico y tratamiento médico y su posterior administración, de modo de obtener aquellos recursos que posibiliten el cumplimiento de los fines de la Fundación. 
Actualmente la Fundación administra diferentes convenios de distinta magnitud, los cuales se celebran y se ejecutan tanto en el área central - Buenos Aires y Campo de Mayo - como asi también en las delegaciones y representaciones del interior. 
Los recursos financieros que de esta manera se captan se invierten, en un todo, en el cumplimiento de las funciones determinadas por el estatuto de la Fundación.
La Fundación administra también el dinero proveniente del Fondo Solidario de Apoyo que se concreta por el aporte efectivo del personal militar en actividad y retirado de la Fuerza por un total anual aproximado de $ 700.000.- 
Con la finalidad de poder realizar un empleo eficiente de los recursos obtenidos, la Fundación estructura un "Plan de Acción" cuya vigencia es anual (01 Julio al 30 Junio de cada año). 

Para mas información: http://www.fusea.org.ar

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sábado, 26 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL BRIGADIER GENERAL TOMAS DE IRIARTE

El día 26 de mayo de 1876 Fallece el Brigadier General Tomás de Iriarte. Había nacido en Buenos Aires el 7 de marzo de 1794. Fue enviado por sus padres a España para cursar estudios militares. En 1809, egresó de la Escuela Militar de Segovia como Subteniente de Artillería. Formó parte del Ejército Español hasta 1816, en que regresó a su patria sirviendo en diversas campañas. Escribió unas extensas Memorias.

Nació en Buenos Aires en marzo de 1794, hijo del coronel Félix Iriarte, jefe del Regimiento Fijo de Infanteria de Buenos Ayres. Fue enviado por sus padres a España en su niñez. En el viaje fue tomado prisionero por los ingleses y estuvo varios meses en Londres (en el mismo viaje en que también fue capturado Carlos Maria de Alvear). Estudió en la Academia Militar de Segovia y se unió al ejército español en 1808, participando en la Guerra de Independencia Española.
Se embarcó como Teniente Coronel hacia América en 1816 a las órdenes del General La Serna, que poco después sería nombrado Jefe del Ejército Realista del Alto Perú; fue el jefe de su división de artillería. Después del fracaso de una de las varias invasiones realistas a Salta, fingiendo un reconocimiento se pasó al ejército de Gauchos de Güemes. Sirvió en el Ejército del Norte a las órdenes del General Manuel Belgrano, quien lo nombró director de la escuela de artillería, y escribió su Instrucción para el Manejo de la Artillería.
Participó en varios de los hechos de la "anarquía del año 20" en Buenos Aires, en las filas de Alvear. Desterrado en Montevideo, regresó años más tarde a Buenos Aires, desde donde fue enviado como embajador a los Estados Unidos.
Volvió al Río de la Plata y fue ascendido al grado de Coronel y comandante de la artillería en la campaña contra el Imperio del Brasil. Tuvo una actuación destacada en la Batalla de Ituzaingó.
Vuelto a Buenos Aires, y durante el gobierno de Rosas, fue ascendido a General. Pero tras el fracaso en defender el gobierno de Balcarce, volvió a exiliarse en Montevideo en 1833. Allí comenzó a escribir sus monumentales Memorias.
De Montevideo pasó a Entre Ríos, a las órdenes de Lavalle, e hizo la campaña de éste por las provincias de Corrientes, Buenos Aires y Santa Fe. Comandó la captura de la ciudad de Santa Fe, derrotando al General Eugenio Garzón, quien se rindió a cambio de la garantía de que se le respetaría la vida. 
Después de la derrota de Quebracho Herrado, se retiró con Lavalle hacia el norte, pero al poco tiempo se separó de su ejército, disconforme con la falta de disciplina. Pasó a Chile y regresó a Montevideo. Su principal actividad allí fue escribir varios tomos más de sus Memorias, aunque durante el sitio de Oribe dirigió la construcción de nuevas defensas para la ciudad.
Regresó a Buenos Aires en 1849, con permiso de Rosas, y se encerró en su casa a terminar los 8 tomos con 10.000 páginas de sus Memorias. Resultó un libro muy útil para los historiadores, a condición de que se tenga en cuenta su estado de ánimo, que lo incitaba a criticar a todos los personajes con los que se cruzó. En particular fue muy duro con la conducción de Alvear en la Guerra del Brasil.
Después de Caseros, escribió también "Colonización y arreglo de fronteras", una refutación de las memorias del General Jose Maria Paz llamadas "Ataque y defensa", y la "Biografía del General Jose Miguel Carrera", la primera en que alguien se animaba a defender a este ex gobernante chileno, de terrible trayectoria en la Argentina. Murió en mayo de 1876 en Buenos Aires.
En la Imagen: El Regimiento “Artilleros de Iriarte”, nombre que lleva en homenaje a su Jefe.

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viernes, 25 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DEL PRIMER GOBIERNO PATRIO

 

El 25 de mayo de 1810 se produce la formación del primer gobierno patrio. Ante la renuncia del virrey e imponiendo su voluntad al Cabildo de Buenos Aires que había asumido momentáneamente la autoridad suprema del estado, se crea la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata, integrada por Cornelio de Saavedra como presidente; Juan J. Castelli; Manuel Belgrano; Miguel de Azcuénaga; Manuel Alberti; Domingo Matheu y Juan Larrea como vocales y Juan J. Paso y Mariano Moreno como secretarios. La Junta entre sus primeras medidas, desconoció la autoridad del Consejo de Regencia español y anunció el envío de fuerzas militares al interior para mantener el orden. 

Era ya de noche el 24 de mayo, cuando se tuvo la certeza de que habría de citarse un nuevo Cabildo popular, y la posibilidad de una nueva elección a la mañana siguiente, de acuerdo con los derechos y deseos del pueblo. Pero, ¿Quiénes serian los candidatos de la Nueva Junta? Ninguno de los asociados se prestaba a ocupar puestos públicos. Se confeccionaron varias listas, pero las mismas quedaban siempre incompletas debido al número que se había previsto para integrarla.
En momentos cruciales, el, en ese momento Sargento Mayor de Patricios, Don Manuel Belgrano, que se hallaba en la sala contigua y escuchaba la discusión, observando la indecisión de sus camaradas se puso al fin de pie y con paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de su sangre guerrera, entró en la amplia habitación y lanzando una mirada a su alrededor, exclamó al mismo tiempo que ponía su mano derecha sobre la empuñadura del sable:

“¡Juro por la Patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el Virrey no ha sido derrocado, a fe de caballero, yo lo derribare con sus armas!”
Profunda impresión causo tan valiente, sincera y firme resolución en los circunstantes, que cerraron las vibrantes palabras del futuro creador de la Bandera y Vocal de la Junta con un fervoroso aplauso.

Estos forjaron la Patria. Rindámosles el homenaje que merecen haciendo de esta, una Patria mejor.

¡FELIZ DIA DE LA PATRIA! ¡FELIZ 25 DE MAYO PARA TODOS!
EJERCITO NACIONAL. "Nació con la Patria en mayo de 1810"


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jueves, 24 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE TUYUTÍ


En las pantanosas márgenes de la orilla paraguaya del Paraná emerge el campo de Tuyutí a la manera de una isla entre un mar de esteros y pantanos. Solano López, al concentrar sus fuerzas al norte –en Paso Pucú- se lo brindaba a Mitre, porque su plan estaba en encerrar allí a los ejércitos aliados para vencerlos en una batalla definitiva. Grave error, pues teniendo frente suyo a un general como Mitre, no debió emplearse en una sola batalla, siempre aleatoria, sino desgastar al adversario en una lucha larga. Pero Solano López aún no sabía quién era Mitre.
Su plan consistía en encerrar a los aliados en la ratonera de Tuyutí y batirlos por los cuatro puntos cardinales. El teniente coronel José Eduvigis Díaz (futuro general y héroe de Curupaity) simuló en Estero Bellaco, con 5.000 hombres, una defensa de la entrada de Tuyutí (2 de Mayo): por sorpresa cayó sobre las avanzadas aliadas, tomándoles cuatro cañones a los brasileños, que arrastraría en triunfo al campamento de Paso-Pucú. Ese movimiento engañó a Mitre, que ordenó la ocupación de Tuyutí (20 de Marzo). Debió ser lo esperado por López que cuatro días después ordena descolgarse en Tuyutí por el norte, sur, este y oeste, a todos los efectivos del ejército.
López buscaba en una sola batalla la decisión de la guerra. Con 25.000 hombres se lanzó contra 39.000 aliados (21.000 brasileños, 16.000 argentinos y 2.000 orientales). Pero, el movimiento no fue bien coordinado, y el retardo de la derecha paraguaya mandada por el general Barrios, cuya misión era envolver a los aliados por retaguardia, malogró la sorpresa. No obstante, los paraguayos estuvieron al borde de una victoria que hubiera sido desastrosa para los aliados; pero finalmente debieron replegarse por los estragos que les hizo la artillería brasileña. Se fueron dejando un número impresionante de caídos: 5.000 muertos según el parte paraguayo, 7.000 en el aliado; y una cantidad igual de heridos. La suma de muertos y heridos aliados fueron: 4.000 según ellos, 8.000 para los paraguayos.
Tuyutí fue la batalla más sangrienta habida hasta ese momento en América del Sud; entre 13.000 y 15.000 muertos en sus cinco horas de combate. “Nos salvó de la derrota –se ve obligado a confesar Mitre- la sabia providencia del general Osorio (jefe de la división brasileña), que mandó colocar en una posición estratégica a la artillería imperial del coronel Emilio Luis Mallet”. Allí se hundió toda la posibilidad de triunfo paraguayo. Pero el desconcierto de Mitre impedirá a los aliados aprovechar el triunfo. Si ese 24 de Mayo Mitre hubiera tenido conciencia de una victoria, habría ordenado la inmediata marcha hacia Paso-Pucú: López que se había jugado el todo por el todo, no estaba en condiciones de oponerle resistencia. Pero Mitre no sabía –como en Pavón- si había ganado o perdido, y resolvió quedarse en Tuyutí hasta esperar lo que hiciera López. Esa demora habría de pagarse cara: fue un triunfo malogrado –“la victoria sin cabeza”- que engendraría la molicie y la indisciplina entre los triunfadores. Nadie mejor que el argentino Francisco Seeber ha descrito la situación difícil del campamento después del triunfo:
“Hay una anarquía descomunal; cada cuerpo maniobra según el capricho y la inteligencia de su jefe. El coronel Chenault dice que somos una montonera con música y podría agregar también que con mala música. A los paraguayos prisioneros los hacemos pelear en nuestras filas; yo mismo tengo uno como asistente”.
Las costumbres bélicas contraídas en Uruguayana no se habían perdido: prisionero que caía en poder de los aliados, o iba a sus filas como “voluntario de la libertad” o a los cafetales como esclavo.
La guerra estaba ganada, pero se tardaría cuatro años en acabarla. Los brasileños, que atribuían el triunfo a Osorio, se quejaban de que Mitre retardase las operaciones. Después de Tuyutí no quiso dejar el campamento, hasta que el 2º Ejército brasileño al mando de Marquéz de Souza, fuerte de 12.000 hombres, que se preparaba a entrar en Paraguay por la frontera brasileña, no viniera a reunírsele en su campo. Pero después, tampoco quiso salir esperando más refuerzos. Marqués de Souza y Osorio se opusieron a Mitre (ambos proponían marchar contra Paso-Pucú y de allí a Asunción), pero el General en Jefe era el General en Jefe. Osorio acabó por pedir su reemplazo; el mariscal Polidoro da Fonseca Quintanilla Sordao lo sucedió. Mucho nombre y mucho grado.
No solamente quedó inmovilizado el ejército aliado en Tuyutí, pese a la victoria. Tampoco la escuadra brasileña, no obstante su triunfo en Riachuelo, avanzaba por el río Paraguay hacia su objetivo preciso de Humaitá. Una picardía paraguaya detenía a los buques del intrépido Tamandaré: una hilera de damajuanas tendidas de costa a costa, que el almirante suponía que eran minas.

Fuentes: www. revisionistas.com.ar / Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas


 

miércoles, 23 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DEL HISTÓRICO ANUNCIO DE LA LEGIÓN DE PATRICIOS VOLUNTARIOS


El día 23 de mayo de 1810 se realiza la publicación por bando y al son de cajas de guerra (tambores) en la ciudad de Buenos Aires, de la resolución tomada en la noche anterior por el Cabildo Abierto, 1810. Una compañía de la Legión de Patricios Voluntarios Urbanos -luego llamado Regimiento Nro.1 de Infantería Patricios-, mandada por el Comandante Eustaquio Díaz Vélez, hace saber al pueblo de la ciudad que acaba de caducar la autoridad del virrey y que el Cabildo la asumía, debiendo nombrarse una Junta hasta que las provincias establezcan a través de sus diputados la forma de gobierno más conveniente.

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martes, 22 de mayo de 2012

COMTINUA EL DESEMBARCO INGLES EN MALVINAS.

El enemigo continúa el desembarco de tropas en San Carlos. Por la tarde, oportunidad en que la Fuerza Aérea Argentina reinicia sus ataques, el enemigo ha logrado consolidar su desembarco, observándose una efectiva defensa aérea con base en tierra, circundando la cabeza de playa.
Se realiza la primera apreciación de situación sobre la base de la reducida información disponible, llegándose a las siguientes conclusiones:
El enemigo ha consolidado su cabeza de playa entre Puerto San Carlos y el Establecimiento San Carlos, configurando un perímetro de seguridad exterior dotado de armas pesadas y de DA entre los Cerros Montevideo, al norte, alturas al este del Establecimiento San Carlos y Puerto Sussex.
La cabeza de playa se supone constituida por un máximo de 5 y un mínimo de 3 unidades, con sus correspondientes elementos de apoyo de fuego, de combate y SPAC. Mantiene todavía, importantes efectivos embarcados.
Las capacidades que se adjudican establecen:
Ejecutar una operación terrestre de envergadura sobre Darwin y, posteriormente, sobre el flanco oeste de la posición de Puerto Argentino.
Ejecutar una operación terrestre de envergadura hacia Puerto Argentino, sin la conquista previa de Darwin, destacando efectivos de seguridad en la zona de Monte Sussex para bloquear cualquier acción sobre los flancos.
Ejecutar una operación anfibia y/o aeromóvil sobre la península de Fresinet.
Ante la situación planteada, se estudian las siguientes alternativas:
Operar ofensivamente contra los efectivos desembarcados para impedir su consolidación y progreso.
Ocupar sucesivas posiciones defensivas entre la zona de Puerto San Carlos, Puerto Argentino, para retardar y desgastar el ataque enemigo.
Las dos alternativas presentan limitaciones para su ejecución, debido a:
La neta superioridad aérea enemiga.
La falta de disponibilidad de medios de transporte terrestres unido a la inexistencia de caminos.
La escasez de combustible.
La escasa información sobre las actividades del enemigo.
La superioridad naval del enemigo.

Finalmente se concluye que:
Es operativamente imposible desplazar efectivos de magnitud.
Emplear fuerzas de magnitud es reducir la capacidad de defensa de Puerto Argentino.
No se posee la capacidad para las dos alternativas y las bajas serían sumamente elevadas.
Ese mismo día, es abatido un Harrier en Puerto Darwin.

Fuente: Informe Oficial - Ejército Argentino.


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lunes, 21 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DEL DESEMBARCO INGLÉS EN SAN CARLOS.


A las 0230 Hs del día 21 de mayo, desde el Puesto Comando del Jefe del Equipo de Combate Güemes en Puerto San Carlos, se escucha la ejecución de fuego naval en zona próximo a la altura 234. Se procede a llamar al Jefe de Sección de apoyo, en altura 234, quien no responde ninguna de las comunicaciones efectuadas desde la hora indicada hasta las 0600 Hs.
El cañoneo naval se produce en forma discontinua, con variada intensidad durante un lapso de 3 horas.
A las 0810 Hs, con las primeras luces un observador divisa en la entrada del canal a Puerto San Carlos, un buque blanco de grandes dimensiones (no es de guerra), seguido por tres fragatas. Los efectivos argentinos en la zona están constituidos por 1 Sección a órdenes del Jefe E.C. “Güemes”. Se ha perdido todo contacto con la Sección de apoyo en la altura 234.
A las 0820 Hs, el Jefe E.C. observa que un lanchón, más grande que los de desembarco, se desprende del buque blanco hacia el establecimiento San Carlos: varios helicópteros sobrevuelan los buques. A las 0822 Hs pueden apreciarse lanchones de desembarco que se desplazan en todas direcciones.
Inmediatamente el Jefe E.C. Informa la situación al Jefe FT Mercedes. Quien a las 0830 Hs la retransmite al Comandante de la Agrupación Ejercito Litoral en Puerto Argentino.
A las 0830 Hs, efectivos enemigos alcanzan la playa y se despliegan avanzando hacia el Este. Se abre fuego con armas automáticas sobre las fracciones enemigas.
Se ordena el desplazamiento de las tropas a las posiciones preparadas en alturas al Este del puerto, para evitar el cerco que pretenden conformar los infantes ingleses.
Aproximadamente a las 0840 Hs, efectivos caen sobre Puerto San Carlos en el vacío y, en el mismo instante, por el Este, un helicóptero Sea King intenta atacar por retaguardia a los efectivos argentinos. Se ejecuta fuego sobre la máquina enemiga y ésta, muy averiada, se aleja de la zona.
Los infantes ingleses ejecutan fuego de ametralladoras y morteros, sin alcanzar las posiciones de la Sección del equipo de Combate Quemes.
Más tarde, un helicóptero Gazelle se aproxima a las posiciones para hacer fuego con sus cohetes. Se le efectúa fuego reunido con todas las armas y la máquina se precipita a las aguas de Puerto San Carlos y se hunde de inmediato. Un cuerpo queda flotando y otro se amarra a una boya.
Una lancha concurre en su auxilio. El enemigo ejecuta intenso, pero poco efectivo fuego de morteros. Se observa a los pobladores auxiliando a las tropas enemigas e inclusive, señalando la zona de repliegue de las fuerzas argentinas.
Se ejecuta otro cambio de posición, hacia el Este, para eludir el fuego de morteros.
Un helicóptero Gazelle hace fuego con una ametralladora, lanza sus cohetes, y ataca la posición nuevamente. Se ordena fuego reunido, y la máquina, incendiada, se precipita a tierra, cayendo a pocos metros de las posiciones. Se puede comprobar que sus tres tripulantes han muerto. No cesa el fuego de morteros, aunque es poco efectivo.
Se ejecuta otro cambio de posición. Tres minutos más tarde, el enemigo envía otro Gazelle, aparentemente para dirigir el fuego naval. Se ejecuta fuego sobre la máquina y el piloto logra retirarla del lugar, humeante y seriamente dañada.
Comienza un intenso fuego naval. Continúa el de morteros sobre las posiciones del equipo de combate Güemes con errores de 100 metros sin que se pueda localizar la ubicación de los efectivos propios.
Durante el lapso de duración del combate, continúa el desembarco de los efectivos enemigos. Se observa, también, gran movimiento de lanchones hacia el establecimiento San Carlos.
Aproximadamente a las 0930 Hs, se detecta la acción de un avión propio atacando a una fragata enemiga, la que parece quedar averiada. Se desata un intenso fuego antiaéreo. El enemigo continúa combatiendo por el fuego (morteros y ametralladoras) con los efectivos propios, pero no evidencia intención alguna de atacar para conquistar la altura.
Hasta las 1300 Hs, la Sección (2 oficiales, 9 suboficiales y 31 soldados) mantienen su posición, esperando el repliegue de la Sección de Apoyo (1 oficial, 4 suboficiales y 15 soldados desde la altura 234).
Las bajas provocadas al enemigo son las siguientes: una decena de paracaidista muertos o heridos, 2 Gazelles derribados (de las dos tripulaciones hay un solo sobreviviente), 1 Sea King y otros Gazelles seriamente dañados. Estos últimos quedan, casi con seguridad, inoperables.
Durante la noche se ejecuta el repliegue hacia Puerto Argentino a través de Co Bombilla y Douglas Paddock.
La marcha se hace sumamente dura pues no se cuenta con abastecimientos, ni medios de abrigo. Deben enfrentarse la dureza del clima (vientos, bajas temperaturas y lluvias) y los problemas del desplazamiento a campo traviesa).
El enemigo trata sistemáticamente de ubicar a las fuerzas argentinas, sin lograr su objetivo.
Se marcha de noche y se descansa de día en situación de combate permanente.
Luego de tres días de marcha casi continua, se llega a la localidad de Douglas Paddok, donde el Jefe del Equipo de Combate organiza el racionamiento, higiene y descanso por turnos del personal, y el reacondicionamiento del armamento.

Operaciones de la Sección de Apoyo del Equipo de Combate Güemes en la defensa de la altura 234-
La Sección Apoyo (2 morteros 81 mm, 2 cañones S/R 105 mm) ocupa la altura 234, en condiciones de batir, con este fuego, el acceso norte del estrecho de San Carlos. La fracción está organizada con 1 Grupo de Pza(s) (constituido por 3 Suboficiales y 5 Soldados que operan las armas pesadas), y 1 Gpo Fus, que proporciona la seguridad inmediata a las piezas. Se mantienen comunicaciones por radio con el Jefe EC cada dos horas, y se establece, complementariamente un camino para el desplazamiento de estafetas.
A las 0130 Hs, una patrulla de seguridad, adelantada en el sector de la playa, informa sobre gritos y señales acústicas que se perciben desde el estrecho. Además, se distinguen siluetas, al parecer de buques, que penetrar en dirección norte-sur. En ese momento, el Jefe Sección se adelanta y verifica el ingreso al canal de varios buques.
Inmediatamente intenta comunicarse con su Jefe de Equipo de Combate para informarle la novedad. Recorre las posiciones, advierte de la situación y ratifica las misiones alertando al personal sobre la inminente apertura del fuego.
El radio operador informa que escucha a Jefe EC, pero éste no acusa recibir ningún mensaje. Se le ordena insistir. La visibilidad es prácticamente nula, por lo que se abre fuego con 2 proyectiles de iluminación de morteros, los cuales consiguen poco o nulo efecto. No obstante, se observa la silueta de buques que se desplazan. Inmediatamente, se abre fuego con proyectiles explosivos de los cañones S/R hacia el centro del canal, por no disponerse de medios de observación y/o detección nocturna.
Se desata un intenso fuego naval desde varios navíos. Este fuego cae próximo al equipo de comunicaciones, aparentemente localizado por el enemigo, pero no afecta significativamente el sector ocupado por las piezas. El Jefe Sección ordena interrumpir la comunicación. A partir de ese momento ya no habrá de retomar contacto con su Jefe del Equipo de Combate.
El fuego enemigo comienza a hacerse efectivo, ahora sobre los cañones S/R, al parecer porque se ha detectado el resplandor de su retroceso. Se ordena suspender el fuego con los mismos y cambiar de posición.
Mientras tanto, los 2 morteros 81 mm continúan batiendo al enemigo, sin que puedan apreciarse los efectos de su acción.
A las 0330 Hs. el Grupo Morteros agota su munición. Los cañones S/R, prácticamente, han quedado también sin munición. El fuego enemigo es cada vez más intenso aunque poco preciso, por los constantes cambios de posición que ejecuta la sección.
A las 0500 Hs y en cumplimiento del plan de defensa ya elaborado, se logra desprender la fracción, replegándose hacia las posiciones del resto del Equipo de Combate al noreste de San Carlos.
Inmediatamente iniciado el desplazamiento, se recibe intenso fuego de ametralladoras desde una altura ubicada al noreste de la zona de posiciones. El enemigo, aparentemente, ha desplazado efectivos aeromóviles y trata de cercar a la fracción. A su vez, el fuego naval se ha alargado y es efectivo sobre la retaguardia de la fracción. Dos soldados son alcanzados por esquirlas y resultan heridos.
Impedido de continuar su avance, el Subteniente Óscar Roberto Reyes, Jefe de Sección con cuatro voluntarios, se adelantan hacia la posición ocupada por las armas enemigas, para ponerlas fuera de combate.
Se inicia intenso combate por el fuego, lográndose momentáneamente silenciar las armas enemigas. Esto posibilita que la Sección pueda reunirse.
Desde la costa, se escucha intenso ruido de motores pertenecientes a vehículos anfibios.
Por las cercanías se percibe también la presencia de numerosos helicópteros que, al parecer, ejecutan viajes desde las naves hacia las alturas circundantes. En la cercanías, inclusive, se escuchan voces de mando.
Comienza a amanecer. Con las primeras luces se puede apreciar la magnitud de acción enemiga, ya que se observan, en el canal y la Bahía San Carlos, numerosos buques de guerra y de transporte y otros menores.
La Sección se ha reunido, salvo tres heridos graves, los que por orden del Jefe de Sección, quedan a cargo de un suboficial que les administra los primeros auxilios, en una posición protegida.
Nuevamente se intenta comunicación con el Jefe del Equipo de Combate para transmitir la información que se observa, pero es imposible lograr dicho contacto. Desde San Carlos se escucha intenso ruido de combate.
Durante el resto del día se permanece en las posiciones, comprobándose la magnitud de la operación enemiga. Numerosas patrullas aeromóviles enemigas sobrevuelan insistentemente la zona, sin lograr detectar las fracción argentina.
En la noche del 21/22 de mayo el Subteniente Reyes, imposibilitado de transmitir información o accionar sobre el enemigo con posibilidades de algún éxito y de reunirse con su Jefe del Equipo de Combate, resuelve iniciar su repliegue hacia el Este.
Durante esa noche la sección, subdividida en patrullas, atraviesa las líneas que el enemigo ha establecido al este de su cabeza de playa.
Se pierde contacto con una de dichas patrullas. Solamente once hombres logran eludir el cerco.
Se produce una larga y penosa marcha hasta el 11 Junio por el norte de la Isla Soledad, sin alimentos, ocultándose durante el día y marchando por la noche. Numerosos efectivos ingleses, en helicópteros, recorren la zona continuamente. Al parecer, ejecutan exploración y transportan personal y abastecimiento hacia el Este. Se elude el contacto con los pobladores. El 14 Junio, en la zona de New House, el Subteniente Reyes y su fracción son capturados por efectivos ingleses.
El Jefe del Estado Mayor General del Ejercito imparte la orden de organización inmediata de la Comandancia. Para ello convoca al personal necesario con AEC, que aún permanece en el continente.
Con las primeras luces, el enemigo efectúa ataques aéreos sobre la posición. En una de las incursiones quedan destruidos 1 Chinook, 1 Puma y 1 UH 1 H que se encontraban emplazados al E de Monte Kent, en la zona de reserva.
A las 0830 Hs se recibe la comunicación del Jefe del Equipo de Combate Güemes, a través de Darwin, quien informa:
Que durante la madrugada ha sido bombardeada intensamente por fuego naval la altura 234, posición con la cual ha perdido todo contacto.
Que observa 4 buques en la bahía, uno de ellos de gran tamaño, del cual se desprenden lanchones hacia la costa.
Que inicia el combate con las fuerzas enemigas.

El Comandante Conjunto ordena la ejecución de exploración aérea con los medios disponibles. A las 0915 Hs, despega un Aeromachi de la A.R.A. a cargo del Capitán Owen Crippa. Los Pucará de la Fuerza Aerea no pueden hacerlo, debido a problemas mecánicos.
El Capitán Owen Crippa regresa a las 1000 Hs e informa:
Ha observado un total de 12 naves de guerra y transporte, en la bahía, que desembarcaban tropas.
Ha descargado sus cohetes sobre una fragata enemiga a la que considera haber averiado seriamente.

A las 1030 Hs se informan los datos obtenidos al CEOPECON en Comodoro Rivadavia, prometiéndose la acción de la FAE a partir de las 1200 Hs.
Dado que no se han solucionado los problemas mecánicos y porque la acción aérea del enemigo en la zona es permanente, se hace imposible lanzar los aviones disponibles en Puerto Argentino.
Se ordena:

Al Jefe del FT Mercedes, adelantar patrullas hacia alturas al noroeste de cerro Alberdi. Para establecer contacto con el enemigo y explorar. No se le pueden asignar helicópteros, pues la intensa acción enemiga hace imposible desplazar esos medios fuera de la Defensa Aérea de Puerto Argentino, además no cuentan con instrumental para vuelo nocturno.
Al Regimiento de Infantería 5, adelantar patrullas de observación hacia Monte Rosalie para reunir información sobre la acción enemiga en San Carlos.
Al Comandante de la Agrupación Litoral, organizar con los elementos de Comandos disponibles operaciones de infiltración sobre el dispositivo del enemigo en San Carlos.

Se solicita al Comando Superior, exploración aérea sobre el dispositivo enemigo en San Carlos, pero la misma no se concreta.
Luego de los exitosos ataques ejecutados por la Fuerza Aérea por la tarde, en la noche, el enemigo ejecuta un intenso esfuerzo para desembarcar la masa de sus medios y lanzar elementos de seguridad hacia las alturas que circundan la cabeza de playa. Se emplean para ese fin, en forma sucesiva, los helicópteros disponibles.
En la misma tarde, numerosos movimientos son observados transportando tropas, armas pesadas y de defensa aérea, hacia el noroeste de cerro Alberdi y hacia alturas al sudoeste de Establecimiento San Carlos y cerro Montevideo.
El Comando Conjunto Malvinas ha solicitado la continuación del bombardeo aéreo, no pudiéndose apreciar los resultados obtenidos. Los requerimientos de fotografías aéreas no pueden ejecutarse por la activa defensa aérea enemiga.
Fuente: "Informe Oficial - Ejército Argentino".





domingo, 20 de mayo de 2012

GUERRA CONTRA LA CONFEDERACIÓN PERÚ-BOLIVIA


El 19 de mayo de 1837 el entonces encargado del manejo de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas declaró la guerra a la Confederación Peruano-Boliviana, comenzando el conflicto con dicha confederación. Se trató de una reacción originada como consecuencia de las agresiones que el Mariscal Santa Cruz, dictador de Perú y Bolivia, venía ejerciendo sobre nuestro país.

Terminada la guerra de independencia Bolivia se separó del Perú y se proclamó como república independiente en 1825. A este hecho siguió, en ambos Estados, un período de guerras civiles entre diferentes grupos que se disputaban el poder. Tras una larga lucha en 1836 el Mariscal Andrés de Santa Cruz, viejo guerrero del ejército de Bolívar y dictador de Bolivia, tomó el control del Perú decretando la unión entre ambas repúblicas. Nació así la Confederación Peruano-Boliviana que fue reconocida por la mayoría de los gobiernos de Europa y América.
Andrés de Santa Cruz buscaba la formación de una confederación de repúblicas americanas y continuó su proceso de expansión hacia el sur, comenzando sus fuerzas a incursionar sobre el norte de Argentina y Chile lo que motivó las protestas de ambos gobiernos a pesar de lo cual continuaron las incursiones. A su vez estableció contactos con Fructuoso Rivera, presidente de la Banda Oriental y enemigo de Rosas. Su plan consistía en fomentar el desorden en las provincias del norte a la vez que Rivera lo hacía en las de la Mesopotamia, tras lo cual – bajo el pretexto de razones de orden y humanidad – colocarían estas provincias bajo su protección. Santa Cruz también dio amplio apoyo a los emigrados unitarios que desde el territorio boliviano realizaban ataques a los gobernadores federales de las provincias del norte lo que motivó nuevamente las protestas de la Confederación Argentina.
Ya en 1834 Santa Cruz había prestado auxilios a una incursión del coronel unitario Javier López sobre el norte que culminó con su derrota de Chiflón. En 1835 se produjo otro ataque de López desde Bolivia pero fue nuevamente derrotado, en este caso en la batalla de Monte Grande. Ese mismo año Felipe Figueroa con fuerzas organizadas en Bolivia invadió la provincia de Catamarca. Al año siguiente Mariano Vásquez atacó con fuerzas bolivianas los poblados de Talina, Tupiza y La Puna. También dio apoyo a una expedición organizada en Perú al mando del general Freyre que se proponía derrocar al gobierno de Chile pero fue interceptada por una incursión de naves chilenas sobre el puerto de El Callao. Al reiterarse las agresiones, los gobiernos de Argentina y Chile comenzaron los contactos para el establecimiento de una alianza en contra de Santa Cruz. Esta nunca llegó a materializarse por escrito pero sí de palabra. El 11 de noviembre de 1836 Chile declaró la guerra a la Confederación Peruano-Boliviana. Argentina hizo lo propio el 19 de mayo del año siguiente.

La Confederación Argentina
He tomado el año de 1838 como base para describir el estado de las fuerzas opuestas ya que fue el momento álgido de la campaña, pero se debe tener en cuenta que la composición de las mismas fue variando con el paso del tiempo.
Rosas nombró como comandante del ejército nacional en el norte al general Alejandro Heredia, caudillo de Tucumán y una de las figuras de mayor influencia en la zona tras la muerte de Facundo Quiroga. Las fuerzas a cargo de Heredia eran muy limitadas por lo que debió comenzar a organizarlas por su propia cuenta. Ante la carencia de medios solicitó auxilios a Buenos Aires. Rosas envió importantes cantidades de pertrechos entre los que se contaban: 500 tercerolas y carabinas, 900 fusiles, 700 sables, 3.500 piedras de fusil y unos 54.500 cartuchos. A su vez las provincias del norte y el litoral aportaron más armas y soldados con lo que se logró poner en pie una fuerza de unos 3.500 hombres que para 1838 quedó organizada en tres divisiones.
La primera a cargo del gobernador de Salta, General Pablo Alemán. Estaba compuesta de la siguiente manera: 2 regimientos y dos escuadrones de caballería, los primeros eran el “Coraceros de la Confederación Argentina” y “Lanceros de Salta” y los segundos el “Dragones de Jujuy” y el “Restaurador de Aguilar” y 5 regimientos de infantería, el 1 y 2 de milicias de Jujuy y el 6, 9 y 10 de milicias de Salta. En total unos 1.000 hombres.
La segunda división era mandada por el General Manuel Virto y la formaban: 2 regimientos y 4 escuadrones de caballería los primeros eran el “Restauradores” y el 3 de milicias y los segundos eran el “Coraceros de la Guardia”, el de granaderos, el de guías y el de lanceros. A estas unidades se sumaban dos batallones de infantería, el “Libertad” y el de “Cazadores”. En total unos 1.500 hombres.

La tercera división la formaban 1.000 hombres con 2 piezas de artillería, agrupados en las siguientes unidades: 4 regimientos y 2 escuadrones de caballería, los “Coraceros de la Muerte”, “De Rifles”, “Coraceros Argentinos”, 11 de milicias, 4 de milicias y “Granaderos de Santa Bárbara”. A ellos se sumaban dos batallones de infantería, el “Defensores” y el “Voltígeros”. La división estaba a cargo del General Gregorio Paz.
El armamento lo componían fusiles de chispa de 16mm con bayoneta con un alcance eficaz de 200 metros y máximo de entre 400 y 500 metros. Se sumaban las carabinas con un alcance algo menor al de los fusiles, sables, pistolas y lanzas. La artillería fue muy poco usada debido a que se operaba en un terreno que en general era montañoso por lo que no convenía el cargar con pesadas piezas, a lo sumo se llevaban culebrinas o morteros. En esta época de nuestra historia la caballería se organizaba en regimientos compuestos de cuatro escuadrones cada uno, aunque en la guerra contra la Confederación formada por Perú y Bolivia tenían solamente dos.
La infantería argentina solía organizarse en regimientos compuestos a su vez por dos o más batallones divididos en compañías. El número de hombres variaba según la disponibilidad de efectivos. A su vez solía dividirse a la infantería en las unidades de línea (combatían en orden cerrado) y en las de ligera que combatían en orden disperso, lo que se llama comúnmente a manera de “guerrillas”.

La Confederación Peruano-Boliviana
En ese caso lamentablemente es menor la información de la que se dispone. El grueso del ejército de la Confederación, unos 5.000 hombres, se encontraba en el propio territorio del Perú presto a enfrentar el ataque de las fuerzas chilenas que desembarcarían allí. A esta fuerza se la conoció como “fuerza norte”. Sobre la frontera con nuestro país Santa Cruz ubicó a unos 2.000 – 4.000 hombres (las cifras son muy variables) al mando del General Felipe Braun con el objetivo de mantener a raya a las fuerzas argentinas hasta que el grueso del ejército derrotara a las unidades chilenas.
Para 1838 las fuerzas de Santa Cruz se componían de 4 batallones de infantería, los 2, 5, 6 y 8 con 300, 380, 700 y 600 hombres respectivamente; 4 escuadrones de caballería 2 de ellos de cazadores, 1 de coraceros y 1 de guías y una brigada de artillería con 4 piezas al mando del comandante García. El armamento de estas unidades era muy similar al de las argentinas.
En lo que se refiere al entrenamiento hay que destacar que era mejor el de las unidades ubicadas en Bolivia que el de las nacionales. Santa Cruz se había preocupado desde el principio de su gestión de fortalecer al ejército para utilizarlo como principal argumento de su proyecto de expansión. Santa Cruz contó con una gran ventaja a nivel militar con respecto a nuestro país durante la guerra, mientras él pudo concentrar todas sus fuerzas contra Chile y Argentina, las fuerzas de la Confederación Argentina no pudieron hacer lo mismo. Esto se debió a que a la vez que se producía la guerra con Bolivia y Perú la Argentina debió enfrentarse al bloqueo y los ataques de Francia, a la campaña de las fuerzas unitarias en el litoral y a la revolución de los hacendados del sur de Buenos Aires por lo que no se pudo emplear el ejército nacional en su totalidad en el norte.

Situación inicial
Para 1837 Alejandro Heredia se encontraba en Tucumán preparando el grueso del ejército para comenzar las operaciones sobre la frontera. Heredia había encargado al general Pablo Alemán la cobertura de la frontera mientras él completaba el entrenamiento de las fuerzas argentinas. Alemán apenas desplegó unos 380 hombres dispersos en diversas localidades de la frontera que quedó en un estado de suma vulnerabilidad. Por otra parte la preparación del ejército se demoró demasiado por lo que la iniciativa de la guerra quedó inicialmente en manos de los bolivianos.
El general Felipe Braun había recibido órdenes de Santa Cruz de mantenerse a la defensiva hasta que él pudiera derrotar a las fuerzas chilenas, pero al ver la inactividad de las fuerzas argentinas decidió atacar la frontera argentina. Braun intentaría hacer retroceder a las fuerzas argentinas hacia el sur con el objetivo de asegurar la frontera.
La posición de Braun se vio favorecida por la demora en el inicio de la invasión chilena al Perú. Dicha demora se debió al alzamiento de las tropas del coronel Vidaurre, en Quillota, y el asesinato de Diego Portales, ministro chileno.

La invasión de Braun al norte argentino
Aprovechando la inactividad de las fuerzas argentinas el general Felipe Braun concentró sus fuerzas en Tupiza y a fines de agosto de 1837 avanzó hacia el sur para invadir el norte argentino entrando por Jujuy. El 28 de agosto de 1837 una columna compuesta por unos 100 hombres ingresó por La Quiaca al poblado de Cochinoca reduciendo a las autoridades de La Puna y al destacamento de la zona. La segunda de las columnas, ubicada al oeste de la primera, tomó los poblados de Santa Victoria e Iruya tras rendir a las fuerzas de dudosa lealtad al mando del coronel Manuel Sevilla. De esta manera quedó el camino abierto hacia Jujuy. Ambas columnas se reunieron en la quebrada de Humahuaca el 11 de septiembre.
Alejandro Heredia recién había tenido noticia de estos movimientos el día 9 de septiembre por lo que tardó en reaccionar. Envió a su hermano Felipe con la vanguardia del ejército compuesta por un escuadrón del regimiento “Restauradores a Caballo”, otro del “Cristinos de la Guardia”, un escuadrón de milicia y una compañía de tiradores como refuerzo, en total 400 hombres. El 12 de septiembre la vanguardia nacional llegó a unos 500 metros al sur del poblado de Humahuaca y fue recibida por los disparos de una avanzada boliviana a la que dispersó rápidamente, comenzando de esta manera el combate de Humahuaca. Por las características del terreno, montañoso, las fuerzas de Heredia no pudieron flanquear a los bolivianos por lo que las atacaron frontalmente. Tras varias cargas retrocedieron siendo perseguidos por los soldados argentinos. La persecución se detuvo por el descubrimiento de una considerable fuerza enemiga ubicada más al norte. Se trataba de una columna dirigida por el teniente coronel Campero y que había sido mandada por Braun para permitir la retirada de sus fuerzas ya que en ese momento creyó erróneamente que las fuerzas argentinas eran el ejército completo y no como en realidad ocurría simplemente la reducida fuerza de vanguardia.
Felipe Heredia continuó el avance al día siguiente y el 13 de septiembre se encontró nuevamente con las fuerzas de Braun que se habían atrincherado en las alturas de Santa Bárbara. Para atacar la posición Heredia dividió a sus tropas en dos columnas, la derecha quedó formada por un escuadrón del “Cristinos de la Guardia”, otro del de milicias y la compañía de tiradores. La columna de la izquierda se formó con un escuadrón del “Restauradores”. Sorpresivamente el teniente coronel Benito Macías, comandante del “Restauradores”, ordenó a su escuadrón cargar sin recibir orden previa de Heredia. Viendo esta situación Felipe Heredia ordenó al escuadrón del “Cristinos de la Guardia” cargar inmediatamente. Este escuadrón fracasó en su carga, pero las fuerzas argentinas se reorganizaron y volvieron a cargar logrando hacer retroceder a los bolivianos que se retiraron hacia el norte. Ante la proximidad de nuevas fuerzas enemigas Heredia no continuó la persecución.
El 11 de diciembre un destacamento de soldados argentinos al mando del capitán Aramayo sorprendió a una fuera boliviana al mando del comandante Calqui en Tres Cruces tomando varios prisioneros, armas y ganado. Las acciones a menor escala continuaron y el 2 de febrero de 1838 un destacamento nacional al mando del capitán Gutiérrez tomó prisioneros a 10 soldados bolivianos en la zona de Rincón de las Casillas, al sur de Negra Muerta. El destacamento argentino se encaminó a Negra Muerta para esperar la llegada de una columna enviada por Braun y emboscarla. Allí mediante un brillante ardid Gutiérrez logró que en medio de la obscuridad dos destacamentos bolivianos se confundieran y, creyendo que se trataba del enemigo, abrieron fuego uno sobre el otro, prolongándose el enfrentamiento hasta que se dieron cuenta del error cometido. A pesar de las victorias obtenidas, Alejandro Heredia no pudo emplear a las fuerzas argentinas en una invasión a Bolivia debido a una serie de sublevaciones producidas en las provincias del norte.

Derrota chilena y retirada argentina
Mientras se desarrollaban estos enfrentamientos en el norte argentino Chile lanzó una expedición sobre la costa del Perú a las órdenes del Almirante Blanco Encalada.
Los chilenos desembarcaron y establecieron un gobierno provisional en Arequipa tras lo cual avanzaron al norte por terreno desértico, las enfermedades, la sed y las epidemias mermaron mucho a los 4.000 hombres de esta expedición. Santa Cruz lo sabía y con el grueso del ejército de la Confederación Peruano-Boliviana marchó para enfrentar a Blanco Encalada. El almirante chileno viéndose en una completa inferioridad de condiciones se rindió firmando la paz de Paucarpata por la cual Chile quedó momentáneamente fuera de la guerra. Heredia se enteró de este hecho en enero de 1838 y comprendió la gravedad de la situación ya que ahora se presentaba el peligro de que Santa Cruz decidiera avanzar con todo su ejército sobre el norte argentino. Aprovechando esto Braun volvió a avanzar sobre el norte argentino y a su vez Heredia retrocedió concentrado al ejército en Itaimari y Hornillos.
Las fuerzas argentinas a pesar de la peligrosa situación emprendieron algunas acciones menores contra los bolivianos. El coronel Paz logró tomar San Antonio de los Cobres, el coronel Mateo Ríos avanzó desde Orán hacia Iruya y el teniente coronel Baca hostilizó a los bolivianos, la acción combinada de estas fuerzas obligó a Braun a retroceder. La situación nuevamente se tornó favorable a las fuerzas argentinas ya que el gobierno chileno rechazó el acuerdo de Paucarpata y comenzó a preparan una nueva expedición sobre el Perú por lo que Santa Cruz no pudo mandar al grueso de sus tropas contra la Confederación Argentina. El general Heredia no se mostraba demasiado activo lo que motivó los reclamos de Chile. Heredia ofreció su renuncia pero fue rechazada por Rosas y le ordenó la preparación de una expedición para atacar a los bolivianos.

Campaña de Alejandro Heredia
Con sus fuerzas ya reorganizadas el general Alejandro Heredia se dispuso a tomar la ofensiva contra las tropas de Braun. A tal fin organizó al ejército del norte en tres divisiones. La primera de ellas quedó al mando del coronel Manuel Virto con unos 1.200-1.500 hombres y tenía como misión el avanzar hacia las montañas de Iruya para atacar al grueso del ejército boliviano por la retaguardia e impedir su retirada. La segunda división estaba compuesta por 1.000 hombres al mando del general Gregorio Paz y debía ocupar la frontera con Tarija y amenazar la ciudad de Chuquisaca.
La tercera división al mando Pablo Alemán permanecería a retaguardia de las otras divisiones para actuar como reserva. La vanguardia de la división del general Gregorio Paz inició la marcha el 27 de mayo de 1838 con el coronel Mateo Ríos al frente. A los dos días atacó a una avanzada boliviana que se había ubicado en el pueblo de Carapari. El comandante de la guarnición, Cuellas, se mostró dispuesto a rendirse pero explicó que debía convencer a sus oficiales que se encontraban acampados en Zapatera. Estos no accedieron a rendirse por lo que Paz decidió atacarlos. A tal efecto dividió a sus fuerzas en dos columnas. La primera de ellas al mando del coronel Mateo Ríos avanzó por el camino de Itau, la segunda al mando de Paz lo hizo por el camino de Saladillo.
La vanguardia boliviana fue atacada por una compañía de tiradores y 15 hombres del regimiento “Coraceros Argentinos” por lo que comenzó a retirarse, fue entonces cuando el teniente coronel Bárcena avanzó con una compañía de tiradores y la mitad del escuadrón “Granaderos de Santa Bárbara” para cortarles el paso. Mientras se producía la persecución, que se prolongó unos 20 km., un escuadrón al mando del comandante Cuellas desertó y se unió a las fuerzas nacionales. La columna del general Paz siguió avanzando y el 8 de junio de 1838 derrotó a una avanzada boliviana en San Diego. En esta acción participaron la segunda compañía de granaderos, 15 tiradores del regimiento “Coraceros Argentinos” y una compañía del batallón “Defensores”.
Cerca de la localidad de El Pajonal el general Gregorio Paz destacó al teniente coronel Ubiens con 200 hombres para que se ubicara a retaguardia del enemigo y cortara su retirada pero los bolivianos dando cuenta de la maniobra se retiraron y lograron eludir el cerco. La división continuó el avance llegando a las proximidades de Tarija pero al aproximarse nota la presencia de una fuerza enemiga de considerable tamaño por lo que Paz decidió retroceder el 24 de junio. Durante la retirada las fuerzas nacionales fueron derrotadas en Cuesta de Cayambuyo y continuamente hostilizadas por los bolivianos sufriendo fuertes pérdidas. A la vez que se desarrollaban estas acciones la columna del coronel Virto también participaba en las operaciones. Esta columna había partido el 5 de junio de 1838 de San Andrés con rumbo a Abra de Zenta. En el camino se reunieron con las tropas enviadas desde Jujuy al mando del coronel Iriarte.
El 11 de junio la división se encontraba cerca de la población de Iruya donde las tropas de Braun se habían atrincherado fuertemente. Al frente de la vanguardia marchaba el coronel Rivas para tomar las alturas ocupadas por el enemigo. La compañía de “Voltígeros” del capitán Lorenzo Alvarez atacó la población con gran determinación pero fracasó. Virto mandó en repetidas oportunidades sus fuerzas contra el dispositivo boliviano pero no logró doblegarlo. Como último intento mandó la reserva pero aún así no pudo seguir avanzando por lo que debió retroceder.
El 22 de agosto de 1838 el general Heredia ordenó la retirada de las fuerzas nacionales tras haber fracasado las columnas en cumplir con los objetivos asignados.
El 12 de noviembre de 1838 estalló en el noroeste argentino la rebelión dando comienzo a lo que se llamó la “Coalición del Norte”. Ese día el general Alejandro Heredia fue asesinado por una partida de rebeldes por lo que las acciones se vieron nuevamente detenidas.

El fin de la guerra
El 20 de enero de 1839 las fuerzas chilenas desembarcadas en el Perú al mando del general Manuel Bulnes se enfrentaron al ejército del general Andrés de Santa Cruz en Yungay, tras cinco horas de duros combates las fuerzas de la Confederación Peruano-Boliviana fueron completamente derrotadas. Tras la batalla la confederación se disolvió. El general Velasco fue elegido como nuevo presidente de Bolivia. Las nuevas autoridades mostraron buena voluntad con respecto al problema originado años antes con nuestro país por la disputa en torno a la posesión de la provincia de Tarija. El gobierno argentino podría haber aprovechado la situación de encontrarse como vencedor para ocupar la disputada provincia, pero no lo hizo. Juan Manuel de Rosas consideró que lo correcto era que la cuestión debía ser decidida por los habitantes de la zona. Se realizó una consulta y Tarija se incorporó a Bolivia.
El 26 de abril de 1839 el gobierno argentino dio oficialmente por terminada la guerra.
Como balance de la misma se puede decir que si bien la Argentina no logró victorias decisivas durante su desarrollo sí se logró algo que fue fundamental para la Nación. Se pudieron desbaratar los planes de Santa Cruz de anexar a la Confederación Peruano-Boliviana las provincias del noroeste por lo que se logró mantener la integridad territorial y la soberanía de la Argentina, esto es más destacable si tenemos en cuenta que por esos días la Confederación Argentina debió enfrentarse también con otra agresión desde el exterior, el bloqueo de Francia. Este fue apoyado por numerosos movimientos internos encabezados por los unitarios que no mostraron el menor escrúpulo –salvo gloriosas excepciones como el caso de Martiniano Chilavert- a la hora de intentar derrocar a Rosas, aunque fuera con armas y dinero francés y que ello implicara la disgregación de la integridad territorial de nuestra Patria.
Sirva este trabajo a manera de sencillo y humilde homenaje a los valientes que dieron la vida en esta contienda por preservar la soberanía Argentina en esos momentos decisivos para la nación.

Fuentes: www. revisionistas.com.ar / Mirand, Lic. Sebastián – La Guerra Contra la Confederación Peruano – Boliviana (1837-1839).

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