El 24 de septiembre de 1812 se produce la Batalla de Tucumán. La estrategia realista para aplastar al gobierno independiente iniciado en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, partía de fortalecer su presencia militar en las provincias del Alto Perú (hoy República de Bolivia), ya entonces en manos del virrey de Lima luego de la derrota patriota en la Batalla de Huaqui del 20 de junio de 1811, para luego invadir las otras provincias del noroeste del Virreinato de las Provincias del Río de la Plata, coordinando el ataque a Buenos Aires, foco de la revolución, con las fuerzas realistas acantonadas en Montevideo. El General Pío Tristán, con un ejército de unos 3.000 veteranos, recibió órdenes para marchar desde Cochabamba y atacar al General Manuel Belgrano, establecido en la ciudad de Jujuy con su Ejército del Norte. Ante fuerzas muy superiores en organización y número, Belgrano evacuó Jujuy y Salta en Agosto de 1812, marchando hacia Tucumán, en el Sur, con un ejército de unos 1.800 hombres –muchos bisoños- acompañado de gran parte de la población civil. El 3 de Septiembre, con los ejércitos desplazándose, los realistas atacaron en Las Piedras, siendo vencidos. Siguió el repliegue hacia la ciudad de Tucumán, donde el ejército patriota arribó a mediados de mes. El plan de Belgrano era simple: esperar al enemigo para atacarlo, formando su infantería en el centro y la caballería en los flancos. Al arribar Tristán, este rodeó parte de la ciudad para cortar cualquier retirada, iniciándose la batalla a la mañana de este día. A pesar de su mayor número, los realistas fueron vencidos en una lucha sangrienta, donde la infantería argentina en su avance impetuoso hizo ceder posiciones al dispositivo español. El 25, Tristán abandonó el campo dejando 450 muertos y 700 prisioneros con 5 banderas, siendo perseguido hacia Salta por fuerzas a cargo del General Eustoquio Díaz Vélez.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
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