sábado, 30 de abril de 2011

LA CAÍDA DE UN HELICÓPTERO DURANTE EL CONFLICTO



A las 08.30 del 30 de abril, el conflicto por las Malvinas recibió la ofrenda gloriosa de la vida de trece soldados argentinos en cumplimiento de su deber. En esa oportunidad, un helicóptero AE 419-UH-H de la Brigada de Aviación de Ejercito 601, que había decolado de la ciudad de Caleta Olivia, debido a las malas condiciones atmosféricas se precipitó a tierra cobrándose las vidas de un oficial superior, dos oficiales subalternos, dos suboficiales, cinco soldados, los pilotos y el mecánico de la aeronave. El accidente se produjo cuando la aeronave volaba entre esa localidad y Puerto Deseado, hacia donde se dirigían con la misión de evitar una posible infiltración enemiga en esta última.
Fuente: Ejercito.

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viernes, 29 de abril de 2011

PERROS “SOLDADOS DE MALVINAS”



Si bien ya hemos publicado este articulo con anterioridad, consideramos que muchos nuevos visitantes no lo conocen, es por esto que decidimos republicarlo conmemorando el día del animal. Esperamos que los que lo leen por primera vez se emocionen tanto como aquellos que ya lo han leído en otras oportunidades.
E.N.


VOGEL:
La Infantería de Marina de la Armada Argentina cuenta con el honor de haber destacado perros de guerra en la Gesta de Malvinas de 1982, contándose con numerosas actuaciones heroicas por parte de estos "soldados". De la dotación de perros de guerra de la ARA Veteranos de Malvinas, el que superó a todos en longevidad, fue Vogel, un ovejero alemán nacido en la Base Naval de Puerto Belgrano e hijo de Tell y Nixie, también nacidos en la BNPB. Luego de la Gesta de Malvinas presidió todas las ceremonias de la Unidad luciendo en su capa la condecoración de Veterano de Guerra de Malvinas, y al fallecer el 1 de diciembre de 1991, fue enterrado en la BNPB mirando hacia las Islas Malvinas y con un monumento en honor a los perros Veteranos de Guerra.

XUAVIA:
La perra Xuavia estaba preñada cuando partió a la Gesta de Malvinas, siendo su Guía el Soldado C/62 Carlos Silva del Batallón Seguridad ARA Agrupación Perros de Guerra. En la noche del 13 al 14 de junio, luego de soportar un intenso bombardeo británico sobre las posiciones argentinas, Xuavia regresaba junto a las tropas patriotas a Puerto Argentino pero repentinamente se separó y corrió hacia la negrura de la noche. Varias horas después fue encontrada dándole calor con su cuerpo a un soldado argentino herido, el cual fue llevado prontamente hacia el hospital por los camilleros y enfermeros del Ejército. De no haber sido por Xuavia ese soldado habría muerto congelado y desangrado. Luego del conflicto Xuavia regresó a su base naval y dio a luz a nueve cachorros con parto normal. El padre fue Duque.

TOM:
El camión me esperaba afuera, junto a mis soldados y los equipos. Tomé un gran manojo de camperas y me dirigí a la carrera, pero se me cruzó un perro de la base que habíamos criado desde cachorro y me hizo caer. Me levanté maldiciendo, tomé otra vez las camperas y retomé mi camino, pero a los pocos metros otra vez el perro me hizo caer. De la bronca, lo tomé y le dije "Estás jodiendo, entonces venís con nosotros a Malvinas" y lo subí al camión. Al ver el perro, el soldado Cepeda me preguntó asombrado "¿Y eso mi Cabo Primero? ¿Como se llama el perro?" Entre risas le contesté "Desde hoy se llama Tom, porque vamos al Teatro de Operaciones Malvinas". Al poco tiempo se transformó en el ser más mimado y querido entre todos, pero debíamos ocultarlo de los superiores, por eso en las inspecciones siempre estaba dentro de algún bolso, campera o saco de dónde solo salía su hocico para respirar. Luego de unos días de espera en Santa Cruz partimos en un Hércules hacia las Islas Malvinas transportando a nuestro personal, dos cañones Sofma, un Unimog y desde luego a Tom, que para esa altura ya era otro soldado movilizado del Grupo de Artillería 101. En Malvinas Tom se comportó como un bravo artillero. Cuando tirábamos con la máxima cadencia de fuego hacia los británicos, él se paraba delante del cañón como el mejor de los combatientes; siempre ladraba y jugaba con aquél que estaba bajoneado en los momentos de calma para darle ánimo; cuando había "alerta roja de bombardeo naval" era el primero en salir del refugio para buscar a los más alejados y el último en entrar a cubrirse; y muchas veces su instinto canino presintió los bombardeos aéreos antes que se gritara la alarma, lo cual manifestaba con ladridos que ya conocíamos. Compartía con nosotros la comida y los soldados le fabricaron un abrigo con los gorros de lana y bufandas. El 11 de junio, a las 11:15 hrs., un avión pirata se lanzó frenéticamente sobre nuestra posición bombardeando nuestro cañón y haciéndolo estallar, nosotros corrimos a cubrirnos y Tom, como siempre, parado sobre una roca ladraba dando la señal de alerta. El avión efectuó otra pasada, esta vez ametrallando con furia nuestra tropa que repelía el ataque con fusiles, en ésta oportunidad varios fueron heridos (yo entre ellos), y Tom, que corría avisándoles a los más distantes fue alcanzado por las esquirlas. El humo y el olor a pólvora cubrieron el lugar. Como pudimos, heridos, buscamos a Tom y lo encontramos tendido sobre una piedra inmóvil, con sus grandes ojos negros mirándonos y despidiéndose lentamente de sus camaradas. Allí quedó para siempre nuestro cañón y el mejor testigo de esta Gesta, nuestro querido Tom. Allá en la fría turba malvinera él es otro bastión argentino, que junto a los héroes que dieron su vida por la Patria, significan soberanía y un especial estilo de vida. Cuando volví al continente, en honor a él, todos los perros que tuve se llamaron Tom y mientras yo viva así lo haré. Tom en Malvinas fue mi mejor amigo. ¡Y yo... jamás olvido a mis amigos!


Fuentes:
Oscar J. Planell Zanone / Oscar A. Turone – Patricios de Vuelta de Obligado. Relato del Cbo 1º VGM Omar Liborio del GA 101, Ejército Argentino.

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jueves, 28 de abril de 2011

CABALLERIA DE SANTOS LUGARES



Estaban acantonados en el campamento general que en ese lugar tenía Rosas.
Su atuendo, como puede observarse, era uniformemente rojo y como detalle distintivo puede anotarse el caballo de pelo rojizo y que el soldado adornaba con testera colorada y moño del mismo color.
Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.

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miércoles, 27 de abril de 2011

ARRIBO DE EFECTIVOS A LAS ISLAS MALVINAS



El día 27 de abril arribó a Puerto Argentino la Compañía de Comando 601, quedando a partir de ese momento a órdenes del gobierno militar. Numerosas fueron las misiones que debieron cumplir, siendo su valor y profesionalismo reconocidos por el propio enemigo. Tres cruces al “Heroico valor en combate” y doce menciones personales por su desempeño durante la campaña hablan a las claras del brillante accionar de estas unidades especiales.
El mismo día, también arribó a Puerto Argentino el Regimiento de Infantería Nro. 4 procedente de la ciudad correntina de Monte Caseros. Tras una difícil y dura marcha a pie de 3 kilómetros, se trasladó hacia la zona del Monte Harriet y desde allí hacia monte Wall donde estableció una posición defensiva transitoria con frente al oeste, en previsión de su futuro traslado a Puerto Howard. A partir del 2 de mayo, el comandante conjunto descartó el traslado previsto y confirmó la misión de seguridad en monte Wall. En esa posición y en cumplimiento de la misión impuesta, soportó los ataques finales que los ingleses lanzaron sobre la zona de los cerros Dos Hermanas y Harriet.
Asimismo y ante la inminencia del ataque inglés, se ordenó suspender los vuelos y ocupar la posición de defensa a partir del día 28, debiendo quedar siempre 1/3 del personal en condiciones de combate inmediato.
Fuente: Ejercito.
En la imagen: Compañía de Comandos 601 en las Islas.



martes, 26 de abril de 2011

EL MATE



Un oficial del Ejército Nacional vistiendo la levita, el quepí y los pantalones reglamentarios, posa junto a su asistente. Este, cebándole mate, viste un informal atuendo compuesto por una chaqueta de color claro, pañuelo al cuello, quepí del Ejercito Nacional, chiripá criollo, calzoncillos largos y botas de potro sin puntera.



Fuente: "Soldados 1848-1927" de la Fundación Soldados.






lunes, 25 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA



Recordamos que, el 25 de abril de 1900, el Grl Luis María Campos dictó su primera clase en la Escuela Superior de Guerra, institución fundada por él en ese mismo año.
La creación de la Escuela Superior de Guerra no constituyó un hecho aislado en el acontecer histórico del país y del Ejército, sino que se inserta dentro del proceso de avanzada transformación que tuvieron todas las instituciones argentinas a principios del siglo XX. Las características de un mundo cambiante, imponían a fines del siglo XIX, una rápida adaptación a los tiempos. Los avances de la sociedad industrial, el afianzamiento de estados-nación como estructuras políticas conformadas sobre espacios imprecisos, la confrontación de intereses superpuestos, nuevas armas y novedosas tácticas, revolucionaban el espíritu militar de la época. La ciencia de la guerra se tornaba cada vez más compleja, exigiendo a los comandantes disponer de Estados Mayores integrados por hombres caracterizados por una sólida formación profesional.
El Teniente General Luis María Campos, Ministro de Guerra del Presidente Roca, consciente de las numerosas inquietudes e iniciativas de civiles y militares que instaban un mayor perfeccionamiento dentro del Ejército, es quien desarrolla la idea fundacional de la Escuela, enmarcándola en las corrientes educativas originadas en el Congreso Pedagógico de 1882.Su fundación, decretada el 1ro de enero de 1900, sintetiza uno de los tantos esfuerzos realizados por una generación que bregó por consolidar la unidad nacional, y cuyo eje directriz, apuntó entre otros aspectos, al desarrollo de una política educacional que abracara todos los ámbitos de la Nación.
Desde su creación, la Escuela Superior de Guerra ha contribuido en forma permanente a la formación del Pensamiento Militar Argentino, mediante la enseñanza superior e investigaciones científicas sobre defensa nacional, estrategia e historia militar y la consecuente actualización doctrinaria.
En sus aulas se han formado más de tres mil Oficiales de Estado Mayor, nutriendo al Ejército con el saber actualizado de la ciencia y el arte militar. Por ellas han pasado desde 1949, oficiales de la Armada y Fuerza Aérea, y más de 400 Jefes pertenecientes a Ejércitos de 20 países de América, Europa y Asia. Ello pone de relieve la trascendente labor que realiza el Instituto y el reconocido prestigio que tiene ante todo el mundo en su competencia específica.
En 1986, respondiendo a las expectativas de la institución y de la sociedad, la Escuela ha abierto con pluralidad sus claustros, sumándose al nuevo impulso educativo resultante del IIdo Congreso Pedagógico. Hoy, a más de una década de haberse iniciado la transformación y como resultado del imperio de la Ley de Educación Superior, está organizada con criterio pedagógico universitario, coherente con la calidad de las unidades académicas que integran el Instituto de Enseñanza Superior del Ejército.
La necesidad de construir un saber integrador, originó la ampliación de su misión a partir de la concepción de metas cada vez más significativas acordes a las exigencias de nuestra época. "SER MAS QUE PARECER", viejo axioma que reza en el umbral de esta casa de altos estudios, continúa siendo el principal compromiso con el saber.
Actualmente, en el marco de un constante y progresivo crecimiento, el Instituto, manteniendo su identidad fundacional, desarrolla carreras de grado, postgrado, actividades de extensión universitaria e investigación, atinentes a las Ciencias Sociales, vinculantes de las necesidades del Ejército Argentino y la sociedad, de la que forma parte y sirve.
Fuente: www. escuelasuperiordeguerra.iese.edu.ar
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domingo, 24 de abril de 2011

ARRIBO DE EFECTIVOS A LAS ISLAS MALVINAS



Tras una agotadora marcha a través del TOAS, arribó a las Islas Malvinas el RI 12 procedente de la ciudad de Mercedes (Corrientes). A su arribo y por falta de medios debió marchar más de 25 kilómetros con armamento y bolsones de equipo al hombro. Le cupo la misión de ocupar la zona de Darwin y organizarla para la defensa. Los cruentos combates de Darwin y Goose Green dieron claras muestras del tesón y coraje de esta histórica unidad correntina, la que soportó durante 48 horas el ataque de un enemigo superior en medios de combate, de apoyo logístico, aéreo y naval.
Arribó a Puerto Argentino el RI 5, unidad que desde Paso de los Libres (Corrientes) debió realizar una penosa y complicada marcha para llegar a Malvinas en las últimas horas de la tarde del 24 de abril. Su destino final fue Puerto Howard, teniendo como misión la de ocupar la Isla Gran Malvina y organizarla para su defensa. Esta misión la cumplió hasta el final de la campaña con gran espíritu de sacrificio y pese a las vicisitudes logísticas que le impuso su aislamiento. Fue esta unidad un ejemplo claro del temple y coraje del soldado correntino demostrado con creces a lo largo de la historia bélica del país, ratificado en esta nueva gesta argentina.
Asimismo arribó también ese día 24 de abril a Puerto Argentino el Cdo Br I III con su Estado Mayor y efectivos de la Ca San 3 (-). El desplazamiento de este Comando comenzó en los primeros días de abril desde sus cuarteles de origen en Curuzú Cuatiá (Corrientes). Luego de cumplir numerosas misiones en el Atlántico Sur, cruzó en este día a las Islas Malvinas. Su arribo se produjo en las últimas horas de la tarde. El accidente del buque Córdoba y los movimientos realizados previamente afectaron seriamente la situación de esta GUC, lo que fue motivo de un informe especial.
Fuente: www. ejercito.mil.ar

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sábado, 23 de abril de 2011

JURA DE LA BANDERA EN LAS ISLAS



En una emotiva ceremonia rodeada de la mayor sencillez y solemnidad, se realizó la primera jura a la Bandera de tropas argentinas en combate. Este acto tuvo lugar en proximidades del aeropuerto por parte de los soldados de la clase 1963 del RI 25, que cubrían la posición de defensa del sector este de las Islas. Una ceremonia similar tuvo lugar en la zona de Darwin, con efectivos de este mismo Regimiento.

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viernes, 22 de abril de 2011

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL GENERAL MANUEL J. CAMPOS



El día 22 de abril de 1847 nace en la ciudad de Buenos Aires el General Manuel J. Campos. Inició muy joven su carrera militar, desempeñándose en la Guerra del Paraguay en forma notable, lo que le valió ascensos en el campo de batalla. Al estallar una sublevación en Mendoza el 9 de noviembre de 1866, el gobierno debió enviar varias unidades retiradas del frente al mando del General Wenceslao Paunero, entre las que estaba la unidad del Teniente Campos. Terminada esta campaña, volvió a la Guerra del Paraguay, asistiendo a varios combates y batallas. En 1870 regresó a Buenos Aires, siendo enviado a la primer campaña contra el caudillo Ricardo López Jordán, instigador del asesinato del Capitán General Justo J. de Urquiza. Su desempeño mereció recomendaciones del General Donato Álvarez. Asistió a la segunda sublevación jordanista. En la Batalla de Santa Rosa, a las órdenes del General Julio A. Roca, alcanzó el grado de Teniente Coronel. En 1875, combatió a la sublevación de los hermanos Taboada en Santiago del Estero. En 1879, fue designado ayudante del General Roca en su campaña al Río Negro, siendo luego designado jefe de un regimiento y posteriormente de una brigada de caballería. En 1882, fue nombrado jefe de las fronteras del Sur de Buenos Aires. Falleció en Buenos Aires el 15 de diciembre de 1908.
En la imagen: Mausoleo en la Recoleta donde descansan los resto del General Manuel Campos.

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jueves, 21 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE RIOBAMBA



El 21 de abril de 1822 bajo una intensa lluvia las tropas del ejercito español se encontraban en el valle de Rio Bamba.
Los independientes a órdenes del General Sucre provocaban con empeño la batalla, pero el enemigo iba cediendo el terreno y se mantenía a la estricta defensiva. Debido al permanente asecho, el ejército español se vio obligado a ocupar una nueva posición mas a retaguardia, con su caballería al frente.
Al ver esto Sucre ordeno al 1er Escuadrón de Granaderos a ordenes del Sargento Mayor Juan Galo de Lavalle que reconociera el terreno.
Lavalle junto a sus bravos avanzo sobre el valle y se hallo improvisadamente al frente de toda la caballería enemiga.
Con sus noventa y seis granaderos cargo a fondo sable en mano poniéndolos en completa retirada y los siguió hasta el pie de las posiciones que ocupaban la masa de infantería buscando la protección.
Lavalle temiendo un ataque por las dos armas ordeno hacer alto y volver caras por pelotones, la retirada se hacia al tranco, pero una vez que la caballería realista se reorganizo volvió al ataque a gran galope, los Granaderos argentinos sostenidos esta vez por los Dragones de Colombia volvieron sus caras y envolviendo a al enemigo lo enfrentaron con bravura. El choque fue recio y sangriento, argentinos y colombianos embestían con furia a los españoles que caían fulminados o emprendían la retirada.
Este combate dejo en el campo 52 muertos, incluso tres oficiales y mas de cuarenta heridos entre los españoles y no mas de cinco entre granaderos y dragones.
Aquel 21 de Abril de 1822 fue la antesala de la independencia del Ecuador.
Fue este uno de los mas importantes combates de Caballería de la Guerra de la Independencia Americana.
Al referirse al mismo, Lavalle en su parte de guerra dice que el coraje brillaba en los semblantes de los bravos granaderos y era preciso ser insensible a la gloria para no haber dado una segunda carga.
Con esta acción la caballería realista quedo anulada para todo el resto de la campaña. Por este triunfo el General San Martín condecoro a Lavalle y le dio el titulo de Granaderos de Riobamba.
La audacia, el espíritu agresivo, la intrepidez y la iniciativa, le permitieron a Lavalle el vuelco favorable de esa situación desventajosa en que se encontró imprevistamente. Asumió todos los riegos, por su acción de mando y su ascendiente siempre sostenido por su ejemplo personal arrastro a los tímidos y dudosos convenciéndolos y a los valientes enardeciéndolos hasta lograr la victoria.
El General Sucre en su parte oficial el 23 de abril hace merecida justicia al Sargento Mayor Juan Galo de Lavalle y expresa: Mande al Escuadrón de Granaderos y Dragones a un reconocimiento a poca distancia de la Villa de Río Bamba, el Escuadrón de Granaderos se hallo al frente de toda la caballería enemiga y su Jefe tuvo la elegante osadía de cargarlos y dispersarlos, con una intrepidez que habrá raros ejemplos. Su Comandante a conducido su cuerpo al combate, con un valor heroico, con una serenidad admirable y sus oficiales se han distinguido particularmente.

PARTE DEL COMBATE DE RIOBAMBA


RIOBAMBA, Abril 25de 1822.-


AL EXCMO. SR. DON JOSE DE SAN MARTIN, CAPITAN GENERAL DEL EJERCITO LIBERTADOR DEL PERU Y PROCTECTOR DE SU LIBERTAD.

EXMO. Sr.

El día 21 del presente se acercaron a esta villa las divisiones del PERU y COLOMBIA Y ofrecieron al enemigo una batalla decisiva. El primer escuadrón del regimiento de GRANADEROS A CABALLO de mi mando marchaba a la vanguardia descubriendo el campo y observando que los enemigos se retiraban, atravesé la espalda de una altura, en una llanura me vi en repentinamente al frente de tres escuadrones de caballería fuerte de siento veinte hombres cada uno, que sostenían la retirada de su infantería; una retirada hubiera ocasionado la pérdida del escuadrón y su deshonra y en el momento de provocar en COLOMBIA su coraje; Mande formar en batalla, poner sable en mano, los cargamos con firmeza. El escuadrón que formaba noventa y seis hombre parecía un pelotón respecto de cuatrocientos hombres que tenían los enemigos; ellos esperaban hasta la distancia de quince pasos poco mas o menos cargando también, pero cuando oyeron la voz de degüello y vieron morir acuchillada tres o cuatro de sus mas valientes, volvieron cara y huyeron en desorden, la superioridad de sus caballos los saco por entonces del peligro con perdida solamente de doce muertos, y fueron a reunirse al pie de sus masas de infantería.
El escuadrón llego hasta tiro y medio de fusiles de ellos y, teniendo un ataque de las dos armas, lo mande hacer alto, formarlo y volver caras por pelotones; la retirada se hacia al tranco del caballo cuando el GENERAL TOBRA puesto a la cabeza de sus tres escuadrones los puso a la carga sobre el mío. El coraje brillaba en los semblantes de los bravo granaderos y era preciso ser insensible a la gloria para no haber dado una segunda carga.
En efecto, cuando los cuatrocientos godos habían a cien pasos de nosotros, mande volver caras por pelotones, y los cargamos por segunda vez: en este nuevo encuentro se sostuvieron con alguna mas firmezas que en el primero, y no volvieron caras hasta que vieron morir dos capitanes que los animaban. En fin, los godos huyeron de nuevo arrojando al suelo sus lanzas y carabinas y dejando muertos en el campo cuatro oficiales y cuarenta y cinco individuos de tropa. Nosotros nos paseamos por encima de su muertos a dos tiro de fusil de sus masas de infantería hasta que fue de noche y la caballería que sostenía antes la retirada de su infantería fue sostenida después por ella. Cincuenta DRAGONES DE COLOMBIA que vinieron a reforzar el escuadrón lo acompañaron en la segunda carga y se condujeron con braveza. El escuadrón perdió un granadero muerto y dos heridos después de haber batido a un numero tan superior de enemigo en el territorio de quito. Entre tantas acciones brillantes de los oficiales y tropa del escuadrón es difícil hallar las de mas mérito; sin embargo es precioso nombrar al valiente SARGENTO MAYOR GRADUADO CAPITAN DON ALEJO BRUIX, AL TENIENTE DON FRANCISCO OLMOS, a los SARGENTO DIAZ Y VEGA y al GRANADERO LUCERO. Tengo el honor de asegurar a vuestra excelencia mis respectos y que soy su atento servidor Q. S. M. B.

JUAN LAVALLE


Fuente: http://www.rgcgsm.mil.ar/


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miércoles, 20 de abril de 2011

CARTA DE BELGRANO A SAN MARTÍN CON MOTIVO DE LA VICTORIA DE MAIPÚ



El día 20 de abril de 1818, al conocer la victoria de Maipú, el General don Manuel Belgrano escribió una carta al Jefe del Ejército Unido, General don José Francisco de San Martín, expresándole sus congratulaciones por el éxito de aquella jornada tan trascendente para la causa de la emancipación americana. En ella le expresaba:
“Excelentísimo señor, nunca se manifiesta el sol con más brillantez y alegría que después de una tormenta furiosa; el azaroso acontecimiento del 19 de marzo en los campos de Talca le dio palpablemente el último grado de importancia e inmortalidad al venturoso 5 de abril en los de Maipú [...]; Al enemigo fascinado con aquel, no le ocurrió, por lo visto, que aún existía el general San Martín y que capaz de transmitir su heroísmo al último de sus subalternos, haría prodigios aún con la espada al cuello. [...] la nación en masa, entrando yo en parte, elevará en el centro de su corazón el monumento de eterna gratitud que inmortalice al héroe de los Andes. [...] Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Manuel Belgrano. Tucumán, 20 de abril de 1818.”
Fuente: Ejercito.
En la imagen Encuentro entre el General Belgrano y el General San Martin.

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martes, 19 de abril de 2011

REGIMIENTO DE INFANTERIA 37 "CORONEL LUIS JORGE FONTANA"


(1979 - 1992)
Fue creado por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nro 571/79, obedeciendo a la necesidad de guarnecer, desde tiempos de paz, un espacio geográfico sumamente expuesto de nuestra dilatada Patagonia, incrementando además la capacidad operativa de la IXna Brigada de Infantería.
Su ubicación, en el paraje anteriormente denominado Paso Río Mayo -a la sazón un pueblo de 2200 habitantes- ya había servido como asentamiento de tropas durante la movilización de 1978.
Durante los años 1980 y 81 funcionó como núcleo (1 subunidad) en las instalaciones del RI 8 en Comodoro Rivadavia mientras finalizaba la construcción de sus cuarteles, los que fueron ocupados a partir de marzo de 1982, en los que permaneció hasta su disolución.
A poco de instalado debió desplegar parte de sus medios para proporcionar seguridad estratégica en la zona limítrofe durante la Campaña del Atlántico Sur. Los hitos 45 y 50, a partir de ese momento, supieron de sus despliegues, ejercicios y reconocimientos, al igual que otros lugares que se transformaron en familiares para quienes lo integraron: Paso Coihaique, valle Huemules, Ricardo Rojas, Aldea Beleiro, Alto Río Mayo, Río Senguer, cañadón Faquico, etc., en los cuales desarrollo su capacidad operacional para el cumplimiento efectivo de su misión.
Organizado como Regimiento de Infantería Ligera (Motorizado) al serle impuesto el nombre de "Coronel Fontana" recogió la tradición de quienes formando parte de la expedición que él comandó y llamó Ca Rifleros del Chubut, en 1885, fueron los primeros en reconocer y recorrer, en nombre del Gobierno Argentino, esas extensas regiones hasta entonces bajo dominio de indios Tehuelches y aventureros extranjeros.
Sirviendo a ese mismo propósito, afianzando la soberanía en el rincón SO de la provincia de Chubut, conquistó el reconocimiento y aprecio de los habitantes de aquellas alejadas y aisladas localidades, lo que puso de manifiesto en la ceremonia de disolusión al entregar los cuarteles al B Ing 9.
Su bandera de guerra, que no llegó a recibir su bautismo de fuego, se conserva en el Comando de la IXna Brigada Mecanizada, en la ciudad de Comodoro Rivadavia.
El 15 de diciembre de 1992, en el marco de la reorganización del Ejército, el regimiento fue disuelto por orden del Sr. JEMGE.
La maqueta que se ve en la imagen es del vehículo de transporte acorazado de infantería M 113, que perteneciera a la dotación del que fuera el Regimiento de Infantería 37 “Coronel Luís Jorge Fontana”, ubicado en la localidad de Río Mayo, Provincia de Chubut, conocido entre sus integrantes y pobladores de la zona como “Los Rifleros del Chubut”.
Fuente: www.infanteria.ejercito.mil.ar

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lunes, 18 de abril de 2011

REGIMIENTO DE CABALLERIA


BLANDENGUES

En la época de Rosas, estos efectivos rindieron servicios en la campañade la provincia de Buenos Aires.

Los destinos de la unidad, al igual que sus similares de caballería, no eran fijos, variando de acuerdo a las exigencias que provocaban las incursiones de los indios.

Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.

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domingo, 17 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE PUESTO DEL MARQUÉS


Luego de la reunión con Martín Rodríguez, Pezuela permaneció inactivo a la espera de ver cómo evolucionaba la situación. En general, la tregua le posibilitaría traer refuerzos y lograr que algunas de sus unidades empeñadas en misiones secundarias pusiera término a las mismas. Olañeta siguió en Yaví, manteniendo en observación a 300 hombres de caballería en Puesto del Marqués En conocimiento Rondeau, por una comunicación de Pezuela de la liberación de Rodríguez, se adelantó desde Humahuaca para recibirlo. Tal cosa sucedió el 10 a la mañana, a un cuarto de legua al Norte de la población. Cambiados los saludos de estilo, Rondeau recriminó a su subordinado por los acuerdos que hizo con el jefe realista sin consultarlo, argumentando Rodríguez que estaba dentro de la política del gobierno central, lo cual era exacto. Llegados al alojamiento Rondeau llamó a una reunión de comandos, donde descartó toda negociación de paz y pidiendo, por el contrario, se analizaran las posibilidades para un ataque inmediato. En esta reunión se hallaba, entre otros jefes, Martín Güemes, que discutió violentamente con Hilarión de la Quintana sobre la forma de conducir las operaciones, lo que derivó en una toma de posiciones por parte de los comandos presentes. Como resultado de esta verdadera “Junta de Guerra” se decidió avanzar hacia el Norte, previo un ataque por sorpresa a las unidades españolas que ocupaban Puesto del Marqués, fijando al amanecer del día siguiente para la iniciación de la acción. Para ello se organizó una fuerza compuesta por: el Batallón de Infantería (Cazadores) a las órdenes de Rudecindo Alvarado, la Caballería (granaderos y dragones) y unos milicianos de Güemes en número de 600 jinetes, todos bajo la supervisión del coronel Francisco Fernández de la Cruz. Existen diversas versiones de cómo se desarrolló el ataque al Puesto, una de ellas menciona que fue obra de todas las fuerzas, y otra que sólo participaron en el combate las milicias salteñas, que sin otra intervención decidieron favorablemente la acción. Por razones comprensibles recordaremos sólo dos de ellas; la de Dámaso Uriburu y la del general Paz. Alistado el contingente, marchó aprovechando la oscuridad para velar el movimiento y obtener la sorpresa. Los “gauchos salteños” conocedores de la región, con Güemes a la cabeza guiaron a la columna, siguiéndolos los “granaderos y dragones”, que llevaban en sus grupas a los infantes del Batallón de Cazadores. Dámaso Uriburu reconstruyó el episodio del siguiente modo: Güemes, que iba a la vanguardia de la agrupación se adelantó imprudentemente, y ya sea llevado por su temperamento vehemente o por la poca confianza que le merecían las tropas regulares que lo acompañaban, se lanzó por propia decisión al ataque sin esperar órdenes, convencido de que con sus gauchos resolvería el problema. Para el combate fraccionó sus huestes en dos mitades: una bajo el mando del comandante Luis Burela para caer por la retaguardia y la otra a su cargo para el asalto desde el Sur. La operación fue rápida y los gauchos saltando pircas y entre pedregales acometieron a los realistas, consumando una despiadada carnicería. Quedaron en el terreno 4 oficiales y 105 soldados y prisioneros, todo el armamento, equipaje y municiones, salvándose el comandante Antonio Vigil, un capitán y 12 soldados que pudieron escapar hacia Cangrejos. La versión del general Paz es parecida en cuanto a los resultados, pero de ninguna manera adjudica a Güemes la paternidad del triunfo. El ataque, según Paz, fue ejecutado por la infantería –los cazadores- encuadrados entre los granaderos y los dragones, citando muy al pasar la presencia de Güemes. De acuerdo con este relato, que coincide con el del general español García Camba, quedaron en el campo de combate 157 realistas entre muertos y heridos, esparcidos a lo largo de unas tres leguas entre el Puesto del Marqués y Cangrejos. El descalabro sufrido por Vigil produjo una considerable alarma en el Cuartel General de Pezuela en Cotagaita, que lo obligó a efectuar un movimiento retrógrado para situarse en Challapata. A partir del 21 de abril, el Ejército Español marchó por el camino del Despoblado, atravesando la nevada cordillera del Fraile hasta alcanzar su objetivo. En el nuevo dispositivo vigilaba la transitada ruta a Potosí y cubría los accesos a las provincias de Cochabamba, Oruro y La Paz. Además, con el fin de reunir la mayor cantidad de fuerzas, retiró las guarniciones de Potosí, Chuquisaca y Oruro y dispuso que se le incorporara la División que había puesto término a la insurrección de Pumakahua. Una de las consecuencias inmediatas del combate de Puesto del Marqués, fue el retiro de Güemes del Ejército. Las causas que dieron origen a esta actitud no aparecen explícitas, pero probablemente se hayan derivado de sus continuos disentimientos con Rondeau y de su preocupación por la situación política imperante en su provincia. El historiador salteño Atilio Cornejo expresó sobre este particular: “Influyeron en el ánimo de Güemes para tomar esta actitud, las razones siguientes: 1) La misión secreta del coronel Vázquez ante Pezuela; 2) Las sospechas respecto de algunos jefes del Ejército; 3) El estado deplorable en que se encontraba el Ejército y su inacción; 4) La falta de energía de Rondeau para con los oficiales insubordinados; 5) La situación política de Salta después de la segregación de Tucumán”. El coronel Vázquez que menciona Cornejo, era un jefe adicto a Alvear, que llegó al Norte para asumir el mando de la unidad más fuerte del Ejército, el Regimiento Nº 1 de Infantería (Patricios) a cargo hasta entonces del teniente coronel Carlos Forest. Posiblemente traía una misión de Alvear para cumplir ante Pezuela que, al trascender, provocó su relevo y que se dijese de él “que había insultado el decoro y heroicidad del ejército…”. Los acontecimientos políticos que se vivieron en Buenos Aires durante los últimos meses descolocando a Alvear y a sus amigos, permitieron a Rondeau efectuar una serie de cambios en los comandos de las unidades facilitando el desplazamiento de los elementos adictos a aquella fracción. El Regimiento Nº 2 de Infantería que, en forma honoraria mandaba Alvear, fue disuelto y su tropa agregada al Nº 9 del coronel Pagola, decidido partidario de Rondeau; el Batallón de Cazadores fue entregado al coronel Zelaya; el Nº 1 quedó en manos de Carlos Forest ascendido por Alvarez Thomas a coronel; el Nº 6, en las del comandante Zelada; el Nº 7, que mandaba Luzuriaga –partidario de Alvear- quedó a las órdenes del comandante Vidal; y los granaderos y dragones bajo la dirección del comandante Juan Manuel Rojas y del coronel Martín Rodríguez, respectivamente. En su marcha hacia el Norte, que en ningún momento se vio perturbada por el enemigo, el Ejército Auxiliar del Norte alcanzó La Quiaca, desde donde se adelantó a la caballería. En Moraya se vivaqueó dos días con el fin de que se recuperaran algunos enfermos. Para entonces –mes de mayo- las temperaturas eran muy bajas, sobre todo durante las noches, lo que afectaba en especial a la tropa dificultando sus desplazamientos. Tupiza fue el siguiente lugar abordado por el Ejército. Allí se recibió la información de que los españoles habían evacuado Potosí. Ello hizo que Rondeau dispusiera el adelanto de un destacamento comandado por el coronel Fernández de la Cruz, formado por un batallón de infantería y la caballería con la misión de apoderarse de Potosí y esperar la llegada del grueso de las fuerzas. Logrado el objetivo, las tropas de Fernández de la Cruz, demostrando absoluta falta de disciplina, cometieron toda clase de desmanes, sorprendiendo a la población que los había recibido con enorme alegría.

Fuente: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / Serrano, Mario Arturo – Arequito, ¿Por qué se sublevó el Ejército del Norte? – Círculo Militar – Buenos Aires (1996) / www. revisionistas.com.ar



sábado, 16 de abril de 2011

ANIVERSARIO DEL COMIENZO DE LA EXPEDICIÓN AL DESIERTO


El día 16 de abril de 1879 se produce el inicio de la expedición al desierto del General Julio A. Roca. Fue la mayor operación militar y política que se hubiera iniciado hasta entonces contra los indios salvajes. Con resultados brillantes, el General Roca y sus hombres iniciaron una etapa de consolidación segura para las actividades rurales en la Nación, librando a las poblaciones de la amenaza permanente del malón indio. En la imagen: Albumina de la Campaña al Desierto de 1879.



viernes, 15 de abril de 2011

LA PRIMERA CONSCRIPCIÓN ARGENTINA


Primeros soldados conscriptos en el campamento de Cura Malal.

Por la ley 3318 se llamó a la primera conscripción general de ciudadanos el 23 de noviembre de 1895 y se puso en marcha el 12 de marzo de 1896. Se decretó la movilización de 24.000 ciudadanos que junto a 10.000 hombres del ejército de línea realizaron los movimientos para concentrarse en Cura Malal.

En Pigüé el 15 de abril de 1896, 8.000 soldados arribaron para luego dirigirse al valle del Cura Malal Grande, las maniobras se realizaron ante una hipotética guerra con Chile. La llamada “Primera Conscripción de Cura Malal”, si bien se desarrolló en distintos campamentos del país, concentró el mayor número de ciudadanos en la localidad así denominada del partido de Suárez, provincia de Buenos Aires.

Un importante monumento conmemorativo recuerda este hecho a la entrada de esta ciudad (ingreso por ruta nacional 33) y además en el propio sitio del campamento original, un monolito recuerda la gesta. En las inmediaciones del cerro se encuentra un cementerio donde fueron enterrados varios de los soldados que fallecieron debido a las inclemencias del duro invierno y algunas enfermedades de la época.

En el Museo Regional local se conservan gran cantidad de elementos y uniformes de este hecho histórico y los listados oficiales de soldados y oficiales y suboficiales que participaron de la Primera Conscripción. También mucho material escrito de crónicas y diarios de la época.

Este ensayo, que tuvo alcance nacional, fue muy exitoso e inició un sistema de incorporaciones por clase a las fuerzas armadas que tuvo un siglo de vigencia, hasta ser abolido en la última década del Siglo XX. El Mayor y Director de Banda Juan Ríspoli (Italia 1847-Argentina 1907), escribió la marcha Cura Malal, como homenaje a la primera conscripción argentina.


Historia del Servicio Militar

A lo largo de la historia el reclutamiento forzoso de soldados ha sido una constante que ha revestido múltiples formas o variedades de acuerdo con las realidades sociales, las concepciones políticas y las exigencias técnicas de las distintas épocas. Al respecto, se pueden encontrar numerosos ejemplos de ejércitos integrados en todo o en parte por esclavos, por siervos, por súbditos reclutados por sorteo entre determinadas clases o condenados.

Sin embargo, en sentido estricto solo puede hablarse de servicio militar obligatorio desde finales del siglo XVIII. En este orden de cosas, se considera como el punto de arranque de este servicio los reclutamientos masivos que tuvieron lugar en 1793, en la Francia revolucionaria, para afrontar los posibles ataques de la coalición de los países de la vieja Europa.

En virtud de una serie de disposiciones, se convocaba a formar parte del Ejército a todos los varones solteros o viudos comprendidos en determinadas edades. No se trataba ya de entrar al servicio de un señor o de un soberano, sino de prestar un servicio personal a la Nación en defensa de su reciente ganada soberanía, lo que constituí: un deber, un derecho y un honor que, como tal, se iría plasmando en la generalidad de los textos constitucionales. A lo largo del siglo XIX, se fue extendiendo este concepto por los países continentales europeos para responder a la gran demanda de efectivos personales que exigían las condiciones en que se desarrollaban las muy numerosas guerras.

En nuestro país, la ley 17531 derogó a la primitiva ley orgánica del Ejército Nº 4707, que había regido entre 1905 y 1967, y había sido parcialmente derogada en 1944 por la ley 12913 en lo relativo al personal militar, aunque no en lo atinente al servicio de conscripción y sus excepciones.

Es oportuno memorar que la primera manifestación normativa en materia de conscripción estuvo vinculada con la creación de la Guardia Nacional. Posteriormente la ley 542, de 1872, legisló sobre el reclutamiento del ejército nacional; la 3318 se ocupó de la organización del Ejército y de la Guardia Nacional, cosa que reiteró la ley 3686. Luego en 1901, se sancionó y promulgó la ley 4031, de organización del Ejército, la cual fue superada por la ya recordada ley 4707.

Ahora bien, antes de estas leyes el “Ejército de Línea” se formaba por los “enganchados”, llamados en la jerga militar “ganchos”, y los “destinados”. Los “enganchados” servían tres años en infantería y cuatro en caballería y artillería; la prima total del “enganche” era de tres o cuatro mil pesos, según el arma y el tiempo de servicio.

Como el enganche no resultaba suficiente para cubrir las necesidades del ejército, se suscribieron contratos con particulares para que reclutasen tropa y personal de oficiales en Europa; he ahí el origen de muchos apellidos extranjeros en nuestro ejército. Por su parte, los destinados eran obligados a servir en el ejército por una ley del 30 de Octubre de 1858, que decía que “los vagos y mal entretenidos, los que en día de labor se encuentran habitualmente en casas de juego o en tabernas, los que usen cuchillos o arma blanca en la capital y pueblos de campaña, los que cometan hurtos simples o los que infieran heridas leves, serán destinados al servicio de las armas por un término que no baje de dos años ni exceda e cuatro”.


En la imagen: Llegada de los Conscriptos al Cuartel del Regimiento 10 de Infantería.


Fuentes: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / www. revisionistas.com.ar / Guía Genealógica de Argentina e Hispanoamérica / Sinopoli, Santiago M. – El Derecho Constitucional Militar / www. soldadosdigital.com.ar



jueves, 14 de abril de 2011

GUERRA DEL PARAGUAY



CAMPAMENTO DE LUQUE

Momento de distención de un grupo de oficiales argentinos. Esta fotografía se conoce como “Recuerdo del campamento en Luque”, localidad cercana a Asunción, ocupada por las fuerzas aliadas en enero de 1869.
Fuente: "Soldados 1848-1927" de la Fundación Soldados.






miércoles, 13 de abril de 2011

COMPLETAMIENTO DEL DESEMBARCO EN LAS ISLAS


El 13 y 14 de abril de 1982 se completa el desembarco en las Islas Malvinas del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 y también de las últimas fracciones del Regimiento de Infantería Mecanizado 6 al que se le agregó una compañía del Regimiento 1 de “Patricios”.

Así también desembarcaron en Puerto Argentino, por modo aéreo, el Regimiento de Infantería Mecanizado 7 y el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 10. Las acciones más destacadas de este Escuadrón tuvieron lugar en los combates finales por Puerto Argentino. Actuando como reserva, efectuó difíciles contraataques en apoyo del Regimiento de Infantería Mecanizado 7, que permitieron aliviar la presión del enemigo que llevaba al centro de gravedad de esa zona, posibilitando el repliegue de una parte importante de aquella Unidad.

Fuente: Ejercito.

http://www.fotolog.com/ejercitonacional


martes, 12 de abril de 2011

EL GESTO MAGNÁNIMO DEL GENERAL SAN MARTÍN


El 12 de abril de 1818, a siete días de la gloriosa batalla de Maipú, se encontraba San Martín en la localidad de “El Salto” a dos leguas de Santiago, Chile, adonde se había retirado a pasar un día de campo en compañía de su ayudante O´Brian. En el lugar, en un acto de suprema magnanimidad, quemó numerosas cartas que habían estado en poder de Osorio y que habían caído en manos de O´Brian tras la persecución del general español. “San Martín - cuenta el historiador Luis Pacífico Otero - leyó una por una las cartas que formaban ese legajo documental y cuando hubo terminado esa tarea - dichas cartas en cuestión eran testimonios fehacientes de la deslealtad para con él de varios prohombres de Santiago – pensando no en la venganza, sino en el perdón, las entregó a las llamas”. “Sólo una naturaleza como la suya era capaz de un gesto semejante y el hombre que acababa de vencer al enemigo en el campo de batalla se venció a sí propio”.

Fuente: Ejercito



lunes, 11 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DEL FUERTE PROTECTOR ARGENTINO


El 11 de abril de 1828 Comienza la construcción del Fuerte Protector Argentino. El gobierno de la provincia de Buenos Aires dispuso la construcción de esta fortaleza para ampliar la frontera contra los indios salvajes. El 22-03-1828, salió del Fuerte Independencia (actual ciudad de Tandil), una expedición al mando del Coronel Ramón B. Estomba para iniciar la construcción de la que sería luego la ciudad de Bahía Blanca.


En diciembre de 1823 el gobierno de Buenos Aires envió a José Valentin García a la Bahía Blanca con el fin de reconocerla en busca del lugar adecuado para un puerto. García publicó los resultados en el Registro Estadístico de la Provincia de Buenos Aires el 16 de febrero de 1824. En 1824 el Gobernador Martín Rodriguez realizó una campaña militar contra los indígenas llegando hasta la bahía Blanca. Iba con él el comerciante Vicente Casares, contratado para realizar la fundación, pero el gobernador la consideró impracticable y rescindió el contrato. El proyecto fundacional se vio impulsado por Bernardino Rivadavia durante la Guerra del Brasil cuando la flota brasileña intentó ocupar Carmen de Patagones en marzo de 1827. El gobernador coronel Manuel Dorrego dispuso el cumplimiento de la ley del 12 de diciembre de 1827 que ordenaba establecer una nueva línea de fronteras en el sur y ordenó al comandante general de la frontera, Juan Manuel de Rosas, que se dirigiera al Fuerte Independencia (actual Tandil) y de allí a la bahía Blanca para fundar un fuerte. Pero la orden se postergó brevemente por el pedido de Rosas sobre el envío de técnicos. El Coronel Ramón Estomba, jefe del Regimiento 7° de Caballería de Línea que guarnecía el Fuerte de la Independencia, fue designado como jefe de la expedición fundadora en noviembre de 1827. Rosas informó el 16 de enero de 1828 que la expedición estaba lista para marchar. El 8 de marzo Estomba y el ingeniero militar Narciso Parchappe, designado director técnico de la fundación, se encontraron en el Fuerte Independencia y dos días después Parchappe viajó como avanzada a la bahía Blanca con una escolta de 25 coraceros, comandados por el teniente Coronel Andres Morel, junto con 30 indígenas amigos. El 21 de marzo de 1828 Parchappe llegó a destino y escribió:

“Llegaba al término de mi viaje. Al placer de haberlo logrado sin accidentes, se reunía el de contemplar el océano, que yo no veía desde hacía varios años y cuya superficie azulada hacía contraste con el aspecto amarillento y triste de las planicies que recorría desde hacía tanto tiempo. El baqueano que había tomado la delantera, vino a advertirme que había percibido un buque de dos mástiles anclado en la bahía; no podía ser otro que la embarcación enviada de Buenos Aires, con los materiales propios para la construcción con que se debía levantar el nuevo fuerte; todo concurría a asegurar el éxito de la empresa, y fui aliviado de un gran peso viendo disiparse las inquietudes que yo había alimentado hasta entonces sobre el resultado de mi misión. Caminamos aún una legua al O.N.O. a través de terrenos minados y cubiertos por chañares; después, habiendo descubierto las pendientes que bordean la fuente de la bahía Blanca, en una planicie extendida entre sus pies y la playa de la bahía, llegamos al borde de un pequeño arroyo, que supimos después era el Napostá de los indios. Acampamos en medio de un buen campo de pastoreo, resueltos a quedarnos provisoriamente en ese sitio, hasta que un más amplio reconocimiento de la bahía nos permitiera elegir el sitio para el fuerte proyectado.”


La nave que llevó los materiales era la ballenera Luisa, comandada por el piloto Laborde. Al conocer los indígenas del lugar la llegada de los expedicionarios, se movilizaron hacia ellos. Lo cual le fue comunicado por el cacique aliado Boroga Venancio Coñoepán. Parchappe escribió al respecto el 27 de marzo:

“A nuestro arribo el cacique Venancio había enviado un mensaje a su lugarteniente Montero, acampando con el resto de su gente en las cercanías del río Colorado; llegó, al anochecer, acompañado de un enviado del mismo Montero. Estos indios nos informaron haber visto nueve hombres a caballo en dirección a la Cabeza de Buey; los suponían espías o vanguardia de indios enemigos, que aseguraban venían en gran número con intención de atacarnos y de oponerse, con todo su poder, a nuestra instalación, mirada por ellos como una usurpación a sus posesiones; lo anunciaban, además como conocedores de nuestra poca fuerza y no ignorando que el resto de la expedición no llegaría hasta pasado un tiempo. Lo que parecía justificar las precauciones e indicar un peligro real era que el cacique Venancio parecía atemorizado; reunió en asamblea a todos los suyos y mantuvo consejo durante toda la noche. Nuestra posición parecía tornarse más crítica y despachamos al día siguiente, un expreso al coronel Estomba instándolo a apresurar la marcha y de a enviarnos refuerzos de tropa.”

El 9 de abril Estomba avisó de su llegada con el 7° regimiento de caballería de línea, 2 piezas de artillería y muchas carretas con elementos para la construcción del fuerte y víveres. El 9 de abril de 1828 llegó Estomba y se procedió a levantar un acta de fundación:

“En la Fortaleza Protectora Argentina a nueve de Abril de 1828 reunidos en la tienda del Cnel. Ramón Estomba Jefe de la Expedición de Bahía Blanca el Teniente Coronel Andrés Morel, los Sarg. Mayores del Valle y Juan de Elias, el Cap. Martiniano Rodrigez, el Ingeniero agrimensor Narciso Parchappe y los vecinos pobladores Nicolás Peres, Pablo Acosta y Polidoro Couhn para tomarles su parecer sobre el lugar en que deve situarse la Fortaleza y Población, combinieron de opinión unánime que la posición elegida por el Sr. Parchappe, y aprobada por el referido Coronel es la mejor que puede presentar la Campaña en esta parte de la Costa por la inmediación de su buen Puerto, y la reunión de un Río, de excelente agua; y la mejor tierra bejetal, pastos abundantes; combustible para muchos siglos; por cuya reunión de circunstancias está llamado a ser algún día uno de los establecimientos de más interés para la Provincia de Buenos Aires.Firmado R. Estomba - Andrés Morel — Narciso del Valle - J. de Elias — Nicolás Peres - Pol. Coulin — Narc. Parchappe -Mart. Rodríguez - Pablo Acosta.” Acta fundacional

El 11 de abril terminó de llegar la expedición y se procedió a realizar la fundación. Como el material transportado fue insuficiente, se envió la embarcación a Carmen de Patagones en busca de más materiales. Una goleta partió desde Ensenada de Barragán para sumarse a la expedición. El 19 de mayo llegaron animales y un decreto del gobierno señalando 100 leguas cuadradas como territorio jurisdiccional del fuerte. Estomba decidió llamar a la fortaleza como Protectora Argentina y al puerto como de la Esperanza.

El Ministro de Guerra Juan Ramón Balcarce dispuso el 3 de mayo que la fundación se llame Nueva Buenos Aires, pero el nombre se olvidó rápidamente. La construcción del fuerte demandó cuatro meses. El fuerte tenía forma cuadrangular, con cuatro bastiones de 65 metros de longitud según los puntos cardinales. Los muros eran de 4 metros de altura y otros tanto de espesor. Un foso de 5 metros de ancho y lo mismo de profundidad rodeaba al fuerte. Hacia el noroeste se hallaba el única portón de madera con un puente levadizo. Completaban la construcción los edificios de la Comandancia, del cuerpo de guardia y tropa, polvorines, cuarteles, y en el centro un mangrullo.



domingo, 10 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA BASE DE APOYO LOGÍSTICO "COMODORO RIVADAVIA"


Felicitamos, en su día, a quienes integran la BAL “Comodoro Rivadavia”, que brinda apoyo en el ambiente geográfico particular de desierto patagónico.


La Base de Apoyo Logístico "Comodoro Rivadavia" tiene sus orígenes en los Talleres Militares de reparaciones "Patagonia" iniciando sus actividades el 17 de Noviembre del año 1945 estando sus instalaciones en Km 3 , trasladándose con posterioridad a su actual asiento de paz fusionándose con los Talleres de Mantenimiento "Comodoro Rivadavia".

El 16 de Noviembre de 1964 cambia nuevamente su denominación por la de Batallon Logistico 9. El 02 de Junio de 1976 destaca personal y medios para participar en la lucha antisubversiva en la Provincia de Buenos Aires.

El 14 de Noviembre de 1978 participa con la totalidad de su personal y medios en el ejercicio de movilización ante el probable conflicto bélico con la república de CHILE, operando sus instalaciones en apoyo a la GUC en la localidad de Río Mayo . En el año 1982 participa con parte de su personal y medios en el apoyo a la fuerza de ¨Malvinas¨; cabiéndole el honor de ser el primer elemento logístico en operaciones en las islas.

El Ejército Argentino condecora a la Bandera Nacional de Guerra de la Unidad con la Medalla

“A LOS QUE COMBATIERON EN EL ATLÁNTICO SUR”.

El 15 de noviembre de 1985, el Gobierno de la Provincia de Santa Fe condecora a la Bandera Nacional de Guerra de la Unidad con la Medalla

“A LOS QUE COMBATIERON EN EL ATLÁNTICO SUR”.

El 10 de Abril de 1992 por Orden Especial 837/90 se conforma la “Base de Apoyo Logístico Comodoro Rivadavia” sobre las bases del B Log 9. Siendo su primer jefe el Tcnl D Carlos Alejandro Barberan. A partir del 01 de enero de 1993 la Ca Mant VVC 181 pasa a ser una subunidad orgánica de la BAL incrementando su capacidad de mantenimiento de VVC , siendo su responsabilidad las provincias de Neuquen , Río Negro , Chubut y Santa Cruz.

Hoy aporta personal y medios en las “Organizaciones Militares de Paz”.


viernes, 8 de abril de 2011

REGIMIENTO 5 DE CABALLERIA


(Colorados) Con asiento en Dolores y cubriendo guarniciones en la fortaleza Independencia y en Chascomus; pasó en 1833 a integrar la expedición organizada por Rosas, contra los indios. La unidad fue puesta al mando del Coronel Narciso del Valle, que llegó en su marcha al río Colorado. Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.



jueves, 7 de abril de 2011

EL SABLE DEL GENERAL SAN MARTÍN


Recordemos que el general José de San Martín le lega su glorioso sable libertador a Juan Manuel de Rosas el día 23 de enero de 1844, cuando escribe su testamento político en París, Francia. La tercera cláusula del documento, decía lo siguiente:

“El Sable que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina D. Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como Argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”. Sin embargo, el Restaurador de las Leyes recién se enterará de semejante gesto de gratitud una vez que muere San Martín. En carta del 30 de agosto de 1850, Mariano Balcarce, a la sazón hijo político de aquél, comunica a Rosas sobre la muerte del ilustre argentino, ocurrida el día 17 de ese mismo mes y año, y le hace saber de la cláusula número 3 de su testamento político. Luego de transcribirla, Balcarce le dice a Rosas: “Tan pronto como se presente una ocasión segura, tendré el honor de remitir a V. E. esa preciosa memoria legada al Defensor de la Independencia Americana por un viejo soldado cuyos servicios a la Patria se ha dignado V. E. recordar constantemente en términos tan lisonjeros como honrosos”. Así las cosas, en el pueblo quedó instalado que San Martín había homenajeado a Rosas por la defensa que éste hizo de la soberanía nacional en Vuelta de Obligado (20 de noviembre de 1845), cuando, en verdad, ya el Padre de la Patria le había heredado su máxima presea militar casi dos años antes.Cuando se produce la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, donde una coalición de traidores y ejércitos extranjeros expulsa a Juan Manuel de Rosas del poder, el anhelo de ver en suelo patrio la espada del Libertador queda deshecho. La consigna de los nuevos tiempos era olvidar todo aquello que rememore al régimen federal depuesto; en ello va la suerte de la espada de San Martín: poco y nada se sabrá de ella desde la caída de Rosas en adelante. Tampoco era objeto de interés para los gobiernos liberales y masónicos que se sucedieron desde entonces, algunos de cuyos artífices, como Domingo Faustino Sarmiento, vieron en San Martín a un “viejo abatido y ajado por las revoluciones americanas, [que] ve en Rosas el defensor de la independencia amenazada y su ánimo noble se exalta y ofusca”.


El sable en tierras inglesas

Asentado en Southampton, Inglaterra, Rosas recibe el sable del Libertador, dándose cumplimiento a lo establecido en la tercera cláusula testamentaria de San Martín de 1844. En su chacra de Burguess Street Farm, Juan Manuel de Rosas tenía exhibida la reliquia dentro de un cofre, en cuya tapa hizo colocar una chapa de bronce en la que estaba grabada la cláusula del testamento ya citado. En el mismo pueblo inglés, Rosas redacta su testamento político con fecha 28 de agosto de 1862. Allí deja constancia de la distribución total de sus bienes que deja a familiares y amigos de toda la vida. En la cláusula 18, dice: “A mi primer amigo el señor Dn. Juan Nepomuceno Terrero, se entregará la espada que me dejó el Excelentísimo Señor Capitán General Dn. José de San Martín (…) Muerto mi dicho amigo, pasará a su Esposa la Señora Da. Juanita Rábago de Terrero, y por su muerte a cada uno de sus hijos, e hijas, por escala de mayor edad”. Juan Nepomuceno Terrero era el padre de Máximo Terrero, esposo de Manuelita Robustiana Rosas (hija del Restaurador). Juan Nepomuceno fue amigo de toda la vida de Juan Manuel de Rosas, incluso fueron socios en el primer negocio que ambos emprendieron: el Saladero “Rosas, Terrero y Cía.”, abierto a finales de 1815. Al morir Rosas el 14 de marzo de 1877, el sable legado quedó en poder de Máximo Terrero, dado que los padres de éste ya habían fallecido.


Repatriación de la espada gloriosa

A mediados de 1896, el doctor Adolfo P. Carranza, entonces director del Museo Histórico Nacional, se interesó en la idea de repatriar el sable de San Martín. Gracias a los oficios de Antonino Reyes, ex edecán de Rosas, Carranza le manda decir a Manuela Rosas de Terrero que done el sable corvo de las campañas libertadoras al museo que dirige. En un tramo, señala Carranza: “Vengo a rogar a V. haga la donación al Museo Histórico, en nombre de su señor padre, del sable que recibió”. Esta carta, fechada el 5 de septiembre de 1896, fue respondida el 27 de noviembre de ese mismo año por Manuela Rosas, quien le aclara a Carranza que “al fin mi esposo, con la entera aprobación mía y de nuestros hijos, ha decidido donar a la Nación Argentina este monumento de gloria para ella, reconociendo que el verdadero hogar del sable del Libertador, debiera ser en el seno del país que libertó”. Tiempo más tarde, el 31 de enero de 1897, Manuela Rosas de Terrero le vuelve a escribir a Adolfo Carranza, esta vez señalándole que, además del sable corvo, se adjuntarán dos objetos históricos más: uno es la bandera “que llevó el Benemérito Ejército Expedicionario al Desierto a las órdenes de mi padre el General don Juan Manuel de Rozas, contra los indios salvajes que asolaban nuestra campaña”, y el otro era “un trofeo del General Arenales, (en el año 1820) presentado por su hijo el Coronel don José Arenales, a mi padre, cuya dedicatoria está estampada en el trofeo”. Máximo Terrero, cónyuge de Manuela Rosas, le manda decir al presidente de la Nación, doctor José Uriburu, el 1° de febrero de 1897 desde Londres que “el sable será remitido en estos días a mi sobrino político, el señor Juan Manuel Ortiz de Rozas, bajo todas las precauciones y formalidades del caso, y este señor en representación nuestra, tendrá el honor de ponerlo en manos de V.E.”. Concretados los trámites para la definitiva repatriación de la espada de San Martín, el 5 de febrero salió de Southampton para Buenos Aires el vapor “Danube”, trayendo a bordo el sable glorioso. La noticia fue confirmada telegráficamente a Manuela Rosas ese mismo día, mientras que el periódico “El Día” de La Plata, publicaba la novedad el 6 de febrero. En los días siguientes, previo al arribo, los medios vertieron las más diversas opiniones sobre la reliquia en cuestión, dando lugar a debates largos y tediosos que, sin embargo, ya no podían empañar el acontecimiento en sí. También se había suscitado un problema, el cual consistía en saber cómo iban a ser los festejos, los desfiles, la recepción, etc. Como el tiempo apremiaba, se decidió, por fin, que el “Danube” llegara al puerto de La Plata y que, desde aquél, se traspasara el sable a la corbeta “La Argentina”. Luego, una comisión compuesta por oficiales del Ejército y por el sobrino político de Máximo Terrero, Juan Manuel Ortiz de Rozas, arribaría al puerto de Buenos Aires y, acto seguido, le obsequiaría la espada de San Martín al presidente Uriburu en la Casa Rosada. A pesar de la magnitud del evento, solamente la Asociación de la Prensa fue la única entidad que dirigió al pueblo una invitación para que éste se adhiriera al acto patriótico, pero con la carga de que dicha invitación fue formulada el mismo día del arribo del vapor “Danube”. Las vacilaciones de las autoridades encargadas de formular el programa de festejos, motivaron este tipo de improvisaciones. La invitación, por lo tanto, no tuvo el éxito que se esperaba. Finalmente, el “Danube” arribó con el sable del Libertador en la mañana del domingo 28 de febrero de 1897. Los únicos asistentes al acto fueron un grupo de personas allegadas a Juan Manuel Ortiz de Rozas, algunos miembros de la Asociación de la Prensa de la ciudad de La Plata y representantes de los diarios de Buenos Aires, a los que se sumaba un pequeño grupo de vecinos de Ensenada. Nadie más. Veamos, sino, lo que publicaba el diario “La Prensa” el 1° de marzo de 1897: “Desagradable impresión ha causado entre la poca concurrencia que acudió ayer a presenciar el trasbordo de la espada que perteneció al General San Martín, desde el vapor mercante “Danube” que lo ha conducido desde Southampton, a la corbeta “La Argentina”. La ausencia de representación de los gobiernos, y la poca publicidad dada al acto, contribuyó a que aquella ceremonia solo fuera presenciada por unas pocas personas”. La corbeta “La Argentina” quedó fondeada en el puerto de La Plata hasta el 3 de marzo de 1897, ocasión en que zarpó al puerto de la ciudad capital. La reliquia militar llegaba a Buenos Aires en la mañana del 4 de marzo, día fijado para su recepción por el presidente de la Nación, José Evaristo Uriburu. Aguardaban en el puerto la Escuela de Grumetes de la Armada con su banda de música, lo mismo que una veintena de niños del Patronato de la Infancia. Sin embargo, la comisión de generales designada por el Estado Mayor del Ejército para que condujera el sable hasta la Casa Rosada, estuvo ausente. Ante esta vergüenza, en el momento hubo que nombrar a un presidente para la acéfala comisión, se designó al teniente general retirado Donato Álvarez. Como puede verse, las pasiones facciosas no estaban del todo disipadas, sino no se entiende el poco interés demostrado para recibir la espada que ciñó el Padre de la Patria y que heredó, enhorabuena, a Juan Manuel de Rosas. La espada estaba dentro de una caja y con su respectivo documento que avalaba la autenticidad de la pieza. La caja era sostenida por cuatro marineros de la dotación de la corbeta “La Argentina”. Delante de aquélla se ubicaban Donato Álvarez y Juan Manuel Ortiz de Rozas, y, detrás del cofre, le seguían los integrantes de la Comisión Militar (coroneles y tenientes coroneles, pues ningún general se hizo presente), la Escuela de Grumetes de la Armada (bajo el mando del teniente de Navío Bárcena) y unas 1.200 personas que eran parte del público que no quiso perderse la emoción de lo que se estaba viviendo. Con solemnidad, el sable corvo le fue entregado al presidente José Uriburu, quien aguardaba dentro de la Casa de Gobierno junto a sus Ministros, Jefes y Oficiales del Ejército y la Armada. Un decreto firmado por Uriburu un día antes, el 3 de marzo, manifestaba en su artículo 1° que “el sable que usó el Gral. Dn. José de San Martín en las campañas de la Independencia Sudamericana, remitido al Presidente de la República por el Sr. Máximo Terrero y del que hará entrega el Sr. Juan Ortiz de Rozas, se depositará en el Museo Histórico”. A partir de entonces, los argentinos hemos tenido el privilegio de contemplar la espada que empuñó el capitán general José de San Martín, la misma que luego heredó al preclaro defensor de la soberanía nacional, brigadier general Juan Manuel de Rosas. Para 1897, un acto de justicia acababa de concretarse. Gabriel O. Turone

Fuentes: Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo Luis. “San Martín y Rosas. Política Nacionalista en América”, Editorial Sudestada, Buenos Aires 1968./ Ortiz de Rozas, Nicolás. “El Sable de San Martín”, La Plata, Año del Libertador General San Martín, 1950. / www. revisionistas.com.ar / www. soldados digital.com



miércoles, 6 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CAMACUÁ


El día 5 de abril de 1827 se produce la primera victoria del Ejército Argentino en la Guerra del Brasil. El General Carlos de Alvear derrota completamente a las fuerzas brasileñas en la Batalla de Camacuá.El enfrentamiento producido entre las tropas del Ejército Argentino y las del imperio del Brasil, enfrentados por la Banda Oriental, en manos brasileñas desde 1824. El Ejército Argentino había abandonado el territorio brasileño después de la victoria en la batalla de Ituzaingo por la falta de suministros y por el mal estado de la caballada, pero había retomado Bagé y avanzado al encuentro de las tropas imperiales. Juan Galo Lavalle, al frente de 2.500 jinetes, sorprendió a 1.600 efectivos imperiales, que tras sufrir 50 bajas se dieron a la fuga.

En la imagen: Regimiento de Caballería Ligero 3 “Coraceros Grl Pacheco”


martes, 5 de abril de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE MAYPO


Atento al avance español, San Martín, convencido de su plena capacidad para oponerse al mismo consideró esta geografía como la más adecuada para presentar batalla. El dispositivo patriota se desplegó, el 4 de abril, sobre Loma Blanca y el realista, al mando de Osorio, sobre la elevación triangular. En las primeras horas de la mañana siguiente, el Libertador hizo el reconocimiento de la posición enemiga, observando que el grueso de las fuerzas españolas se había desplegado sobre un costado de la meseta previendo la posibilidad de un envolvimiento del mismo. El jefe realista había mandado emplazar dos cañones sobre el cerro Errázuriz y reforzado su artillería con cuatro compañías de Cazadores. Según el relato de O’Brien, San Martín exclamó: “Osorio es más torpe de lo que yo creía. El triunfo de este día es nuestro: ¡el sol por testigo!”

El plan realista fue defensivo, pues Osorio, en su parte del 17 de abril, manifestó que esperaba conocer las ideas de San Martín. El jefe español distribuyó sus fuerzas en línea, sobre la base de tres agrupaciones: Primo de Rivera (compañías de Granaderos y Cazadores), Morla y Ordóñez. En el ejército realista algunos jefes, como Ordóñez y Morgado, sostenían la necesidad de una actitud ofensiva, tal cual había ocurrido en la junta de guerra previa a Cancha Rayada. Estos disensos se hicieron sentir también durante el combate y contribuyeron a la derrota española en Maipo. Un aspecto interesante del dispositivo inicial de Osorio fue que no dejó reserva: durante la batalla intentó organizarla sobre la base de la agrupación de Granaderos y Cazadores de Primo de Rivera, pero fue imposible por estar este jefe empeñado en combate con la división de Las Heras.

El plan y el dispositivo de San Martín, en cambio, fue ofensivo, aprovechando las ventajas del terreno para lograr una rápida victoria. Comprendió dos líneas y tres divisiones: Las Heras, al oeste;Alvarado, al centro-este y la reserva, con tres batallones a órdenes de Quintana, centro y retaguardia.

La batalla se inició con un intenso fuego de la artillería patriota, que fue contestado por la realista. Era cerca del mediodía del 5 de abril de 1818. La división Las Heras encabezó el ataque a la posición de Primo de Rivera, con el fin de conquistarla y amenazar luego el flanco del dispositivo enemigo. La artillería española de los cerrillos de Errázuriz, abrió fuego de flanco sobre el Batallón No 11, sin detenerlo, mientras que los Dragones de Morado cayeron sobre Las Heras, quien ordenó a Zapiola para que los contuviera.

Entre tanto, la artillería de Blanco Encalada trataba de neutralizar el contraataque de los Dragones. Los dos escuadrones que encabezaban la formación de los Granaderos a Caballo, a las órdenes de Escalada y Medina, arrollaron a los Dragones empujándolos hacia el flanco noroeste del dispositivo realista (división “Morla”), pero, después de sufrir bajas, fueron obligados a replegarse. Reorganizados, con cuatro escuadrones, volvieron los Granaderos patriotas al ataque, haciendo desaparecer a los Dragones del campo de batalla.

El Batallón N 19 se posesionó de una pequeña altura desde la cual amenazó a los batallones Burgos y Arequipa. Cuando la División Alvarado, acompañando el avance de Las Heras, se encontraba a media distancia de la primera línea realista, Ordóñez ordeno un contraataque frontal con toda su división, que fue acompañada por los batallones Burgos y Arequipa. El Libertador ordenó, inicialmente, que la artillería de Borgono tratara de detener tal reacción, cosa que pudo concretar “con fuego de metralla”, pero sin impedir una cierta vacilación que fue salvada por la oportuna presencia de Quintana con la reserva.

Este fue el momento crítico de la batalla. Las Heras ordenó que el Batallón “Infantes de la Patria” concurriera en ayuda de Alvarado, para equilibrar la situación. Si bien la caballería realista del flanco derecho había sido cargada y derrotada por Freire, subsistía el peligro del avance de Ordóñez. San Martín dispuso el rápido movimiento de la reserva, que con sus tres batallones ejecutó un ataque al flanco derecho del dispositivo español que había iniciado el contraataque. El brigadier Osorio, antes de producirse la crisis patriota, había dispuesto la concurrencia de Primo de Rivera como reserva. Esta orden, que inicialmente podría haberse cumplido con cierta dificultad, se ejecutó en el peor momento, porque los efectivos de Errázuriz estaban aislados del resto de la acción. En el cuadro final de la batalla, el dispositivo realista fue rodeado por la división Las Heras al oeste, Alvarado en el centro y Quintana al este. Ambas caballerías patriotas, de Zapiola y de Freire, completaron el cerco. Osorio trató de replegarse sobre la hacienda “Los Espejos”, y no consiguiéndolo, huyó en dirección a Talcahuano. Ordóñez ofreció la última resistencia en la misma hacienda, viéndose obligado a rendirse en menos de media hora. La batalla finalizó hacia las seis de la tarde: los españoles tuvieron 2.000 muertos y fueron hechos prisioneros unos 3.000 hombres. Perdieron toda la artillería, parque y servicios logísticos, además de numeroso armamento. El ejército patriota sufrió la perdida de 1.000 hombres, entre muertos y heridos. La batalla se ejecutó como una típica acción de aniquilamiento. Podemos afirmar que el triunfo patriota de Maipú consolidó la independencia de Chile, contribuyendo, en gran medida, a asegurar la futura expedición sobre el Perú y a hacer posible la acción vigorosa de Bolívar en Colombia y Venezuela. Expuso, claramente, el genio de San Martín y demostró su capacidad de recuperación después de Cancha Rayada.

Fuentes: www. revisionistas.com.ar / Picciuolo, José Luis – La Batalla de Maipú – Instituto Nacional Sanmartiniano

lunes, 4 de abril de 2011

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE CURAPALIGÜE


El día 4 de abril de 1817 se produce el Combate de Curapaligüe. Las tropas al mando del Coronel argentino Juan Gregorio de las Heras son atacadas de noche por una división española integrada por unos 600 infantes y 100 jinetes con el refuerzo de artillería ligera, que habían salido con ese objetivo desde la ciudad de Talcahuano, Chile. El buen sistema de avanzadas organizado por las fuerzas patriotas impidió la sorpresa, rechazando los argentinos el ataque y obligando a los españoles a retornar a Talcahuano.

Luego de la Batalla de Chacabuco el cansancio de las tropas impidió a San Martín perseguir a los realistas hasta su aniquilamiento. Pudieron estos rehacerse en el sur, donde contaban con numerosos partidarios, recibieron refuerzos desde el Perú y afirmándose en sus montañosas regiones, prolongaron su resistencia por un año más. Pareció en un principio esta resistencia, consecuencia lamentable de un descuido o de una falta de previsión de San Martín, pero el tiempo le dio la razón. A los pocos días de ocupar a Santiago, el General San Martín dio orden para que una división marchara hacia el sur a completar la victoria con la persecución del enemigo. La dificultad de aprovisionarla la retardó hasta el de 3 de marzo. En esas serranías la marcha fue lenta y difícil. El Coronel Las Heras que la mandaba partió con sus 1.300 hombres casi sin caballos. Irritado O’Higgins por la lentitud de esa marcha, llegó a acusar al jefe argentino de negligencia y abandono y hasta pretendió juzgarlo militarmente. Finalmente se decidió a ir él mismo a dirigir la campaña. Sin embargo Las Heras se había comportado valientemente. A principios de abril había acampado en la hacienda de Curapaligue, a 20 kilómetros de Concepción. El jefe de la plaza de Talcahuano, Ordoñez, le atacó en la noche del 5, sabiendo que O’Higgins acudía con nuevas tropas. Las Heras le rechazó con graves pérdidas y luego siguió avanzando. Ocupó a Concepción y puso sitio a Talcahuano, fortificándose en el cerro Gavilán. El 5 de mayo el tenaz Ordóñez volvió a atacar a los patriotas. Cuando la victoria estaba ya decidida apareció la vanguardia de O’Higgins que la completó. El director chileno asumió el mando de todas las fuerzas sitiadoras. Había tardado en llegar más tiempo aún que Las Heras. O’Higgins fue conquistando poco a poco los fuertes que defendían la zona de Talcahuano. En el mes de julio intentó un asalto a la plaza pero se retiró sin empeñarse. El tiempo pasaba frente a la plaza fuerte. O’Higgins impaciente se determinó a tomarla por asalto el 6 de diciembre. Siguieron el plan del oficial francés Brayer, que se había agregado al estado mayor. Este impuso un ataque frontal en el punto más fuerte de la defensa. Ordoñez tenía unos 1.700 hombres y 130 cañones, y algunas naves en la bahía. El asalto comenzó cerca de las 3 de la mañana. Las Heras alcanzó a apoderarse del Morro de la izquierda. Pero los patriotas que se habían embarcado para apoderarse de unas naves en la bahía de San Vicente y envolver al enemigo, debieron volver diezmados. No le cupo mejor suerte a las fuerzas que atacaron en el flanco derecho. O’Higgins viendo la inutilidad del sacrificio de Las Heras que continuaba en su posición, dio la orden de retirada. La acción les había costado a los patriotas cerca de 500 hombres, entre muertos y heridos. San Martín había ido a Buenos Aires para tratar con el director Pueyrredón la continuación de la campaña hasta Lima. Volvió en el mes de mayo y con todo su empeño se dio a la preparación del ejército libertador, estableciendo en las Tablas un campamento semejante al del Plumerillo. A fines de 1817 contaba con 9.000 hombres perfectamente disciplinados y armados. El virrey Pezuela decidido a no perder la capitanía de Chile y a anular así la expedición de San Martín, que ya preveía, mandó a este territorio un fuerte ejército de 3.300 hombres al mando del General Osorio. Estas fuerzas desembarcaron en Talcahuano a mediados de enero de 1818 y unidas a las de Ordóñez formaron un ejército de 5.000 hombres. San Martín dio orden a O’Higgins de replegarse y al ejército del norte de descender. Osorio emprendió muy tarde la persecución de O’Higgins y en vez de hacerlo con rapidez por mar, utilizando la escuadra, eligió el largo y penoso camino terrestre. Los dos cuerpos del ejército patriota se encontraron el 12 de marzo en Chimborango. Desde ese momento la superioridad volvía a estar de su parte. San Martín fue en busca del enemigo, pero este retrocedió evitando el encuentro. Perseguido de cerca, Osorio se vio obligado a aceptar el combate. Formado en batalla acampó en las proximidades de Talca. Su situación era desesperada pues tenía a sus espaldas el río Maule. El Coronel Ordoñez impuso su decisión de atacar a los patriotas esa misma noche por sorpresa (19 de marzo). El ejército de San Martín había acampado al pie de los cerros de Baeza. A las 21 las tropas de Ordóñez avanzaron sigilosamente en tres columnas. San Martín había sido avisado por un espía del próximo ataque y estaba efectuando un cambio de frente. El ejército patriota fue sorprendido en plena maniobra y dispersado sangrientamente. Sin embargo Las Heras tomó el mando del ala derecha patriota que como ya había efectuado el cambio previsto quedó intacta, y pasando por entre los mismos realistas, que en la confusión no lo advirtieron, se dirigió hacia el norte. Al llegar al río Lircay, pudo comunicar a San Martín que se retiraba con 3.500 hombres. Osorio no persiguió a los patriotas y les permitió alejarse y rehacerse. Este error le costó la derrota de Maipú.

Fuente: Pellini, Ing. Claudio – Campaña Libertadora – Planeta Sedna.