El 19 de octubre de 1914 fallece en Buenos Aires el General Julio Argentino Roca. Había nacido en Tucumán el 17 de julio de 1843. Fue un servidor del país que merece ser calificado como constructor de la Nación. Desempeñó la primer magistratura de la República en dos oportunidades, asumiendo los días 12 de octubre de 1880 y 12 de octubre de 1898. Manejó con prudencia y a la vez gran firmeza los temas de límites con Chile y con Brasil. Durante sus gobiernos hubo un extraordinario progreso económico que favoreció a todos. Después que concluyó su segundo mandato se retiró a la vida privada. En su vida militar, combatió en la Guerra del Paraguay, distinguiéndose por su valor en Curupaytí. En 1871, venció en Ñambaé a Ricardo López Jordán. A los 28 años fue ascendido a Coronel por el presidente Sarmiento. Su nombre se inmortalizó por la epopeya de la Campaña al Desierto.
El 10 de mayo de 1886, último año de la presidencia del General D. Julio Argentino Roca, éste se dirigía en carroza al Congreso para leer el mensaje de apertura. Apenas había recorrido unos pocos metros cuando salió de entre el numeroso público un hombre pobremente vestido que, consiguiendo eludir el cordón de tropas que cercaba la esquina de Balcarce y Victoria, se acercó corriendo al primer magistrado y lo hirió en la frente con una piedra, pero afortunadamente, la herida no impidió a Roca leer su brillante mensaje.
Capturado por la policía el agresor confesó llamarse Ignacio Monjes. Llevado su caso a la justicia le fueron impuestos veinte años de prisión.
En 1896 cuando el General Roca era candidato nuevamente para la presidencia de la Nación, consiguió el indulto de Monjes y lo hizo llamar.
Como el pobre hombre se quedara en el umbral de la puerta entre confuso y temeroso, le llamó diciéndole:
- Adelante amigo. Venga para acá. Lo he hecho indultar y le he conseguido un empleo, porque Vd. es un bravo que pudo atacarme a traición y lo hizo de frente, todo queda olvidado.
El 10 de mayo de 1886, último año de la presidencia del General D. Julio Argentino Roca, éste se dirigía en carroza al Congreso para leer el mensaje de apertura. Apenas había recorrido unos pocos metros cuando salió de entre el numeroso público un hombre pobremente vestido que, consiguiendo eludir el cordón de tropas que cercaba la esquina de Balcarce y Victoria, se acercó corriendo al primer magistrado y lo hirió en la frente con una piedra, pero afortunadamente, la herida no impidió a Roca leer su brillante mensaje.
Capturado por la policía el agresor confesó llamarse Ignacio Monjes. Llevado su caso a la justicia le fueron impuestos veinte años de prisión.
En 1896 cuando el General Roca era candidato nuevamente para la presidencia de la Nación, consiguió el indulto de Monjes y lo hizo llamar.
Como el pobre hombre se quedara en el umbral de la puerta entre confuso y temeroso, le llamó diciéndole:
- Adelante amigo. Venga para acá. Lo he hecho indultar y le he conseguido un empleo, porque Vd. es un bravo que pudo atacarme a traición y lo hizo de frente, todo queda olvidado.
Fuente: “Anecdotario Histórico Militar” de Juan Román Sylveira.
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