El Protector de la Libertad del Perú, General don José de San Martín, en
conocimiento de que el Virrey La Serna había avanzado algunas tropas
desde la sierra hacia Lima, expresó el 2 de septiembre de 1821 en una
proclama que: “... si él avanzase sobre la capital, será con ánimo de
inmolarnos a su venganza y haceros pagar bien caro vuestra decisión y
entusiasmo por la Independencia... Los bravos que libertaron a la
ilustre Lima, los que la protegieron en los momentos más difíciles,
sabrán preservarla del furor del ejército español (...), mis tropas no
os abandonarán; ellas y yo vamos a triunfar de ese ejército, que viene
sediento de nuestra sangre y propiedades, o a perecer con honor; más que
nunca seremos testigos de vuestra desgracia. En cambio de tan noble
consagración y para que ella tenga el favorable suceso de que es digna,
todo lo que exijo de vosotros es unión, tranquilidad y eficaz
cooperación; tan solo esto necesito para asegurar al Perú su felicidad y
esplendor”. Consecuente con tales principios, el mismo día expidió un
decreto ordenando que “todo ciudadano, sin excepción, capaz de tomar las
armas” deberá estar pronto a presentarse, luego que oyera la señal de
alarma: tres cañonazos. “Yo espero- concluyó- del celo de todos los
ciudadanos que aman su país, que contribuirá cada uno por su parte no
sólo a triunfar del enemigo, sino a preservar sus honradas familias de
los conflictos en que las pondría la infracción del orden público”.
Fuente: Ejercito.
http://www.fotolog./ejercitonacional
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