Guerrero de la Independencia
sudamericana. Nació en Buenos Aires, el 11 de abril de 1791. Inició su
carrera militar el 4 de julio de 1808, como cadete en el Batallón de
Andaluces, cuerpo en el cual fue promovido a subteniente de Granaderos
del mismo batallón. El 26 de febrero de 1810 es teniente 2º del Batallón
Nº 5, grado en el que lo sorprende el movimiento emancipador del 25 de
mayo. Fue de los primeros en incorporarse al primer ejército patriota,
al mando del coronel Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, que llevaba como
segundo al comandante Antonio González Balcarce. Se halló en la batalla
de Suipacha, el 7 de noviembre de 1810 y posteriormente en la
desgraciada acción de Huaqui, el 20 de junio del año siguiente. Formó
parte del ejército sitiador de Montevideo desde el 20 de octubre de 1812
hasta el 23 de junio de 1814, fecha en que el general Vigodet capituló
con toda la guarnición de aquella plaza. Este acontecimiento se produjo a
los pocos días de haber pasado Crespo a la 4ª Compañía del Regimiento
Nº 8 de Infantería, con fecha 5 de mayo. El 21 de noviembre de 1814, es
promovido a teniente 1º de la misma compañía del Nº 8 y a ayudante mayor
del mismo cuerpo, el 3 de julio de 1815. Poco después pasó a formar
parte del Ejército de los Andes, marchando a Mendoza con el 1er Batallón
del Regimiento Nº 8. El 21 de febrero de 1816 el Director Pueyrredón
dispuso que el ayudante mayor Crespo regrese a Buenos Aires por haber
sido promovido a aquel empleo en el 1er Batallón, Toribio Reyes. Crespo
se incorpora al 2º Batallón del Nº 8, el cual poco después marchó
también para Mendoza, y recibió el nombre de Regimiento Nº 7 de
Infantería. Con este regimiento Crespo atravesó los Andes y se batió con
denuedo en Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, mereciendo la medalla
discernida por las Provincias Unidas a los vencedores. Más adelante se
le otorgó (noviembre de aquel año) la “Legión del Mérito” de Chile.
El Regimiento Nº 7 marchó con la
columna de O’Higgins en abril de 1817, para tomar parte en las
operaciones contra los españoles en el Sud de Chile y el capitán Crespo
(grado al que había sido ascendido el 11 de enero de 1817), tomó
intervención en las acciones que tuvieron lugar en los alrededores de
Concepción y Talcahuano en el segundo semestre de aquel año. El 6 de
diciembre tomó parte en el furioso asalto a Talcahuano, correspondiendo a
su cuerpo ser uno de los componentes de la columna del coronel Conde,
que atacó la fortaleza por el sector derecho de la defensa. Crespo se
batió con denuedo en aquella memorable acción de guerra.
Marchó en la expedición al Perú,
formando parte del Regimiento Nº 7, bajo el mando del coronel Conde.
Asistió a la segunda campaña de la Sierra, bajo las órdenes del general
Arenales, entrando a la ciudad de Lima a fines de julio de 1821. Estuvo
en el sitio del Callao, en la defensa de Lima cuando fue amenazada por
los españoles y en el asalto al Callao y toma de la fortaleza, el 21 de
setiembre del mismo año.
Posteriormente los Regimientos Nº 7 y 8
de los Andes, se refundieron en un cuerpo que se llamó Regimiento Río
de la Plata, que fuerte de 1.100 plazas, tomó parte en la famosa campaña
de Puertos Intermedios, bajo el mando del coronel Cirilo Correa. Esta
expedición fue dirigida por el general Alvarado y las fuerzas se
empezaron a embarcar en el Callao a mitad de octubre de 1822, para
desembarcar al mes siguiente en los puertos de Tacna y Arica. Se
concentraron a comienzos de diciembre en la primera de las ciudades
nombradas. Desde allí partieron en busca del general Valdés, a fines de
aquel mes; el 1º de enero de 1823, se combatía en Calana y los días 19 y
21 del mismo, en las sangrientas y desastrosas batallas de Toraya y
Moquehuá, donde el ejército de Alvarado fue reducido a la cuarta parte; y
en las que se encontró el mayor Crespo, quien tuvo la suerte de figurar
entre los que se salvaron de aquella memorable y desastrosa expedición.
Cuando se produjo la sublevación del
Callao, en la noche de 5 de febrero de 1824, el ya teniente coronel
Crespo era segundo jefe del regimiento Río de la Plata. Cayó entre los
prisioneros de los sublevados, que los entregaron a los españoles. Fue
brutalmente herido por el general realista Mateo Ramírez, siendo
canjeado en 1825, época en que obtuvo su pasaporte para regresar a
Buenos Aires. El 17 de abril de 1826 revalidó sus despachos de teniente
coronel de infantería.
El 1º de noviembre de 1826 se
incorporó al cuartel general del Ejército Republicano. El 1º del mes
siguiente fue dado de alta en el Estado Mayor divisionario del 4º Cuerpo
de Ejército, donde en junio y julio de 1827 figura como “comandante de
armas”. Se distinguió por su comportamiento en la batalla de Ituzaingó,
por lo cual fue promovido al grado de coronel por despachos extendidos
el 31 de mayo de 1827 con antigüedad del 23 de febrero del mismo año;
obteniendo la efectividad del cargo el 6 de mayo de 1830. Figura en el
ejército sitiador de Montevideo desde mayo a diciembre de 1827. Como 2º
Jefe del Estado Mayor del Ejército de Operaciones, figura a cargo del
mismo desde el 15 de abril de 1828 hasta octubre de igual año.
Fue comandante militar de Patagones,
desde enero de 1830 hasta los primeros días de 1833. En Patagones, el
coronel Crespo contrajo enlace con Angela Ocampo, hija de Ramón de
Ocampo y Carmen French, de la familia patricia. Crespo ostentaba en su
pecho la “Orden del Sol” del Perú, otorgada por el Protector general San
Martín.
Durante el gobierno de Juan Manuel de
Rosas, Crespo fue un tiempo edecán del Restaurador a quien sirvió con
inquebrantable fidelidad. Revistó en la Plana Mayor del Ejército y P. M.
A., desde el 1º de diciembre de 1828 hasta el 1º de enero de 1841.
Nombrado capitán del Puerto de Buenos Aires, a principios de 1841 pasó a
la isla Martín García. Estando a cargo de la guarnición de la misma
desde el 26 de junio de 1842, sostuvo un fuerte cañoneo contra las
fuerzas navales que mandaba el coronel Giuseppe Garibaldi, enviado por
el gobierno uruguayo en socorro de la provincia de Corrientes, a raíz
del triunfo del general Paz en Caaguazú. Garibaldi empleando un ardid
prohibido por el Derecho Internacional, enarboló bandera argentina en
sus tres unidades, lo cual hizo creer a los defensores de la Isla que se
trataba de buques de Rosas. Cuando la superchería fue descubierta, ya
habían pasado el canal de Martín García dos buques de Garibaldi, de modo
que el efecto de las baterías de Crespo se hizo sentir sobre el tercero
de los buques enemigos, el “Constitución”.
Jefe de las baterías establecidas en
la Vuelta de Obligado y segundo del general Lucio Norberto Mansilla, en
la violenta acción sostenida el 20 de noviembre de 1845, contra la
escuadra anglo-francesa que pretendía forzar el paso del Paraná aguas
arriba, su conducta fue digna del renombre del valeroso soldado de la
guerra de la independencia sudamericana. Cuando el general Mansilla en
lo más recio del combate, recibió un golpe de metralla en el estómago
que lo dejó sin sentido, el coronel Crespo lo reemplazó en el comando,
no obstante haber recibido una contusión poco antes. Fue digno relevante
del glorioso general en jefe en aquella magnífica acción de guerra,
donde las fuerzas argentinas defendieron el honor del pabellón nacional
con altura y con valor, digno de sus gloriosas tradiciones. El coronel
Crespo firmó el parte de la acción elevado a Rosas a consecuencia de las
heridas sufridas por el general Mansilla. También se halló en las
batallas del Tonelero y del Quebracho, en enero y junio de 1846 contra
la escuadra anglo-francesa.
El coronel Francisco Crespo y Denis
dejó de existir en el pueblo de San Isidro, el 7 de setiembre de 1849, a
sus exequias concurrió su antiguo compañero de armas el brigadier
general Miguel Estanislao de Soler, quien se hallaba en aquellos días
algo enfermo. La asistencia al entierro del coronel Crespo le fue fatal,
pues su dolencia se agravó y falleció pocos días después.
Fuentes: Efemérides – Patricios de
Vuelta de Obligado / Yabén, Jacinto R. – Biografías argentinas y
sudamericanas – Buenos Aires (1938).
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