El 19 de diciembre de 1810 se produce un enfrentamiento durante la
Campaña del Paraguay. El General Manuel Belgrano, caído el armisticio
con los paraguayos, cruza el Río Paraná por el Paso de la Candelaria.
Inmediatamente una pequeña fuerza mandada por el Ayudante Manuel Artigas
ataca y derrota a fuerzas paraguayas atrincheradas en el Paso del
Campichuelo.
La Junta de Buenos Aires determinó mandar una expedición a la
Intendencia del Paraguay en atención a que se creía que allí había un
gran partido por la revolución, que estaba oprimido por el gobernador
realista Bernardo de Velasco y Huidobro. El 24 de septiembre de 1810 se
le dieron instrucciones al abogado Manuel Belgrano para que iniciara las
operaciones militares sobre el Paraguay. Luego de improvisar un pequeño
ejército con tropas de Buenos Aires, Blandengues y milicianos de los
pueblos por donde pasó, Belgrano se situó en el pueblo Misionero de
Santa María de la Candelaria
Debido a que los realistas paraguayos habían retirado o destruido las
embarcaciones del río Paraná, las fuerzas al mando de Belgrano debieron
cruzarlo con balsas, botes y canoas construidas al efecto, llevando gran
parte de las cargas en odres de cuero. El cruce se realizó el 19 de
diciembre de 1810 a partir de la antigua capital misionera Candelaria.
Belgrano cruzó al frente de una reducida fuerza: 800 hombres, mitad de
caballería e infantería, con 6 cañones de pequeño calibre. A su frente
se hallaban las avanzadas paraguayas realistas de 500 hombres al mando
de Pablo Thompson.
Luego de avisar a los comandantes paraguayos de que serían atacados,
Belgrano formó el ejército en la tarde del día 18, los arengó y los hizo
desfilar hacia el puerto para que fueran observados por la guardia
avanzada realista. Luego hizo subir algunas compañías a las balsas para
probarlas y al anochecer envió de nuevo los soldados a los cuarteles,
cuando los paraguayos de la orilla opuesta no podían verlos, haciéndoles
creer que la invasión se estaba desarrollando.
Cerca de las 11 de la noche el baqueano Antonio Martínez y 10
voluntarios de los granaderos cruzaron el río para sorprender la guardia
paraguaya, lo cual lograron retornando con 2 prisioneros, y dejando la
impresión de que comenzaba el desembarco. Belgrano ordenó a las 2 de la
madrugada del 19 de diciembre el embarque y salida de las tropas.
“Al salir el sol mandé al mayor general en el bote y fué con un ayudante
y otros oficiales, á que reuniese la gente y presentase la acción; al
mismo tiempo salió mi ayudante don Manuel Artigas, capitán del
regimiento de América, con cinco soldados en el bote de cuero y el
subteniente de patricios don Gerónimo Elguera, con dos soldados de su
compañía, en una canoita paraguaya, por no haber cabido en las balsas.
El bote de cuero emprendió la marcha y la corriente lo arrastró hasta el
remanso de nuestro frente: insistió el bravo Artigas y fué á
desembarcar en el mismo lugar que Elguera, es decir como á la salida del
bosque por el Campichuelo. No estaba aun la gente reunida y solo habia
unos pocos con el mayor general y sus ayudantes, entonces el valiente
Artigas se empeñaba en ir atacar á los paraguayos; tuvo sus palabras con
el mayor general y al fin llevado de su denuedo, seguido de don Manuel
Espínola el menor, de quien hablaré en su lugar, de Elguera y de los
siete hombres que habian ido en bote de cuero y canoa paraguaya, avanzó
basta los cañones de los paraguayos, que después de habernos hecho siete
tiros, sin causarnos el mas leve daño, corrieron vergonzosamente y
abandonaron la artillería y una bandera, con algunas municiones.”
Memorias del General Belgrano
El capitán de urbanos Domingo Soriano del Monje con sus 13 milicianos
abandonó las tres piezas de artillería dejando despejada la costa.
Cerca del medio día Belgrano recibió aviso de que el pueblo misionero de
Itapúa, distante cuatro leguas de Campichuelo, había sido abandonado
precipitadamente por los milicianos paraguayos, por lo que envió al
Mayor General José Machain con artillería a ocuparlo. Thompson con 40
milicianos abandonó canoas, un cañón y municiones, que fueron tomadas
por Machaín sin lucha.
El día 20 cruzó Belgrano el río con el resto del ejército desde
Candelaria a Itapúa, dejando una compañía de 100 hombres de Caballería
de la Patria en Candelaria para custodiar las municiones. Por falta de
caballos y ante el mal estado de la tropa, Belgrano se vio obligado a
detenerse en la posición conquistada durante seis días, perdiendo así la
posibilidad de perseguir a los realistas y aumentar su confusión.
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