El Jefe del 1ro de Línea (Patricios) en la guerra contra el Imperio del Brasil, nació en San Carlos departamento de Maldonado, Banda Oriental, el 12 de Junio de 1790, en el hogar del comandante de milicias don Juan Correa y de doña Juana Angos.
A los 13 años se incorporó como cadete en el Regimiento de Blandengues. Cuando se produjo el desembarco de los ingleses en Maldonado, antes de procurar la toma de Montevideo (1807), recibió dos heridas de bayoneta mientras, con otros vecinos, procuraba cerrarles el paso. Una vez conquistada esta ciudad, pasó a Buenos Aires, donde se incorporó como subteniente del regimiento de Granaderos de Liniers para revistar luego en el de Fernando VII.
Al producirse la Revolución de Mayo y dado que su unidad no había sido designada para marchar con las fuerzas expedicionarias, solicitó y obtuvo su alta como ayudante del coronel Manuel Belgrano. Estuvo en la campaña del Paraguay y fue hecho prisionero en Tacuarí. Tras obtener la libertad volvió a su antiguo cuerpo en calidad de capitán. En 1814 estuvo en el sitio y rendición de Montevideo, por lo que recibió la medalla de plata otorgada a los vencedores.
Junto a Alvear combatió contra Artigas y se halló años después, el 1º de febrero de 1820, en la batalla de Cepeda, donde actuó como teniente coronel graduado de los Granaderos de Infantería. Tras esa derrota se produjo la invasión de la provincia de Buenos Aires por los mandatarios de Santa Fe y Entre Ríos, Estanislao López y Francisco Ramírez y para enfrentarla el general vencido formó un nuevo ejército.
Correa fue designado jefe de la vanguardia. Jugó un papel importante en los sucesos de aquel luctuoso año y estuvo en la batalla de Cañada de la Cruz y en el ataque que el coronel Dorrego llevó contra las huestes de Carrera y Alvear en San Nicolás.
El 2 de mayo de 1822 fue designado comandante del tercer batallón de la Legión Patricia y en noviembre del mismo año se lo nombró jefe del 2 de Cazadores, con el que participó en la expedición al Desierto del general Martín Rodríguez.
Luego de la guerra contra el Imperio del Brasil y de la revolución del General Lavalle, a la que secundó decididamente, se mantuvo a su lado hasta su caída. Emigró a la República Oriental del Uruguay. A lo largo del sitio de Montevideo por las tropas del general Manuel Oribe, se desempeñó con el grado de coronel como comandante general de armas de esa ciudad, segundo jefe del Ejército de Reserva dirigido por el general José María Paz, jefe del Estado Mayor General y presidente de la Academia de Instrucción de Infantería para Jefes. En 1845 quedó nuevamente al frente de la jefatura del Estado Mayor General del Ejército uruguayo, ahora creado como dependencia del Ministerio de Guerra y Marina. Tras ocupar cargos de similar importancia, el 26 de junio de 1847 fue ascendido a coronel mayor y días más tarde, el 7 de julio, ocupó durante algo más de un mes la cartera de Guerra. De nuevo jefe del Estado Mayor, ejerció esa responsabilidad hasta fines de 1847. Lo sorprendió la muerte el 2 de octubre de 1850 cuando desempeñaba la jefatura de la Capitanía del puerto de Montevideo.
Fuente: www.revisionistas.com.ar
A los 13 años se incorporó como cadete en el Regimiento de Blandengues. Cuando se produjo el desembarco de los ingleses en Maldonado, antes de procurar la toma de Montevideo (1807), recibió dos heridas de bayoneta mientras, con otros vecinos, procuraba cerrarles el paso. Una vez conquistada esta ciudad, pasó a Buenos Aires, donde se incorporó como subteniente del regimiento de Granaderos de Liniers para revistar luego en el de Fernando VII.
Al producirse la Revolución de Mayo y dado que su unidad no había sido designada para marchar con las fuerzas expedicionarias, solicitó y obtuvo su alta como ayudante del coronel Manuel Belgrano. Estuvo en la campaña del Paraguay y fue hecho prisionero en Tacuarí. Tras obtener la libertad volvió a su antiguo cuerpo en calidad de capitán. En 1814 estuvo en el sitio y rendición de Montevideo, por lo que recibió la medalla de plata otorgada a los vencedores.
Junto a Alvear combatió contra Artigas y se halló años después, el 1º de febrero de 1820, en la batalla de Cepeda, donde actuó como teniente coronel graduado de los Granaderos de Infantería. Tras esa derrota se produjo la invasión de la provincia de Buenos Aires por los mandatarios de Santa Fe y Entre Ríos, Estanislao López y Francisco Ramírez y para enfrentarla el general vencido formó un nuevo ejército.
Correa fue designado jefe de la vanguardia. Jugó un papel importante en los sucesos de aquel luctuoso año y estuvo en la batalla de Cañada de la Cruz y en el ataque que el coronel Dorrego llevó contra las huestes de Carrera y Alvear en San Nicolás.
El 2 de mayo de 1822 fue designado comandante del tercer batallón de la Legión Patricia y en noviembre del mismo año se lo nombró jefe del 2 de Cazadores, con el que participó en la expedición al Desierto del general Martín Rodríguez.
Luego de la guerra contra el Imperio del Brasil y de la revolución del General Lavalle, a la que secundó decididamente, se mantuvo a su lado hasta su caída. Emigró a la República Oriental del Uruguay. A lo largo del sitio de Montevideo por las tropas del general Manuel Oribe, se desempeñó con el grado de coronel como comandante general de armas de esa ciudad, segundo jefe del Ejército de Reserva dirigido por el general José María Paz, jefe del Estado Mayor General y presidente de la Academia de Instrucción de Infantería para Jefes. En 1845 quedó nuevamente al frente de la jefatura del Estado Mayor General del Ejército uruguayo, ahora creado como dependencia del Ministerio de Guerra y Marina. Tras ocupar cargos de similar importancia, el 26 de junio de 1847 fue ascendido a coronel mayor y días más tarde, el 7 de julio, ocupó durante algo más de un mes la cartera de Guerra. De nuevo jefe del Estado Mayor, ejerció esa responsabilidad hasta fines de 1847. Lo sorprendió la muerte el 2 de octubre de 1850 cuando desempeñaba la jefatura de la Capitanía del puerto de Montevideo.
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