Se celebra el día del Colegio Militar de la Nación por haberse aprobado,
el 11 de octubre de 1869, la Ley Nº 357, que autorizaba al Poder
Ejecutivo, a cargo de Domingo Faustino Sarmiento, a crear una escuela
militar para la formación de los oficiales del Ejército.
SU HISTORIA
En 1869, aún no acallados los ecos de la Guerra del Paraguay, siendo
Presidente de la Nación Domingo Faustino Sarmiento, surgió la inquietud
de organizar un instituto de formación de oficiales para el Ejército. La
idea no era nueva, pues varios ensayos se habían hecho en ese sentido
desde los días de mayo de 1810, sin embargo todos ellos tuvieron corta
existencia.
Unos años antes, en 1860, en un mensaje que Derqui leyera ante el
Congreso de Paraná como Presidente de la Confederación, hizo una serie
de consideraciones sobre la necesidad de crear una escuela militar, si
bien lamentó los inconvenientes e imposibilidad de organizarla en ese
momento.
El 9 de agosto de 1869 cuando aún no había cumplido el primer año de su
mandato constitucional, Sarmiento envió un mensaje a la Cámara de
Diputados adjuntando un proyecto para la creación de una escuela
castrense que proveyera de oficiales altamente capacitados para mandar
al Ejército.
Así el Congreso se abocó al estudio del mismo y tras algunos debates fue
aprobada la Ley por ambas cámaras con el número 357 que autorizó al
Poder Ejecutivo para la formación de una escuela militar.
Promulgada el 11 de octubre de ese mismo año esa Ley 357 se convirtió en la piedra fundamental del Colegio Militar de la Nación.
De inmediato el gobierno designó una comisión militar especial a efectos
de proponer el reglamento y plan de estudios de la nueva escuela. Se
recurrió para esta tarea a un selecto grupo de oficiales, veteranos de
muchas campañas y que habían acreditado destacadas condiciones
intelectuales; eran ellos el Brigadier General D. Emilio Mitre, el
General D. Indalecio Chenaut, el Coronel D. Mariano Moreno, el Coronel
D. Juan F. Czetz y el Sargento Mayor V. L. Peslouan.
Cerca de dos meses llevó a la comisión completar la tarea, que permitió
al P.E. dictar un decreto el 22 de junio de 1870, oficializando lo
propuesto. Dicho documento, firmado por el presidente Sarmiento y
refrendado por el Ministro de Guerra General Martín de Gainza, designó
como cuartel del Colegio Militar al edificio que sirviera de residencia a
Juan Manuel de Rosas y al mismo tiempo nombra Director del Colegio
Militar al Coronel de origen húngaro D. Juan F. Czetz y a los primeros
oficiales.
El edificio, que desde Caseros había sido destinado a distintos
menesteres en forma temporaria, era de estilo colonial y de grandes
proporciones para la época. En sus aulas y recintos se mantenían aún,
muebles, estufas, alfombras, arañas y espejos que ornamentaron el lugar
en tiempos de su primitivo propietario. Algunos de ellos, como un
conjunto de rojos sillones de jacarandá, un escritorio de caoba, una
cómoda y una caja de caudales, forman hoy el mobiliario del museo que
funciona en la casa histórica de Caseros, dentro del predio del Colegio
Militar en El Palomar.
El edificio se erguía al noroeste de la ciudad, distante de ella cerca
de una legua, en los terrenos limitados por el arroyo Maldonado y el Río
de la Plata. Su construcción databa de 1838.
La primera tarea del flamante director, el Coronel Juan F. Czetz, fue la
adaptación de las instalaciones para la nueva función. Meses más tarde,
el 19 de julio de 1870, ingresaba el primer alumno del Colegio, Ramón
L. Falcón.
Este edificio, que había sido construido para albergar a una familia y
al personal de servicio, llegó a cobijar en 1892 a 118 cadetes a los que
había que agregar el cuadro de oficiales, el claustro de profesores y
el personal de tropa y servicio.
Por espacio de 22 años, el caserón de Palermo de San Benito sirvió como
cuartel del Colegio Militar y 17 promociones de oficiales egresaron de
sus aulas, antes de ser abandonado en 1892 en búsqueda de mayor espacio.
Para entonces, el Colegio habría alcanzado un alto prestigio académico,
formando a los cadetes en un riguroso secundario que, por la época, se
consideraba de excelencia y se ubicaba entre las mejores academias
militares del mundo
La nueva sede se fijó en la localidad de San Martín, donde hoy se
encuentra el Liceo Militar General San Martín. Ese ámbito, al igual que
el primero, no fue construido al efecto sino que se aprovechó una
edificación ya existente destinada anteriormente a un Colegio de Artes y
Oficios. El reacondicionamiento se efectuó con sendas partidas
presupuestarias otorgadas a ese efecto por el Congreso.
Más allá de la importancia de la nueva sede en San Martín, pronto las
limitaciones de la construcción evidenciaron la necesidad de buscar un
espacio especialmente diseñado. Así surgió el proyecto para construir la
sede definitiva del Colegio que se hará realidad en el año 1937. Los
viejos campos del Palomar de Caseros fueron los elegidos, considerados
un espacio ideal por su amplitud y cercanía a la Capital Federal.
La piedra fundamental del nuevo edificio fue colocada por el General
Pablo Ricchieri en 1904. Sin embargo, recién en 1921 bajo la presidencia
de Hipólito Irigoyen, comenzaron efectivamente los trabajos de
construcción.
Se adjudicaron las obras del pabellón "Dirección" a la empresa Bonnen
Ibero, Parodi y Figini, iniciándose los trabajos el 19 de julio, con
asistencia del entonces Ministro de Guerra Dr. Julio Moreno. Se
descubrió en dicha oportunidad una placa adosada al "Palomar" histórico,
que más tarde fue colocada al pie del busto del General de División
Domingo Faustino Sarmiento, en inmediaciones del arco de entrada del
Instituto.
El Ministro de Guerra que seguía de cerca los trabajos, ordenó
suspenderlos en 1922 con el objeto de ampliar la capacidad del edificio
para 1500 cadetes. Se encontraba ya construida para ese entonces parte
de la Plaza de Armas, pavimentada con adoquinado de granito de Tandil,
circundando con trazo elíptico al Palomar de Caseros.
Más allá de la importancia de la nueva sede en San Martín, pronto las
limitaciones de la construcción evidenciaron la necesidad de buscar un
espacio especialmente diseñado. Así surgió el proyecto para construir la
sede definitiva del Colegio que se hará realidad en el año 1937. Los
viejos campos del Palomar de Caseros fueron los elegidos, considerados
un espacio ideal por su amplitud y cercanía a la Capital Federal.
La piedra fundamental del nuevo edificio fue colocada por el General
Pablo Ricchieri en 1904. Sin embargo, recién en 1921 bajo la presidencia
de Hipólito Irigoyen, comenzaron efectivamente los trabajos de
construcción.
Se adjudicaron las obras del pabellón "Dirección" a la empresa Bonnen
Ibero, Parodi y Figini, iniciándose los trabajos el 19 de julio, con
asistencia del entonces Ministro de Guerra Dr. Julio Moreno. Se
descubrió en dicha oportunidad una placa adosada al "Palomar" histórico,
que más tarde fue colocada al pie del busto del General de División
Domingo Faustino Sarmiento, en inmediaciones del arco de entrada del
Instituto.
El Ministro de Guerra que seguía de cerca los trabajos, ordenó
suspenderlos en 1922 con el objeto de ampliar la capacidad del edificio
para 1500 cadetes. Se encontraba ya construida para ese entonces parte
de la Plaza de Armas, pavimentada con adoquinado de granito de Tandil,
circundando con trazo elíptico al Palomar de Caseros. aulas
interactivas, aulas tácticas, laboratorios de idiomas, física, química,
polígono de tiro, capilla, salas de conferencias, cine, casino y un
importante campo de deportes con gimnasio cubierto, salón de
complementos, esgrima y pileta olímpica climatizada.
Además el Colegio Militar tiene el privilegio de contar con un
patrimonio histórico único, ya que alberga dos sitios declarados
Monumentos Históricos Nacionales: el Palomar y la Casa de Caseros,
testigos mudos de importantes hechos del pasado como la Batalla de
Caseros, antesala de la Constitución Nacional o las conversaciones
preliminares del Pacto de San José de Flores, que consolidó la unión
definitiva del país.
La historia reciente encuentra al Colegio Militar en una etapa de
grandes cambios, en los últimos años el Colegio Militar ha pasado a ser
un Instituto Universitario que también otorga a los Subtenientes un
título de grado que cuentan con el aval del Ministerio de Cultura y
Educación. Así los cadetes pueden optar entre las Licenciaturas en
Administración, en Enfermería Profesional o Contadores Públicos.
Otro hito importante en este proceso de cambio ha sido la incorporación
de la mujer. Ellas hoy ingresan al Colegio Militar en una total igualdad
de condiciones que sus pares varones, experiencia que ubica a esta
institución como una de las más abiertas del mundo en su tipo.
Así llegamos al presente, que encuentra a este Instituto transitando el
camino del afianzamiento y consolidación de esos cambios sin dejar de
lado su finalidad esencial que es la de educación y formación de los
futuros conductores del Ejército Argentino.
Fuente e Informes: www. colegiomilitar.mil.ar
http://www.fotolog.com/ejercitonacional
http://www.facebook.com/EJERCITO.NACIONAL.ARG
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