La
hostilidad del gobernador del Paraguay don Bernardo de Velazco hacia la
recién asumida Junta de Buenos Aires, decidió el envío de una
expedición; se iba a auxiliar con la fuerza armada a los pueblos de
Entre Ríos, la Banda Oriental, Corrientes y Paraguay.
La
expedición se preparó en San Nicolás de los Arroyos, lugar donde
Belgrano se hizo cargo del mando. Encontró soldados bisoños, oficiales
sin instrucción, escasez de parque; no tenía órdenes detalladas y
precisas, carecía de mapas adecuados; sólo vislumbraba un largo y
agobiador camino hacia lo desconocido. Aun las disposiciones de rutina
eran para el jefe improvisado una novedad, pero con decisión
inquebrantable solucionó, sobre la marcha, los problemas,
interiorizándose de la técnica militar, aprendiendo y superándose día a
día, siendo ejemplo permanente de lo que puede la voluntad de servir.
Los
pueblos celebraron a su paso a este ejército de libres, lo que confortó
sus ánimos. AI llegar a Corrientes, siempre alerta el espíritu
civilizador de Belgrano, dispuso el trazado definitivo de dos pueblos,
Curuzú-Cuatiá y Mandisoví, con un extenso e ilustrativo reglamento.
A
los tres meses de la partida su ejército realiza la primera operación
militar: fuerza el cruce del río Paraná y toma Campichuelo, ocupado por
los realistas.
Los
efectivos triunfantes en Campichuelo se constituyeron en la vanguardia
de las tropas de Buenos Aires ocupando Itapuá donde fueron capturados
canoas, un cañón, armamento diverso, municiones y equipo que el enemigo
abandonó en su precipitada huida.
Mientras tanto, el jefe realista, coronel Velasco, mantuvo débiles fracciones de seguridad en contacto con el invasor.
El
avance de las fuerzas patriotas en tierra paraguaya fue una empresa
difícil, debió vencer bosques impenetrables, inmensos montes, lagunas y
pantanos, en medio de la incertidumbre más absoluta. En su avance,
Belgrano supo que una subunidad paraguaya de un centenar de hombres, se
retiraba hacia el norte con algunas horas de ventaja. Ordenó al capitán
Gregorio Perdriel, al mando de una compañía de Patricios, que iniciara
su persecución y posterior ataque.
Los
efectivos al mando del comandante Rojas, que habían pasado al descanso
en la margen opuesta de un curso de agua en el monte de Maracaná,
respondieron el fuego y lograron desprenderse y replegarse a través de
la espesura. Dos prisioneros y armamento fue el botín conquistado. El
grueso de los efectivos de Belgrano, marchando de noche a la luz de la
Luna, cruzó el río Tebicuary, acampando el 11 de enero de 1811 en
Itaipá, a 27 leguas (135 kilómetros) de Asunción. En su repliegue,
Velasco utilizó el procedimiento de evacuar la población y el ganado de
la zona. Belgrano, en su avance, encontró aldeas y pueblos desiertos.
Fuente: Oscar J. Planell Zanone – Oscar A. Turone/ Patricios de Vuelta de Obligado
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