El 9 de Junio de 1897 nació la Sastrería Militar. Dos Hombres Ilustres firman su partida de nacimiento, el Dr. José Evaristo Uriburu, como presidente de la nación, y el Teniente General D Nicolas Levalle, como Ministro de Guerra, (Decreto 3332 de creación con caracter experimental). Y otros dos hombres ilustres el 23 de marzo de 1903 firman el decreto de confirmacion. El Teniente General D Julio Argentino Roca, como Presidente de la Nación y el Teniente General D Pablo Ricchieri como Ministro de Guerra (Boletín Militar Nro 67).
Si tuviésemos que determinar el momento en que comenzaron a echarse los cimientos de la Sastrería Militar: tendríamos que remontarnos a las horas en las que en la aurora de la Patria las manos de los artesanos, y también de los improvisados operarios, se dieron a la tarea de confeccionar los primeros uniformes, símbolos, emblemas y distintivos, de los ejércitos que emprenderían la gloriosa gesta de nuestra Independencia.
El 16 de febrero de 1939 se logró el asentamiento definitivo en un edificio adecuado, tanto para atender a los usuarios, como para el desarrollo de sus actividades industriales, comerciales y administrativas. Objetivo que constituyo una preocupacion permanente, casi desde el momento mismo de su creación. El que habría de lograr esa meta seria quien se desempeñara como Gerente en la Sastrería Militar entre los anos 1937 y 1946: el señor Coronel de Intendencia D José Giovannoni. La alcanzó en circunstancias generales, del país y del mundo, sumamente difíciles (en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial). Empresa ambiciosa la suya, a la vez que extemporanea, dada la incertidumbre material y social que se vivía ante la inminente conflagración.
El Coronel Giovannoni al comienzo del difícil camino que debió recorrer sólo contaba con el capital de su fe inquebrantable. Ella, junto al peso de su personalidad, de su prestigio profesional y de su hombría de bien, seria el factor decisivo para la consecución de su proyecto; primero, consiguiendo la anuencia de la Superioridad para llevar a cabo el mismo, y, después, el apoyo de las firmas comerciales ligadas al Organismo, a quienes convoco para pedirles que lo acompañaran aceptando algunos atrasos en los pagos.
Así fue que el 16 de Febrero de 1939 concretaría el sueno de abrir las puertas de una casa que, como el mismo lo expresa en el discurso inaugural y como consta en la escritura de compra del edificio:
esta Casa señores, es propia, ha sido adquirida con recursos de la Repartición, que incorpora así al Patrimonio del Estado un inmueble de importancia, sin que de las arcas fiscales se haya extraído un solo centavo.
Fuente: www.sastreriamilitar.com.ar
http://www.fotolog.com/ejercitonacional.blogspot.com
Si tuviésemos que determinar el momento en que comenzaron a echarse los cimientos de la Sastrería Militar: tendríamos que remontarnos a las horas en las que en la aurora de la Patria las manos de los artesanos, y también de los improvisados operarios, se dieron a la tarea de confeccionar los primeros uniformes, símbolos, emblemas y distintivos, de los ejércitos que emprenderían la gloriosa gesta de nuestra Independencia.
El 16 de febrero de 1939 se logró el asentamiento definitivo en un edificio adecuado, tanto para atender a los usuarios, como para el desarrollo de sus actividades industriales, comerciales y administrativas. Objetivo que constituyo una preocupacion permanente, casi desde el momento mismo de su creación. El que habría de lograr esa meta seria quien se desempeñara como Gerente en la Sastrería Militar entre los anos 1937 y 1946: el señor Coronel de Intendencia D José Giovannoni. La alcanzó en circunstancias generales, del país y del mundo, sumamente difíciles (en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial). Empresa ambiciosa la suya, a la vez que extemporanea, dada la incertidumbre material y social que se vivía ante la inminente conflagración.
El Coronel Giovannoni al comienzo del difícil camino que debió recorrer sólo contaba con el capital de su fe inquebrantable. Ella, junto al peso de su personalidad, de su prestigio profesional y de su hombría de bien, seria el factor decisivo para la consecución de su proyecto; primero, consiguiendo la anuencia de la Superioridad para llevar a cabo el mismo, y, después, el apoyo de las firmas comerciales ligadas al Organismo, a quienes convoco para pedirles que lo acompañaran aceptando algunos atrasos en los pagos.
Así fue que el 16 de Febrero de 1939 concretaría el sueno de abrir las puertas de una casa que, como el mismo lo expresa en el discurso inaugural y como consta en la escritura de compra del edificio:
esta Casa señores, es propia, ha sido adquirida con recursos de la Repartición, que incorpora así al Patrimonio del Estado un inmueble de importancia, sin que de las arcas fiscales se haya extraído un solo centavo.
Fuente: www.sastreriamilitar.com.ar
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