El
general Lavalle mereció ese hermoso mote, que le pusieron sus propios
adversarios en el sitio de Talcahuano, por su barba rojiza y por la
actividad y eficacia que puso de manifiesto en esa ocasión, contra las
patrullas españolas que se atrevían a salir de la plaza.Siendo
sargento mayor se encontraba en el Perú, sirviendo a las ordenes del
General Alvarez de Arenales, en la llamada Expedición a la Sierra.En
esa época, como era uno de los pocos oficiales que no tenía reloj,
resolvió valerse de una inocente estratagema para hacer creer que
también poseía uno. Con es emotivo ató en el extremo de una cadena que
usaba a la vista, una bala de fusil que guardó en su bolsillo.Cuando sus camaradas le descubrieron la treta se lo comentaron al héroe de la Florida, para que le hiciera una broma.En
una ocasión, en que éste estaba próximo a Lavalle, le preguntó muy
seriamente por la hora. El futuro León de Río Bamba sacó la bala de
fusil y presentándosela a Arenales le dijo:- Mi General, con esto
puedo saber la hora; pero esté usted seguro, mi General, que el Mayor
Lavalle siempre llegará a la hora cuando de defender la Patria se trata.Emocionado
el vencedor de Pasco por la varonil respuesta de su subordinado, le dio
un fuerte apretón de manos y cuando regresaron a Lima, le obsequió un
hermoso reloj.
Fuente: Anecdotario Historico Militar de Silveyra
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