Nació en Misiones 24 Febrero de 1957 Ingresó al Colegio Militar de la
Nación el dia 27 de febrero de 1975 y egresó como Subteniente de
Infantería en el año 1978. Participó como Teniente, en el desembarco del
02 de Abril de 1982 con el Regimiento de Infantería 25, siendo
desplegado con la Compañía de nfantería "C" del Regimiento en la
localidad de Darwin.
Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba
posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la
orden de atacar la Colinas de Boca House.
Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a
su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión.
Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un
intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada
siguiente.
- "Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída
de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección
NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía "A", del
Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la
primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus
posibilidades, pero no me queda otro camino".
Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación
no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además,
tratándose de Estévez, eran innecesarios.
-"Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para
ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil
situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la
calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que
disponen" así fue la rápida arenga de Estévez.
Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y
más hermosa orden que puede dar un Jefe: "Seguirme!". Pronto estarían
inmersos en el combate.
- "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran
detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20
grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a
su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..." -diversas
órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha;
finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión
ejercida por los ingleses.
- Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré
reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente
Estévez.
- Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.
- Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el
equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de
artillería...- fue su última orden; un certero impacto en la cara,
quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.
- "Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo" - gritó Castro y
continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga
de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo."
- "Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de
su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que
aparezcan". - el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo
heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la
guerra, impartió con firmeza su primera orden.
- Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a
retirarse. ¡Viva la Patria! - gritó con alegría, Carrascul, al ver la
maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo
tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.
Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y
heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales
se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la
Misión.
El teniente Estévez dejó a sus padres esta conmovedora carta:
"Querido papá:
Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios
Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera
en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡que misión! ¿ Te acordás
cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo
destinado a recuperar la islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra
Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo,
totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su
vida en ofrenda a Nuestra Patria.
Lo único que a todos quiero pedirles es:
1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante,
3) Que recen por mi.
Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero
que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien
nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias
por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser
soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar
en que vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.
Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡O muerte! Roberto.
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