lunes, 5 de noviembre de 2012

CUERPO DE INGENIEROS. COMPAÑÍA DE ZAPADORES


El Ejército tuvo su origen, el 29 de mayo de 1810, en el decreto que se llamó “Reglamento de Milicia”. Por entonces se mencionaban como componentes a las unidades de las tres armas existentes hasta ese momento, a saber, Infantería, Caballería y Artillería.
Dentro de las unidades de Infantería, se incluía antes de la Revolución de Mayo un cabo de gastadores con seis soldados de esa especialidad por cada batallón; esto no se modificó luego de la revolución. No se crearon unidades de Ingenieros, pero continuó existiendo el “Real Cuerpo de Ingenieros” concebido en tiempos de la colonia. Este cuerpo junto con los gastadores pasaron a engrosar las filas del Ejército patrio.
Los orígenes del arma dentro del Ejército podríamos establecerlo cuando el Coronel San Martín, en septiembre de 1813, como Comandante de la Guarnición en Buenos Aires, propuso la creación de una sección de zapadores, compuesta por dos oficiales y cincuenta hombres de tropa con toda la dotación de útiles y herramientas que debían recibir la instrucción correspondiente. El 8 del mismo mes, el gobierno aceptó la propuesta y ordenó la creación de la Compañía de Zapadores poniendo al mando a un capitán, un teniente, un subteniente, sargento 1ro, cuatro sargentos y ocho cabos junto a cien soldados. La tarea quedó a cargo con grado de Comandante al Coronel Eduardo Kailitz, Barón de Holmberg. La compañía se estableció en el convento de la Merced, ubicado en la actual calle Tte Grl J. D. Perón y Reconquista en la ciudad de Buenos Aires.
El uniforme que usarían los zapadores a propuesta de su Comandante, la cual fue aprobada, consistía en una casaca color verde oscuro, abotonada al frente con una sola fila de botones plateados, cuello y puños de terciopelo negro con galón de plata y vivos color grana; pantalón blanco, botas altas o zapatones. Los oficiales generalmente usaban sombrero de tres picos (tricornio) a usanza española de color negro con galón de plata y escarapela o bicornio como la mayoría de los oficiales del Ejército. La tropa, en cambio, utilizaba un sombrero cilíndrico tipo morrión con guarniciones plateadas y penacho verde al frente con una escarapela en la parte superior; en esa época llevaban una calavera con las tibias cruzadas en metal plateado sobre la frente y los correajes de cuero en color blanco. El armamento consistía en carabina o fusil de chispa, en algunos oficiales pistola, machete o sable; estos machetes llevaban sobre el lomo de la hoja dientes de sierra con vaina de acero utilizados por la tropa. El equipo consistía en mochila de cuero para útiles, una manta y como principales herramientas de trabajo llevaban pala, pico, barretas, azadón o hacha. En campaña se utilizaban unas polainas de cuero grueso para protección de las piernas y delantales de cuero.
No se puede precisar si este uniforme, en su totalidad, fue utilizado ya que el 22 de octubre de 1813 se estableció que el nuevo cuerpo se incorpore a engrosar las filas del Regimiento de Granaderos de Infantería.
Durante la guerra por la Independencia, los zapadores desempeñaron múltiples acciones, como la fortificación de la Quebrada de Humahuaca dispuesta por el Gral Belgrano año 1812 durante la campaña del Ejército del Norte, ya que dispuso la formación orgánica de un Cuerpo de Ingenieros integrándose al Estado Mayor del Ejército del Norte, el Barón de Holmberg como especialista en el manejo de tropas de Ingenieros.
Una vez en Tucumán, Belgrano resuelve presentar batalla ante el ejército realista superior en número al propio en los alrededores de la ciudad y, previendo que si las tropas patriotas fueran superadas, se ofrecería resistencia desde la misma ciudad. Para ello encomendó a los Ingenieros la construcción de fortificaciones, trincheras y reductos para la defensa. Luego de la batalla, las tropas patriotas ocuparon dichas defensas lo que motivó el total repliegue de los realistas. Para ese entonces, los uniformes de Ingenieros eran los mismos que utilizaba la Infantería, distinguiéndose por el penacho, cuellos y puños; el uniforme era azul.
Cuando San Martín se hizo cargo del Ejército del Norte, entre otras medidas adoptó la construcción de un campo atrincherado llamado Ciudadela, en forma de pentágono regular con bastiones para la artillería. Además se crea una academia de matemáticas para la instrucción de oficiales; los conocimientos adoptados fueron utilizados para la construcción de la fortificación. No se emplearon tropas de Ingenieros específicamente.
Durante el sitio a Montevideo, se emplazaron fortificaciones para alojar piezas de Artillería. El Barón de Holmberg fue nuevamente el encargado de dirigir la construcción de dichos emplazamientos con el grado de Coronel Ingeniero Militar, además de encargarse en la fundición de piezas y municiones de Artillería. Las tropas de zapadores provenían del Ejército del Norte y llegaron a actuar durante el sitio tres compañías de Ingenieros.
En el litoral argentino, se emplazaron baterías con el objeto de defender las costas ribereñas (las más conocidas son “Libertad” e “Independencia”), cuya construcción a las márgenes del Río Paraná a la altura de Rosario fue ordenada por el Grl Belgrano.
Durante la campaña de los Andes, San Martín previendo la dificultad del terreno formó el cuerpo de Ingenieros de los Andes, los cuales se encargaron de los relevamientos, construcciones de puentes, movimiento de cargas pesadas, recuperación de materiales caídos en los precipicios de la cordillera y apertura de pasos (remoción de obstáculos) para el paso de las tropas. Se contrataron trabajadores y capataces mineros de Cuyo (Barreteros), quienes poseían la destreza en el manejo de herramientas acostumbrados a desarrollar las duras tareas de zapadores en los Andes. El uniforme no variaba mucho del creado por el Barón de Holmberg en 1812, salvo que cubriendo la cabeza se utilizaba un sombrero de piel negro tipo cosaco con la calavera y tibias cruzadas en la frente en caso de la tropa.
El Grl San Martín designó como Comandante de Ingenieros de los Andes al Sargento Mayor don Antonio Arcos, veterano de las fuerzas napoleónicas y que, luego de la caída de éste, abrazó la causa americana para la epopeya del cruce de los Andes. Se debió proveer las herramientas de zapadores: palas, picos y barretas, y se dotó, además, de materiales para la construcción de 43 mts de puente colgante (tableros, cuerdas y elementos de fijación del mismo), cabestrantes y anclones de fijación para la artillería y materiales pesados.
El Comandante de Ingenieros, junto a 90 “barreteros de minas”, avanzó en las operaciones adelantando la columna principal en tres grupos por Los Patos y una sección de 30 hombres lo hizo por Uspallata, acompañando el material pesado. Asimismo, cada regimiento contaba con una sección, un cabo y cuatro soldados gastadores.
Por lo expuesto, la invalorable tarea de nuestros Ingenieros se desarrolló a lo largo de toda la campaña por la Independencia y se extendió a Chile y Perú.
Fuentes: Jorge González Crespo / Héctor Arenales Solís


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