El 13 de diciembre de 1871 fallece en Buenos Aires el General Manuel de
Escalada. Ingresó al ejército como Alférez de la 1ª. Compañía del 1er.
Escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo, en septiembre de 1812.
Participó en el combate de San Lorenzo, del 3 de febrero de 1813.
Integró el Ejército del Norte, asistiendo a los combates de Puesto del
Marqués, Venta y Media y Sipe-Sipe. Como parte del Ejército de los Andes
combatió en Chacabuco, siendo parte de las cargas de caballería que
definieron la victoria sobre el ejército español. Después de la batalla
fue el encargado de llevar a Buenos Aires el Parte que el General de San
Martín dirigió al Director Supremo de las Provincias Unidas, diciendo:
"En 24 días hemos cruzado las más altas cordilleras del globo y hemos
batido al enemigo". Había nacido en Buenos Aires el 17 de junio de 1795.
Hijo de Antonio Jose de Escalada, era hermano de Remedios y de Mariano
Escalada, y estudió en el Colegio de San Carlos de la Ciudad de Buenos
Aires. Su hermana Remedios se casó con el comandante del Regimiento de
Granaderos a Caballo, Coronel Jose de San Martin. Manuel fue uno de los
primeros oficiales del cuerpo, al igual que su hermano. Juntos lucharon
en la batalla de San Lorenzo y prestaron servicios en el Sitio de
Montevideo hasta 1814. Vuelto a Buenos Aires, participó en la revuelta
porteña de 1815, que siguió a la rebelión de Ignacio Alvarez Thomas en
Fontezuelas. Escalada arrestó a Carlos Maria de Alvear, aunque
finalmente lo dejó huir para que presentara la renuncia.
Reunido con su hermano, juntos hicieron la tercera expedición
auxiliadora al Alto Perú. Después de las derrotas de Venta y Media y
Sipe Sipe, cubrió la retirada del ejército a través de la Quebrada de
Humahuaca con sus granaderos.
Tanto Manuel como Mariano Escalada se unieron al Ejercito de los Andes
en 1816. Después de la Batalla de Chacabuco, Manuel Escalada galopó en
catorce días hasta Buenos Aires trayendo la noticia, marcando un récord
que lo convirtió en un héroe popular. Peleó en el asalto de Talcahuano,
Cancha Rayada y Maipú. Después de esta última batalla, rompió su propia
marca e hizo el recorrido en sólo doce días.
Tras participar en la segunda campaña al sur de Chile, fue ascendido a
Coronel y llegó a comandar el Regimiento de Granaderos antes de pedir su
retiro en 1819. Su hermano también lo había pedido, por su mala salud.
En 1820, al saberse de la derrota de Cepeda, se puso al frente de un
ejército con el que pensaba enfrentar al caudillo Francisco Ramirez,
pero a los pocos días regresó a Buenos Aires. Participó en varios de los
conflictos del año 20, y acompañó al gobernador Dorrego en su campaña a
San Nicolas de los Arroyos y a la Provincia de Santa Fe.
Pasó algo más de un año en la guarnición de la capital, y pasó a retiro con la reforma militar de Bernardino Rivadavia.
Volvió a tomar las armas como oficial de caballería en 1825, en el
Ejército de Observación destinado a la Guerra del Brasil. Estando en ese
destino, representó al presidente Rivadavia ante el gobernador
entreriano Juan Leon Solas, amenazado por el General Ricardo Lopez
Jordan (padre), y le ayudó a conservar el poder, pasando luego el
gobierno aVicente Zapata.
Cuando en 1826 se hizo cargo del ejército el general Alvear, pidió la
baja y se trasladó a Buenos Aires antes de recibir la respuesta, ya que
lo consideraba su enemigo personal. Alvear lo declaró desertor, pero sin
consecuencias.
Dos años más tarde fue enviado a ayudar a Fructuoso Rivera a defender
las Misiones Orientales, que acababa de reconquistar. Ambos debieron
retirarse a los pocos meses, porque la provincia volvió a manos del
Imperio del Brasil por el tratado de paz. Ayudó a Rivera a regresar al
Uruguay, junto con la mayor parte de los indios guaranies que quedaban.
A fines de 1828 participó en la revolución unitaria del General Juan
Galo de Lavalle contra el gobernador Dorrego. Se dijo que fue uno de los
oficiales que aconsejó su fusilamiento a Lavalle, y fue su ministro de
guerra.
Tras la caída de Lavalle, a diferencia de los demás oficiales, no se
exilió, ya que su fortuna lo ponía a cubierto de los ataques de sus
enemigos. Fue también ministro de guerra del gobernador Juan Jose
Viamonte. Su presencia en ese gobierno hizo que los partidarios de Rosas
desconfiaran de Viamonte, a pesar de haber sido ellos quienes lo
colocaron en el gobierno. Durante el segundo gobierno de Viamonte y el
de Manuel Vicente Maza, fue comandante general de marina de la
provincia.
Durante el gobierno de Rosas no participó en política y se retiró a una
estancia. Sin embargo, participó de las habituales manifestaciones de la
alta sociedad en apoyo del Restaurador. Su hermano Mariano no tuvo
tanta suerte: se vio comprometido en el complot de Ramon Maza para
derrocar a Rosas y fue arrestado en 1841. Liberado al poco tiempo, murió
ese mismo año; era un año menor que Manuel.
Después de la Batalla de Caseros fue ministro de guerra del gobernador
Vicente López y Planes. Organizó la Guardia Nacional; pronto se unió al
partido unitario y fue nuevamente ministro de Guerra y Marina del
gobierno de Pastor Obligado hasta 1857.
Ese año fue ascendido a General y asumió el mando de la frontera del
sur; firmó un tratado con el Cacique Cipriano Catriel. Como el Cacique
Cachul, amigo de éste, no reconociera el tratado, hizo una campaña hasta
las tolderías, para obligarlo a aceptar la paz.[ ]Este tratado fue una
de las causas que lo enfrentaron a Bartolome Mitre.
Abandonó Buenos Aires en 1858 y se trasladó a Parana. Allí fue elegido
senador nacional. Participó en la campaña de Cepeda del lado de la
Confederacion, aunque logró autorización de Urquiza, para no tomar parte
en la batalla.
Después del Pacto de San Jose de Flores pasó definitivamente a retiro.
Permaneció en Buenos Aires, donde su primo, el obispo de la ciudad, le
aseguró que no sería molestado por su alianza con Urquiza. Quedó ciego
hacia 1865. Falleció en Buenos Aires en diciembre de 1871.
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